Querido Diario
Querido diario, te tengo que explicar cómo mi vida cambió en tres meses que mis padres han estado fuera...
-Me despierto ese día sabiendo que es el último día en familia antes de que mis padres se vayan a Australia a ver a mi abuela que ha caído enferma. Me levanto, me pego una ducha rápida y me visto para ir al instituto con mi uniforme. No me acaba de disgustar, pero era bastante básico. Constaba de una camiseta blanca acompañada de una falda de color azul tejano que me llegaba tres dedos por encima de la rodilla. Me calzo con unas botas cortas y planas. A continuación me paso rápidamente la mano por el pelo para ponerlo decente. Bajo a desayunar y me encuentro dos maletas junto a la puerta, listas para cogerlas e irse. Me tomo el desayuno y me despido de mis padres -los cuales me recuerdan que luego pasará la nueva niñera para conocernos y ya quedarse a dormir-, cojo la mochila y salgo justo cuando Xènia y Silvia estaban a punto de picarme. Nos dirigimos al instituto que nos cae a unos diez minutos caminando.
-Leire, ¿me estás escuchando?-Pregunta Xènia.
-¿Qué? Perdona, estaba pensando quien podría ser mi niñera.- No se enfadan cuando no las escucho, ya están acostumbradas.
-Oh, vamos Leire -contesta Silvia- no será una bruja ni nada parecido.
Paso toda la mañana en el instituto y vuelvo a casa a las dos y media. Cuando llego oigo voces y me encamino hacía la cocina para ver quién es. Allí veo a un chico, y hay que admitir que bastante guapo. Tiene el pelo desordenado y de un bonito color rubio apagado. Es alto, pero tampoco extremadamente y con un cuerpo trabajado. Todas las miradas se centran en mí. Me pregunto que ha traído a mi casa a ese increíble chico. Mi madre es quien rompe el silencio.
-Hola Leire, querida, te presento a tu nuevo niñero, Kyle.
Me quedo con la boca abierta, el increíble chico viviendo conmigo y vigilándome las 24 horas. No puede ser posible, no, no, no...
Mi madre sigue hablando como si nada.
-Nosotros nos vamos ya o si no perderemos el avión.- Se acerca a mí y me da un buen achuchón al que se une mi padre. -Ten cuidado, y haz caso a lo que te diga Kyle ¿vale? y llama cada noche o cada día.
-Sí, mamá. Que os vaya bien y darle recuerdos a la yaya.
Dicho esto cogen las maletas y salen por la puerta.
-Bueno, al parecer vamos a estar juntos muuucho tiempo -dice Kyle alargando mucho la "u"- Tendremos que llevarnos bien, ¿no?
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Gracias por todo!
Un chispazo,
Chispiitas46