3. Día Jueves, 7 de ENERO.

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NARRADOR: TEO

Desperté esta mañana con demasiado dolor de cuerpo. Dolor. Culpa. Una mezcla extraña que dolía como si el mismo tren me hubiera atropellado.  No me podía sacar de la cabeza la imagen de Pedro lastimado, ni sus sollozos de dolor. ¿El policía lo habrá ayudado? Seguro que sí. Rogaba que sí.

Sentí que mi madre entro en la habitación para ver si dormía y al mismo tiempo para levantarme así voy a la escuela.

-¿Cómo estás?-Dijo con lagrimas en los ojos-No puedo creer que estés así. Tampoco puedo creer que hayas hecho lo que hiciste.

-Lo voy a solucionar. Te lo prometo. Voy a hacerme cargo y voy a contar la verdad. –Dije con un hilo de voz, el dolor de costillas me estaba cortando la respiración.

-Estoy segura que sí. De todas formas, el policía llamo al colegio y dijo que te encontró ahí con Pedro, básicamente te culpo de todo.-

-Sabía que iba a pasar eso.-Trate de incorporarme con una mueca de dolor- Cuando el oficial llego, solamente estaba yo. Jack, Kevin y las chicas se escaparon a tiempo. Pero lo voy a solucionar.

-Tienes que decirle que no fue tu idea lo del reto, que fue idea de los otros chicos.-

-No mamá, tengo que hacerme cargo y pagar lo que deba pagar. Demasiada culpa siento por dejarlo solo entre las piedras.-

Mi madre me miro con compasión, con cariño o con lastima. Quién sabe.

-Te llevo yo al colegio hoy. Ya le avise a Kevin-

-Como quieras-

Me levante conteniendo el aliento como pude. Moví a rastras mis pies hasta el pequeño baño de la habitación y me metí a la ducha.

El agua caliente golpeteaba mi espalda como gotas de lluvia furiosas, me sentía mucho mejor,  físicamente… Mentalmente todo me daba vueltas y la culpa me comía vivo.

Si el director sabe que fui yo significa que ya lo saben los profesores, los alumnos, y casi todo el pueblo. Si antes les parecía que mi conducta era mala, ahora peor. Si antes me odiaban, ahora más. Pero quería decirles que no fue mi intención.  Que no quería hacerlo. Que yo no soy así, que soy bueno.

Salí de la ducha, me cambie y fui a buscar a mi mamá a la cocina.

-Ya estoy listo.-

-Ven, voy a curar esa herida de la frente.

Me sentó en la silla del comedor y busco unas gasas con agua oxigenada.

-Esto te va a desinflamar-

Con cuidado dobló la gasa en cuatro mitades y me cubrió la herida con ella.

-No te la saques en todo el día.

-Mama, no puedo andar así.-Me veía realmente ridículo con esa cosa en la cabeza.

-Peor es que se te infecte la herida y que tengas que usar una venda que te cubra toda la cara-Me beso la frente-Ahora vamos.

Subimos a la camioneta y ella condujo hasta la escuela. Al llegar abrí la puerta dispuesto a bajar.

-Espera, Teo.-Me sostuvo del brazo con fuerza- Se que no lo hiciste a propósito, que se te salió de control y que no eres mal chico. Di la verdad.

-Lo haré. Lo prometo.-

Me solté de su brazo y camine despacio hasta la entrada del instituto, todavía no había visto a Kevin ni a los otros.

Seguí por el pasillo hasta el despacho del director. Lo escuche hablar por teléfono a trasvés de la puerta.

“Si, oficial de policía. Habla el director. Si, Teo Wells ya tiene asignado un castigo. Correcto. Entonces no fue él el único culpable. Si. Lo entiendo. Que tenga buenos días, oficial”

Recuerdame, amor. (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora