Cap (2/3)
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Los días pasaban veloces y para cuando se dieron cuenta, ya se encontraban el los vestidores de la cancha de Rosswood, esperando el momento en que diera inicio el juego de vuelta en la etapa de semifinales.
Billy ato los cordones de sus tacos mientras en su mente repetía una y otra vez la charla que les había dado el entrenador. Rosswood era casí infranqueble, pero como todos, tenían debilidades y una de ellas era que tendían a desplegarse demasiado a la ofensiva, lo que dejaba al portero un tanto vulnerable.
"—Eres rápido y si logras colarte por su linea defensiva, tendremos una gran oportunidad de anotar unos cuantos. " Había dicho el entrenador con esa seriedad que lo caracterizaba. "Además si tú y Cooper logran complementarse tan malditamente bien como en los entrenamiento, tenemos muchas probabilidades de llegar a la final y no se a ustedes pero a mi se me antoja añadirle un trofeo a la vitrina de la escuela."
Billy quería ganar más que nada y estaba muy seguro de que lo conseguirían. Desde que se puso en pie esa mañana supo que sería un día grandioso y no podía sacarse de encima la sensación de que algo realmente bueno le esperaba.
Alguien se sentó a su lado en el banquillo y no necesito subir la vista para saber que era Jason. Una sonrisa se formo en sus labios mientras un cosquilleo se apoderaba de su estomago. Aun le era difícil asimilar que estaba enamorado, era tan raro y emocionante...
—¿Estas listo para ir por nuestro puesto en la final?—preguntó Jason dándole un leve enpujón con su hombro.
Billy terminó de atar los cordones y levanto la vista para por fin poder ver a su querido capitán. Y por todo lo bueno en este mundo, Jason lucía simplemente arrollador en su uniforme: camisa azul celeste y shorts blancos. Ahí sentado se veía vomo un modelo esperando a ser capturado en una fotografía. Billy se obligo a serenarse y le sonrio.
—Si Capitán... —arrastró las palabras sabiendo que eso le ponía a Jason, y no se decepciono cuando la mirada de Jason se oscureció y su respiración dio un sobresalto.
—No me hagas esto— Jason pusó una mueca de sufrimiento— No sera nada comodo salir ahí afuera con una erección—Susurró el capitán.
—¿Y yo qué hice?— su tono inocente no era para nada creible. Por fortuna el resto de sus compañero estaba demasiado ocupados terminando de vestirse como para prestarle atención a sus coqueteos.
—Eres cruel, que lo sepas. —Jason se inclinó un poco más para susurrarle al oido. —Si sigues provocándome...te vas a arrepentir.
—¡Ah si! ¿Qué harás?— Era tan emocionante provocar a Jason y recibir todo el calor de su mirada llena de deseo. Debería estar nervioso por el juego y sin embargo no podía pensar en nada más que el chico fente a él.
Jason pareció pensarlo por un momento y luego sonrio con suficiencia.
—No es lo que yo haré, es lo que sucederá— Billy sintió un cosquilleo bajarle por la espalda, era la aticipación. —Saldremos al campo, ganaremos el jodido partido y luego tú y yo celebraremos...—El capitán se paso la lengua por el labio inferior —A solas.
Billy se estremecio y sintió el calor empezar a correr por sus venas. Joder, ahora entendía a lo que se refería Jason con eso de salir al campo con una maldita erección.
—Vaya, pareces muy seguro de que ganaremos. —Dijo tratando de parecer lo más relajado posible.
—Lo que sucede es que quiero celebrar contigo—Jason le guiñó el ojo. —Y haré lo que sea necesario para volverlo realidad. Tú solo confía en mi.
"Lo hago, confio en ti con todas mis fuerzas"
Se quedaron viendo fijamente, hasta que la voz del entrenador los trajo de nuevo al mundo real.
—Okey señoritas, es hora de salir al campo y demostrar de lo que Chestertown High esta hecho. —Todos se reunieron alrededor del entrenador —Vamos a salir ahí sin miedo y vamos a patear traseros ¿de acuerdo?
—¡Si!— gritaron todos.
Todos los chicos empezaron a salir al campo para realizar un breve calentamiento. Justo cuando Billy se disponía a salir, alguien tomo su brazo y lo tiró al interiro nuevamente.
—Hey...—No pudó terminar de replicar, sus palabras fueron interrumpidas por unos calidos labios que empezaba a conocer tan bien. El beso fue breve pero calido y cargado de promesas. —¿Y eso por qué fue?
Jason se encogió de hombros con una sonrisa coqueta. Eran los únicos que quedaban en los vestidores.
—Solo quería mi beso de la buena suerte.
Billy reprimió un gemido ¿cómo no iba a estar enamorado de ese tonto si hacia cosas como aquellas? Se limitó a sonreir y tomar a Jason del brazo para,por fin, salir al campo de juego.
~~*~~
Cuando Jason estaba concentrado el tiempo se le pasaba volando y más cuando en su interiro estaba la imperiosa necesidad de ganar aquel partido. No solo porque de verdad quería tener su celebración con Billy, sino porque su orgullo como capitán del equipo estaba comprometido. Ya se encontraban en la segunda mitad del juego y seguian con un marcador de cero por cero. Y si eso no era suficientemente frustrante, desde hacia unos minutos caía una fina lluvía que volvía resbaladizo el césped.
—Que suerte de mierda— Henry se acercó a su lado pasandose una mano por la frente para apartarse el cabello mojado. —Y esos bastardos que no dejan de bloquearnos— dijo refieriéndose al equipo contrario.
—Bueno, tienen una defensa de miedo— empezaron a moverse lado a lado trotando, siguiendo el movimiento del balón. —Pero se que podemos, tu confía....
Justo en ese momento Jason vio como Brice Olsen le hizo un paso a Travis el centrocampista y este no se lo penso antes de enviarsela a Billy.
—Ahora— dijo Jason moviendose, sintiendo como la oportunidad llegaba. —Vamos Henry te quiero listo.
Billy remontó casi desde el centro del campo corriendo como nunca con el rostro lleno de concentración. Los defensas de Rosswood salieron a su encuentro listos a arrebatarle el balón, Billy fue más rápido y envio un pase largo el cual Jason recibió con el pecho. Esa había sido una jugada que nadie se esperaba y por lo tanto la alineación de Rosswood se confundió por un momento lo que dio oportunidad a Jason para hacer la que sería su jugada ganadora.
—¡Arriba Henry! — gritó y su amigo entendio moviendose velozmente, cuando estuvo donde lo querí le lanzo el balón. —¡Sabes que hacer!
Y por supuesto que Henry sabía, driblo el balón un par de veces dejando en el camino al capitán del equipo contrario, mientras por el rabillo del ojo vio como Billy pasaba las defensas y ahí, ahí estaba su oportudinad. Henry pudo haber tirado directo al arco y quizá hubiera podido anotar, pero sabía que Billy no fallaría y por eso le lanzo el balón, que paso justo en medio de dos de los contrarios sin que pudieran hacer nada para retenerla.
Billy no espero a que Rosswood reaccionara, ni siquiera dejo que el baló tocara el suelo. Inclinó el cuerpo ligeramente hacia atrás y golpeo el esférico con la mayor fuerza y presición que pudo. El balón viajo directo al centro de la portería, el arquero salto y por poco logra atraparlo, por suerte la humedad hizó que se le resbalara de las manos y fuera un gol indiscutible.
Jason había visto todo desde una distancia considerable, pero al ver que el balón se estrellaba contra la red, hecho a correr y fue el primero en abrazar a Billy.
—Cariño, ese fue un golazo— le susurró al oido mientra lo estrujaba entre sus brazos. —Eres imparable.
—Somos imparable...
Jason hubiera querido besarlo ahí, en medio del campo, pero el resto del equipo salto sobr ellos para celebrar.
Cuando volvieron a reanudar el partido, se notaba que los chicos de Rosswood estaba desesperados, cada vez eran más erráticos con sus jugadas dejando mucho espacio para que Chestertown hiciera de las suyas. El segundo gol fue anotado por Henry gracias a un tiro libre. El tercero fue una jugada impresionate entre Jason y Billy demostrando que la unión que tenían iba más allá del plano personal. Y el último y cuarto gol, llegó por parte de Travis Shepard. Y no hace falta mencionar que el público se había vuelto loco en los graderios.
Cuando el silbatazo final resono, Jason no podía contener la enorme sonrisa que se expandía en su rostro. Estaban en la final y por supuesto tendría su celebración con Billy.
—¡Fiesta en mi casa!— gritó Travis Shepard.
Jason negó sin dejar de sonreir, siempre tenía que haber una fiesta después de un juego, aunque esta vez si que parecían merecerla, el juego no había sido fácil. Celebrar era lo menos que podían hacer.
—Entonces, estamos en la final— Billy se colocó a su lado. Estaba todo mojado y su uniforme estaba lleno de manchas de césped y lodo por las veces que se había caido. Y para Jason esa era la imagen de la sexy perfección. —Te digo un secreto.
—Dime.
—Me muero de ganas por celebrar.
Bueno, si eso no servía para encender a Jason, nada lo haría. Necesitaba una ducha de agua fría con urgencia.
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La casa de Travis Shepard se encontra a reventar y el ambiente era inmejorable. Muchos de los presentes ya se encontraban borrachos y los demas se encontraban bailando en cualquier sitio que encontraran libre. Y si, la fiesta estaba bien y todo, pero Jason quería estar a solas con Billy, pero su rubio favorito había sido secustrado por sus amigos casí desde que llegaron a dicha fiesta.
De pronto una idea cruzó la mente del capitán y aprovechando que la mayoría de personas estaban demasiado absortas en la música, se escabullo al segundo piso y entro en la primera habitación que encontro. Afortunadamente la puerta estaba sin seguro.
Sacó su teléfono y le envio un texto a Billy.
Jason: Ven al segundo piso, entra a la primera habitación de la izquierda.
Billy: ¿y se puede saber para qué?
Jason se esperaba que la respuesta tardara más, pero Billy siempre lograba sorprenderlo.
Jason: Lo sabras cuando vengas 😏👌
Billy: Voy para allá.
Jason sonrió ampliamente y se colocó a un lado de la puerta viendo a su alrededor. La habitación no era demasiado grande y por lo poco que lograba ver, aquella era una habitación femenina. ¿Era de la hermana de Travis Shepard?
Ahí junto a la puerta se sentía como si estuviera acechando a una deliciosa y rubia presa. Su estomago dando volteretas a casusa de la expectación. Cuando el pomo de la puerta giró, el corazón de Jason empezó a latir desbocado. La puerta se abrió y una figura conocida cruzó el umbral. No lo penso dos veces antes de tomarlo del brazo jalarlo dentro para luego cerrar la puerta y empujarlo contra ella.
—¿Ansioso?— preguntó Billy con la burla tiñendo su voz.
Jason no podía verlo bien por la oscuridad de la habitación, pero sabía que estaba sonriendo de esa manera que lo volvía loco.
—No sabes cuanto— respondió el capitán antes de abalanzarse sobre esos labios que había estado deseando desde la última vez que los probó.
Billy no se resistió, entreabrio los labios recibiéndolo con gusto y cuando sus lenguas se tocaron ambos gimieron. Jason se aferró a la estrecha cintura del rubio para eliminar lo más posible la distancia entre ellos. Billy por su parte no tardo en hundir sus manos en aquel cabello castaño que tanto le gustaba. Se besaron como si llevaran años de no probarse el uno al otro. El calor aumentando en aquella habitación ajena que servía como refugio para dar rienda suelta a la pasión.
Jason se separo cuando la necesidad de tomar aire era demasiado ¿por qué carajos necesitaban respirar? El solo quería tener a Billy.
—Santo infierno—Jadeo Billy aferrandose a sus hombros. —Siempre logras ponerme un poco tonto con tus besos.
—Si sirve de algo, a mi se me nubla la vista cuando tu me tocas.
Ambos rieron sin alejarse, les encantaba estar así. Y Jason debía admitir que cada día se hacia más tentadora la idea de mandar a todo el mundo a la mierda y besar a Billy en público. Pero aún no estaba listo, sin embargo cada vez le daba menos miedo ser descubierto.
Billy era como su luz y cada día se hacia más evidente lo mucho que le gustaba y ya se estaba cansando de pensar en lo suyo como una simpe amistad. Quizá había llegado el momento de intentar ir más allá, de probar suerte y que fuera lo que Dios quisiera. ¿Qué era lo peor que podía pasar? ¿Ser rechazado? Pues creía poder sobrevivir a eso.
—¿Qué pasa?— preguntó Billy al ver que Jason se quedaba en silencio.
Jason tomó aire y se armo de valor. Había llegado el momento y no iba a hecharse atrás.
—Es que quiero decirte algo— el la penumbra distinguió a Billy asentir. —Tú me gustas Billy Tucker, me gustas más de lo que nunca me ha gustado nadie. Y ya se que nuestra amistad fue algo que surgió de repente y que es una gran amistad, pero creo que ya es hora de dar un paso más.
«Tal vez te parezca precipitado y algo loco. Tal vez yo no sea la persona que tu merces, porque estoy un poco jodido y ni siquiera se cuando logre reunir el valor suficiente para enfrentar al mundo y decirle que soy gay, pero me atrevo a creer que puedo hacerte feliz, que puedo devolverte un poco de lo mucho que has dado. »
—Jason...—dijo Billy en un susurró tembloroso.
—Eres un chico precioso y lleno de cualidades que harian a cualquiera caer a tus pies, yo soy un claro ejemplo de ello y aun cuando se que no te merezco quiero preguntarte... ¿Quieres ser mi novio?
Billy había creido que al entrar en aquella habitación tendría un poco de acción con Jason, quizá terminaran quitandose las ganas ahí mismo, pero lo que no se esperaba era esa confesión, esa que casí le provoca un paro cardiaco. ¡Jason acababa de pedirle que fuera su novio! Por un momento tuvó miedo de estar soñando y de que en cualquier momento despertaría solo para darse cuenta que se había emborrachado y todo era ficticio.
Pero Jason era real, estaba ahí diciéndole que le gustaba y estaba ahí esperando una respuesta. Billy sintió miedo, no porque no quisiera, sino porque no sabía si seria suficientemente bueno para el capitán. Pero decidió seguir su propio concejo, no iba a dejarse controlar por el miedo.
Apoyo su frente contra la de Jason y le dió un beso suave.
—Si quiero— Jason soltó el aire que había estado conteniendo. —Quiero ser tu novio, quiero, quiero, quiero.
—Creo que voy a desmayarme—la voz de Jason estaba temblorosa, al igual que sus piernas.
—Ni se te ocurra, ahora eres mi novio y si mi memoria no me falla, me prometiste una celebración y ya que estamos— Billy bajó las manos desde sus hombros y la colo por debajo de la camiseta del capitán. —nunca celebramos tu carta de ingreso a Boston y ahora debemos celebrar que somos novios... ¿Te apetece una celebración triple?
"Me gane la puta lotería" Pensó Jason sintiendose tan feliz que creía que en cualquier momento empezarí a flotar como un globo lleno de helio.
—Llama a tú casa— susurró el capitán con voz ronca— y dile a tu madre que pasaras la noche fuera.
Luego deslizó sus labios hasta hundirse en el cuello de Billy haciendolo arquer la espalda.
—Lo que usted ordene capitán...
—sabes que, mejor llama mientras vamos de camino a mi casa.
Sin más que decir ambos se fugaron de aquella fiesta con los corazones hinchados de felicidad compartiendo un mismo pensamiento: "¡Tengo Novio!"