Aún en los inicios de la civilización ya existían los prejuicios, los juzgamientos por la diferencia y la intolerancia incluso con las mismas personas de su pueblo, incluso con sus hijos. Abigail un día se cansará de su madre y hermana, correrá con la suerte de conocer al príncipe de Egipto, futuro faraón y sin quererlo se convertirá en la luz de su vida, en su Isis y con el trono también llegará el poder y la venganza, Aten buscará justicia para su reina y la reina no dudará en cobrarse todas y cada una de las que le hicieron, demostrando así que por ser la protagonista no tiene que ser precisamente la buena.