Domingo, 23 de diciembre
—Con un poco de suerte—dijo la enfermera jefe, hojeando las páginas de la gráfica de Liam—, será capaz de volver a casa en Nochebuena. Tendrá que hacer reposo forzoso en cama pero el médico me ha dicho que está dispuesto a darte el alta para que sane en casa.
—¿Asumo que eso es realmente lo que el médico ha aconsejado?—La madre de Liam interrumpió y miró a Zayn con suspicacia.
Como si tuviera algo que ver con un gran nefasto plan para llevarse a su hijo del hospital. La enfermera la miró sin comprender y luego volvió su atención a las notas.
Probablemente estaba acostumbrada a que los familiares quisieran oír las noticias directamente de los médicos o los cirujanos.
De lo que Zayn había observado durante su tiempo sentado en la recepción, sin embargo, era que en realidad eran las enfermeras quienes dirigían el espectáculo.
—Sí, eso es lo que el médico le aconsejó, y parece muy probable—fue lo que ella respondió, haciendo caso omiso ante la preocupación que incluso Zayn pudo oír en la voz de la madre de Liam.
Él había descubierto mucho acerca de ella, Karen, en los últimos días, lo más importante era que bajo esa ordenada fachada social que llevaba tan bien ocultaba el miedo por su hijo.
—Gracias. —Zayn alivió la tensión, apoyándose en su novio y golpeando sus hombros suavemente.
—Es una buena noticia, ¿eh?
Se había sentado en el borde de la cama de Liam tan pronto como pudo, con cuidado de no tocar ninguna parte que le causara dolor.
—Tenemos tu viejo cuarto listo, Liam—dijo Karen.
El corazón de Zayn dio un vuelco. Había estado esperando que de alguna manera pudiera involucrarse en su cuidado. Lo que Liam dijo a continuación hizo que se sintiera por dentro como gelatina.
—Estaré bien, mamá—comenzó—, me quedaré con Zayn.
Karen no perdió el paso, sólo continuó poniéndose su chaqueta. —Es tu elección, cariño.
Se intercambiaron besos, se comprometieron a visitarlo al día siguiente, y finalmente desaparecieron.
Ahora solos, Liam estaba medio dormido y los ojos brillantes de Zayn estaban centrados en la pequeña porción de piel en el pecho de su amante que la bata de hospital revelaba.
No podía dejar de tocarlo, tranquilizado por el aleteo del pulso en el cuello de Liam.
¿Dónde iba Liam a dormir en su pequeña habitación? ¿Habría realmente espacio para un enfermo en su cama en la casa de Amelia? ¿Liam incluso querría compartirla? Si no, Ame tenía un sofá cama en su sala de estar.
—¿Qué estás pensando?—Liam preguntó con brusquedad y tosió. —Te ves muy serio.
—¿Estás seguro que quieres estar conmigo cuando salgas? Quiero decir, tienes amigos que tienen casas grandes, y vaya, Liam, ¿no tienen tus padres esa enorme mansión en la ciudad? Y también tienes tu propia casa…
Liam frunció el ceño hacia él, moviendo su mano sin ataduras para agarrar la camisa de Zayn y acercarlo más.
—Me gusta tu lugar. Y... Te amo—susurró—¿Dónde más iba a querer estar?
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Espero y no haya sido el unico al que le dio los feels por tanto amor que derraman :'). (les dije que estos capítulos los amarían mucho a ellos dos)
Ando nostalgico porque este par es perfecto TuT.
Para el siguiente capítulo les prometo, más amor, sentimientos y una sorpresa incluida, gracias a todos por tomarse un minuto de su tiempo y leer este proyecto :').
Voten, Comenten y Recomienden la Novela.
Nos leemos en el próximo capítulo.