Sombras Partidas #1 (COMPLETA)

karlee_dawa által

472K 48.4K 7.1K

Cuando Alma Lobo va un día al supermercado todo cambia. Su pasado regresa y con él una serie de secretos y pe... Több

Nota + premios
Prólogo
Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Epílogo
Agradecimientos
Atary

Capítulo 25

7.3K 934 93
karlee_dawa által

Días más tarde, salí de mi habitación y me acerqué hacia Cristofer, el cual estaba echado en el sofá cantando una canción de Ed Sheeran con los cascos puestos, podía escuchar Shape of you desde mi habitación. Daniel llevaba extraño desde que me había apartado y me preocupaba, ya no sonreía tanto y las bromas cada vez eran más inexistentes, le sentía muy ausente. Intuí que Cristofer sabría algo, siendo su mano derecha, y ya que Daniel había llevado a Ana con una amiga, tenía tiempo suficiente para conversar con él. Temía haberle hecho daño al rechazarle esa noche, pero más temía que mis miedos se cumplieran y de verdad solo quería llevarme a la cama, haciéndome caer con sus palabras.

—Cristofer —dije a modo de saludo.

Al escuchar mi voz levantó la vista, quitándose un casco del oído y me miró con esos bonitos ojos azules que tenía.

—Sabes que puedes llamarme Cristo —contestó sonriente.

—Lo sé, pero me gusta más tu nombre completo.

Me acomodé sentándome en la alfombra mirándole a los ojos, cara a cara.

—¿Pasa algo?

—Me gustaría que me contaras sobre Daniel y tú, sobre su infancia. Llevo aquí un tiempo y apenas sé de él, presiento que me oculta muchas cosas —Le contesté, casi implorando respuestas.

Ahora fue él el que se acomodó en el sofá, sentado con las piernas cruzadas como un indio.

—No sé si es buena idea, es su vida, no la mía.

—Al menos cuéntame cómo os conocisteis, por qué sois tan amigos. ¿Trabajas con él? ¿También eres...?

—¡Joder, no! —Me cortó—. No es algo que me guste ir diciendo por ahí pero trabajo en un supermercado, soy cajero.

Se le encendieron las mejillas, parecía que le daba vergüenza admitirme eso, así que no dudé en que estaba contándome la verdad.

—No es algo por lo que estar avergonzado, Cristofer. Es un trabajo honrado, como cualquier otro.

—Pareces mi madre hablando —contestó, de nuevo sonriente—. El trabajo de Daniel ya no te parece tan honrado, ¿verdad?

—Sinceramente sería mejor para él que trabajara de algo que no implicara el dinero negro y los peligros de la calle —Me quejé.

—No tuvo otra opción... —suspiró—. Pero bueno, me avergüenza decir mi trabajo porque mi madre siempre me apoyó para que fuera policía, y es irónico que haya acabado de cajero y ayudando a Daniel. Tiene coña ¿verdad?

Me reí, la verdad es que si que era irónico terminar siendo la mano derecha de un narcotraficante de Barcelona que tiene bastante poder y mueve bastantes hilos.

—¿Y Ana no sabe nada?

—Obviamente no, Daniel no quiere que a Ana se le caiga un mito, lo adora y él a ella.

—¿Y sus padres? —Le pregunté directamente.

—Uff... —dijo incómodo removiendo su pelo­—. Eso debería contártelo Daniel

Me lamenté para mis adentros, nadie quería resolver el misterio y me asustaba sacar ese tema con Daniel, tampoco tenía la suficiente confianza para ello y las pocas veces que lo había intentado él me cambiaba de tema. ¿Y si habían tenido un accidente y estaban muertos? ¿Por eso acabaría metido en las drogas? Seguí cavilando sobre las posibles teorías acerca de la desaparición de sus padres hasta que Cristofer me devolvió a la Tierra de golpe.

—A Daniel le han chivado que la policía ha recibido información sobre tu paradero. Parece que alguien ha fallado a Daniel y está pensado qué hacer, además de averiguar quién ha sido el hijo de puta que le ha traicionado —contestó cerrando los puños.

Mi estómago se contrajo de golpe al escuchar sus palabras, temía haberla cagado al hablar con Álex. Moví las manos nerviosa, si hubiera sido por eso sería culpa mía que terminasen pillando a Daniel y eso me preocupaba, no quería que le sucediera nada, no me lo perdonaría.

—No entiendo por qué no me deja marchar y así se acaba todo este lío, mi casa está en Asturias, mis amigos, mi carrera, mi...pareja.

Cristofer frunció el ceño y soltó un bufido pero no dijo nada. Me extrañé, era propio de Daniel enfadarse al intentar sacar el tema de marcharme pero ¿Cristofer? Supuse que me estaba cogiendo cariño, como Ana, y no quería que les dejara.

—¿Y qué le decís a Ana sobre el trabajo de Daniel? —pregunté curiosa—. Porque cualquier trabajo Ana puede ir por la calle y comprobarlo o sus amigas pueden encontrarlo en cualquier lugar.

—Para Ana, Daniel es chófer de gente rica, por ese motivo debe salir en cualquier momento a llevar a sus clientes donde lo necesiten y le pagan bastante bien —Me contestó guiñándome un ojo, orgulloso de la respuesta.

—Te has inventado tú la tapadera, ¿verdad?

—¿A que te ha molado? —preguntó con una gran sonrisa, dándose golpes con el puño en el pecho y levantando el mentón, como si ese gesto mostrara su hombría.

—No está mal —respondí poniendo los ojos en blanco—. Bueno y la otra pregunta importante ¿por qué haces tantas cosas por él?

—Porque llevo enamorado de él desde que le conocí —contestó con el semblante serio.

Abrí los ojos de golpe, si hubiera estado bebiendo algo ya lo hubiera soltado todo ante tal afirmación.

—¡¡¿¿Estás enamorado de Daniel??!! —chillé.

Entonces se echó a reír a carcajadas, incluso algunas lágrimas empezaban a brotar de sus ojos y descendían por sus mejillas, tenía la cara completamente roja, como si hubiera ido a la playa y se hubiera quemado entero.

—Lo siento, tenía que hacerlo para ver tu reacción, no podía evitarlo. Ni siquiera sé cómo he podido aguantarme para decirlo completamente serio.

—Idiota, me lo había creído —Le dije dándole golpes a su hombro medio molesta medio divertida ante la broma.

—Ahora en serio —contestó limpiándose las lágrimas de su rostro—. Le conocí de pequeño, llegué nuevo al colegio donde estaba él y todos se metían conmigo. Yo tengo un año menos que él así que no íbamos a la misma clase.

—Espera que adivino ¿él también se metía contigo? —pregunté molesta. No soportaba a la gente que se metía con otros, por cualquier hecho que fuera.

—Para nada —contestó Cristofer con la mirada perdida, parecía que estaba fuera de este mundo, recordando lo vivido en el pasado—. Al principio era un infierno estar en clase, se metían conmigo por tener unos kilos de más, era muy estudioso y eso no les gustaba. Aprovechaban cualquier momento para recordarme que era un "mierdas", sobre todo en la clase de gimnasia porque me costaba mucho hacer lo que me mandaba el profesor.

Le cogí la mano un instante, apretándosela a modo de apoyo y consuelo, animándole a continuar con la historia.

—El caso es que al principio Daniel ni se inmutaba de que existía, ni siquiera iba a la misma clase que yo, y era, sí, de los típicos que estaba rodeado de chicos y le gustaba hacerse el mayor y chulito —dijo riéndose—. Pero cuando en el recreo empezaron también a meterse conmigo y darme empujones y alguna que otra patada Daniel se dio cuenta e intervino. Se peleó con los chicos de mi clase y un profesor tuvo que apartarles.

—¿Y por eso le tienes tanto aprecio? A ver, no me malinterpretes, me alegro de que te ayudara pero tampoco es para hacer todo lo que haces por él —dije rápidamente.

—No es solo por eso —contestó Cristofer haciendo una seña para que escuchara—. Durante los meses que faltaron hasta el fin de curso cesaron, pero a la vuelta del año siguiente comenzaron de nuevo. Incluso me pegaron una paliza a la salida del centro entre cinco, no podía defenderme, me moría de miedo, Alma. No podía chillar, solo llorar, incluso temí desmayarme y morir desangrado. El caso es que cuando pensé que no llegaría muy lejos pude percibir a Daniel con unos chicos, Daniel me salvó la vida, Alma.

Se me escaparon un par de lágrimas de emoción, no conocía esa faceta de Daniel pero empezaba a entender la admiración que sentía Cristofer hacia él.

—Pero por desgracia tuve que seguir viéndoles la cara, mi madre no quería cambiarme de centro para que... me enfrentara a esos matones, decía —bufó—. Como seguían insistiendo con que volverían a darme una paliza pero sin ocasión de dejarme respirar, acudí desesperado a Daniel. No sabía por qué un chico como él me tenía ese aprecio pero me calmó diciendo que él actuaría para que me dejasen de una vez en paz. El problema es que se excedió demasiado, a los pocos días apareció en mi aula, mi profesor le instó para que se marchara pero él le ignoró y avanzó hasta el chico que era más líder. Entonces todo pasó muy rápido, la ventana estaba abierta porque ese día hacía calor y Daniel lo cogió, no sé de qué manera, pero Óscar acabó colgado por la ventana, solo estaba sujeto por los tobillos.

—¡Qué horror!

Cristofer asintió con la cabeza.

—Toda la clase chillaba, el profesor se había quedado petrificado y temíamos que Daniel le dejara caer desde un segundo piso.

—¿Lo hizo? —pregunté asustada.

—No.

Respiré aliviada, ese chico había sido un verdadero imbécil y se merecía algún castigo por darle semejante paliza a Cristofer, pero no ese. Además, cargar con una muerte ya desde niño tenía que ser un martirio, no solo para Daniel, también para su familia.

—Mientras lo tenía sujeto le advirtió que si volvía a amenazarme de muerte, como él estaba haciendo en ese momento, la próxima vez le dejaría caer. Cuando apareció la directora, Óscar ya estaba en el suelo llorando del miedo, incluso se había meado.

—Joder...menuda escena —dije impactada.

—Pues aquí no acaba todo, Óscar era el hijo de la directora.

—¿Qué me estás queriendo decir, Cristo?

Estaba tan conmocionada que ni me había salido su nombre completo, me parecía increíble a lo que podían llegar algunas personas a través de su empleo o estatus social.

—Sí, Alma. En el centro sabían lo que me estaban haciendo pero hacían oídos sordos. La directora expulsó a Daniel del centro indefinidamente y le abrió un expediente. Eso avergonzó mucho a su madre, ella quería que acabase la ESO limpio y con buena nota...en fin —carraspeó—. Acabó la secundaria en otro centro pero no siguió con los estudios, todos veían su expediente y ponían pegas, así que podría decirse que mandó su futuro a la mierda por mi culpa, por protegerme.

—Tú no tenías la culpa, Cristofer. Eras una víctima en esa mierda de situación.

Cristofer se puso a llorar en ese momento, parecía un niño indefenso. Me dio muchísima pena y le di un abrazo para consolarlo.

—Lo siento, recordarlo me revuelve muchos sentimientos por dentro.

—No tienes por qué disculparte, los hombres también lloran —respondí dándole unos golpes en el hombro.

—En fin, esa es la historia. El resto te lo tendrá que contar Daniel.

Fue en ese instante cuando la puerta se abrió y apareció Ana seguida de él.

—Preparad todos las cosas, nos vamos en dos horas —sentenció Daniel.

Olvasás folytatása

You'll Also Like

Blood🫀🩸 Alone által

Rejtély / Thriller

3.7K 813 36
¿A veces sientes qué alguien te persigue, o te observa? Si es así, esta es tu historia, una historia llena de misterio, con grandes giros inesperados...
312K 17.2K 40
¿Será capaz Leticia de frenar la influencia de su inocente piel, o se dejará seducir por la lujuria? SPIN OFF de ¿Practicamos el Kaamasutra? Puede le...
134K 12.2K 27
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
1.2K 157 23
¿Cuántas personas puedes ver en la vida que sean idénticas físicamente, pero que personalmente son diferentes ? Bueno, está es la interesante, ardie...