Los días siguientes transcurrieron normalmente o mejor dicho, como Takeru ya comenzaba a acostumbrarse, al menos no supieron nada de Ryoken por esa semana, el viernes llego de porrazo, la noche incluso se hizo presente rápidamente.
— Entonces, ¿Si vas a revisar detrás de las cajas? — Flame estaba sentado en el escritorio, observando como su niño sacaba aquel montículo de cajas de su ropero.
— Me ha dado curiosidad lo que dijiste el otro día. — No lo miro al rostro, él estaba concentrado en investigar que escondía Flame. Por como este había cerrado los ojos, era obvio que estaba sonriendo, con la última caja fuera, Takeru observo desde el suelo hasta el techo una simple pared vacía.
— Flame... — Miro a su monigote, la mirada lo dijo todo "¿Me estas cargando?"
El nombrado cerró los ojos, se cruzó de brazos y negó con la cabeza. — Toca la "pared". —
Takeru seguía pensando que solo era una broma pesada de su compañero, pero aun así lo haría, se introdujo por completo al ropero, perdiéndose de vista de Flame, toco la pared y cuando lo hizo, una puerta se abrió. — Una... ¿Entrada a Link Vrains? — Salió nuevamente pero para buscar su disco de duelos, lo levanto y miro a Flame que ya se había acomodado en aquel aparato. — No entrare. — Negó con la cabeza.
— ¿Por qué no? Pensé que querías divertirte, que estabas aburrido. — Inclino la cabeza.
— Pues no lo hare, gracias pero no. — Dejo el disco en el escritorio de nuevo.
— ¿Acaso no entraras porque Yusaku no está ahí? — Flame observo con cautela aquella mirada que hizo el joven alvino, dio en el blanco. — Pues... Quizas hay alguien en peligro. —
— Kusanagi siempre tiene un ojo en Link Vrains. —
— Por eso mismo, Takeru, si hay alguien en peligro y ellos ven tú más heroico acto de valentía...—
— ¡Esta bien, iremos! —
— Que fácil fue convencerte. — Pensó Flame. Pudo notar lo apurado que estaba su niño cuando se colocó el disco con tanta rapidez, al igual que casi corrió hacia el "portal".
— ¡HACIA VRAINS! — Fue casi un grito innecesario.
Con los códigos de Takeru viajando por la red hacia Vrains, Ryoken tuvo una perfecta idea.
— Busca alguien en peligro humn. — El albino de mechas azules solo trono sus dedos y se levantó de inmediato de la cómoda silla para computadora. — Cambio de planes, iremos a Vrains, Specter manda a uno de los Caballeros para que se haga pasar por un "niño" en problemas, atraeremos con esa carnada a nuestro gatito. — Nadie se quejó y todos comenzaron a trabajar en la orden de su Lider.
Mientras los Caballeros trabajaban, Soulburner comenzó a buscar por los rincones de Vrains alguien en apuros, siguiendo así la idea que le había dado su Ignis. Luego de pasar un rato sobre su tabla, un grito llamo la atención del duelista. — ¡Si! — Comento con cierta emoción, fue hacia dónde provenía el grito, pero no vio nada ni nadie. — ¿Hola? — Su mirada se había agachado al pensar que había llegado tarde, pero de tanto mirar el suelo, la sombra de alguien espiándolo capturo al joven quien alzo la mirada rápidamente, el dueño de la sombra comenzó a correr. — ¡Hey! ¡Espera! — Siguió todo el camino que podía, viendo por el refilón de las paredes una capa blanca. — ¿Blanco?... ¿Hanoi? —Alzo una ceja curioso, pero igual siguió caminando, llego a una terraza, se podía ver todo Vrains desde donde estaba, un hermoso paisaje de datos, un hermoso celeste que caía en degrade a un violeta profundo. — Siempre... Siempre hemos estado aquí, pero nadie noto lo hermoso de un paisaje cibernético. — Comento para sí mismo, aunque Flame lo escucho y asintió con la cabeza.
Detrás del menor un cuerpo conocido se frenó, caminando hasta él, se detuvo al lado de Soulburner. — En eso tienes razón, Takeru. — La voz tranquila de un amigo conocido lo hizo ponerse tenso de repente.
— ¡Yus... Playmaker! — Comento con emoción al ver a su amigo.
— Vi que entraste a Vrains y me preocupe. — Lo miro de reojo.
— Ouh... ¿Cómo supiste? —
— Kusanagi tiene un ojo en Vrains, se quién entra y quién sale, al ver tu nickname pensé que viste algo fuera de lo común. — Se sentó en el filo de aquel "barranco" observando el paisaje que anteriormente su amigo observaba.
Así mismo, Soulburner hizo tal acto quedándose al lado de Playmaker. — Entonces... ¿Te preocupaste por mí? — Un leve sonrojo se pintó en el rostro del menor.
— No, más bien solo quería ver el duelo. —
— Pero creo que escapo, escuche a alguien gritar y luego había alguien corriendo, lo seguí pero llegue hasta aquí... No había nadie, solo tú. — Alzo una ceja sin comprender que pasaba.
— Corrección, solo estabas tú, acabo de llegar. — Alzo su mano derecha y la apoyo sobre el cabello del contrario, revolviendo sus cabellos. — Se podría decir que ganaste por default. —
— Ayyy me despeinas. — Cerró sus ojos y ante las caricias solo comenzó a reír.
— Asique tienes un "portal" en tu dormitorio. — Comento al aire el oji verde.
— Oh si, Flame me dijo que tenía que sacar las cajas de... —
— Soulburner. — Su Ignis lo interrumpió de inmediato. — No es Playmaker. —
Los ojos de ambos duelistas se abrieron, ¿De que hablaba?
— ¿Cómo que no es Playmaker? Flame... ¿De qué hablas? —
— ¿Cómo sabía que había una entrada en tu dormitorio. —
— Supuse que tenía algo así por que no ha venido al puesto de HotDogs. — Se defendió de repente.
— Eso es más que obvio, Flame. — Soulburner parecía algo molesto por la acusación.
— ¿Y cómo sabía que estaba en el dormitorio? Puede estar en cualquier lado de la casa. —
En ese momento, Playmaker alzo una ceja. — Pues siempre está en su cuarto. —
— Una última pregunta... ¿Ese no es el disco de duelos de Revolver? — Con su cuerpo mitad fuera del disco de duelos, señalo la muñeca de aquel duelista, por esto, Soulburner también miro de reojo aquello.
— Es por eso que me desagradan los Ignis, son tan listos. — El traje verde de "Playmaker" comenzó a cambiar, se volvió blanco por completo, una capa, y una máscara en el rostro de aquel duelista.
Por esto, Soulburner se levantó de donde estaba sentado.
— Eres... ¡Un caballero de Hanoi! — Comenzó a caminar hacia atrás, topando su espalda contra otro caballero más, volteo, no solo era uno era un grupo más grande. — ¡Puedo ganarles uno por uno! —
— Soulburner no seas loco, son muchos. —
— ¿Por qué no me apoyas? —
— Te apoyo, será mejor que comiences a correr. —
— ¡Es buena idea! — Pero en vez de correr salto por el barranco, su D-Board no tardó en aparecer como su bufanda, los siguieron sin pensarlo. — Creo que no nos dejaran fácilmente. —
— ¿Qué querrá Hanoi? Bueno... Creo que se lo que quieren. — Alzo la mirada hacia Soulburner, quien miraba para atrás cada tanto, se los quería sacar de encima.
Así pasaron un buen rato, llegaron a las profundidades de Vrains, Soulburner estaba bastante asustado, fue rodeado por todos esos caballeros. — Diablos. — Susurro.
— Muy bien, muy bien, han cumplido con las órdenes de Revolver-sama. —
— Specter... — Susurro molesto Soulburner. — ¿Ordenes? —
— Se que no quieres estar cerca de Revolver-sama, pero podrías aceptar su invitación de charlar. —
— ¿Charlar? Dudo mucho que él solo quiera charlar, después de como invadió mi hogar. ¡Y no les perdonare... —
— Shh, si tienes algo que decir sígueme. — Detrás de Specter se abrió un agujero negro, por donde el albino cruzo, Soulburner miro a todos a su alrededor, siguió el recorrido que hizo Specter.
Aquel agujero negro los guio hacia lo que parecía ser la central de Hanoi dentro de Vrains, ambos caminaron por un pasillo largo que llevo a una enorme puerta, Specter se detuvo y abrió la puerta, fue el primero en entrar. — Como ordeno Revolver-sama, aquí traemos al duelista Soulburner. — Por al lado de Specter un molesto Soulburner se hizo presente.
El Líder Hanoi, se encontraba de pie, mirando una enorme pantalla, que mostraba todo en Hanoi. Al escuchar la voz de su lacayo dando buenas noticias este sonrió con arrogancia. — Bien hecho, pueden retirarse. — Y como su Líder le dijo, Specter abandono la sala, cerrando las puertas detrás de la espalda de Soulburner. — Bienvenido. — Menciono sin voltear.
— Revolver... ¡Tengo miles de cosas que decirte! — Comenzó a caminar, dispuesto a darle un golpe.
— ¿Si? Dejame adivinar, como que... Cuanto te molesta que uno de mis lacayos te haya echo sonrojar. —
—... ¡Cierra la maldita boca! — Se frenó.
— Que bonito, ah~ todo de ti es hermoso Takeru, tu nombre, tus ojos, tu voz, tus gritos... — Camino lo poco que faltaba para acercarse a Soulburner y así poder susurrarle. — De vez en cuando me imagino como se escuchara de hermoso cuando grites MI nombre. — Se alejó de repente al notar el abanicar del puño ajeno, con su mano atrapo el golpe. — Ouh, te invite para charlar, no deseo pelear. — Aprovecho que sostenía la mano del disco y rápidamente le ingreso un chip que haría dormir al Ignis.
— ¡FLAME! — Grito al ver como el disco parecía apagarse.
— Tranquilo, solo está durmiendo. — Beso la mano del menor.
— ¡Monstruo! — Gruño, sacándole la mano de un tirón. — ¿Qué diablos quieres de mí? —
— Tú lo dijiste, te quiero a ti. — Suspiro suave. — Pero se sobre tus sentimientos por Yusaku. — Hizo silencio esperando respuesta.
Ante el nombramiento del otro adolescente, la mirada de Soulburner se afilo. — Y si lo sabes ¿Por qué me molestas? —
— Porque quiero que sepas que Yusaku no es para ti, él mira a otra persona con amor, tu solo eres su amigo, deberías ver lo que tienes en frente y... — Fue interrumpido por aquellos gritos repentinos del menor.
— ¡Haz silencio! Nunca voy a verte a ti como algo más que un fastidio, alguien que me ha alejado de Yusaku muchas veces, por tu culpa me ve como un chiquillo histérico. —
— Pero si es lo que eres. — Se encogió de hombros.
—... — Parece no poder reprocharle.
— Oh, lo sabía. —
— Si ya terminaste, tengo tarea que hacer. — Le dio la espalda y comenzó a caminar hasta la puerta, apoyo sus manos en los picaportes redondos, pero no pudo abrir la puerta. — ¿Cerrado? —
— Specter sabe lo mucho que disfruto de mi privacidad. — Aprovechando que el menor estaba distraído tomo un control remoto de una mesita que había aparecido a su lado entre un manojo de datos, dicho control manejaba unos cables que colgaban del techo, rápidamente se pegaron a Soulburner como sanguijuelas, uno en su nuca, otro en su espalda, algunos en sus piernas, brazos, abdomen, el joven atacado se alarmo demasiado ante los repentinos cables sobre su cuerpo. — Sera una bonita imagen cuando regreses al mundo real. — Apretó el botón del medio y de dichos cables comenzaron a salir unos cuantos choques eléctricos, pero más allá de hacerle daño, dicha "corriente" solo servía para darle placer, al principio trato de aguantar lo más que pudo, pero cada minuto que pasaba, Revolver intensificaba más la fuerza de la corriente, haciendo que el duelista quedara de rodillas jadeando y rogando por que se detuviera.
Revolver espero más que nada que Soulburner comenzara a gemir, que estuviera en su límite por completo y cuando este llego a dicho "limite", lo forzó a desconectarse de Vrains. — Mi florecilla... Perdóname por esto, pero era necesario. — Beso el control remoto, haciéndolo desaparecer en su mano como un montón de datos.
Por otro lado, Takeru había despertado, con los ojos aun entrecerrados, diviso dos rostros borrosos.
— ¿Takeru...? — La voz tan reconocible de Yusaku fue lo que lo despertó de golpe.
— ¿Yusaku? — Susurro, Takeru estaba tirado en el suelo de aquel portal, apoyaba su cabeza en un costado, su ropa parecía desarreglada, su rostro rojo, pero la vergüenza fue por completa, cuando apoyo sus manos entre sus piernas y sintió un... ¿Charco? —... — Sus ojos se pegaron en los de Yusaku, comenzó a temblar avergonzado. — ¡VETE! ¡NO QUIERO QUE ME VEAN! — Ante los gritos repentinos, Kusanagi quiso calmarlo, pero los ojos del joven lo decía todo, la vergüenza que sentía, Kusanagi lo entendió de una.
— Es mejor que este solo un poco, ha tenido un mal día. — Kusanagi tomo a Yusaku del brazo y lo obligo a salir del cuarto del menor.
— Esto... Esta mal... — Pensó, apenas pudo ponerse de pie, aun sentía esa incomodidad en su cuerpo, abrió apenas la puerta para ver por una rendija, no vio a Yusaku, estaba tranquilo. — ¿Cómo... Como hare para verlo al rostro ahora? —
La noche fue bastante larga, Takeru se encargó de bañarse y luego de limpiar todo cada tanto miraba su disco de duelos esperando que Flame despierte. Se sento en el suelo, con la espalda apoyada en su cama, la Lap en su mesa de noche había iluminado la pantalla.
Y~ ¿Takeru?
Leyó aquello, no se animó ni a abrir el correo.
Y~ No sé qué paso esta tarde, pero debemos hablar.
T~ Lo siento Yusaku, en otro momento.
Y~ ¿Humn?
T~ Solo déjalo así, no sé qué hacías en mi hogar.
Y~ Vimos que te conectaste a Link Vrains y luego no supe nada de ti, me preocupe al entrar y no poder contactarte, fuimos a tu casa y te escuchamos gimiendo, cuando abrimos la puerta del portal. ¿Solo dime que paso?
T~... No quiero, solo déjalo así. Iré a dormir.
Y~ ¿Estás seguro?
Takeru dejo de responder, solo dejo caer la Lap al suelo, se abrazó a sus piernas y comenzó a sollozar, al ver que ya no respondió Yusaku suspiro y se quedó mirando por la ventana.
— Huele a Revolver por todos lados. —
— ¿Tú crees AI? —
— Bueno, ¿Quién más le haría algo así a Takeru? —
— Supongo que mañana nos dirá que paso. — Refiriéndose que quizá, después de dormir Takeru este un poco mejor para hablar.
Después de aquel día tan extraño para el albino bicolor, Takeru comenzó a evitar lo más que podía a Yusaku, no iba a clases, no se conectaba a Link Vrains, no le respondía los mensajes, nada. Por este comportamiento extraño, Yusaku comenzaba asentirse preocupado por el menor, es su amigo, no lo dejaría así como si nada, pero él entendía que aquella escena fue mucha para él y que la vergüenza sería más que suficiente para terminar encerrándose más de lo habitual, por lo que decidió hablar con lo que podría ser parte del problema.
— Yusaku, me sorprende que me hayas invitado a comer un Hotdog. — Los dos más grandes a Takeru estaban sentados enfrentado en una de las mesas frente a aquel puesto de comida.
— No te hagas el que no sabe porque te llame. — Yusaku se mostraba en todo momento calmado.
— Seguramente es porque el mes pasado Takeru salió de Link Vrains en un charco de orina. —
— Así que si fuiste tú. — Miro de reojo a Ai quien estaba en la mesa de brazos cruzados y bastante molesto. — ¿Qué le hiciste? —
— Nada, le di un poco de placer. — Los ojos azules de Ryoken se clavaron sobre los verdes de Yusaku.
— ¿Placer? — Susurro.
— Tranquilo, tu querido amigo es virgen... Aun. — La arrogancia nadie se la quitaba.
— ¿Aun? — Alzo una ceja. — En todo caso, ¿Qué querías hacer en realidad? —
— Ya te dije, darle placer solo eso, hacer lo que tú no haces pero él desea que hagas. —
— Descubrí la cámara que tienes en su habitación, que bajo caíste Ryoken. —
Eso sí le saco la sonrisa sarcástica de encima y elevo un poco el labio superior con mucha molestia. — Solo veo las cosas como son y yo no veo que hagas algo respecto a lo que tu amigo siente por ti. — Trataba de mantener aunque sea una sonrisa fingida. — Digamos que lo que le hice a tu amigo solo fue pasarle un poco de choques eléctrico, no sabía que era masoquista. — Se relamió los labios.
Yusaku sintió una molestia repentina al imaginarse lo que le habrá hecho pasar Ryoken a Takeru. — No hay nada más, puedes irte, solo... Aléjate de Takeru. — Se puso de pie, Ryoken hizo lo mismo, se despidió de Yusaku.
— ¿Alejarme? Puf, no lo amas pero tampoco dejas que otros lo amen, eres malvado y bastante egoísta. —
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Próximo capitulo: 4.- Hablemos cara a cara.
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