CAPÍTULO 30
Seamos sinceros
Parecía como si fuera una pesadilla, todo se había vuelto tan gris. Había conducido tan rápido hasta el hospital que estuve apunto de chocar un par de veces. La incertidumbre era terrible. No me importaba que la gente me viera llorar, lo único que importaba era saber cómo estaba Loki. Llegué a la sala de espera y vi a Miranda, no sabia que ella estaba en la ciudad ni quien le había avisado sobre el incidente. Ella estaba hablando con un doctor que supuse le había traído noticias de Loki. Me acerqué enseguida a ellos. No saludé, no era momento para eso, simplemente me mantuve callado escuchando al doctor. No pude entender todo lo que dijo, pero en resumen, Loki estaba bien, lloré de felicidad al escuchar eso. El doctor prosiguió hablando, dijo, en términos raros que no entendí del todo, que las piernas de Loki habían resultado muy dañadas, incluso mencionó que estuvieron a punto de apuntarle una, me quise morir al escuchar eso.
Miranda preguntó detalles sobre el accidente, agradecí que hiciera esa pregunta, yo realmente deseaba saber que había pasado. El doctor pareció un poco incomodo con la pregunta. Dijo que un auto lo había atropellado y, fue muy sutil al decirlo, pero mencionó que la culpa había sido de Loki, pues había cruzando una calle cuando el semáforo estaba en verde, también mencionó que Loki había estado en un estado de ebriedad al momento del accidente ¿Loki ebrio? Pero él odia el alcohol.
--¿Puedo verlo? -preguntó Miranda
-–Primero me gustaría que me respondiera algunas preguntas, será rápido
Yo no quería esperar, no podía. Caminé hasta la recepción y usé mi gon para averiguar la habitación de Loki. Casi corrí por los pasillos hasta encontrarla. Aunque el doctor había dicho que Loki estaba fuera de peligro yo aun necesitaba comprobarlo, necesitaba verlo. Llegué a la habitación pero no me atreví a entrar. Loki me odia, sé que lo último que él quiere es ver mi rostro, puedo entender lo doloroso que será para él verme después de lo que le hice, pero esto será una despedida, solo quiero despedirme, solo eso.
Entré despacio, la habitación estaba con poca luz, todo se veía tan tranquilo. Loki estaba dormido, su rostro tenía un horrible moretón, sus manos también estaban casi completamente moradas. Fue tan doloroso ver lo que mi egoísmo había provocado. Dañar física y emocionalmente a la persona que digo amar. Las consecuencias de mis malos actos las está pagando Loki, mi amado Loki. Él lo único que me ha dado son cosas buenas y yo... Le he causado tanto daño.
Me acerqué lentamente, debía aprovechar que él estaba dormido, porque si despertaba probablemente comenzaría a llorar y a gritar, tal vez llamaría a la policía. No quiero presenciar todo eso.
Me arrodillé a un lado de su cama y tomé su suave mano, la acaricié y la besé. Después comencé a llorar ¿Por qué las cosas siempre me salen mal? Lo único que yo quería era estar con la persona que amo.
--A-Alain...
Me sobresalté y solté su mano enseguida. Loki había despertado; su mirada se veía tan cansada pero aun así me penetró en lo más profundo.
Mi idea inicial había sido retirarme si él despertaba, pero simplemente no pude. Necesitaba hablar con él, necesitaba que me perdonara.
--Perdóname Loki -le dije llorando- perdóname por favor -volví a tomar su mano y la besé
--¿Por qué... Por qué me pides perdón? -su voz sonaba tan débil
--Por todo lo que te hice
--¿Y que hiciste? -intentó moverse e hizo una mueca de dolor- ¿Qué pasó? -miró a su alrededor- ¿Por qué estoy aquí?
--¿No lo recuerdas?
--¿Recordar qué? ¿Qué pasa? -me miró asustado- ¿Qué pasó Alain? ¿Qué me pasó? -su voz se quebró
No puede ser... ¿Él no recuerda?
No dije nada por varios segundos. Loki parecía asustarse cada vez más.
La puerta se abrió y Miranda y el Doctor entraron a la habitación. Ambos se sorprendieron al verme.
--Perdone por entrar sin autorización, soy Alain Bustamante, la persona responsable de Loki Ravel
El doctor echó un vistazo a los papeles que llevaba y pareció corroborarlo. Loki me había puesto como responsable cuando había registrado su seguro.
Miranda comenzó a llorar al ver a Loki, caminó con rapidez hacia la cama y prácticamente me hizo a un lado.
--¡Estoy tan feliz de que estés bien Loki! -le besó la mejilla- no sabes el susto que me diste ¿Cómo te sientes?
--Pues... No lo sé, estoy confundido
--No te preocupes, todo saldrá bien. Te prometo que pronto volverás a caminar
--¿Qué...?
El rostro de Loki se tornó tan pálido, su mirada comenzaba a mostrar pánico.
Miranda eres una estúpida ¿Cómo se te ocurre decirlo de esa manera?
--¿No puedo caminar? -comenzó a agitarse- ¿Qué le pasó a mis piernas?
--Tranquilo Loki, volverás a caminar -intentó calmarlo- ¿No es así doctor?
El doctor suspiró, al igual que yo, él se había dado cuenta de la gran estupidez que había cometido Miranda.
--Tuviste un accidente; un auto te atropelló -explicó el doctor- Llevará su tiempo pero si todo sale bien lograrás caminar, no podrás hacer ningún deporte pesado pero... Eres muy afortunado muchacho.
Loki cerró sus ojos y respiró profundo. Creí que se pondría a llorar, pero no, él estaba siendo muy fuerte, aunque yo sabia que en su interior quería llorar. Probablemente todo se debía a Miranda, Loki no quería mostrar debilidad ante ella.
--Entiendo -fue lo único que respondió
--No te preocupes hijo, hay muy buenos doctores en Washington, te prometo que saldremos adelante. Ahora que vivirás conmigo todo mejorará
--¿Vivir contigo? ¿De qué hablas?
--Vivirás conmigo en Washington
--¿Por qué has decidido eso?
Miranda dio una risa nerviosa.
--Tú fuiste el que tomó la decisión hijo, tú me llamaste, dijiste que querías vivir conmigo, que me darías una oportunidad.
--Yo jamás dije eso
--Claro que lo dijiste, vine desde Washington por ti
--Miranda sabes que te quiero mucho, y créeme que te agradezco que estés aquí, pero yo no me iré a vivir contigo, tú ya lo sabes, siempre te lo he dicho.
Miranda no dijo nada por unos segundos, parecía querer hablar, pero las palabras no salían. Miró al doctor, esperando alguna clase de explicación.
--Debe ser amnesia postraumática, suele pasar en esta clase de casos
--¿Cuanto durará? -preguntó Miranda
--Es diferente en cada paciente, los recuerdos llegaran poco a poco
Miranda tomó aire y dio un gran suspiro.
--Lo recuerdes o no, tú tienes que venir conmigo. No puedes caminar, necesitas que alguien te cuide, conmigo estarás bien. Soy tu madre y debo hacerme cargo.
--Eres mi hermana, Miranda. Gracias por ofrecer tu ayuda pero yo puedo encargarme de esto. Contrataré a una enfermera
--Yo puedo hacerlo -dije en voz alta
Todos me miraron. Había permanecido en silencio todo este tiempo que probablemente ellos habían olvidado que me encontraba ahí.
--Yo puedo cuidarlo
--Alain... -sus mejillas se sonrojaron- no tienes... que hacer eso
-–Yo soy tu mejor amigo, Loki. Y además somos vecinos, para mí no será ningún problema cuidarte
Voy a compensarte Loki, te juro que lo haré.
--Tú has hecho tantas cosas por mí Alain, no quiero aprovecharme de tu amabilidad
--Pues yo sí quiero que lo hagas -le sonreí- déjame cuidarte Loki, por favor
--Bueno... Supongo... Que no puedo decir que no
Miranda simplemente observó la escena, me sorprendió que no dijera nada, creí que intentaría persuadirlo, pero no lo hizo. Me siento un poco mal por ella.
-–¿Podrían salir de la habitación por favor? -habló Loki- me gustaría descansar
--Claro -sonrío Miranda, pero no lucia nada contenta
--Todos excepto Alain -agregó- necesito decirle una última cosa antes de que se vaya
Miranda frunció el ceño, parecía molesta conmigo, pero pude notar que detrás de esa mirada enojada en realidad había mucho dolor. Le dolía que Loki la tratara con indiferencia.
Hubo un gran silencio cuando los demás dejaron la habitación. Loki bajó su mirada y al instante comenzó a llorar. El pobre se había estado conteniendo y ahora que Miranda no estaba podía llorar con liberad.
--¿Qué me pasó Alain? ¿Un accidente? ¿De qué hablan?
Me acerqué a su cama y sostuve sus manos.
--Es una historia que ni yo mismo entiendo Loki. Pero no debes preocuparte, lo importante es que estás bien. Yo estoy aquí y voy a cuidarte
...................
Me había quedado en la habitación hasta que Loki se había dormido, lo cual sucedió muy pronto, se notaba lo cansado que estaba. Salí de la habitación y me fui a la sala de espera, Dante estaba ahí.
--¿Cómo está Loki? -me preguntó en cuanto me vio
-–Asustado y confundido, pero bien -sonreí
--Menos mal -suspiró- ¿Puedo verlo?
--Yo creo que... Será mejor que lo dejemos descansar por hoy. Él tiene que asimilar muchas cosas
--Sí, supongo que tienes razón
Dante me miró de una forma muy extraña. Mis ojos estaban enrojecidos de tanto llorar y probablemente mi rostro mostraba lo mal que me sentía. Pocas veces se me había visto en un estado como este.
--¿Quieres un cigarro, Alain?
--Sí, por favor
Dejé de fumar hace años, pero en serio que en este momento necesito uno. Supongo que Dante me conoce lo suficiente como para saber cuando no me encuentro bien. Salimos al estacionamiento, Dante se mantuvo en silencio, me ofreció el cigarro y lo encendió por mí. Sentí que una gran carga se iba al dar la primera calada.
--¿Por qué todo lo que toco se rompe, Dante? -exhalé el humo
--Yo aun no estoy roto -encendió un cigarrillo- ¿Le hiciste algo a Loki? ¿Por eso luces tan mal?
--Sí -una lagrima estuvo a punto de rodar pero la limpié enseguida
--¿Qué le hiciste?
Di una calada profunda, era momento de ser honestos, ya me cansé de mentir.
--Anoche lo obligué a tener sexo conmigo. Este supuesto accidente creo que... -un gran nudo apareció en mi garganta- tal vez... Fue un intento de suicidio
Dante no mostró emoción alguna, ni siquiera se movió. Le dio una última calada a su cigarro, lo arrojó al suelo y lo pisó. Tan pronto hizo eso, se giró con rapidez hacia mí y me dio puñetazo tan fuerte que casi me tumbó al suelo. Después simplemente se recargó en la pared y encendió otro cigarrillo, no dijo nada.
--Necesitaba eso, gracias
--Lo sé -me ofreció otro cigarrillo y lo acepté
Merecía ese golpe, necesitaba que alguien me castigara por lo que había hecho.
Casi había olvidado lo fuerte que golpeaba Dante, y lo peor de todo es que en unos minutos va a darme la golpiza de mi vida.
--Hay algo que quiero confesarte Dante. Perderé tu amistad después de esto, pero... Necesito decírtelo
--Sé lo que vas a decirme
--No, no lo sabes
--Tú fuiste el que hizo que Damián y yo tuviéramos sexo
Me quedé como un estúpido sin encontrar algo bueno que decir después de eso ¿Cómo es posible que ya lo sepa?
--¿Damián te lo dijo?
--No
--¿Entonces cómo lo sabes?
--Te conozco desde hace más de diez años Alain. Siempre supe que había algo raro en ti. Aunque debo admitir que jamás me pasó por la mente que tú habías sido el responsable de lo que pasó con Damián. Confiaba ciegamente en ti, pero me puse a atar cabos y... Lo descubrí, aunque demasiado tarde debo decirlo. Ya después me explicarás como lo hiciste y... -exhaló el humo- cómo fue que el marica de Damián te convenció para que lo hicieras
--¿Vas a golpearme?
--No. Ya estás lo suficientemente mal en este momento, no necesito golpearte
--¿Puedo pedirte perdón?
--Por increíble que parezca no te guardo rencor Alain. Supongo que yo solo... Necesito un amigo. En este momento no puedo pensar con claridad, estoy tan confundo y molesto -le dio la última calada a su cigarro y lo apagó- encontré al niño que buscaba
--¿Qué? ¿En serio?
Dante cerró sus ojos y pude ver una mueca desagradable en su rostro.
--Es Damián, ese cabrón es el niño que me me defendió aquel día
¿Qué?
--¿Hablas en serio?
--Desafortunadamente sí
--¿Estás seguro?
Damián jamás me mencionó nada de eso.
--También me costó créerlo, pero ahora estoy seguro que es él
--¿Y qué piensas hacer?
--No tengo ni puta idea Alain. Me siento tan furioso, odio a ese marica, pero... Al mismo tiempo... Siento que necesito agradecerle, él me hizo el hombre que soy ahora pero... No puedo perdonarlo, quiero golpearlo hasta matarlo ¿Por qué tuvo que ser él? Yo... -apretó los puños- confiaba en él, lo consideraba mi amigo. Le conté cosas que... Ni siquiera a ti te he contado ¿Cómo es posible que se haya burlado de mí de esa forma?
--Tal vez.... Deberías considerar la opción de hablar con él, de arreglar las cosas
--No quiere hacer eso, no podría. Si lo veo probablemente lo golpearé, no podré contenerme. Además, dudo mucho que él quiera verme. Lo que tú le hiciste a Loki anoche, yo... Yo le hice lo mismo a Damián -frunció el entrecejo- no, yo le hice algo muchísimo peor. Como sea, no quiero verlo. Lo único que deseo es olvidar que lo conocí