Capítulo 2.

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"Los diamantes son pulidos y llevados al fuego para llegar a su formato ideal

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"Los diamantes son pulidos y llevados al fuego para llegar a su formato ideal. Del mismo modo, muchas veces de manera dolorosa somos moldeados, pero el resultado es una joya de alto valor."
(Carla.B)

P.O.V Hope

A veces los sueños son un camino más fácil que el enfrentamiento a la cruel realidad.

El sonido de mi teléfono me despertó de golpe. Extendí mi mano derecha hacia la mesita de noche, agarrándolo y notando que la llamaba provenía de un número desconocido.

Eran las 4 de la mañana.

¿Quién demonios llamaba a esa hora?

—¿Bueno?—contesté aún durmiente, colocándome la almohada sobre la cara.

—Espero que estés despierta—gritó esa voz irritable que conocía tan bien. La señora Ángela.

Una vez más me sentía dividida en mi interior, en si debía o no hacer esto. No era correcto lo que pasaba. ¿Y qué tal si a Andrew no le gustara mi forma de ser?

—Son las 4 de la mañana.

—Estoy fuera de tu casa.—habló y me asusté. Me acerqué al lado de la ventana mirando la calle y ahí estaba—. —Te espero aquí. No tardas porque tenemos que hablar sobre algunos detalles.—dijo una vez más y después colgó rápidamente, dejándome desconcertada.

¿Y esta mujer quién se cree?

Decidí dejar para más tarde el monólogo. Me di una ducha rápida y me puse el vestido. Me solté el cabello castaño con rizos grandes que llegaban hasta más abajo de mi cintura. Me hice un maquillaje natural, simplemente estiré mis pestañas y me puse un lápiz labial rosa pastel. Al final me puse los zapatos planos en el mismo color rosa pálido de encaje con pequeños bordados dándole forma a las flores que tenía, y en el borde una cinta color dorado. Por último tomé mi bolsa y metí ahí una agenda y los tacones. Me dirigí rápidamente a la puerta cuando una voz me regañó.

—¡Dios!—gritó mi abuela—. ¿A dónde vas con ese vestido tan corto?—se acercó mi abuela, regañándome y tirando de mi vestido hacia abajo.

Lo que me faltaba...

—¿En qué trabajas, Hope?—pregunta indignada—. Ese no es un vestuario digno de una niña decente. Yo no te críe así—me regañó con una mirada enojada.

—¡Ay, abuela!—me quejé—. No es para tanto, hasta que cubre mis rodillas—añadí—, tenía que salir urgente de la casa o iba a morir en el encuentro con la señora.

—¡No vas a salir así de esta casa, Hope!—me tomó por el brazo—. Ven, vístete como una persona normal.

—Si vieras cómo se vestían las otras chicas.—dije y ella me miró pensativa—. Vestidos que dejan ver casi todo.—seguí hablando y ella puso sus manos sobre la boca, negando con la cabeza.

• UNBREAKABLE ©® 1º• [+18]Where stories live. Discover now