• Neko • [TodoDeku]

By Toku_Rous

675K 64.3K 124K

Ese podría ser considerado un día gracioso, pero a Todoroki no le hacía gracia alguna. Para él no era nada di... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7

Epílogo

91.2K 7.3K 15.3K
By Toku_Rous

Corrió entre las calles del barrio comercial, sintiendo el frío aire de invierno hacerle cosquillas en el rostro y desordenar su cabello. Demonios, ni siquiera tuvo tiempo de hacer ver a sus rizos medio-decentes, más bien... ¡No tuvo tiempo para nada!

Y todo porque iba tarde, otra vez, a una de las tantas citas que estaba teniendo con su novio. Novio. La palabra aún hacía graciosas cosquillas en su lengua al decirla y en su vientre al pensarla, y es que era tan increíble como ilógico, tan ilógico como tener a su crush como gato viviendo con él para terminar en un cursi beso Disney con un épico final romántico de telenovela.

Bueno, Midoriya sabía que no debía concentrarse en su vida bizarra, sino, en la cita a la cual iba tarde.

Sin embargo, Izuku sentía que no era del todo su culpa, era de Shoto.

De los escasos dos meses que llevaba de relación con Shoto, el chico había sido un novio de maravilla, tal vez demasiado sobre-protector pero maravilloso al fin y al cabo. Todo iba bien, excelente y rosa como algodón de azúcar. El problema fue hasta hace un par de semanas, cuando Todoroki tocó su puerta a las seis de la mañana —demasiado raro considerando que su novio podía dormir como gatito todo el bendito día— solo para decir completamente consternado que se sentía un pésimo novio, un ser idiota e insensible que no se merecía para nada ser el novio de Izuku. Sip, Shoto hizo todo un monólogo tragicómico esa madrugada, uno que Izuku tuvo que aguantar tentado a callarle la boca a besos y a obligarlo a meterse a la cama para dormir unas horas. Se aguantó por una simple razón: Shoto se alejaba dos pasos por cada uno que Izuku se acercaba.

Cuando Shoto acabó su monólogo de ser el peor novio del mundo casi cayó en depresión instantánea, ese fue el momento en que Izuku le tomó por los hombros y lo sacudió como una ligera brisa... okay, tal vez no como una ligera brisa, pero al menos después de eso Shoto recuperó su compostura de chico serio y cool... pero para decir una babosada.

Todoroki estaba haciendo un berrinche solamente porque nunca le invitó a una cita antes.

Se demoró unos minutos en darse cuenta de que Shoto hablaba enserio y no bromeaba. Se sentía culpable por no invitarle a salir antes y darle todos los buenos tratos que su pecoso merecía, o algo así.

Citas.

Como ir a comer helado, dar un paseo por el parque o ir a ver una película.

Izuku, con toda la paciencia del mundo, le explicó que eso no importaba en lo absoluto y que estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua, convenciéndolo de ir a dormir juntos con la esperanza de que su novio entrara en razón luego de unas horas.

No fue así.

De ahí a su martirio. Primero, en un día viernes tuvieron una linda y cómoda cita en el cine, viendo una película de supe héroes y comiendo palomitas. Izuku se sintió feliz y le agradó bastante estar reposado en el hombro de su novio mientras veía una película ñoña que disfrutaba.

Al día siguiente Shoto le invitó al parque, Izuku sintió que eso podría salirse de control pero aun así asistió y paseó de la mano cálida de Shoto. Sin embargo, el obsesivo de su novio no le dio un día de descanso antes de invitarle a comer hamburguesas. Toleró todo ese repertorio de citas exprés por una semana completa, todo bajo las risas de Ochako y los elogios de Iida hacia Todoroki por sus esfuerzos de mantener su relación estable y saludable. Izuku intentó disfrutar de todo, pero cada vez se hacía más y más agotador, sin embargo, todo se fue al caño cuando Shoto le llevó a cenar a un sitio lujoso y totalmente fuera de su rango económico, en ese momento le reclamó por volverse obsesionado (se suponía que el obsesionado era Izuku, no él).

Al menos, se rió un buen tiempo cuando Shoto confesó que todo ese repertorio de citas lo consiguió de internet.

Ambos eran inexpertos.

Y torpes.

Pero Izuku estaba realmente feliz, muy feliz. Era la sencillez y locura de amar y ser amado.

Y aquella sería su última cita del mes.

Las próximas debían ser planeadas con anticipación y con calma, no podían actuar tontamente y distraerse de sus responsabilidades o se meterían en serios problemas. Aizawa se los advirtió, no debían andar por ahí como un par de adolescentes hormonados y épicamente enamorados, aún eran rivales y debían seguir con sus sueños.

Notó a la distancia el cabello bicolor de su novio y se apresuró en llegar hasta él. Shoto traía un abrigo oscuro y una bufanda que cubría hasta por debajo de su nariz, aún con un atuendo tan sencillo la gente se le quedaba mirando e Izuku podía comprenderlo, ahora mismo podría irse de cara al suelo solo por estar admirando el perfil de su gatito.

Sonrió ampliamente cuando sus miradas chocaron.

Frenó en seco y apoyó sus manos en sus rodillas, su pecho subía y bajaba con fuerza, intentando regular su respiración.

— ¡Hola...! Um... s-siento la tardanza —balbuceó quitando su flequillo de sus ojos. Shoto le respondió con una pequeña sonrisa o eso supuso ya que la bufanda cubría su boca pero sus ojos se achinaban en los costados—. ¿Te hice esperar?

—No, descuida. —Izuku suspiró aliviado cuando la voz de terciopelo repercutió en sus oídos. Intentó en vano controlar su sonrojo tomando lugar en la banca junto a Shoto—. ¿Qué tal tu madre?

— ¡B-Bien! Y-Ya sabes, se siente un poco solitaria por lo del dormitorio y estuvo comentando todo lo que ha sucedido en el vecindario... oh, pero también insistió bastante tiempo en volver a verte —murmuró con rapidez, sonrojado por la vergüenza.

— ¿Crees que quiera mi cabeza por quitarle su hijo? —Shoto preguntó con total seriedad, Izuku bufó.

—No comiences con el beso que te di cuando pensé que eras un gato, Shochan. —Izuku frunció sus labios—. No fue culpa de nadie, olvídalo ya.

—No voy a olvidarlo, es como olvidar lo que sucedió con la camisa.

— ¡Detente ya con la camisa!

Shoto volteó a verle, bajando la bufanda hasta su cuello y sonriendo un poco.

—En ese caso, Izuku, cariño. ¿Qué traes puesto?

Sintió el calor desbordar por su rostro tanto por el apodo como por la pregunta. Rápidamente subió la cremallera de su chaqueta hasta el tope, cubriendo cualquier prenda que estuviera por debajo.

— ¡Nada! ¡Digo, algo! ¡Traigo puesto algo, n-no tiene importancia!

No llevaba la camisa negra que ahora era el fantasma de su vergüenza. Pero si traía una de las playeras manga larga de Shoto. ¡No era su culpa! La mayoría de ropa que poseía Shoto era puro algodón suavecito... y olía a su perfume... y era de Shoto... ¡Demonios!

Un pequeño maullido llamó su atención y le sacó de sus profundos pensamientos hacia el guardarropa de su novio. Guiando su mirar hacia el regazo de Todoroki, un pequeño felino se restregaba contra su mano izquierda claramente gustoso.

—Oh...

—Parece que le agrado. —Shoto sonrió e Izuku casi consiguió diabetes grado cinco... de ser posible.

Midoriya comenzaba a creer que Todoroki conservaba secuelas del quirk felino. Ahora los gatos tenían un apego extraño con él, durante las raras ocasiones en que hacía muecas, arrugaba un poco la nariz e incluso, a veces podía oírle ronronear. Aún no sabía si llevarle con Recovery Girl, no era un problema de que preocuparse (y se le hacía lindo que emitiera ese leve sonido por sus caricias).

—Parece que solo con tu mano izquierda. —Izuku acarició la cabeza del gatito quien recibió gustoso los mimos—. Debe ser por el calor que emanas.

—Lo es. Casi me rasguño al tomarlo con la derecha —Shoto murmuró con cierto pesar, Izuku quería tomar su mano y cubrirla de besos, pero probablemente se congelaría los labios.

—Es invierno, obviamente lo iba hacer si tienes la mano fría. —Rió pero su risa se detuvo en seco al sentir la fría mano de Todoroki en su mejilla—. ¡¿Qué estas...?! ¡E-Estás frío! —Sollozó.

—Es por mi quirk.

— ¡L-Lo digo para que me quites la mano no para una explicación! —Chilló, estremecido por el contacto. Shoto rio antes de cambiar y tomar su mejilla con la mano izquierda.

— ¿Mejor?

Asintió acercándose para reposar en el costado izquierdo de Todoroki, atraído por el calor que él tenía pero que faltaba en el ambiente.

— ¡Shiro! —Una pequeña niña exclamó señalando al gatito que maulló en respuesta.

Izuku vio a la niña y a su novio esperando una reacción en alguno de ellos.

No la hubo.

—Shochan.

— ¿Hm?

—El gato es de ella.

—Ah.

Todoroki levantó al felino y la niña no reaccionó, completamente tímida. Shoto volteó a ver a Izuku y con ello, el pecoso consiguió saber que su novio no tenía ni idea de que hacer.

Izuku debió interrumpir.

—Eh... ¿Pequeña? —Casi mordió la punta de su lengua, no sabía cómo dirigirse a la niña—. ¿Es tu mascota?

Ella asintió.

Ambos esperaron que ella hiciera o dijera algo, pero nuevamente, nada.

— ¿Por qué no lo toma? —susurró Shoto con duda por lo bajo.

—D-Dale tiempo, Todoroki-kun.

—Izuku.

— ¿Uh?

—Volviste a llamarme "Todoroki".

— ¡P-Perdón! —Se sonrojó con fuerza. Dios, no podía avergonzarse sólo por eso.

—Tranquilo. —Vio con pánico como Shoto se acercaba y besaba su sien.

Ay no. Alerta roja, se pusieron cursis delante de una niña pequeña. ¿Y si la madre estaba cerca? ¡Podrían tener demanda por ir mancillando pureza!

— ¡N-No delante de ella! —Le empujó pero Todoroki ni se inmutó por la falta de fuerza.

Debía estar agradecido, una vez besó a Izuku por sorpresa y este casi le dejó incrustado en la pared gracias la gran —y casi ridícula— fuerza que poseía. Shoto se sintió en el lugar de Hitoshi cuando Izuku casi lo mandó de un empujón a China.

— ¡Como sea, no lo hagas! —Izuku reclamó cerrando sus ojos con fuerza. En cuanto quiso disculparse con la niña se percató de que esta corría lejos como alma que lleva el diablo.

Y también, Shoto ya no tenía el gato.

—Creo que... ¿Se acabó?

—S-Supongo...

Le dio un largo sorbo a su café con esencia de vainilla, disfrutando del calor que se formaba en su estómago y el dulce sabor en su paladar. Su mano derecha estaba firmemente entrelazada con la de su novio, Izuku le notaba callado y algo distraído (más de lo usual) pero hasta el momento no había señales de que algo le estuviera preocupando.

Así que Izuku debía tragarse sus ansias de preguntar qué ocurría.

Y crear teorías random.

Por ahora, solo intentaría tener un tema de conversación (y así que Shoto dijera que ocurría).

—Hace mucho frío.

Tuvo unas horribles ganas de golpear su frente ante su estupidez. Pudo jurar oír la voz de Ochako riéndose de su torpeza y a Iida reclamándole.

Shoto le miró sin novedad alguna, como si no acabase de decir una de las obviedades más grandes de la historia.

—Sí. —Guardó silencio unos segundos los cuales se hicieron eternos en la mente de Izuku—. Espera. ¿Es una invitación a un abrazo?

— ¿Eh...? B-Bueno, sí. ¿Por qué no?

Sus manos se separaron. Shoto rodeó su cintura y le apego a su costado izquierdo. Izuku tuvo la sensación de que su corazón palpitaba a grandes velocidades debido al agradable perfume y calidez de su novio.

—Estaba pensando...

— ¿Uh?

—He estado en este lugar antes, pero no recuerdo cuando. —Shoto murmuró con algo parecido a la frustración, a Izuku le pareció adorable—. Es... familiar, supongo.

— ¿Supones?

—Supongo.

Izuku rió.

— ¿Y si es algún escenario de tus aventuras felinas? —Intentó bromear, pero Shoto paro en seco su caminata—. ¿S-Sho...?

—Creo que es eso.

— ¿Eh?

—Por aquí —murmuró viendo hacia los costados—. Por aquí fue donde conocí a ese niño.

— ¿Él del quirk gatuno?

—Sí. Por aquí también debe estar ese panadero que me golpeó con una vara. —Se quejó frunciendo el entrecejo—. Vamos a ver si sigue creyéndose tan fuerte.

Izuku debió tomarlo por el brazo antes de que se alejara en busca de venganza. Comenzaría a cobrarle a Shoto, detener sus deseos de venganza sería como su segundo empleo.

—Shochan, no.

—Pero...

—No.

Shoto suspiró y accedió a regañadientes. Ese panadero se merecía quedar como un iceberg por ir golpeando gatitos. En primer lugar, no era como si el pan les fuera fascinante a los felinos y amenazaran con robar su tienda.

— ¿Izuku?

— ¿Hm? —Volvió a darle un sorbo a su bebida caliente.

— ¿Y si ese niño se va por el mal camino?

— ¿Te preocupa que se vuelva villano?

—Sería un problema. Conmigo estuvo bien, me encontraste y estaba enamorado de ti.

—Y no lo aceptabas. —Izuku mordió su labio inferior para soportar la carcajada que amenazaba con salir.

—No lo sabía. —Se defendió—. Más bien, si lo sabía, pero intentaba negarlo. No quería incomodarte ni mucho menos hacerte daño... no me sentía lo suficientemente bueno para ti. Pero eres tú, y tú eres un terco.

— ¡Oye!

Shoto hizo una mueca culpable.

— ¿El terco más lindo del mundo?

—Tramposo.

—Bien, el caso es que para mí fue sencillo, ambos nos queríamos. Pero, ¿Y qué si se vuelve villano? Habría mucha gente besando gatos.

—Okay, eso es raro... y problemático. —Izuku rió—. Pero, ¿Cómo planeas encontrar a un niño que solo viste unos minutos?

—No será difícil. —Shoto pareció bastante seguro—. Se parecía a ti.

Izuku parpadeo incrédulo, bien, ¿De qué demonios estaba hablando Shoto ahora?

Prefirió quedarse en silencio, no quería oír sea lo que sea que su novio respondería, presentía que sería algo vergonzoso como un "Era adorable" y nuevamente se sonrojaría hasta las orejas. Idiota. Idiota y malditamente principesco Todoroki.

Siguió a su novio todo el trayecto sin dirigirle la palabra, Shoto parecía realmente concentrado en observar los lugares, intentado recordar pequeñas memorias difusas. Izuku solo mordía levemente el interior de su mejilla, sintiéndose inútil por no poder ayudarle del todo.

Shoto tomó firmemente su mano de un momento a otro, Izuku noto su mirada de determinación y como su mandíbula se apretó un poco. Demonios, ¿Por qué era tan guapo? ¿Y dónde estaba la maldita ventana cuando la necesitaba? ¡Se estaba sonrojando solo con verle!

—Es aquí.

— ¡No te estaba viendo!

— ¿Qué? —Shoto le vio confundido, Izuku se cubrió la boca.

—Que es frío el invierno...

Shoto asintió lentamente, siendo evidente que le costaba comprender a idiotez que salió de su boca.

— ¿Q-Qué me decías? —Intentó cambiar de tema, frunciendo sus labios en una línea delgada.

—Ah. —Shoto señaló hacia el enfrente, un pequeño parque, similar al en que solía jugar durante su infancia—. Es aquí.

— ¿Dónde te encontraste con el niño?

—Exactamente. Ni idea. —Shoto subió los hombros—. Habían unos niños con complejo de Bakugou gritándole, él solo se asustó.

— ¿Complejo de qué...? Olvídalo.

—Pero en cierta parte es preocupante.

Izuku le vio llevarse una mano a la nuca, desviando su mirada hacia los juegos ocupados por niños a pesar del frio.

— ¿Qué cosa?

—Creo que no tenía control alguno de su quirk.

Un estruendo chillón llego a sus oídos, gritos con insultos poco despectivos y un alarido muy largo, fuese quien fuese tenía muy buenos pulmones. Izuku solo pudo voltear para darse cuenta de que un montón de niños corrían en su dirección como la estampida de ñuez en la muerte de Mufasa, siguiendo a otro pequeño que gritaba como si la vida se le fuese en ello.

Lo siguiente que sintió fue un impacto, el niño había chocado contra suyo y le había hecho caer hacia suelo sobre su trasero. Pudo ser una caída normal, como cualquiera de esas que tuvo y tendría a lo largo de su vida. Sin embargo, esta fue diferente, se sintió mareado y cegado de un momento a otro, con un extraño dolor en cada uno de sus huesos.

Todo se volvió oscuro.

Sus parpados pesaban demasiado como para abrirlos, se sentía en un potente letargo, escuchando pequeños murmullos de voces que charlaban entre sí. Había un insoportable dolor en sus huesos, no como cuando se los rompía, era la sensación de estar siendo comprimido.

—O-Oh... entonces, ¿Todo se soluciona con un beso?

La voz era dulce y suave, de un niño que no debía superar los ocho años.

—Sí, por eso te digo que no habrá problema con esto.

Y esa era la voz de su novio.

— ¡Q-Que bien! P-Pero aun así lo lamento mucho, yo no quería... —sollozó en un hilo de voz—. Me siento como un mal villano de Disney.

Izuku se forzó en abrir los ojos, pudo ver a un niño de cabello oscuro y desordenado que le recordó a él en su infancia, sobre todo porque estaba a punto de llorar y no había día en el que no hubiera llorado por la mínima babosada. Lo siguiente fue el perfecto rostro de Shoto, luciendo calmado pero con una pequeña sonrisa en su rostro.

Luego se percató de que todo su cuerpo estaba sobre el cálido regazo de su novio, lo que debía ser imposible.

Gritó, bueno, lo intentó. Porque lo único que salió de su boca fue un maullido espantado.

Oh Dios, ¿Era una broma?

— ¡De-Despertó!

—Izuku, cálmate. —Shoto le sostuvo con cuidado y firmeza, pero no pudo hacerle caso y siguió retorciéndose totalmente desesperado, ¡Por All Might! ¡Ahora era un gato!

Lo maullidos seguían escapando de su boca —hocico— aunque intentaba decir palabras, no había caso. Asustado como el infierno, puso las manos —patas— sobre las manos de Shoto, golpeando sin ritmo y rasguñando sin querer con las garras de las que no era consciente. El pequeño quejido de Shoto le hizo quedarse quieto, congelado. El pánico se apodero de su pequeño cuerpo al ver las pequeñas y frescas heridas en las perfectas manos.

¡Lo había lastimado!

— ¡¿E-Está bien?! —El pequeño niño exclamo mirando hacia ambos, sin saber quién de los dos merecía mas esa pregunta.

Izuku vio a Shoto asentir con una mueca extraña, se sintió completamente culpable. Sin siquiera notarlo sus orejitas bajaron y se acomodaron a su rostro, escondiéndose de la mirada bicolor y haciéndose más pequeño, sin poder evitar ver los pequeños rasguños.

¡Era un gato malo!

Shoto no pudo evitar acariciar con cuidado la pequeña cabecita de pelo desordenado, intentando consolar el obvio desanimo en Izuku con toques suaves y cálidos. Adorable era una palabra demasiado corta para definir lo que era su pecoso.

—Tranquilo, bebé.

Izuku se acomodó mejor en su regazo, frotando su nariz en las pequeñas heridas que no dolían en lo absoluto. Por Dios, desde pequeño fue acostumbrado a lastimarse y a diario Aizawa los dejaba como saco de boxeo con los entrenamientos y pruebas, eso no era nada.

—Uhm... disculpe. —El pequeño niño llamo su atención. Cierto. Todavía estaba ahí—. ¿No piensa...? Eh... ¿No piensa en besarle pronto?

Shoto parpadeo perplejo, sin dejar de mimar a su felino novio.

— ¿Y por qué?

Izuku también abrió sus ojos, ¿Qué no pensaba devolverle a la normalidad?

—Porque... porque... él será un gato...

—Exacto. —Shoto le tomó con cuidado, alzándole para mirarle a los ojos. Izuku se sintió más que cohibido porque desde ese ángulo podía apreciar a la perfección cada rasgo que le hipnotizaba—. Es muy lindo.

El rostro felino de Izuku detonaba incredulidad. No podía creerlo, no podía ser que Shoto tuviera una idea tan estúpida en la cabeza como dejarle siendo un gatito solo por ser... lindo.

Pero Shoto le sonrió opacando a cualquier actor de dramón escolar, lleno de ternura y amor por él.

"¡Por un demonio, Shoto!" pensó en su mente pero cuando lo dijo no salieron más que tiernos y cortos maullidos que derritieron el corazón de su novio.

Shoto era fuerte, inteligente, entrenado para tener nervios de acero y racionalidad al límite. Pero todo eso se volvía nada al estar junto a Izuku, tuviera la forma que tuviera, era su Izuku y solo él podía derretir todo rastro de sentido en su ser. Por eso no pudo evitar enterrar su rostro en el pequeño pecho felino que aún conservaba la fragancia de su cuerpo real.

Izuku no necesito pensar mucho, solo faltaban un par de días para volver a clases, lo que dejaba a Shoto con un par de días en los que podría tenerle como novio compacto en forma de gatito.

Maldición.

Izuku estaba enfadado.

No, enfadado era muy poco para expresar lo que sentía en ese momento. Enfadado, decepcionado, avergonzado y muy, pero muy... emocionalmente inestable.

El asunto es que Shoto hablaba muy en serio cuando dijo indirectamente que le dejaría como gatito simplemente por ser lindo, porque durante todo el trayecto devuelta a los dormitorios no le besó, ni siquiera hizo el intento, ni siquiera cooperó cuando Izuku apoyo las patas en sus hombros y se impulsó hacia adelante en busca de sus labios. Simplemente no estaba en los planes de Todoroki volverle a la normalidad, por lo menos durante en un tiempo. Y eso le estaba exasperando.

Y no era solo por su estado.

Era la situación, porque Shoto parecía completamente fascinado con su forma felina, mimándolo con cariño y jugueteando con sus dedos sobre su pelaje. ¡Por All Might! Iba a terminar muriendo de taquicardia a ese paso, era demasiado para su pobre corazón de nerd enamorado.

Incluso ahora sentía su corazón golpeando fuertemente en sus pequeñas costillas, porque su novio había implementado el mismo método que él: meterle entremedio de su chaqueta. Ahí estaba, entre la chaqueta y el suéter ligero de Shoto, con solo la cabeza y parte de sus patitas afuera, rogando que su inquietud no fuera delatada por su nariz moviéndose casi frenética.

Llegar a los dormitorios fue lo peor, puesto que inmediatamente todas las miradas de sus compañeros —y profesor— cayeron sobre ellos dos, más específicamente sobre Izuku. Parecía que ninguno de ellos necesito mucho tiempo para entender que sucedía, las chicas soltaron un sonidito de ternura y Aizawa simplemente les vio con fastidio.

—Todoroki, quiero un alumno en clases, no un gato. ¿Entendido?

Y se fue.

Izuku le vio marcharse llevándose toda esperanza de acortar su tormento.

— ¡Deku-kun, eres el gatito más adorable del mundo! —Ochako exclamó acercándose rápidamente, completamente fascinada—. Ah, pero sin ofender, Todoroki-kun.

Shoto no le dio importancia.

— ¿Qué clase de ataque felino es este? Hasta yo quiero volverme gato para ser popular. —Kaminari dijo sin pensarlo mucho—. Espera, ahora me urge volverme gato. ¡¿Cómo lo consigo?!

—Viejo, te quiero pero eso es estúpido. —Sero frunció el ceño pero Mineta le jalo la tela de la camisa.

— ¡Pero Sero, eso es una gran idea! ¡Las chicas se vuelven locas!

—Das asco. —Hanta se lamentó cubriéndose el rostro con una mano.

Izuku arrugó la nariz, podía sentir perfectamente el perfume que utilizaban cada uno de sus compañeros y llegaba a ser sofocante, demasiado. Pero el de Shoto le agradaba, era sutil y le daban ganas de enterrar su nariz en sus suéteres, algo que hacía en secreto porque no quería que su novio se lo echara en cara como lo de la jodida camisa negra.

— ¿Qué gusto tienen ustedes dos por volverse felinos? ¡Eso es irresponsable! —Iida reclamó por sobre los cuchicheos y comentarios dulzones de las chicas—. ¡Midoriya-kun! ¡¿Estás de acuerdo con esto?!

Soltó un maullido irritado que derritió de ternura a más de la mitad de la clase.

— ¡Qué lindo! —Mina chilló—. ¡Todoroki! ¡¿Puedo sostenerlo?!

Shoto lo arrulló mejor entre sus brazos, dando un paso atrás para alejarse de Ashido mientras ella hacía un indignado puchero.

— ¡Que tacaño!

Izuku sintió un deja vu.

— ¡Deku-kun, Deku-kun! —Ochako también se acercó más de la cuenta consiguiendo que Todoroki se alejara otro paso—. ¿Cuánto tiempo piensas ser un gatito?

Intento contestar que no estaba de acuerdo con eso, pero los maullidos constantes fueron lo único que salió de su... su... hocico.

— ¡Es demasiado adorable! —Mina exclamó otra vez—. ¡¿Puedo cuidarlo un tiempo siquiera?!

— ¡P-Pero Mina-chan, yo quería cuidarlo! —Ochako dibujó un puchero, Izuku sintió terror al ver que Toru se unía a la batalla por ser su niñera.

Pero no pudo saber el desenlace ya que Shoto ignoró completamente el desastre que había provocado y se lo llevo a los pisos de arriba, precisamente a su habitación.

Izuku maulló con enfado, Shoto le sonrió.

— ¿No te avergüenza maullar? Yo casi no hablaba, era perturbador en cierto modo —admitió. Izuku pudo comprender porque su Shochan era tan callado—. Ahora me siento un exagerado.

Si Izuku pudiera, estaría riendo.

Pero uno, era un gato, dos, estaba enojado.

En cuanto entraron a la habitación de Todoroki, saltó de sus brazos hacia el futón para verle desde abajo con recelo. Shoto sonrió, Izuku estaba encogido, viéndole con sus grandes y felinos ojos verdes mientras su esponjosa cola se movía de un lado a otro.

Se hincó a su lado y estiró la mano hacia él, pero Izuku se alejó.

—¿Estás enfadado?

Maulló un poco agudo mientras su naricita se arrugaba.

—Si sigues siendo adorable convenceré a Aizawa de tenerte como gato por la semana.

¡¿Era su culpa?!

Izuku siseó sin poder evitarlo mostrando los pequeños colmillos que ahora tenía, suponía que era una reacción a su enfado y que intentaba verse amenazante, pero Shoto apenas y parpadeó.

—Bien, tranquilo. Te besaré. —Levantó ambas manos para demostrar inocencia. Izuku se calmó aunque le vio con postura arrogante—. Mañana.

Le maulló con rabia otra vez consiguiendo que su novio riera.

—Pero lo haré, solo será un día. ¿Bien?

Izuku le frunció el ceño de forma graciosa, pero si lo pensaba mejor... ser un gato le dio la posibilidad a Shoto de conocer varios de sus secretos... oscuros y varios secretos que no debería saber bajo ningún motivo. Tal vez esto no era otra broma del destino y era su oportunidad.

Una oportunidad de venganza.

Hubo una risa malvada interna en su cabeza, era su oportunidad. Se acercó lentamente hacia Shoto y restregó su cabeza contra su mano izquierda, recibiendo de inmediato caricias de su parte.

—Lo tomare como un sí.

Sí, era un sí.

Pero no sabía que la criatura esponjosa y bonita que jugueteaba con sus manos quería avergonzarle de la misma manera que le avergonzó.

Durmió toda la noche sobre su pecho, Todoroki tuvo sumo cuidado de no hacer ningún movimiento brusco aunque Midoriya sabía que no lo haría, su novio solía dormir como una roca hasta la mañana y se despertaba parpadeando de forma perezosa. Así que durmió tranquilo, ronroneando y acomodando la cabeza entre las patas. Cuando el sol ya estaba en lo alto esa mañana, las manos de Shoto se posaron en sus costillas y le levantaron con cuidado al ya ser momento de despertar, Izuku soltó un quejido y le enterró las garras en la playera, quería seguir durmiendo.

—Oye, quítame las garritas de encima —dijo con voz adormilada—. ¿No quieres desayunar?

Sí, quería. Su pequeño estomago exigía comida, así que a regañadientes dejó en paz la playera de su novio que ahora tenía pequeños agujeros.

—Izuku, te voy a cobrar la playera.

Le dejo sobre el futon y acarició su cabeza, aún estaba adormilado, supuso que era un efecto secundario de ser ahora un felino, realmente no le costaba mucho levantarse y usualmente era él quien debía despertar a Shoto, no al revés.

—Te traeré galletas y leche, ¿está bien? —Izuku no abrió sus ojos pero sintió los cálidos dedos dando ligeros roces en su cabeza, ronroneó ante el tacto sin poder evitarlo—. Izuku, no me tientes a dejarte más días como gato.

Apenas y escuchó cuando Shoto salió de la habitación, de hecho sus peludas orejas reaccionaron antes que sus parpados, ya que abrió los ojos lentamente y con pereza. De seguro su novio había ido por el desayuno y no le había llevado para evitar que las chicas se le fueran encima como el día anterior.

Así que... estaba solo.

Sus felinos ojos se barrieron por la habitación en busca de algo, lo que sea. Pero no había nada extraño o fuera de lo común, todo era muy sencillo y japonés, no había nada que pusiera a Shoto en una situación incómoda. Estiró las patas hacia adelante y se dejó caer otra vez en la blanda superficie, de seguro y todo sería en vano, no encontraría nada malo en Todoroki.

Parpadeando cansado se permitió soltar un pequeño maullido, solo para comprobar como sonaba su voz ahora. Le hizo gracia. Aunque fuera molesto era divertido de algún modo.

Podría no ser tan malo ser el gato de Shoto por un día, conociéndolo de seguro nunca tuvo una mascota antes y podría tomarlo como un favor. Extraño favor.

Un momento. La única forma de volver a la normalidad era con un beso donde ambos sentimientos fueran mutuos, ¿Qué pasaba si Todoroki tuviera miedo de no estar sintiendo lo mismo que él? ¿Y si por eso atrasaba lo de besarlo?

El terror que sintió por eso le estremeció, obligándole a levantarse y a darse vueltas en la habitación. Imposible, imposible. No debía estar pensando en boberías. Shoto le amaba, estaba seguro.

Estaba seguro... ¿Cierto?

La puerta fue abierta con suavidad, Izuku se volteó esperando ver a su novio cargando algo para desayunar, pero en su lugar se encontró con la esbelta figura y linda cara de Momo. Una sensación de malestar se instaló en la boca de su estómago, ¿qué hacía ella ahí?

Ah cierto, ella era la amiga más cercana a su novio cabeza de bastón navideño —que estuviera dudando de sus sentimientos no tenía nada que ver con el nuevo apodo—.

Momo abrazó el pequeño paquete que traía entre sus brazos, se veía sorprendida pero inmediatamente hubo una sonrisa en su rostro.

— ¡Buenos días, Midoriya-san! —sonrió alegre—. ¿Se encuentra Todoroki-san?

Negó con la cabeza al no poder hacer otra cosa, un maullido no se entendería.

Ella hizo una mueca.

—Ya veo. —Miró el paquete en sus manos y después al gato—. Dejaré esto aquí, es de él pero como ayer ninguno de los dos se encontraba yo lo recibí —concluyó dejando el pequeño paquete grisáceo en el escritorio, Izuku pudo sentir cierta inseguridad en ella, como si temiera dejarle solo con ese paquete allí—. ¿Puedes decirle a Todoroki-san? D-digo... ¿Maullarle...? —Ella ladeó la cabeza con duda, Izuku le maulló en respuesta y ella se sonrojó—. Con todo respeto, creo que comprendo a Todoroki-san, ¡Como felino eres realmente lindo!

Izuku bajó las orejas con vergüenza.

— ¿Momo-chan? —Asui irrumpió lentamente en la habitación—. ¿Qué haces aquí?

—Vine a entregar un paquete a Todoroki-san, ¡Pero me topé con la versión felina de Midoriya-san! —exclamó fascinada, Izuku quería esconderse bajo una roca.

Tsuyu le vio con seriedad, llevando un dedo bajo su mentón.

—Es realmente lindo.

— ¡¿Verdad?! —Momo aplaudió—. Desde este punto de vista puedo comprender a Todoroki-san.

—Sip.

Izuku escondió el rostro entre las patas, parecía que la simple frase "Porque es lindo" era la excusa suficiente para tenerle como felino.

—Momo-chan, ¿Vamos a Desayunar? No creo que a Todoroki-chan le haga gracia que entremos a su cuarto y hostiguemos a su gatito. —Tsuyu lo hizo a propósito, Midoriya sentía calor punzante en sus mejillas ante las palabras su gatito. De Shoto.

—Sí. —Momo se levantó con gracia y sutileza—. Lamento las molestias.

—Adiós, Midoriya-chan.

Y así como vinieron, se fueron.

Izuku tomó una larga respiración durante cinco segundos antes de echarse a rodar por la alfombra. Genial, se emocionaba simplemente por ser llamado propiedad de Todoroki. Se suponía que eso debía estar mal, pero ahí estaba, rodando avergonzado y feliz.

Paro, se quedó recostado de lado en la alfombra viendo hacia al alto escritorio donde estaba el paquete que Yaomomo había dejado. Se levantó curioso y de un salto llego al escritorio, casi tirando el pote con tinta que Shoto tenía —en serio, ¿quién más que él utilizaba tinta para escribir cartas?— y una pequeña figurita de dragón que por poco terminaron en el suelo. Vio el paquete de todos los ángulos posibles y después acercó la nariz, olfateando el aroma del perfume sofisticado de Momo.

"Sangre por sangre, Shochan" pensó antes de enterrarle los colmillos y las garras, rasgando con cuidado el plástico gris para no romper lo que había en el interior. Luchó un poco con el paquete, cayendo de espaldas al escritorio pero consiguiendo abrirlo. Con el cuidado que no tuvo para sacar el empaque, barrió el contenido sobre la superficie de madera.

Parpadeó y ladeó a cabeza, viendo con confusión la serie de fotografías que cayeron sobre el escritorio, en todas se retrataban ellos dos en las distintas citas que tuvieron durante las últimas semanas. Recordó que Shoto le había comentado que no le gustaban las fotografías, pero Izuku le insistió para tener esos recuerdos guardados de esa forma, Shoto terminó por acceder a su petición. Pero esto era mucho más que acceder, Shoto acabó revelado las fotografías y por lo que veía, había dos de cada una, es decir, que había un set de fotografías para él también.

Se sintió la peor persona —gato— del mundo entero.

Sus orejas y cola bajaron demostración de lo arrepentido que se sentía. Bien, hasta ahí llegó su intento de venganza, no quería venganza, no quería nada. Solamente quería a Shoto.

—Gato mañoso. —Shoto habló e Izuku se cohibió más—. ¿Qué se supone que haces?

Izuku pensó en hacerse bolita o saltar por la ventana, quería a Shoto pero no regañándolo por ser un idiota. Luego pensó en las clases referentes al honor y los modales que le enseñó su madre, así que decidió levantar la cabeza para mirarle con todo el arrepentimiento que tenía en sus felinos ojos.

Shoto varió su atención del gatito verde y esponjoso hacia sus patitas, donde empezaban a mostrarse las fotografías que había mandado a revelar.

—Izuku, ¿qué tienes para decir al respecto?

Un maullido suave y claramente lamentero.

—Bien. ¿Te arrepientes de meter la naricita donde no debes?

Otro maullido un poco más alto.

— ¿Y ya no te quejaras de tenerte como gato el día de hoy?

Izuku le frunció el ceño, pero acabó asintiendo y maullando. Shoto le sonrió para darle calma y dejó la pequeña charola con galletas, leche y un café en el escritorio, para poder tomarle entre sus brazos.

—Buen chico.

Izuku quiso reír, eso se les decía a los perros.

—Y... por cierto. —Shoto titubeó un poco—. Debo ir a casa hoy, supongo que deberás venir conmigo...

Izuku miró hacia arriba mostrando la lengua. Shoto sonrió.

— ¡Y baja ya al pupilo de All Might de la mesa!

—No.

Izuku vio con aburrimiento la linda mesa llena de platillos japoneses mientras Fuyumi acariciaba con sumo cuidado su pelaje, su cuñada soltaba suspiros de vez en cuando, ambos estaban presenciando una de las largas e interminables peleas que ocurrían siempre que Enji y Shoto Todoroki se encontraban en el mismo lugar. Es decir, como ahora. Por alguna razón a Enji le había entrado el espíritu santo y quería enmendar sus errores del pasado, pero Izuku no estaba seguro de que lo conseguiría si en cada almuerzo familiar terminaba peleando con su hijo menor.

—Entonces, Izuku-kun. —Fuyumi habló, intentando distraerlo de la disputa que había frente sus narices—. ¿El mismo niño del quirk gatuno te ataco a ti? —Izuku asintió.

—Y supongo que el obsesionado de mi hermano se niega a devolverte tu forma humana —dijo Natsuo, el hermano mayor de Shoto.

—Yo no estoy obsesionado. —Shoto prefirió defenderse de los dichos de su hermano que continuar con su pelea.

—Lo estás.

—Sip, lo estás. —Fuyumi apoyó a Natsuo.

—Desagradablemente lo estás, Shoto. ¡Ahora presta atención que aún no hemos terminado! —Enji exclamó furioso—. ¡Estuviste tonteando las últimas semanas!

—Se les llama citas, se supone que son normales a mi edad. Es tu problema si no comprendes el crecimiento normal de un ser humano.

—El jurado apoya al acusado —Natsuo dijo sin ganas—. Ahora, ¿podemos comer?

— ¡Debes dejar de distraerte, Shoto!

Izuku frunció el ceño intentando contar hasta diez para no ir el mismo a callar a su quiera-o-no-suegro.

—Solo quiero decir que estimo mucho que Shoto se concentre al punto de no congelarle la barba al viejo esta vez. —Natsuo suspiró—. Y que el viejo no le responda quemando la casa.

—No cantes victoria pronto —Fuyumi dijo con pesar, era ella quien llevaba más tiempo en esa casa y sabía que todo podría suceder en cualquier momento—. Una vez Shoto utilizo el volumen máximo de su hielo y debió ayudar a papá a descongelar la casa porque de otro modo esa noche dormiríamos en un iceberg.

Fuyumi siguió jugueteando con su pelaje, al menos hasta que Shoto le tomó y le dejó cerca de él, como si estuviera diciéndole a su hermana que era suficiente.

— ¡Debes concentrarte en tu carrera profesional, Shoto! ¡Te permití salir con el pupilo de All Might-

—Izuku —Natsuo corrigió.

— ¡Pupilo de All Might! —repitió terco como mula—. ¡Porque se supone que sería pasajero!

—Primero tú no me permitiste nada, nunca pedí tu permiso. —Shoto frunció el ceño—. Segundo, pasajera será tu barba si vuelves a decirme una idiotez.

— ¡Ese lenguaje!

Izuku le siseó con fuerza sin poder evitarlo, atrayendo todas las miradas de la familia de su novio, especialmente la de Enji.

— ¡¿Y por qué demonios es un gato?!

Natsuo no aguantó la risa escandalosa que escapo de sus labios.

— ¡¿Apenas te das cuenta que es un gato?! —El hermano mayor golpeó la mesa de caoba con fuerza—. ¡N-No puedo, me ahogo!

— ¡Respira, Natsuo!

—Es un gato porque es bonito.

— ¡Llevas tu homosexualidad demasiado lejos!

Izuku volvió a sisear, esta vez apoyándose en sus patas delanteras y erizando su enrulado pelaje. No le gustaba la forma en que Enji trataba a su hijo y si tenía que arañarle la cara para detenerlo, lo haría.

—Papá, el novio gatito de Shoto te va a matar con sus garritas —Natsuo advirtió sorbiendo su soba.

Enji le frunció el ceño, empezando realmente una batalla silenciosa sin importar que estuviera en su forma gatuna. Izuku esperó, uno, dos, tres segundos hasta que vio como el gran hombre volvía a abrir la boca para decir alguna burrada. Ni siquiera se lo pensó mucho antes de impulsarse y saltarle para arañarle la cara como una especie de gato ninja.

— ¡Shoto, detenlo!

— ¿Para qué o por qué? —Shoto simplemente sorbió sus fideos viendo como su papá intentaba sacarse de encima el pequeño pero hábil gatito—. Es divertido.

— ¡¿Eso cuenta como amor apache?!

— ¡Por supuesto que no, Natsuo!

Después de un par de minutos en los que simplemente fue Enji intentando sacarse a su yerno del cuello y Fuyumi intentando convencer a sus hermanos de detener esa pelea, Shoto al fin se puso de pie y tomó a su novio quien se calmó inmediatamente ante su tacto.

—Supongo que es todo, ¿nos vemos el viernes? —Shoto preguntó como si fuera lo más casual del mundo—. Di adiós, Izuku. —dijo sacudiendo la patita verdosa a modo de despedida.

Salieron de la gran casa japonesa. Izuku se acomodó en el pecho de su novio, restregando su cabeza contra su pectoral izquierdo en un intento de calmar el enojo que sentía. No le gustaba verle de ese modo, lo odiaba. Le gustaba ver a Shoto feliz, con su pequeña y sutil sonrisa, soltando comentarios tontos que le avergonzaban y ruborizaban hasta las orejas.

—Tranquilo, Izu. —Shoto le acarició con cuidado otra vez, llenándole de mimos para relajarlo—. Eres un buen gatito héroe protector.

Ronroneó gustoso, aunque esa nueva forma de llamarle era más que extraña.

—Pero supongo que ya es suficiente —murmuró llamando su atención—. ¿Quieres volver ya?

Izuku acomodó las patas en sus hombros, impulsándose para verle de ese modo una última vez. Al menos había sido divertido lo poco que duró, aunque no estaba seguro de querer volver a repetir la experiencia.

Sintió cosquillas en su cuerpo, estaba ansiando besarle otra vez, en los últimos meses nunca había pasado tantas horas sin hacerlo. Le gustó ver la forma calmada en que Shoto cerraba sus ojos y esperaba pacientemente al ligero topón de labios que solucionaría ese pequeño y pasajero problema.

Amaba tanto a ese chico.

Se acercó con cuidado antes de golpear su pequeño hocico contra la suavidad de los labios de su novio.

El cuerpo entre sus brazos cambió de forma y peso en segundos mientras un pequeño resplandor le cegó. Le sostuvo con fuerza por las piernas asegurándose de no caerse, no sería bueno que el cuerpo de Izuku sufriera daño porque el dolor que sentirían sus huesos por el cambio de forma era bastante fuerte. No abrió sus ojos, simplemente quería disfrutar de la dulce sensación de los blandos labios de Izuku contra los suyos, meciéndose con suavidad y calma.

Una vez se separó, un largo suspiro escapó de su boca.

—Oye, después de ser héroe profesional, ¿puedo hacer un refugio de gatitos? Le pondría tu nombre. —Shoto bromeó mientras Izuku dejaba caer su cabeza contra su hombro—. ¿Estás bien?

—Eres un bobo. —La voz de Izuku sonó algo ronca—. Le voy a decir a tu mamá lo que me hiciste.

Shoto rió un poco.

—Todos decían que tenía la razón, eras demasiado lindo para desaprovechar la oportunidad.

Izuku soltó un pequeño sonido de incomodidad, se acomodó de forma que pudiera ver a Shoto a los ojos. Aún estaba abrazándole como una especie de koala, por lo que su la distancia no eran más que centímetros.

— ¿Era...?

—Eres, creo que en cada forma eres lindo.

— ¿Y si me vuelvo un oso perezoso?

—Serías un lindo oso perezoso.

Izuku rió antes de darle otro corto beso, Dios, había extrañado esa sensación.

— ¿Volvamos?

— Sip. —Izuku asintió—. Ah, pero tendrás que cargarme de vuelta.

— ¿Por qué?

—Me duelen los huesos, y no me digas que debería estar acostumbrado porque no lo estoy. —Le cortó frunciendo el ceño—. Además tú querías tenerme de mascota, ahora pagas.

Shoto le acomodó mejor entre sus brazos.

—Si nos ve la prensa o algo, Aizawa-sensei nos matará.

—Sip. Pero será tu culpa.

Sonrió. No pudo evitar sonreír cuando tenía a ese chico con él, en sus brazos y bromeando. Amándolo. Tan dulce y tan correcto como se sentía en su corazón.

— ¿Qué hay de mi refugio de gatitos?

—Hazlo. De todas formas, ¿Por qué me preguntas?

— Me casaré contigo, ¿No es correcto preguntar?

E Izuku se derritió en sus brazos muerto de vergüenza.

—Eres cruel, Shochan.

—Te amo.

—Lo que sea, llévame a casa —murmuró cerrándolo los ojos—. Y también te amo, gato bobo.

¡Y y y y y y SE ACABÓ! LO SIENTO PERO MI CEREBRO ERA UNA PASA VIEJA CUANDO SE TRATABA DE ESTO.

Gracias a todos por esperar y lamento mucho la demora :C Pero ya me siento mejor al saber que esto ya es tema cerrado. Hoy, luego de tantos meses, Neko queda oficialmente acabado <3 ¡Muchas gracias por todo el apoyo y cariño a este fic!

Si hay algún error avísenme porque en una parte que decía "vergüenza" puse "verguiza"

Eso, hasta mis amigos pedían el epilogo y mi internet es a base de patata.

Voy a dormir en paz ahora 7n7

¡UN BESOTE!

Continue Reading

You'll Also Like

700K 42.1K 6
Naruto y Sasuke son novios y viven juntos. Un día, por causas del trabajo, el rubio se va de viaje por cuatro días. Durante ese tiempo, se comunican...
788K 118K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
46.4K 4.3K 14
Qué pasaría si Adrien comienza con un mal día y poco a poco este parece ir mejorando. Finalmente puede tener unos minutos como una persona normal y d...
19.8K 2.7K 9
Katsuki encuentra una cajita de madera, con pequeños detalles y cosas dentro. Pero si hay algo que resalte ahí, son las cartas que al parecer fueron...