22 de noviembre del 2015.
La playa siempre me gustó, me parecía un lugar tranquilo y en paz, transmitía ese sentimiento de que nada sucedía a tu alrededor y eso era simplemente fascinante.
Entrelacé mis dedos con los de Beth mientras con la otra mano sostenía la canasta que habíamos preparado llena de comida, ella sonreía y cerraba los ojos, disfrutando de este momento para nosotros.
Me gustaba que sonriera, las cosas en su casa no estaban bien, sus padres cada día peleaban más e incluso ya estaban solicitando el divorcio. Eso hacía que Beth estuviera triste casi todos los días, ella era hija única y le dolía que sus padres de divorciaran pues se sentía entre la espada y la pared.
Llegamos hasta la orilla de la playa por fin, sacamos la manta y la tendimos en la tierra, dejé de lado la canasta y atraje a Beth hacia mi, me senté y la coloqué entre mis piernas abrazándola fuertemente colocando mi cara en su hombro, ella suspiró y podía apostar que había cerrado los ojos mientras mantenía una mano en mi agarre.
—Amo tanto esta tranquilidad —Comentó, después de varios minutos en silencio en los que solo nos abrazamos disfrutando de la brisa en nuestras caras, me mantuve en silencio mientras trazaba una línea imaginaria en su mano sobre la mía—, las cosas no están bien Sawyer. Mis padres se están divorciando y yo sigo siendo menor de edad hasta el año que viene. Tengo que quedarme con uno de los dos... y yo no puedo hacer eso, no puedo escoger entre ellos.
—No sé que decirte Beth, tú sabes que mis padres se separaron cuando tenía 10, mi madre me abandonó con mi padre para irse con un rico porque sabes que papá no tenía dinero.
—Pero al menos regresó.
Reí con sarcasmo.
—Regresó porque papá hizo una fortuna más grande que con el que se había ido, no por mi —Me encojo de hombros—, aunque me duela un poco tengo que admitir que tuvo razón mi padre cuando le negó que regresara.
Nos mantuvimos en silencio, beso su mejilla y vuelvo a recargar mi mejilla en su hombro cerrando los ojos, vuelve a suspirar antes de hablar.
—Quiero quedarme así para siempre.
—Yo igual. —Comento con sinceridad.