13

280 74 12
                                    

B E T H A N Y

Los primeros tres días en casa, los pasé junto a mí familia, adorando, buscando de Dios, ayunando, y también me tomé el tiempo para poder dormir todo lo que no he podido en los últimos meses. Siempre que tengo vacaciones, trato de darle prioridad al descanso, porque mi ritmo de vida ha sido últimamente agotador. He disfrutado de la comida hecha en hogar, de la calidez y la sensación que me brinda el estar en casa.

-★-

Estoy caminando en un bosque, rodeado de grandes pinos, atravesándolo por un sendero, donde a lo lejos, puedo percibir un gran espejo. Apresurando el paso, me acerco, y cuando lo tengo frente a mí, observo mi reflejo, estoy vestida de blanco, resplandeciente, pero... de un momento a otro la imagen se distorsiona y cambia, el espejo refleja a una joven, vestida totalmente de negro, con el cabello a la altura de los hombros, y soltando varias lagrimas, ella no dice nada, pero cuando me ve a los ojos, su mirada es oscura y logra asustarme. Sin mediar palabras, de golpe, saca su mano del espejo, rompiéndolo, haciéndome entrar en el. Voy cayendo en picada en un pozo infinito, grito, pero ni siquiera puedo escucharme, los llantos ensordecedores y las palabras "todo es una gran mentira" hacen eco. Aprieto los ojos, y cuando los abro, estoy en la cúspide de un precipicio, la cima de una cascada, siento un peso en mi cintura, percatándome de que tengo una cadena atada a la misma, sigo el rastro de dicha cadena, dándome cuenta de que a ella están atados muchos jóvenes, que de una manera u otra, intentan avanzar hasta donde yo me encuentro, caminando en contra de la corriente, es una imagen muy loca.

El peso me hace retroceder a la punta de la cúspide y comprendo que debo caminar, para que ellos logren subir conmigo, lo hago y me esfuerzo por hacerlo, van subiendo uno, dos, tres, entonces la mujer del espejo, me sostiene por las muñecas, sobresaltándome, y me empuja con una fuerza sobre humana hasta la orilla, en ese proceso, los jóvenes que habían subido se caen.

—¡NOOOO! —Exclamo al verlos caer.

—Oh... no te preocupes-enuncia con una siniestra voz—Yo también te quiero en el fondo, como antes

Me vuelvo y la veo con determinación.

—No te lo permitiré—Siseo.

—Ah ¿Si? —Contesta con ironía, empujándome por el precipicio.

Caigo, pero aún así, me aferro con mis manos a una roca.

—No te rindes, eh Bethany.

Niego—No me rendiré, nunca, ya no eres parte de mi vida.

Suelta una risa sarcástica—Entonces ¿Qué hago aquí?

¿Qué hace ella aquí? La pregunta hace eco en mí.

—No podrás encontrarme jamás—Dice—Miralos—Señala con su dedo hacia abajo-Todos son una mentira, tanto como tú... siguen a Jesús, pero aún siguen cayendo por el precipicio. No son capaces de llegar a la cima por si mismos, dependen de jóvenes como tú, y tú, que ya puedes hacerlo, no estás en la capacidad de avanzar... no te lo permitiré ¡NUNCA!—Chasquea con su lengua-¡Qué lastima me das Beth! —La piel se me eriza— Te esforzaste tanto estos años por agradar a Dios—Se burla—Por hacer las cosas bien, por tomar buenas decisiones, y ¿Qué has obtenido? —Mira a su alrededor—A mí, para hacerte la vida imposible—Se acerca y pisa mis dedos, comienzo a gritar, pero nuevamente soy enmudecida.

Cuando mis dedos ya no pueden resistir, me suelto y comienzo a caer, el tiempo se detiene, y me puedo escuchar a mí misma diciendo "Con Cristo estoy juntamente crucificada, ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí".

Entonces, sintiéndome ahogada, despierto.

-★-

Es el sueño más raro que he tenido, lo admito, y es diferente. De todos lo que he soñado, este fue tan vivido, tan real, que me siento paranoica con solo pensar que mi realidad ha sido alterada. Cansada de no comprender nada, me acerco a Dios y le pregunto:

—Señor ¿Qué significan estos sueños?
Inmediatamente sentí su presencia abrazar mi corazón

¿Tienes miedo Bethany?

Asiento—Admito que sí siento miedo, no entiendo absolutamente nada... Padre ¿Quién es ella? La mujer de mis sueños, o pesadillas.

Ella eras tú, Bethany.

—¿Yo? La mujer que me tortura ¿Soy yo? ¿Por qué habría yo de torturarme?

Ella no es más que el reflejo de lo que fuiste y hacías, porque tú te vivías torturando cuando no me conocías hija.

—¿Qué hace ella aquí? Tengo entendido que todos tenemos un lado malo, pero aún así, lo he mantenido sujeto a tu espíritu durante todos estos años, he evitado hacer tonterías, he evitado volver a mis viejos hábitos, he estado cumpliendo mi promesa de no volver atrás. ¿Por qué sigue apareciendo? Ella... no hace más que recordarme lo mala que fui. Y me asusta, me asusta volver a ser esa persona Padre, si algo me da miedo, es fracasar como tú hija.

Bethany, ella sigue aquí, porque se alimenta de tus miedos, de tus recuerdos dolorosos, debes escudriñar tú corazón, examinarte en mi presencia y descubrir en qué área de tu vida se está escondiendo. El corazón del hombre es como el océano, cuando cree saberlo todo de sí mismo, aparecen nuevos abismos de aguas que le demuestran lo contrario.

—Y ¿Por qué no me ayudas a encontrar mis respuestas? Quiero saber de qué va todo esto.

Lo creas o no, las visiones que has tenido, son mi ayuda para que encuentres tus respuestas.

—¿Por qué de repente soy una niña en mis sueños? —Pero la respuesta llega a mi mente inmediatamente—La respuesta a éste dilema está en mi niñez... ¿Cierto?

Sí, hija.

Ahora sé lo que tengo que hacer, tengo que encontrar esa parte que tanto fue afectada en mí corazón, en ese lugar llamado "niñez".

Tengo la convicción de que me basto en la gracia de Dios para hacer estas cosas, porque su poder se perfecciona en mis debilidades, puedo decir "¡Fuerte soy!" por ello, no caeré, proseguiré a la meta, y sí, voy a avanzar, ya no permitiré que esto- o lo que sea- me siga obstruyendo el camino hacia la realización del propósito que Dios tiene para mi vida.

Más de ti ©Where stories live. Discover now