DÍa: Jueves
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– ¡Levántate basura! – El hombre golpeó bruscamente al pequeño niño, ocasionado que se levantara con dificultad para respirar, se aproximó hacia él y lo arrastro hacia la calle – No vuelvas hasta que hayas conseguido dinero – Esas fueron las últimas palabras del hombre, antes de cerrar la puerta. El indefenso niño se levantó intentando buscar un poco de calor sobre su cuerpo, al llegar a un lugar casi desconocido dejo caer su pesado cuerpo hacia el suelo, el cual no podía mantenerse de pie por los constantes golpes de aquel hombre.
- ¡Aaah! – Gritó el pequeño niño al despertar. El niño se había convertido en un joven, un joven que no podía olvidar aquellos malos recuerdos. La dificultad para respirar seguía constante, cada vez que recordaba a aquella persona. Esta vez intentaba buscar calidez en aquella delicada manta que cubría su cuerpo, pero aquel recuerdo no lo dejaba dormir.
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Yugo entro en el salón con un aura más fría y aburrida que de siempre, su día no fue del todo feliz.
Durante toda la noche tuvo que organizar sus futuras clases planificadas y enviárselas al director, Por lo tuvo que amanecerse.
Su carro por algún extraño motivo se negó a arrancar y tendría que cambiar el motor, por lo que prefirió ir en bus.
Escuchar a los niños murmurar y recoger comida del piso para después metérsela a la boca fue una escena traumatizante que talvez nunca olvidaría.
- Parece que tuvo un buen día – Exclamó Nat, al ver su pésimo rostro.
- Fue uno de los mejores –. hablo entre dientes. Yugo lanzó su maleta a la mesa y dirigió su mirada hacia la clase – Se ven felices. Hoy haremos grupo y recuerden si una falla uno, fallan todos.
- ¿¡Que!? – Gritaron los alumnos borrando la sonrisa de sus rostros, cambiándolas por preocupación.
- Me agradan esas caras, pero no sus comentarios, así que por suerte hoy estoy de muy buen humor – Su frio rostro mostraba lo contrario – Intentare reunirlos de la mejor forma, a ver...
***3 minutos después***
- Bueno esos fueron todos los grupos –. Se acercó a la mesa de Ray y le entregó un folder de hojas donde se encontraban todos los tema que tratarían cada grupo – Repártelos y mañana me hablan como se organizaron todos, yo necesito un descanso – Se retiró del salón, cerrado la puerta con fuerza.
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– Buenos días profesor Yuugo – saludó Diana, la chica que se encargaba de servir en el cafetín.
– ¿Qué tiene de buenos los días? – preguntó Yuugo mientras probaba un bocado del café.
Diana se sentó al lado de Yuugo – ¿Qué le sucedió?
– Resulta que hoy me cedieron el asiento resguardado del bus – Comentó sin apartar su mirada del café.
– ¿Eso es algo malo?
– Esos asientos son resguardados para gente mayor de edad y con alguna discapacidad – Dirigió su mirada a Diana – ¿Ves que tengo alguna discapacidad?
– No – respondió Diana mientras se daba cuenta a que refería. Soltó una dulce carcajada, la cual incomodo a Yuugo.
– sí, claro búrlese.
– No me estoy burlando, solo que me causa gracia como toma las cosas que le suceden.
– ¿debería fingir que estoy feliz porque me toman de viejo? – Yuugo intentó hacer una sonrisa forzada.
– ¿Podría dejar de hacer esa cara? – preguntó Diana intentando dejar de reír, ante la graciosa risa de Yuugo.
– ¿Cuál? Esta...- Yuugo intentaba hacer muecas con su cara, ocasionando que Diana no pudiera dejar de reír -...o ¿Esta?
– Esa cara te da mejor que la siempre llevas – añadió Lucas sentándose al lado de ellos 2. Yuugo se detuvo ante su comentario.
– ¿Qué haces afuera sin tus pollitos? – preguntó Yuugo, buscando con la mirada a los niños.
– Adivina quién los está cuidando – Lucas observó el menú del cafetín.
– Supongo que Oliver.
– Negativo.
– ¿No me digas que se hartó de cuidar mocosos?
– No. Solo que esta algo ocupado, sus amigos decidieron cuidarlos por mientras.
– ¿Qué pedirá profesor Lucas? – preguntó Diana con una sonrisa.
– Creo que té, o algo dulce – Respondió Lucas – Eh, Diana, que te parece si nos llamamos por nuestros nombres, ¿Somos amigos, cierto?
– sí. Lucas – añadió Diana con una sonrisa y se dirigió hacia la cocina para traer el pedido de Lucas.
- ¿Parece que hoy no tuviste un buen día? – habló Lucas mirando las vibras negativas de Yugo.
– Si.
– ¿Te llamaron viejo? – añadió Lucas.
– ¿Por qué siempre aciertas? – comentó Yuugo sorprendido.
– El día que ingreso la alumna nueva, dijiste que te preguntó si eras mayor de edad, pues tienes el mismo rostro de ese día.
– ¿Creo que todos mis alumnos se preguntan eso?
– La chica que te pregunto eso, se llamaba... - Lucas intentó recordar el nombre de la chica nueva.
– ... T/N, T/A – respondió Yugo. (T/A= Tu apellido.)
– ¿No sé, pero creo que he escuchado un nombre parecido en algún lugar?
– Creí que te habías dado cuenta.
– ¿Cuenta de que?
– Es la hija de Asher.
– ¡¿Asher?! – habló Lucas levantándose de su asiento con asombro.
– Tu actitud de asombro es semejante a la de mis alumnos cuando se dan cuenta que casi reprueban la materia.
– Lo lamento... – Lucas se volvió a sentar - ... pero no lo puedo creer.
– Sabias bien que Asher se casó con Alice, no comprendo tu asombro, obviamente tendrían que... - Yugo se detuvo y se acercó a Lucas para susurrarle en el oído.
- ¡Qué demonios! - Lucas apartó a Yuugo de su lado - ¿por qué demonios me cuentas eso? Obviamente sé que es lo que hicieron. Lo que me asombra es que su hija estudia aquí.
- No te molestes hombre, solo quería aclarártelo – Yuugo no puedo evitar reír.
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Después de que Ray entregará los papeles, los grupos empezaron a reunirse según sus participantes, lo cual parecía ir bien, algunos decidieron ir a organizarse en algún lugar más cómodo.
– Qué suerte ¿no lo creen? – preguntó Emma con una sonrisa – Nos tocó juntos.
T/N soltó una sonrisa – sí, Eso creo...- Dirigió su mirada hacia Don el cual parecía no tomarles importancia.
– Deberíamos repartirnos las tareas – añadió Ray observando la lista de cosas que tenían que hacer.
– Seria lo correcto, creo que...
– ¿Chicos pueden apresurarse? – habló Don con desanimo.
– ¿Don tienes muchas cosas que hacer? – preguntó Norman observando la actitud de Don.
– y a ti que te importa – añadió Don.
Norman se sorprendió ante la respuesta - Solo quería saberlo, pareciera que estas algo disgustando ¿Qué te parece si vamos todos a...
– No. No quiero una de sus invitaciones.
– ¿Don te sucede algo? – preguntó T/N.
– ¿Por qué me preguntan eso todas las veces?
– Pareciera que algo te molestara, queremos saber que es – Añadió Emma.
– Sí. Eso es...-Don se levantó de su asiento - ... me molesta lo hipócritas que son.
– ¿Hipócritas?
– Sí ¿Les preocupo? ...– se acercó a T/N –... o solo lo fingen.
– Don tú en realidad nos preocupas – Habló Emma – somos tus ami...
- ¡No lo digas! ¿Por qué finges ser una dulce persona? ¿Crees que por eso tienes derecho a que todos te amen?
– Don deberías detenerte...
– ¿Que harás si no lo hago Norman? ¿Me golpearas? Con esa fuerza física no podrías ni levantar un ladrillo.
– Don no lo digo por pelear, solo que pareces un poco alterado.
– ¿Alterado? No, no estoy alterado, pero podría estarlo ...– Don golpeó la mesa con fuerza - ¿¡Ahora me vez alterado!?
– ¡Don detente! – gritó Gilda.
Don tomó una respiración profunda – Solo dejen de fingir que les importo.
Emma se acercó a él e intento tomar su mano - Don tu nos importas.
– Mientes – Don rechazo las manos de Emma - ¡¿Por qué me dejaron solo, cuando más lo necesitaba?! ¡¿Por qué no me ayudaron?!
– ¿Don de que hablas?
– ¡CONNIE ESTA APUNTO DE MORIR! – Aquel grito de desesperación, dejo algo en claro, Que ninguno de los presentes sabía nada sobre eso - ¿Por qué no me visitaron los días que falte? ¡Quería que alguien estuviera a mi lado! No soy de confiar en la gente, pero confié en ustedes y creí que alguno, por lo menos uno de ustedes me ayudaría ¡Ella... Ella está muriendo! – En ese momento los intentos de ocultar el dolor se rompieron y el rostro de Don se llenó de lágrimas.
El asombro de los presentes era grande.
– Dejen de fingir sentir pena, Por qué ya tengo suficiente con la mía – Don salió de aquel lugar.
– ¡Don...- Gilda corrió hacia él intentando hablar con él.
Pero Don no quería detener sus pasos.
– ¡Don! – los gritos de Gilda hacia él eran inútiles. Gilda había logrado alcanzarlo, estaba frente a él impidiendo su pase, su pequeña estatura no la ayudaría, pero tenía que intentarlo.
– Gilda sal de mi camino. No pienso decirles algo más a esas personas que...- Gilda se acercó a él y lo golpeo en la cara. La cual lo sorprendió.
– ¡Ellos son tus amigos! – Grito Gilda enfurecida - No pienso ignorar lo que haces. No quiero perderte, No quiero perderlos. Sé que es lo que haces. Estas enfurecido, estas enojado, pero no con ellos... - Gilda tomó las manos de Don con delicadeza -... lo estas contigo. Tienes miedo, tienes miedo de perder a tu hermana. Pero si sigue descargando, el odio con las personas que siempre te ayudaron lo único que conseguirás es apartar a todo el mundo de tu lado.
– No. Ellos ignoraron lo que me pasaba y...
– Buscaste lo malo en los demás y le echaste la culpa a ellos. Pero tú mismo lo sabes. Sabes que solo descargas tu ira contra ellos. Por que como yo y como todos, no eres más que un joven confundido y débil – Aquellas palabras llegaron al corazón de Don el cual se desplomo, no podía mantenerse de pie.
– ¡No quiero perderlos! ¡No quiero perder a nadie! – Don se aferró de Gilda, la cual lo acariciaba dulcemente - Lo lamento Gilda. Soy un idiota, que lo único que sabe hacer es dañar a los demás y hacer que te preocupes por mí – Don dirigió su mirada hacia ella – Gilda quédate a mi lado – Habló acariciando sus mejillas.
– Siempre lo haré – comentó Gilda con una sonrisa, intentando secar sus lágrimas.
Don se aproximó hacia ella y coloco sus labios sobre los suyos, acariciando su cabello, Se alejó de ella y se dejó caer su cabeza sobre las rodillas de ella.
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– ¿Has oído hablar de Norman? – preguntó una chica, añadiendo algo por lo que conversar.
– Sí. Es un bombón. Si no estuviera siempre con la tal Emma, tal vez me acercaría a él.
– ¿Quién es Norman? – preguntó la chica de cabello largo, con curiosidad de lo que hablaban sus compañeras.
– ¿No lo dices en serio o sí, Valima?
– ¡ay! Hablamos de Norman, El chico albino. Es tan lindo, sus ojos y esa sonrisa...
– No deberían enamorarse solo por el aspecto de alguien, deben saber cómo es la persona.
– Pues... Es tierno, cuando esta con esa Emma. Es un poco frio cuando alguien le habla, su dulce sonrisa es de ángel y es inteligente.
– ¿Inteligente?
– Sí. Postulo para ser presidente y sus notas son unas de las mejores de la escuela – La chica recordó algo importante – ¡Claro! Recuerdas la beca a la que postulaste, él fue el ganador de primer lugar...
Valima detuvo sus pasos – ¿En qué clase se encuentra ese tal Norman?
Aquella muchacha lleva como nombre Legravalima o para "La princesa". Aunque no se sabe el verdadero motivo de aquel apodo, muchos dicen que tal vez sea por el hecho de que su padre es un gran matemático.
Creo que sería un buen momento para recordar el nombre de esta joven.
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al inicio escribí el pasado de alguien espero que averigüen de quien es, por que pronto entraremos en ese tema, y pues de nada gracias por leer esta novela y hasta el próximo capitulo.
🔥 "FIRE" 🔥
NANANANANANANA
*suena la música*