Katsuki se sentía impotente. La rabia avanzaba por todo su ser.
Vio como el pecoso caía hacia las profundidades, su vista no alcanzaba a ver más allá de veinte metros.
-Hey- llamó una voz- Tenemos que irnos de aquí- dijo la pelinegra.
-Iré a buscar a Deku- decidió el oji-rubí.
-¿Estás loco?- preguntó- Se acerca una tormenta, ¿Qué ayuda le brindarías si te perdieras en el bosque?
La mente del rubio cenizas era un caos, su corazón le decía que el peli verde estaba bien, pero no tenerlo cerca lo preocupaba.
-¿En cuanto se irá la tormenta?-preguntó sin apartar la mirada del abismo.
-Por lo que puedo ver- miro las nubes- Se podrá salir por la mañana.
Era mucho tiempo, pero resignado siguió a Momo de vuelta a la ciudad.
Por la noche, los fuertes vientos no tenían contemplación ni misericordia. El chico explosivo no durmió, rogaba para que su novio estuviera a salvo y resguardado del inmenso frío.
En la blanca nieve se extendía un cuerpo con verdosos cabellos. Este había usado su habilidad para aferrarse a las rocas del precipicio, pero al intentar subir, se resbaló y cayó unos metros, dejándolo inconsciente.
Un cuerpo blanco pequeño y esponjoso, se acerco a él. Emitió un pequeño gruñido y otra criatura, de su misma especie pero mucho más grande apareció en el lugar.
Toco la cara de Izuku y al percatarse que vivía, lo levanto.
Las huellas en la espesa nieve se borraban con facilidad, a este paso nadie sabría donde fue llevado el peli verde.
La conciencia volvió lentamente a Deku, sentía un peso sobre su pecho. Poco a poco abrió los ojos, percatándose que encima suyo de encontraba un animal parecido a un oso, pero sus dientes caninos eran mucho más largos, era blanco como la nieve de la tormenta, ojos claros como el cielo en verano. Asombrado, se dio cuenta que era una cría de las llamas bestias de las nieves.
Se levanto de un golpe, asustando al animal, que salió corriendo hasta la esquina de la tienda en la que estaba.
Sin importar el dolor de su brazo debido a la caída, se sentó sobre sus rodillas y guió su mano hacia el peludo animal blanco, esperando que este se acercara a él.
Lo veía extrañado, sus pasos eran lentos. Se pudo fijar que podían caminar en dos o cuatro pies. La criatura de acerco a su mano y a la olio, al ver que esta no hacía nada se acaricio en ella, sacando una risa al pecoso.
-No temas- dijo este tomando con sus dos manos a Zver, bestia en el idioma del reino.
Ya con su peludo acompañante en sus brazos, salió de la tienda.
Quedo impresionado con lo que veía, estaba dentro de una montaña. En la parte superior colgaban varios cristales, los que dotaban de luz el ecosistema que yacía ahí, algunas plantas al igual que arboles crecían sin ser destruidos por las implacables tormentas que azotaban el exterior.
De pronto un gruñido detrás de él lo alarmo, al darse vuelta podo ver a dos criaturas blancas mucho más grandes que él, acompañados por otras más pequeñas.
-Son una familia- susurro viendo que no le iban hacer daño.
Al pasar las horas y al darse cuenta que no podía salir de ahí hasta que pasara la tormenta, tomo las cosas que traía en su mochila y empezó a dibujar a sus nuevos amigos.
El más pequeño no se había separado de él y se ya dormido a su lado, pudo retratarlo mejor.
Reviso sus dibujos y le pareció que estaban bastante bien, al pasar uno por uno, vio uno de los muchos retratos de Katsuki, los cuales los hacía cuando el chico explosivo no lo estaba mirando.
-Kacchan- murmuro.
El rubio cenizas al ver al cielo y como las nubes empezaba a alejarse, tomo a su compañero, Roude y salió a buscar a Deku, sin importar que la princesa le gritara a lo lejos que la esperara.
Se encontraba en la base del acantilado en busca de algún indicio de su novio, lo único que encontró fue la bufanda que traía antes de caer.
Izuku al notar que la tormenta había disminuido camino hacia la pareja de criaturas e intento decirles que quería salir de ahí, al parecer lo entendieron.
Con la criatura peluda en sus brazos y llevado en las espaldas en uno, salieron de la montaña hacia donde lo habían encontrado.
Katsuki y Momo recorrían las cercanías del acantilado cuando oyeron a los lobos otra vez, cambiaron el rumbo de su búsqueda pero no perdían el rastro de ellos.
De pronto fueron atacados por la manada, pero repentinamente se escucho un gran gruñido y los lobos sintieron un gran miedo escapando del lugar.
-Kacchan- grito una voz.
-Deku- respondió este.
Los ojos rubí del chico explosivo quedaron completamente sorprendidos al ver en donde venia su pareja.
-Deku- grito- Bájate de esa criatura.
-No me hará daño- dijo llegando donde su novio.
La blanca criatura lo ayudo a bajar, dejándolo al frente de su novio. El pecoso dejo a la cría en la nieve para así saltar a los brazos de Katsuki.
-Te extrañe- dijo el peli verde.
-Yo también- respondió el rubio cenizas- No vuelvas a asustarme así.
De repente Katsuki sintió una mordida en su pierna, no era nada menos que la pequeña bestia peluda.
-Maldito- gruño.
-No le hagas daño- dijo Deku tomándolo en sus brazos.
Su pareja emitió unas explosiones con sus manos, al ver como esta pequeña cosa peluda se aferraba más a su Deku.
-Me alegro que estés bien- dijo la princesa sorprendida viendo a las criaturas.
-Ellos me salvaron-dijo con una sonrisa.
Aunque no los entendiera, Izuku agradeció a las bestias blancas dejando al más pequeño en brazos de una de estas.
-Gracias por salvarme- dijo este.
A paso lento, estas empezaron a marcharse, mimetizándose con la blanca nieve.
Al lado del peli verde llego su pareja ya montado en Roude. Este le tendió la mano para ayudarlo a subir frente de él.
En el camino, Kacchan abrazaba a Deku, mientras la pelinegra los guiaba al castillo.
Ya en la habitación, Deku entrando el calor en una enorme bañera, el vapor que emergía de esta llenaba el cuarto.
De pronto sintió unos pasos acercarse y de como alguien entraba al agua.
-¿Te sientes mejor?- pregunto Kacchan.
-Si- respondió Izuku con los ojos cerrados- Me hacía falta un baño caliente.
El mayor se acerco a su pareja, acomodándose detrás de él para abrazarlo por la cintura y empezó a repartir besos por la delgada espalda.
-Kacchan- murmuro este sonrojado- ¿Que haces?
-Es tu castigo- mordió levente el cuello - Por preocuparme.
-Pero- fue interrumpido por la boca del oji-rubí-
Los besos y las caricias fueron subiendo poco a poco de tono, el vapor que había en el cuarto hacia más pesado respirar, pero a ninguno le importo.
En el borde de la bañera, Katsuki tenía acorralado al menor, con una mano acariciaba su pecho hasta llegar a la parte más intima de este, con la otra tomaba su cabeza para poder así explorar la boca ajena.
En un abrir y cerrar de ojos, Kacchan giro a su pareja, dejándola de espalda a él y con sus mano apoyadas en el borde. El mayor empezó lentamente a repartir besos y mordidas por la espalda ajena y al llegar al bien formado trasero, lo masajeo, sacando unos leves gemidos al pecoso.
Mordió y lamió las nalgas ajenas, las separo un poco para así tener mayor acceso a la entrada del peli verde.
Izuku gemía antes las caricias de su pareja, sus manos ásperas y cálidas trazaban un camino por su cuerpo. Sintió como su pareja preparaba su entrada con su boca, al pensar en eso sus gemidos se volvían más fuertes.
Sin previo aviso dos dedos fueron introducidos en el, sacando un quejido.
-Se que te gusta- dijo Katsuki en su oído.
El cuello ajeno era llenado de besos, mientras que de la garganta del menor solo salían sonidos que encendían más a su pareja.
-Kacchan- se quejo moviendo sus caderas.
-¿Quieres eso?- pregunto pasando su virilidad por la entrada ajena.
El pecoso asistió con la cabeza avergonzado, pero el rubio cenizas no accedería tan fácilmente aunque se estuviera muriendo por llenarlo completamente.
-¿Que cosa?- decía masajeando el trasero ajeno y su entrada- Dime, ¿Que quieres?- decía con voz ronca.
-Kacchan- dijo gimiendo- Quiero que me hagas tuyo, como lo haces siempre.
Al escuchar esas palabras, la cordura de Katsuki se desvaneció.
Introdujo su miembro lentamente, sintiendo como su pareja se apretaba contra él. La intensidad de sus estocadas iban en aumento, con una mano acariciaba el miembro ajeno, haciendo que Deku gimiera desde el fondo de su ser.
Katsuki al sentirse incomodo en la bañera, salió del cuerpo ajeno y lo tomo en brazos, llevándolo hasta la cama.
Ahí lo puso boca arriba para posicionarse encina de él. Introdujo nuevamente su miembro de una estocada, Deku al sentirlo otra vez de aferro al la espalda del rubio cenizas.
Ambos excitados, seguían su instinto de aferrarse el uno al otro para así alcanzar el punto máximo de placer. Sus bocas no se separaron en ningún momento, sus esencias se mezclaron en una, dejándolos jadeantes y cansados.
Aunque la tormenta había comenzado, los dos amantes yacían completamente durmiendo abrazos durante la fría noche.
Una experiencia que no querían repetir había ocurrido en esta aventura, pero si de algo estamos seguros es que sin importar la distancia o los problemas que pasen, siempre volverían a los brazos de la persona que más amaban.
Continuara...
Otro extra terminado y falta uno :3333 espero que les guste ;)
gracias a todos por leer y comentar <3
nos vemos lo mas pronto posible... un gran abrazo por parte de su autora-chan :3