Recuerdo nuestro primer beso, cierro los ojos y siempre que puedo voy a algún lugar más lejos. Igual que las letras en la arena, donde las olas pasaron, siento que vas a desaparecer a algún lejano.
Through the night—IU
HANA.
Una música comenzó a sonar a lo lejos haciendo que me queje por el ruido. Me moví un poco pero el peso de algo en mis piernas hizo que frunciera el entrecejo. Abrí un poco mis ojos y me encontré con un Jimin dormido demasiado cerca de mi rostro.
Al instante la vergüenza inundó mi cara, me quise separar pero la mano de Jimin en mi cintura me lo impidió, agregando que sus piernas estaban enrolladas en las mías.
Oh Dios. ¿En que momento nos acomodamos así para dormir?.
Hice de nuevo el amago de apartarme pero Jimin se quejó acercándome más a él, abrí mis ojos al ver como literalmente casi chocaba mis labios con los suyos.
—Jimin— susurré para que despertara.— Jimin— lo sacudí un poco.
—Hmm, unos minutos más — dijo dormido y con voz ronca acomodándose, esta vez alejó un poco su rostro del mío.
Solté un suspiro, me di cuenta que Jimin seguía siendo guapo aún dormido. Su carita hinchada, su pelo todo desordenado y aún así sigue viéndose tierno. ¿Que tipo de hechizo tiene este hombre?
Inconscientemente dirigí mi mano a su rostro dándole suaves caricias al mismo tiempo que lo contemplaba al verlo tan sereno. Moví algunos mechones rebeldes de su rostro y una vez más pude sentir a mi corazón latir como desquiciado con tan solo verlo.
Jimin comenzó abrir sus ojos despacio, sin embargo no desvíe la vista. Entonces nuestras miradas quedaron entrelazadas y pude ver la pequeña sonrisa que asomaba por el rostro de Jimin, haciéndome sentir millones de cosas en tan solo segundos.
—Buenos días, linda— habló Jimin en voz baja mientras me atraía a él para abrazarme un poco.
—No me digas así — susurré avergonzada por el apodo y porque me llevó más a él hasta el punto de chocar con su pecho.
Jimin se alejó mirándome confundido.
—¿No quieres que te diga linda?
—No.
—No va poder ser, porque yo a ti te considero la persona más bonita.
Mis mejillas se incendiaron cuando me separó de él y besó mi frente.
—Deja de ser tan cursi— formulé avergonzada.
—Lo siento, es mi naturaleza, deberías saberlo— dijo soltando una risa.
—¿Que hora es?— pregunté mirando la ventana, el día estaba nublado.
—He dejado mi celular en el sofá — dijo Jimin mientras se estiraba.
Giré para alcanzar mi celular que estaba en la pequeña mesa de luz de Jimin.
Abrí mis ojos al darme cuenta que íbamos media hora tarde.
—¡Jimin, vamos tarde!— pronuncié levantándome con rapidez.
—¿Que?— Jimin de igual modo se levantó confundido.
—¡Que vamos media hora tarde, idiota!— exclamé mientras me dirigía al baño para ponerme el uniforme, ya que Jimin me había prestado algo de su ropa.
(...)
—¡Apurate!— le dije a Jimin, mientras agarraba su brazo para seguir corriendo.
—Espera Hana, aún estoy dormido. No puedo correr así — habló Jimin agitado mientras se paraba para tomar aire.
—¿Eres consciente que a esta hora tenemos matemáticas?— le pregunté para que entrara en razón.
—Si ¿Y qué?— contestó mirándome.
—¡Que esa profesora nos va a dar una patada en el culo a los dos si llegamos más tarde de lo que ya estamos!.
—Ay Hana, no te alteres. Faltamos a esa clase y ya, no hagas tanto drama— Jimin comenzó a caminar, como si no estaría llegando una hora tarde al instituto.
Será que yo estoy acostumbrada a llegar a horario a clase o como dice Jimin estoy haciendo drama por una tontería.
Llegamos al instituto, el portero nos miro de mala manera diciendo que entremos antes de que alguien nos vea, o más bien, la directora nos vea rondando.
—¿A donde vamos?— pregunté al saber que no íbamos a entrar a la clase de matemáticas.
Jimin agarró mi mano y me condujo entre los pasillos, hasta que supe a donde me estaba llevando. Al salón de baile.
—¿Por que vamos allí?
—Si quieres ir al patio para que algún docente te vea y te regañe, está bien. Yo prefiero evitar eso.
Rodee los ojos mientras entrábamos al salón .
—¿Y ahora que se supone que haremos?— pregunté mientras me sentaba.
—Hoy estas muy preguntona— carcajeó Jimin, sentándose a mi lado.
Hice una mueca de molestia, mientras miraba a otra parte.
—Ya, no te enojes— Jimin me agarró los hombros haciendo que un pequeño abrazo se formara.—No se que quieres hacer tú, yo con solo estar en silencio me es agradable porque estas a mi lado.
Un remolino se armó en mi estómago por las palabras de Jimin.
Bajé la cabeza evitando a que mire el sonrojo que me había provocado.
—¿Que sucede?— preguntó Jimin juguetón, seguramente con una tierna sonrisa—¿Te puse tímida?
—¡Ya Park!— murmuré avergonzada tirándole un manotazo. Jimin comenzó a reír, levantó mi cabeza, cerré mis ojos para no mirarlo. La vergüenza inundaba en mí.
—Mírame Hana— Pidió Jimin divertido. Negué con la cabeza, seguramente mis cachetes debían estar rojos, rojos por la vergüenza.
—Hana— esta vez susurró muy cerca de mi rostro, de inmediato abrí mis ojos. Su ojos color café oscuro chocaron con los míos. Nos mantuvimos en silencio, Jimin estaba sereno, mirando mi rostro hasta que su mirada quedó en mis labios. Por inercia me los relamí cosa que hizo a Jimin tragar saliva.
De a poco Jimin comenzó acercarse, mis latidos empezaron a descontrolarse, la respiración cada vez se iba más al ver aquella mirada de deseo a mis labios, esos ojos brillosos.
Cuando estuvo demasiado cerca de mis labios, casi rozándose, preguntó.
—¿Puedo besarte?— dijo en voz baja, íntimo pero lleno de emociones.
Asentí con timidez, mi cuerpo temblaba, mis pensamientos estaban estancados.
Y sus labios se unieron a los míos.
En ese instante una gran explosión se armó en mi interior. Las famosas mariposas comenzaron a revolotear en mi estómago con furor. Jimin comenzó con el beso suave, lento, disfrutando de los labios del otro. Llevé mis brazos detrás de su cuello y él con respeto y delicadeza me agarró de la cintura. Sus labios eran suaves, su forma de besar comenzaba a gustarme conforme pasaban los segundos.
Nos separamos un segundo, al instante una hermosa sonrisa decoró sus labios, viendo sus dentadura de cerca y recién pude notar ese pequeño diente chueco, aún así su sonrisa seguía viéndose como lo más bello. También sonreí apenas, sintiendo las emociones del momento. Nuevamente Jimin juntó nuestros labios.
De pronto, la imagen de ese monstruo horrible apareció en mi mente atormentandome. Quise ignorarlo, pero sus acciones, sus sucias palabras y en la forma en la que abusaba de mi, volvía a mi. Me separé de Jimin bruscamente.
—¿Estas bien?— Jimin me observó preocupado.
Bajé la mirada por las lágrimas que se acumularon. No podía estar bien.
—Lo siento Jimin— me disculpé.
—Hey— Jimin alzó mi cara, mirándome de manera suave y compresiva —¿Por que te disculpas? No has hecho nada malo.
—Lo siento— seguí diciéndole, por estar ocultando lo que realmente me pasaba, del infierno que estaba enfrentando sola.
—Ya, ya. No llores, hermosa— Jimin me abrazó.
Lo que quedó de hora, nos quedamos así, abrazados. Con la calidez de Jimin que lograba calmarme.
🍂
—¿Te sientes bien?— Hyomi me miraba con curiosidad y al mismo tiempo con una ligera preocupación.
—Si— respondí.
—Estas como rara.
—Jimin y yo nos besamos— le dije directamente.
—¡¿Que?!— Hyomi soltó un grito haciendo que las miradas de todo el salón quedara en nosotras. La profesora se dió vuelta dándonos una mirada severa.
—¿Pasa algo señorita Choi?— Hyomi bajó un poco la cabeza debido a la vergüenza.
—Perdón, no volverá a pasar.
—Eso espero— dijo en una mueca volviendo a escribir en la pizarra.
Le pegué en el brazo haciendo que se queje.
—¿Como vas a gritar así?— la rete.
—Bueno perdón, es que me agarró desprevenida eso. ¿Cuando sucedió?— habló un poco bajo.
—Fue esta mañana— dije comenzando a copiar lo del pizarrón.
—Quien diría, el chico anónimo por fin cumplió su sueño. ¿Como te sientes tú?
—No lo sé, tengo todo un lío en la cabeza desde que Jimin se confesó — dije escribiendo desganada.
—Es normal, yo estuve de la misma manera cuando Taehyung se me confesó. Pensé que me estaba haciendo una fea broma.
—Pero lo mio y Jimin es diferente. Yo ya no soy la Hana de antes, yo si siento que Jimin tal vez esté haciendo todo esto por pena. Y me da miedo, porque últimamente Jimin me esta haciendo sentir cosas que hace mucho no sentía. Tengo miedo de depender de Jimin sentimentalmente, de que algún día me falte como sucedió con Jungkook.
— Jimin no haría eso. Se le nota el amor que te tiene. Un año Hana, un año mandándote cartas y no le importó si las leías o no, si te las tirabas o te dignabas a leerlas. Él nunca se rindió ¿Y piensas porque ya no eres la misma él dejará de quererte así de la nada? Si fuera un chico que te quiere para el rato lo creería, pero Jimin no parece ese tipo de chico. No te menosprecies y disfruta la compañía linda de Jimin.
Bajé la mirada pensando en lo que dijo. Tenía razón, Jimin definitivamente no sería capaz de jugar con los sentimientos de alguien, pero la inseguridad era conmigo. ¿Y si lo aburría? ¿Si se cansaba de mi? ¿Y si alguien le hacía burla por mi culpa?.
Solté un suspiro con tristeza.
—Ya— Hyomi tocó apenas mi mano dándole un apretón.— Quedate tranquila, todo estará bien.
Sonreí apenas, asintiendo con la cabeza.
Quería creer que todo estaría bien.
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