III: Mi situación.

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Capítulo 3.
Primero miré a As fijamente, confundida. Luego tomé un trago de cerveza.
Volví a mirar al chico. Suspiré.
-¿Cómo que desde hace tres días...? As.
-Justo como lo dije. Por eso me pareció tan extraño que no recordaras nada hoy  más temprano. Pensé que estabas bromeando –no me miraba al hablar, seguía muy concentrado en la etiqueta de su bebida-. Por eso te seguí el juego. *
*No demoré mucho en ver que realmente habías olvidado todo sobre nuestro previo encuentro… y demás cosas. Y eso nos lleva a ahora mismo, donde me estoy tragando otro nuevo período de ti quejándote. Porque ya he tenido que pasar por eso. Al menos sé que mañana ya terminarás de adaptarte a esta… nueva etapa de tu vida.

-¿Qué son esas otras cosas de las que hablas? ¿Y a qué te refieres con “nueva etapa de mi vida”? ¡Yo debo volver! ¡Tengo que volver a mi casa, y tengo que ver a Jenna, y…! –se me quebró la voz. Quería volver a mi vida. No sabía lo que había estado haciendo desde que desperté ese día.

As se levantó de su asiento y se sentó a mi lado. Me abrazó y palmeó mi espalda. Creo que lo escuché decir un “ya, ya” a la misma vez que se aseguraba de poder abrazarme y seguir sosteniendo su revólver al mismo tiempo.

-Mira, Claire, no sé cómo decirte esto, y menos ahora… Pero Jenna ha… muerto –dijo él con una voz en plan “no es gran cosa”.

Abrí mis ojos, que brillaban por las lágrimas acumuladas. Miraba al suelo. Quedé en silencio varios minutos, mirando el suelo mientras As me abrazaba.
Pensé en Jenna. Esa chica tan tierna que perdía todo, siempre estaba despistada y tenía que ir a la sección de niños para encontrar su talle en las tiendas de ropa.
Esa chica que en momentos de necesidad me había ofrecido una llave, la llave de su piso, tras decir “Puedes ser mi compañera. Será divertido”. ¿Cómo podría haber muerto? ¿En qué circunstancias?

-Mentira –susurré.
-¿Mh?
-Es mentira. Estás mintiendo. Eres un mentiroso –le espeté.
-Claire… Yo no estoy… -pero se calló.
No le di tiempo para terminar de hablar. Me saqué su brazo de encima y corrí a la puerta de salida.
Dejé el bar “Infierno” y corrí varias cuadras. No demoré en notar que As corría atrás de mí, persiguiéndome.

Me logró tomar por el cuello de la musculosa. La parte frontal del cuello me estranguló y me obligó a detenerme.
-Perdona, Claire. No quería recurrir a esto. Habías prometido que te portarías bien.
Colocó el arma nuevamente contra mi cabeza. Apretó con sus dedos la parte posterior de mi cuello, provocándome un gran dolor.
Comenzó a dirigirme hacia el bar nuevamente, solo que esta vez le di un fuerte golpe con el codo en las costillas, y traté de escapar.
Antes de que me diera cuenta, As colocó la pistola contra mi cabeza, tiró del gatillo y disparó.
Me encontré segundos después con los dientes apretados y los ojos cerrados.
Poco a poco, los abrí. Lentamente.
No estaba muerta.
-¡Que te valga la inocencia! –Dijo riendo el imbécil de As.
-P-pero qué…
-¡No tiene balas! –Explicó sacudiendo el revólver.
-¿Fue todo una treta para que te haga caso? ¿No pensaste en dispararme en ningún momento? –Yo estaba desconcertada.
-¡Ni hablar! Eres muy valiosa para eso… Sin embargo, también tengo buenas habilidades manuales -se sonó los dedos-. No te recomiendo intentar escapar de nuevo, Claire. No sabes adónde ir, no tienes idea de dónde estás, siquiera. –Dijo seguro de sus palabras.

Y tenía bastante razón.
Tal vez él fuera el único guía que tenía, y tal vez solo él podía explicarme lo que había sucedido tres noches antes.
Me volteé. 
Miré el océano de los ojos de As.
-Acepto. Llévame. Haz lo que planeabas. Muéstrame en qué estoy metida. Creo que no tengo ninguna opción –Mi resignación se notaba en mi tono de voz.

Entonces, As me tomó la mano. Sentí el calor en mis mejillas.
Hasta entonces no lo había notado, pero As era bastante guapo.
Caminé de manera sumisa y de su mano de regreso al bar.

Como un juego de Poker [En pausa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora