EN PROCESO // ¿Qué hacemos ah...

Foooooor_ever tarafından

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Rubén y Summer vivieron un amor rápido, fuerte y destructible. Tomaron caminos equivocados y desiciones que l... Daha Fazla

PRÓLOGO
Capítulo 1: Nuevos comienzos.
Capítulo 2: Recuerdos.
Capítulo 3: Inesperado.
Capítulo 4: Frente a frente.
Capítulo 5: Hola
Capitulo 6: Desgracias.
CAPÍTULO 8: Tiempo y Soledad.
CAPÍTULO 9: Karma.
Capítulo 10: Pre-boda
NO ES CAPITULO
¿Aún hay alguien?

CAPÍTULO 7: Atracción física.

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Foooooor_ever tarafından

SUMMER P.O.V.

No he dejado de pensar en él.

No he dejado de pensar en todo lo que ocurrió esa noche y en todo lo que pudo ocurrir erróneamente.

Ha pasado una semana desde el fugaz encuentro de Rubén y yo en mi casa y simplemente no puedo dejar de pensar en él.

No he sido capaz de decirle lo que pasó a nadie. Lo que pasó esa noche me llevó al límite y siento que voy a perder la cabeza pronto.

Nicolás volverá dentro de dos días de Londres y tenerlo lejos me hace sentir peor. Yo estuve a punto de engañarlo. ¿Lo habria hecho de verdad si nada nos hubiese interrumpido?

La verdad, no quiero saberlo.

El se la ha pasado más ocupado que nunca, haciendo difícil la comunicación. Hemos hablado por el móvil sólo un par de minutos diarios, en los cuales el no para de hablar de lo bien que se lo está pasando y lo mucho que está aprendiendo.

Estoy feliz por él. Está viviendo uno de sus sueños, haciendo lo que le gusta. Tomar fotografías.

Pero una parte de mi no puede evitar desear que esté aquí. Necesito tenerlo cerca para enfocarme en la realidad. Para evitar hacer cosas de las cuales me podría arrepentir, como lo de esa noche.

El tiempo de caos en mi trabajo había terminado y sólo me faltaban algunas semanas para completar mis prácticas y graduarme al fin.

Hoy Viernes era un día especial. Mi amada ahijada cumplía su primer año de vida y para celebrar, cenariamos todos juntos en casa de Martina hoy.

Me he pasado en día ordenando y limpiando la casa. Martina salió anoche a cenar con Mangel y algo tarde me envió un mensaje de que no llegaría a casa hasta hoy.

Al ritmo de la música la tarde pasó y no me dí cuenta cuando mis amigos comenzaron a llegar.

Max y Cheeto fueron los primeros en llegar, ambos con sus respectivas novias; Paula y Laura. Los cuatros desprendían alegría la cual me contagiaron cuando me informaron que la cena sería un banquete de comida china que ya habían pedido a domicilio.

Los chicos se fueron directamente a las botellas de vino que había dejado en la mesa, mientras las chicas me dijeron que ellas seguían con el orden y yo fuera a cambiarme. Ya que estaba en pijama.

Reemplacé mi cómodo pijama por unos jeans ajustados, una blusa blanca y unas botas que le robé a Sophia hace un par de de semanas.

Luego de arreglar mi cabello de la forma mas presentable que pude, volví a la sala donde mas voces se escuchaban.

Jhom, Sophia y Jasmine ya habían llegado al igual que Mangel y Martina que no dejaban de besarse en el sofá.

-¡Oye! Esas son mis botas. - me dijo Sophia mientras le quitaba de sus brazos a Jasmine.

- Son mias ahora. - me reí mientras recibí un beso en la frente de parte de Jhom.

La charla y las risas se instalaron de inmediato al darme cuenta que esto era más una reunión de amigos que la celebración del cumpleaños de Jasmine.

De un momento a otro Martina se acercó a mi y me arrastró hacia la cocina rápidamente.

- ¿Qué te pasa mujer?

- Tengo que decirte tres cosas. - dijo mirandome seriamente. - Una buena y dos malas.

- Está bien... comienza con la buena claramente. - respondí.

- Mangel se me propuso anoche. - dijo sonriendo y mostrándome el anillo de su mano que no había notado.

Mi cara se desfiguro de alguna forma mientras comencé a gritar emocionada.

- ¡No me lo creo! - gritaba mientras la abrazaba y ambas dábamos unos saltos extraños. - ¡Vas a casarte, zorra!

-¡Si! - gritó mientras se secaba unas lágrimas que amenazaban con salir. -Pero por favor sé discreta. - pidió. - Vamos a decirles a todos más tarde, hazte la sorprendida.

- ¡Dios! No puedo creerlo. - dije riendo. - ¡Felicidades!

- ¿Tú crees que está bien, cierto? ¿Crees que hacemos bien en casarnos? - preguntó ganándose de inmediato un golpe de mi parte.

- ¡Claro que si! ¡Idiota! Ustedes están hechos para estar juntos. - le dije tranquilizandola.

Después de unos gritos más ella cambio a un aspecto más serio y me obligó a sentarme.

- Ahora las malas... - dijo y suspiré. Ya sabía lo que venía. - Rubén viene de camino.

Mi corazón comenzó a latir rápido y mis manos a temblar de inmediato.

- Está bien. - suspiré.

- No es sólo eso. - dijo. - Se ha comprado un auto super guay y caro... y viene con su novia.

¿Qué? ¿Va a venir a mi casa con su novia? ¿Con la chica con la que me engañó?

De seguro, algo iba a salir mal.

_________________

RUBÉN P.O.V.

No quería ir.

No quería entrar con la mejor cara del mundo a casa de Summer con mi novia de la mano y pretender que todo iba a estar bien.

Les había dicho a Jhom y Sophia que no iba a poder ir. Que lo celebraba con mi ahijada el día siguiente, en otro lugar, pero Marta me escuchó hablando por el móvil y me hizo drama.

Comenzó a decirme que yo no quería ir por verla a ella. Que aún estaba enamorado de ella y cosas así. Me dijo que íbamos a ir juntos, que no teniamos nada que ocultar y que mi grupo de amigos debía acostumbrarse a verme con ella.

Yo, sin ganas de discutir no agrandar más el problema, no tuve más que decir que si. Finalmente ella es mi novia y tengo que incluirla en mis actividades.

Así que aquí íbamos, en mi nuevo auto, con la musica baja y sin decir nada.

Me decidí al fin comprarme un auto ya que en Noruega me saqué el carnet y por fin dejé el miedo de conducir. Además, ya estaba hasta los cojones de estar pidiendo taxis.

Una canción de Oliver Heldens comenzó a sonar desde mi playlist y comencé a golpear el volante despacio al ritmo de la música.

- Te veo super emocionado. - habló Marta sarcasticamente.

- Es el cumpleaños de mi ahijada, claro que estoy emocionado. - respondí.

- ¿Solo por eso? - dijo.

Me había dado cuenta de que, en las tres semanas que llevábamos en Madrid, Marta me había hecho notar todo su lado celoso. No era para menos, es decir, tengo que ver a mi ex novia en ocasiones, pero aún así se me resultaba extraño ya que nunca pasamos por algo así en Noruega.

- No comencemos con dramas ¿si? - respondí. - No quiero mas peleas, ni menos esta noche.

La sentí suspirar y estuvimos en silencio hasta llegar a la casa de Martina. El estacionar aún se me daba algo mal, así que después de unos minutos intentándolo por fin bajamos del coche.

Caminamos hasta la puerta sin decir nada, ni tocarnos. Me he dado cuenta que desde que llegamos a Madrid, hemos dejado de ser tan cariñosos. Así que antes de entrar la tomé de la mano obligándole a mirarme.

- Oye. - la llamé. - Estás preciosa.

Me alegré al darme cuenta como ella se contenía para no sonreír. Con el papel puesto en la seriedad. Pero terminó cediendo y poniéndose de puntitas para darme un beso corto en los labios.

Ahora, con mi novia de mejor ánimo, entramos a la casa.

Lo primero que vimos fue a todos acomodados en diferentes lugares riendo animados y charlando tranquilamente.

Al vernos entrar todos se callaron y nos miraron.

Incómodo.

Mis ojos recorrieron el lugar sin darme cuenta que estaba buscando a alguien en específico. El rostro de Summer no está en ningún lugar visible.

- ¡Rubiuuuuh! - se acercó Mangel rompiendo en silencio y todo volvió a la normalidad.

- Viniste. - dijo Jhom acercándose a mi.

- Es el cumpleaños de mi ahijada. -dije. - No me lo iba a perder.

Todos comenzaron a saludarnos y sonreí cuando vi a Marta tranquila hablando con la novia de Max. Ambas eran las nuevas del grupo y por ende se llevaban mejor.

Las charlas comenzaron y por un momento olvidé todo el drama que había tenido estás semanas.

Hasta que la vi.

Salió de la cocina con una bandeja llena de snacks. Llevaba el cabello suelto y estaba riéndose junto a Martina.

Mangel me dio un golpe al darse cuenta que estaba mirándola sin parar y de inmediato traté de disimular.

Marta seguía con su charla animadamente y agradecí al darme cuenta que no notó nada.

Mis manos comenzaron a sudar y una corriente de electricidad recorrió mi espalda cuando Summer y Martina se acercaron a mi y me saludaron normalmente.

No hubo más cambio de palabras más que un "Hola".

Pude notar un vendaje en su mano y recordé el accidente del vidrio en su mano hace una semana.

Mis pensamientos volaron a esa noche y respiré fuerte al recordar lo cerca que estuvimos de cometer un error.

Luego de un incómodo saludo entre Marta y Summer, el timbre de la casa sonó y todos se emocionaron al mencionar de que había llegado la comida china que habían comprado.

La tensión de la sala bajó considerablemte a la aparición de la comida y luego de acomodarnos todos en la mesa comenzamos a comer.

Jasmine, sentada en las piernas de Martina, intentaba agarrar el arroz del plato de Mangel fallidamente mientras una conversación sobre un partido de fútbol rondaba la mesa.

Marta estaba a mi lado y reía tranquilamente sobre un comentario de Cheeto. Mientras Summer estaba sentada al otro extremo de la mesa luciendo incómoda, al igual que yo.

El festín de comida china de acabó pronto y todos estaban exaustos de tanto comer. Excepto por mi, que lo poco que comí no me entró en provecho.

No sé en que momento las botellas de vino comenzaron a acabarse. Jasmine se había dormido y Sophia la fue a acostar a la cama de Martina.

La sobremesa se estaba alargando bastante y trataba de sonreír a veces para que me notarán normal.

Me giré para ver a Marta y me encontré riendo a carcajadas con las mejilla rosadas. Genial, se estaba emborrachando.

- Rubén tómate una copa. - me dijo Jhom.

- No gracias. Estoy conduciendo. - respondí.

Marta se acercó a mi y pasó sus brazos por mis hombros para hablarme al oido.

- Estoy feliz de que vinieramos. - dijo arrastrando las palabras. Se notaba que estaba algo borracha ya. - Te amo.

Mi mirada se desvió hacia Summer y pude notar que estaba mirándonos. Mirada que cambió de inmediato al encontrarse con mis ojos.

- Bien, bien. Nos vamos. - le dije a Marta.

- ¿Qué? No nos vamos a ir. - respondió ella y se giró para seguir con su charla.

Me di cuenta que Summer ya no estaba en la mesa y sin pensar mucho me disculpé con Marta diciendo que iría al baño.

Pude ver la mirada fija de Mangel al darse cuenta que estaba haciendo, pero traté de ignorarla y seguí caminando.

Abrí la puerta de la cocina y me decepcioné al darme cuenta de que Summer no estaba alli.

Realmente no sabía que estaba haciendo pero caminé a paso firme por el pasillo de la poco conocida casa y me paré en una de las puertas de una habitación.

Mi instinto no falló y mi corazón comenzó a rugir en mis costillas al darme cuenta que era la habitación de Summer y que ella estaba ahí sentada en la cama.

Se giró rápidamente y sus expresión de sorpresa no se hizo esperar.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó con un tono enfadado.

¿Enfadada? ¿Por qué estaría enfadada?

Mis ojos recorrieron la habitacion para notar algunas cosas conocidas y otras no tanto. Habían fotos con su novio pegadas en la pared y varía ropa tirada en el suelo como de costumbre.

- ¿Me vas a responder?

- Umm, si... Martina me envió a saber si estabas bien. - dije lo primero que se me ocurrió.

- Si claro, que idiotez. - dijo ella sarcasticamente. - Martina nunca te dejaría entrar aquí. Ni menos a buscarme. Que mentira más ridicula. - respondió bastante enfadada.

-¿Por qué estás enfadada? - pregunté y ella comenzó a reírse.

- ¿En serio? ¿En serio no tienes idea porque estoy enfadada? - se puso de pie.

Yo me quedé en silencio y ella comenzó a acercarse a mi.

- Tal vez... quizás... solo quizás porque haz traído a tu novia a mi casa. ¿no? - comenzó a decir acercándose a mi. - La misma chica con la que me engañaste. La misma chica con la que te escapaste a Noruega. La misma chica que me dijiste que no amabas hace una semana. - dijo y yo no podía quitar mis ojos de los suyos. - ¿Es que eres imbécil o algo? ¿A qué mente tan enferma se le puede ocurrir juntar a tu grupo de amigos, con tu ex y tu novia actual?

- Summer yo...

- ¡No! ¡Cállate! - dijo y yo comencé a retroceder impactado de las cosas que estaba diciéndome, mientras ella seguía acercándose a mi. - Tengo motivos para estar enfadada ¿no? Verlos en la mesa comiendose la boca en frente mio... es que... no puedo...

De pronto ella se calló al darse cuenta de nuestra cercanía. Yo estaba apoyado en la puerta y ella frente mio a escasos centímetros.

Nuestros ojos volvieron a conectarse y pude notar como respiraba pesado debido a la intensidad de las palabra que estaba diciéndome.

Mi cuerpo reaccionó de inmediato al tenerla cerca y sin darme cuenta la tome de la cintura cuando ella quiso alejarse y la obligue a cambiar papeles, dejándola a ella apoyada en la pared sin poder moverse.

Aquí vamos de nuevo.

- Sueltame. - dijo y pude darme cuenta que estaba afirmando sus manos por arriba de su cabeza sin darle oportunidad de escapar.

- No. - respondí y desvíe mis ojos hasta su cuello.

No sabía realmente que me estaba pasando, pero no pude contenerme de acercar mi boca a su cuello y dejar unos besos cortos.

¿Qué estoy haciendo?

Hay algo muy fuerte entre nosotros que aún no deja de existir. Una atracción física que nos obliga como imanes a acercarnos sin querer.

Acerqué mi cuerpo al de ella y en ese momento, cuando la escuché suspirar, supe que ella quería esto tanto como yo.

La deseo. Ella me desea. Nunca hemos dejado de sentir esto.

Mis labios volvieron a su cuello y solté sus manos, las cuales viajaron rápido a mis hombros y espalda, aferrandose fuerte.

- Por favor... - me susurró al oido.

- ¿Por favor qué? - pregunté.

- Bésame.

No tuvo que pedírmelo dos veces.

Bajé mis manos a sus muslos obligandola a enrollar sus piernas en mis caderas y quedando a la altura, frente a frente, impacté mis labios en los suyos en un beso urgente.

Había olvidado el sabor de sus labios y lo bien que encajabamos juntos.

No podía pensar en nada más que nosotros, ahora, basándonos.

No hubo tiempo de nada. El beso era urgente, demandante. Mi lengua peleaba con la suya exigiendo poder.

Caminamos hasta la cama donde me obligó a recostarme y en una milésima de segundo ella estaba encima de mi.

Llevó sus labios a mi cuello y me sorprendi como aún recordaba esas partes que me hacen ir al límite.

Mis manos recorrieron su cuerpo sin descanso. Suspiros y gemidos callados resonaban en la habitación.

Sus manos me obligaron a quitar mi camiseta y yo hice lo mismo con la suya. No podía detenerme a pensar.  No cuando ella estaba encima de mi tratando de desabrochar mis pantalones.

Me acerqué a su boca a exigir más besos y enterré mis dedos en sus caderas cuando mordió mi labio llevándome al límite.

La obligué a cambiar de posiciones y en un segundo a otro yo estaba encima de ella desabrochando sus jeans.

Fue entonces cuando la puerta de abrió.

- ¡Dios mío!

Me giré para ver a Sophia en el umbral de la puerta con las manos en su boca.

- Cierra la puerta. - le dije y me paré rápido de la cama.

¿Qué? ¿Qué estaba haciendo?

Sophia entró cerrando la puerta a sus espaldas y yo rápido comencé a ponerme mi camiseta y abrochar mis pantalones.

- No lo puedo creer. - comenzó a hablar Sophia mientras ambos nos vestistiamos sin decir nada. - Tú. - me apuntó. - Fuera. Ahora.

Me giré para ver a Summer que estaba sentada en su cama, tapándose la cara con sus manos.

- Lo siento. - le dije antes de salir de la habitación.

___________________

I'M BAAAAAACK.

Lo siento por tanta demora. Estoy un poco colapsada con todo lo que está siendo mi vida en estos momentos.

Pero no hay mucho que decir.

Disfruten.

Okumaya devam et

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