VI:Corderos

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Daryl Douglas nos tenía acorralados.
As temblaba en el suelo y yo no podía moverme.
Algo siniestro se sentía en aquella cuadra. Algo oscuro. Algo viejo.
A mi lado seguía el cuerpo de  Parker, frío.
-¿Qué pasa, amiguita? –dijo con cierto ritmo, como cantando, y con una voz algo infantil-. Podríamos divertirnos mucho si nos lo proponemos...
As, lenta y tímidamente se reincorporó.
Sus ojos estaban hinchados.

-C-Claire... No podemos escapar... Tenemos que ha-hacer lo que él pida, jugar a sus juegos... Si queremos conservar las lenguas... -me susurró el asustado As.

Douglas seguía caminando hacia nosotros, dando saltitos. Su naipe brillaba y reflejaba la luz del farol; quizás tuviera filo.
Probablemente fuera su arma, pensé.
-Y... ¿A qué quieres jugar, Daryl? –pregunté entonces.
-¡Oh, al poker, obviamente! –se rió, nuevamente con una risa infantil.

Metió la mano en uno de sus bolsillos. Estaba vestido bastante elegante, con un impecable moño rojo en el cuello y un blazer azul oscuro.
Sacó una bolsa de plástico de cierre hermético y me la mostró.

-¡Mira, traje mis propias fichas! –señaló el contenido de la bolsa con orgullo.
El contenido era totalmente desagradable.
Vi muchas lenguas. Muchas lenguas arrancadas de diferentes colores. Debía haberlas teñido, el enfermo.

Notó la expresión de repulsión y miedo en mi cara.
-¡Ah, no he explicado cuánto valen! –Metió la mano en el sobre plástico y removió las lenguas hasta tomar una azul- Esta corresponde a un corte. Un pequeño tubo –dijo con haciendo un símbolo que entendí como "así de pequeño" con los dedos índice y pulgar.
Yo retrocedí dos pasos. As me tomó de la mano.

-¿Vamos a apostar...? –pregunté en un intento de sonar lo más natural posible- ¿Sangre?
-Hum... -se llevó el dedo índice a su labio inferior- creo que podría decirse.

Tragué saliva.
-No te preocupes, Claire –dijo As, con una actitud nuevamente audaz-. Esta partida es mía. Tú ni siquiera sabes cómo jugar desde que perdiste la memoria...
-Comienzo a impacientarme... -dijo Douglas señalando un reloj invisible en su muñeca- el intervalo está corriendo, corderos.
"Corderos. Este chico debe ser fan de Hannibal Lecter", me dije a mi misma.
-Eh... sí, sí. ¿Traes cartas? –As intentaba ser valiente- ¿y dónde quieres jugar?
-¡Aquí mismo! Solo déjame... -con la mano palmeó una porción de suelo, como si fuera a sacarle el polvo a una mesilla- ¡Listo! ¡Una hermosa área de juego!
Sacó de su otro bolsillo, no el de las lenguas, una cajita de cartas con dos mazos de diferente color el reverso.
Sacó las azules.

-¡Quiero que juegue la niña también! –Protestó Daryl Douglas- ¡El poker no es divertido de a dos!
As me miró preocupado. Se me acercó y susurró:
-Mejor hacerle caso. Confío en que no nos matarás. Mi sangre está en tus manos, así que será mejor que no lo arruines.
Asentí.

El psicópata se sentó con las piernas cruzadas en el suelo, sacó una de los mazos y comenzó a barajarlo con energía. Luego repartió cinco cartas a cada uno de nosotros.
-5 Card Draw –anunció mirando la baraja.
-Es un tipo de juego –me explicó As- ¿recuerdas las reglas generales?
-Eso creo...

Nosotros nos sentamos también, manteniendo la mayor distancia posible.
Douglas decidió por sí mismo qué numero de lenguas (digo, fichas) nos correspondía a cada uno.
Explicó su valor. Al parecer tenía a mi disposición una lengua verde de tres cortes, una azul de uno, y una natural de diez. Con esa podía perder mucha sangre.
El enfermo sacó una especie de reloj que contenía muchas zonas del cuerpo. Supongo que al perder, se giraría la aguja para decidir de qué lugar se cobraría la apuesta.
Habló de que cada uno jugaría por su parte. En otras palabras, para salvarme a mí misma  podría tener que lastimar a As.

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¡Hola! Perdón por este capítulo más corto que el resto, el próximo ya tendría la longevidad normal, supongo. Saludos y gracias por leer :D

Como un juego de Poker [En pausa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora