Te veo por la puerta.
Sigues en el laboratorio.
Como siempre, diseñando artefactos.
Probablemente explote.
Pero me da igual.
Prometo no gritarte.
Por más extraño que suene.
No lo haré.
No te preocupes
Sientes mi presencia.
Te giras para verme.
Pero ya no estoy, me regreso a mi oficina.
Escucho que murmuras algo para tí mismo.
No, no estás loco.
Sólo soy yo.
Causándote miedo.
Haciéndote dudar de tu cordura.
Provocando que el más mínimo movimiento te asuste.
Supongo que ya estás más tranquilo.
Ahora estás solo.
Decides levantarte para cerrar la puerta.
Inteligente, ¿no?
Demencia está contigo.
¿Cómo entró?
No tienes idea.
Detesto que siempre te moleste.
¡Sólo yo puedo hacerlo!