En una majestuosa mansión un hombre de cabellos rubios, entraba por la puerta, esa mañana había recibido una nota de su Madre, pidiéndole que fuera a comer a la Mansión que lo vio nacer, a pesar de negarse a la mayoría de las peticiones de sus progenitores, no podía decir no a una simple comida, que mal podía tener. Inocentemente pensó Draco, sin saber la sorpresa que le tenía preparada su Madre, llego al salón donde el elfo lo llevo.
Al pasar las puertas, de inmediato sintió un aroma particular, al ingresar al lugar vio la espalda de una mujer, que le traía recuerdos, no dolorosos pero si molestos, la vio con su vestido largo, portado con la mayor elegancia, giro con delicadeza su cuerpo, para poner sus ojos en el hombre apuesto que de igual forma a la mujer femenina le traía algunos momentos agradables a su mente, sonrió y con un caminar coqueto se acerco al joven con mirada altiva, el por su parte puso una mueca de asco cuando intento besarlo, si había algo que odiara mas el joven Malfoy esa era una mujer mentirosa, podría ser todo pero engañar no, la tomo por los hombros y la alejo de su cuerpo, paso a su lado para llega al lugar donde estaban las bebidas sirvió un poco de whiskey y bebió, la observo detenidamente sin hablar.
- ¿Qué quieres?,- cuestiono después de unos minutos.
- Vengo a tomar el té con tu Madre,- el rubio asintió y poniendo una mueca se dio me día vuelta, antes de que saliera por la puerta la voz de la joven lo detuvo,- pero ya que estas acá, podemos charlar unos momentos,- el solo se quedo dándole la espalda, mientras el aroma delicado avanzaba hacia él,- sabes he pensado mucho en ti,- aseguro con voz coqueta,- no he podido olvidarte y siento que tu tampoco,- el rubio soltó un bufido.
- En realidad Astoria hace mucho tiempo te olvide,- la mujer se paralizo, cuando al ver girar el cuerpo del rubia su mirada era fría,- ¿en verdad te crees tan importante?,- pregunto con sarcasmo,- por favor eres como todas las mujeres, no vales tanto como piensas,- puso su mano en la mejilla de la mujer, haciendo que esta se estremeciera,- por lo que veo, tu si te sientes atraída aun por mí, pero que lastima, para mí no existes,- la bruja molesta quiso golpearlo, mientras el detenía su mano,- no querida eso no se hace, tú fuiste la traidora, la que mintió así que ahora no vengas con tonterías, te largaste con él, pues vuelve a sus brazos, que a mí no me importa en lo más mínimo,- la bruja herida, se dio media vuelta con aires de grandeza y se marcho, dejando una risa de satisfacción en el rostro del rubio. Segundos después unos pasos sonaron en la estancia, cuando el giro su cuerpo, vio a sus Padres, la hermosa rubia de Narcissa, tenía en sus labios una mueca maliciosa mientras que el hombre tenía una mirada de altanería, ambos a pesar de la edad seguían teniendo un porte increíble.
- ¿A qué se debe esto Madre?.- pregunto a su progenitora.
- Sabía que querías decirle algunas cosas,- el rubio solo sonrió de lado,- y como siempre encantador,- aseguro la mujer,- me entere que su marido la dejo, su madre ha insistido en que se reúnan así que la invite a tomar el té,- comento como si hablara del clima,- me alegro que su encuentro haya sido gratificante,- el joven paso a lado de la mujer que le dio la vida y beso su mano.
- Gracias por el encuentro Madre,- camino saliendo de la habitación, para salir de aquella mansión.
Los momentos llegaron a la mente del joven, Astoria le daba gracia el volver a verla y sobre todo con el plan de su Madre. Después de que el saliera de askaban, ellos iniciaron una relación en secreto, el había estado mucho tiempo tratando de recuperar el nombre de su familia, al igual que sus bienes, una vez logrado y posterior a la salida de askaban de sus Padres, un año después de aquel suceso, el decidió proponerle matrimonio, según el porqué era lo que debía hacer, la joven acepto.
Solo para que una semana antes de la boda, ella se fugara con otro, según ella porque lo amaba, eso no le dolió le molesto al joven Malfoy, ya que su orgullo había salido herido por una niña tonta, así que ahora cuando la tuve enfrente no pudo evitar decirle todo aquello que pensaba de ella, le falto pero no tuvo tiempo, así que su Madre había sido tan astuta para concretar una cita para que ellos se encontraran.
Si alguien había estado molesto por la situación, eran los Padres del rubio, así que entendía el plan de su progenitora, sonrió pensando que ella era una autentica Slytherin, continuo con su camino a su departamento, pensando que era satisfactorio haberle dicho unas cosas a esa mujer que pensó podría jugar con un Malfoy y salir ilesa.
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Una mujer de cabellos cortos castaño oscuro estaba frente a las puertas del departamento de transporte mágico en el ministerio Francés, estaba nerviosa pues de verdad no creía que su estuviera regresando a Londres, lugar del cual quiso desaparecer, sabía que al regresar amargos recuerdos la inundarían, al igual que personas la llenarían de reproches por no visitarlos con frecuencia. Abrió las puertas, cuando vio al encargado entregándole en traslador.
La noche anterior, se había preguntado si hacia lo correcto, pensó en las palabras de Cassandra, percatándose que era cierto, el momento de enfrentar su pasado había llegado, tomo el objeto para sentir el tirón que siempre le había molestado, el estomago se le revolvió y cerró los ojos, cuando sus pies se sintieron en el suelo, se aventuro a abrir sus orbes cafés, observando la estancia de un lugar lleno de elegancia, un hombre le pidió sus datos junto con la razón de su visita, cuando ella le hizo saber si identidad el hombre la saludo con respeto, le informo que el jefe del departamento de seguridad mágica sería el encargado de recibirla con mayor protocolo, la bruja solo asintió en realidad no le importaban ese tipo de atenciones, así que espero pocos minutos hasta que una voz familia sonó a sus espaldas.
- Señorita Granger vengo a guiarla a su nuevo hogar,- una voz seductora lleno los oídos de la castaña, provocando una sonrisa en sus labios, ella giro su cuerpo para observar frente a ella, a un hombre realmente guapo a pesar de su edad su atractivo jamás se esfumaría.
- Sirius,- saludo mientras lo abrazaba. La castaña tenía una historia muy interesante con el merodeador, durante la batalla, en el departamento de misterios, una maldición fue recibida por el ultimo heredero Black, eso provoco que cayera al velo, claramente todos pensaron que era su final, pero hubo una persona que no se dio por vencida. La bruja más inteligente de su generación, leyó por un año entero la forma en que pudiera sacar a Sirius del velo, es verdad ella creía que estaba muerto pero con su afán de no ver a Harry deprimido, quería por lo menos encontrar su cuerpo. En un libro encontró información de relevancia, en ella explicaba que en ocasiones las personas solo quedaban atrapadas en el velo, que podría sobrevivir, la castaña busco la forma de sacar al merodeador, hasta que un día hizo un hechizo, logrando liberar de su prisión a Black. No fue tan sencillo ya que cuando salió de ese lugar, estaba inconsciente duro algunos meses en recuperarse, primero cuando despertó tuvo que acostumbrarse a mover su cuerpo, con ayuda de la castaña, pudo recuperarse por completo. Desde entonces ambos se había vuelto amigos, al grado de que el sabia secretos de ella, que nadie incluso Harry sabia de ellos. Salió de su recuerdo mientras se sentía hasta cierto punto protegida en brazos del merodeador.
- Hola hermosa,- le dio un beso en la mejilla, la tomo del brazo y ambos salieron del departamento de transporte mágico,- me alegra que hayas llegado con bien,- la joven asintió,- además debemos hablar de su ausencia, eso de no mandar cartas, que te pasa,- le reclamaba con un gesto de risa en el rostro, la joven se percato que el azabache, la llevaba hacia la salida del ministerio, lo que provoco formular la pregunta.
- ¿A dónde me llevas?,- el solo sonrió dejando ver unos dientes encantadores.
- No preguntes,- ella intento debatir, pero sin darse cuanta se metieron a una chimenea, la bruja sintió terror odiaba viajar de esa forma, cuando abrió los ojos, sintió que el merodeador la tenia de la cintura, vio su sonrisa,- estas cómoda,- se burlo pues ella estaba sujeta a su cuello, la joven se soltó con brusquedad haciendo que por el mareo se resbalara y cayera de espaldas, sintió que el suelo pronto detendría su caída, pero jamás sintió el dolor que provocaría dicho lugar, al contrario sintió una suavidad en su espalda, cuando abrió los ojos, observo a dos personas idénticas que la sostenían ella, sonrió al reconocerlos, la pusieron de pie mientras ambos la cargaban, ella se sentía incomoda pero con ellos todo era diferente.
- Hermione,- dijo George.
- Que linda,- continuo Fred.
- Te vez,- ambos terminaron la frase, la joven antes se hubiera sonrojado ahora solo les guiño un ojo, provocando que los gemelos sonrieran.
- Ya chicos dejen a Hermione,- se escucho una voz autoritaria, cuando la castaña levanto el rostro vio a la Sra. Weasley quien la abrazaba efusivamente, la mujer regordeta estaba feliz ver a alguien que siempre considero su hija, mientras que ella no se sentía feliz, ese lugar era el ultimo que quería visitar, deseaba salir corriendo, pues el estar en la madriguera no era una experiencia que quisiera tener,- estas hermosa Hermione,- dijo con amor la matriarca de los pelirrojos, la castaña no quería ser grosera, pero tampoco es que deseaba estar en ese lugar, así que solo sonrió.
- Gracias es un gusto verlos,- dijo de forma general al percatarse que toda la familia excepto algunos.
- Bienvenida,- dijo Arthur mientras tomaba a su mujer por el brazo.
- Bienvenida,- dijeron el resto, de pronto Harry se acerco y abrazo a su amiga, ella con gusto lo saludo pero algo extrañada por verlo en esa casa, si ella no era amiga de ir, en realidad para el azabache es más desagradable.
- Hermione,- ella sonrió emocionada,- espero no te moleste la fiesta sorpresa, quería hacerla en Grimmauld Place pero Molly insistió que fuera aquí,- de alguna forma era la manera en que el salvador del mundo mágico se justificaba el estar en esa casa.
- Gracias de verdad pero no era necesario,- de pronto George llego de un lado de Hermione y la abrazo, por alguna razón a los gemelos eran con los únicos no se molestaba su presencia o acercamiento.
- Claro que es necesario, a mejor bruja que conocemos regresa después de años de no verte,- le dio un beso en la mejilla,- por cierto aun soy soltero,- le guiño un ojo.
- Yo no soy soltero pero si más guapo que él,- argumento Fred al abrazarla por el otro costado de Hermione,- además hoy vinieron todos, solo falta Charlie,- el gemelo sonrió, pero la castaña se tenso, ya que faltaban alguien más, solo asintió mientras el azabache la abrazaba.
- Yo igual lo extraño,- afirmo el salvador del mundo mágico, la castaña solo asintió
La celebración de su regreso fue sumamente incomodo, realmente solo con la presencia de los pelirrojos sentía remover en su ser recuerdos amargos, cosas que deseaba enterrar, a demás de la mirada de Ginevra era totalmente algo que irritaba a la joven Granger, ellas se separaron cuando la castaña decidió irse así que ahora eran conocidas ya que su amistad era inexistente, eso provoco una incomodidad en la bruja.
Pasando un par de horas se levanto del sofá y busco a sus acompañantes, Sirius charlaba con Remus, mientras que Tonks ayudaba a Molly dejando a Ted un niño enorme con Harry, la castaña se acerco a su amigo, mientras sentía la mirada de cierta pelirroja en su nuca, tomo el brazo de su amigo para llamar su atención, este al verla tan ansiosa se sorprendió.
- ¿Ocurre algo malo?,- cuestiono preocupado.
- No solo que ya es tarde y mañana tengo que presentarme en el ministerio,- no tuvo que agregar mas ya que el joven comprendió, sonrió mientras la tomaba de la mano.
- Claro,- ambos llamaron la atención de todos mientras la castaña hablaba.
- Quiero agradecer a todos por recibirme es un halago pero mañana tengo que trabajar y no puedo quedarme más tiempo, espero comprendan y bueno es hora de que me marche,- los presentes asintieron mientras que la matriarca de los pelirrojos se acerco a la joven.
- Querida,- ella sonrió un poco forzada,- ¿Dónde te quedaras?,- todos sabían que la estancia de Hermione en Londres seria por un año,- puedes quedarte con nosotros,- hablo la mujer antes de que la castaña hablara, la bruja no sabía cómo rechazar la invitación hasta que la voz de un ángel la salvo.
- En realidad Molly,- interrumpió Sirius,- Hermione se quedara en Grimmauld Place,- afirmo ganándose una mirada de satisfacción por parte de la castaña.
- Pero como si tu vives solo, no es propio que una joven viva con un hombre soltero,- trato de razonar la mujer regordeta.
- En realidad no importa, que viva con Sirius,- afirmo la joven,- gracias por la invitación pero ya tenía planeada mi estancia en Grimmauld Place,- el merodeador la tomo del brazo. Ambos se despidieron, Harry se fue primero afirmándole a Hermione que la vería al día siguiente, posteriormente la castaña y el azabache hicieron lo mismo, llegaron a la estancia del lugar que alguna vez fue el cuartel de la orden del fénix, ambos se separaron cuando la bruja estuvo bien parada,- gracias por invitarme a tu casa, se que no había quedado en nada,- el hombre la interrumpió.
- No importa sabes que te quiero mucho, Hermione ya quería que regresaras aunque fuera por una temporada, es para mi un placer tenerte aquí,- ella sonrío ante el gesto del hombre que se había ganado su respeto.
- De todas formas gracias,- ambos comenzaron a subir las escaleras, el la dejo en una habitación que estaba frente a la suya, antes de que ella entrara por completo a su habitación el merodeador hablo.
- Sabes te he visto distante, se que fue algo inesperado ir a la madriguera, solo creí que ya no te afectaba,- ella negó.
- Eso es algo que supere, pero no quiere decir que verlos a ellos, me sea indiferente, simplemente hay cosas que no se superan Sirius y lo que paso con el no es fácil de olvidar,- el hombre asintió.
- Sabes que aquí estoy,- ella asintió mientras le daba un beso en la mejilla.
- Gracias por todo,- ambos estaban conscientes que las gracias eran por el tiempo que el hombre fue el mayor apoyo de la joven. Ambos entraron a sus habitaciones, mientras la castaña sola pensaba que ese solo era el primer día de muchos que se le avecinaban, saco de su bolso su baúl con todas sus pertenecías, después de ducharse se recostó pensando en que debía ser fuerte.
A la mañana siguiente la joven se levanto, fue a su armario preparo su ropa para el día, después de un relajante baño, se puso un vestido blanco debajo de las rodillas, su capa y dentro de su bolso coloco su varita, con un maquillaje sencillo salió de su habitación no sin antes prepararse mentalmente para lo que venía, ahora la máscara de todos los días debía ser más fuerte, ya que no solo debía enfrentar el día, también el ver a personas que había dejado en su pasado hace mucho tiempo. Bajo las escaleras, para entrar a la cocina donde vio la mesa servida, al igual que a Harry en la mesa desayunando el joven le sonrío, mientras el merodeador le ayudaba a sentarse, tomo un sorbo de te.
- ¿Vives aqui?,- pregunto la joven.
- Si Hermione buenos dias para ti también,- hablo el azabache, ella rodo los ojos.
- Bueno estas aquí a las 7 de la mañana,- le rebatió.
- Es que Kretcher hace ricos desayunos,- se defendió la joven solo sonrio mientras el merodeador soltaba una risita.
- En realidad tengo mi departamento pero me siento solo hay, ya que ayer no vi a mi novia,- dijo el joven mientras seguía comiendo.
- Ya veo,- la castaña sabia quien era la pareja de su amigo, no le gustaba pero debía aceptarlo.
- Te caerá bien ha cambiado mucho,- afirmo el joven.
- Eso Harry es algo que no debe importarme, es tu felicidad y si lo eres no importa con quien sea,- el joven tomo su mano.
- Me alegro que pienses de esa forma ya que vendrá a cenar mañana.
- Me alegro,- posterior al desayuno los tres partieron al ministerio, ambos hombres acompañaron a la joven ya que tendrían una junta para que ella fuera presentada formalmente en su puesto.
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En las chimeneas del ministerio dos jóvenes entraban uno con el cabello platinado y el otro castaño, ambos caminaban a la par, charlando cuestiones laborales además de algunas cosas personales, el rubio le comento de la visita de Astoria y del plan de su Madre, mientras que el joven Nott comentaba que la amiga de su novia había llegado y que su pareja insistía en presentársela.
- Aun no comprendo que haces con ella,- le comento el joven Malfoy.
- Ya te dije que te metas en mi relación,- el rubio solo sonrío de lado.
- Es cierto no me interesa a quien metas en tu cama,- el joven castaña solo negó.
- Hoy llega mi nueva jefa,- comento el joven castaño.
- No entiendo porque no te ascendieron a ti,- le comento el joven.
- Plan de Kingsley por lo que se, es una manera de regresar a esa persona a Londres,- ninguno de los dos sabia quien sería el encargo por un año del departamento de cooperación mágica internacional. Ambos avanzaron hasta el salón de eventos, ese día presentarían al encargado de dicha función, al ingresar todos los miembros del ministerio estaban presentes, momentos después el ministro de magia ingreso al lugar apuntándose la varita a la garganta comenzó a hablar, todos al escuchar su voz pusieron toda la atención en el hombre de color.
- Este dia,- comenzó su discurso,- es un honor para mi, poder darle la bienvenida a una persona excepcional, ella ha colaborado con el funcionamiento actual del ministerio, su trabajo en el extranjero ha sido memorable, asi que demosle la bienvenida a la señorita Hermione Granger ella sera la encargada del departamento de cooperación mágica internacional,- los presentes aplaudieron, mientras una joven de facciones delgadas, para la sorpresa de muchos sin ese cabello de león sobre sus hombros, se veía mas madura. El joven Malfoy no pudo evitar observarla y notar que sin duda la joven sabelotodo habia cambiado mucho. Mientras que para la castaña este era el inicio de un reencuentro con su pasado algo que deseaba olvidar pero por el destino ahora tenia que enfrentar.