Dessins pour toi |DPT #1|

Od Alejandra-RL13

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Cuando sus padres murieron en un accidente de tráfico, un pequeño azabache de nueve años fue obligado a ir a... Více

Prólogo
Capítulo 1: ¿Quieres ser mi amigo?
Capítulo 2: No me dejes solo
Capítulo 3: Feliz navidad
Capítulo 5: Promesa
Capítulo 6: Dibujos para ti
Epílogo

Capítulo 4: Confianza

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Od Alejandra-RL13

Capítulo 4: Confianza

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Se podría decir que se había acostumbrado.

Llevaba ya... ¿seis meses? con esa vida, en ese lugar, y de hecho podía afirmar que era... «cómoda».

No se podía afirmar que quisiera quedarse ahí por siempre, seguía teniendo ansias de libertad, pero no quería marcharse del todo. Quizá fuera porque llevaba demasiado tiempo fuera y necesitaba un techo y algo parecido a comida —pese a que seguía manteniendo en pie su afirmación de que no era comestible—.

Tal vez, y lo más probable, era debido a la presencia de cierto castaño. Se sorprendía a si mismo pensando en lo que podría o no incomodar o gustar al pequeño Tsuna.

La diferencia en la actitud del niño era notable en comparación a cómo era los primeros días en los que convivieron.

A veces sonreía, pocas, pero lo hacía. Era fugaz, un segundo en el que si no lo veías, te lo perdías, pero no había visto una sonrisa más cálida y sincera que la que el castaño tenía, y se preguntaba por qué no lo hacía más a menudo.

También veía un ligero brillo de alegría en sus orbes chocolate cuando estaban juntos, en su habitación, sin hacer nada más que lo de siempre. Tsuna dibujando mientras él leía.

Sin embargo, solo se comportaba así cuando estaba a solas con el azabache —cosa que no sabría calificar de bueno o malo— y todavía no había pronunciado palabra.

Pero también el castaño tenía un mal hábito. Diariamente, y de alguna manera, le perdía de vista y se iba a sabía Dios dónde, regresando deprimido.

Suponía que se iba a duchar, pues siempre venía con su cabello mojado con olor a miel, pero no sabía por qué venía entristecido.

Le había preguntado acerca de ello, pero Tsuna no lo había querido contar.

Más bien, le había explicado —mientras temblaba, cosa notoria en su dibujo— que no se lo decía porque no «quisiera», sino porque no «podía». Dos términos muy diferentes que tenían en alerta a Kyoya.

El castaño tenía miedo, a algo, a alguien. Presentía que era más bien la segunda opción, y teniendo en cuenta el dibujo que le había dado aquel veinticinco de diciembre —el cual habría analizado con detención— suponía que había alguien que le estaba atando a aquel orfanato, que no podía salir de él y que, si lo hacía, tendría graves consecuencias.

Escuchó un silbido, por reflejo echó la cabeza hacia la derecha, evitando una bala que salió por la abierta ventana que estaba mirando hacía unos instantes.

—Te he llamado dos veces, has tenido suerte de que haya una tercera —se había olvidado por completo de que se encontraba en la clase de matemáticas con uno de los profesores más temidos, y su favorito.

Era un carnívoro, no como los demás herbívoros profesores. Con patillas rizadas, cabello azabache y orbes del mismo color, vestido con sombrero y traje, Reborn no tenía ningún reparo en disparar a sus alumnos cuando estos no prestaban atención.

Sí, disparar con un arma de verdad que aún no sabía cómo había logrado ingresar al orfanato, pero no era muy dificil adivinar que no había alguien que le dijera «no» sin salir herido.

Sorprendentemente, Tsuna le había dicho que era uno de sus profesores preferidos. En eso concordaban.

—Resuelve el problema, y espero que lo hagas bien —sonrió, y sabía que era una amenaza. Lamentablemente para el mayor, las matemáticas no se le daban mal, menos cuando eso era cosa de niños herbívoros.

Anunciaron la salida de clases, y todos recogieron sus útiles y se fueron disparados al comedor. Sin embargo, Kyoya prefería salir con más calma y Tsuna igual, asi que fueron los últimos en salir del aula.

En cuanto salieron, pasaron olímpicamente de la sala donde tanto ruido había debido a la multitud de niños —hervíboros pequeños en el idioma de Kyoya— que conversaban mientras comían, y se dirigieron directamente al mismo lugar de siempre.

Se había convertido en una especie de rutina el ir allí después de clase, aunque en ningún momento habían pactado hacerlo. Y si en invierno el escenario parecía mágico, en primavera aún más.

En pleno mayo, las plantas habían vuelto a renacer, rodeándoles de flores multicolores e insectos. El estanque se había descongelado y los peces chapoteaban en él junto a los pequeños patos y cisnes.

Dado que su única manera para acceder bajo el sauce había desaparecido junto al hielo, tenían que conformarse con mirar sus hojas jugando con el agua.

Como ya era su costumbre, uno apoyado en la espalda de otro, Tsuna dibujaba y Kyoya le observaba de reojo mientras seguía leyendo.

El rostro del castaño tenía una pequeña sonrisa, dulce y cálida como todas las que esbozaba, mientras miraba con un brillo de ilusión el papel que utilizaba para pintar.

Una pequeña mariposa blanca se posó en la hoja, y Tsuna rió ligeramente al verla intentando absorber el néctar de la flor pintada.

El azabache se sorprendió al escuchar la risa del menor, en ese tiempo jamás la había escuchado, y era realmente melodiosa pese a que fue como una brisa, se fue tan rápido como llegó.

Cuando empezaba a atardecer, ambos se levantaron y volvieron a su habitación, el pequeño entregándole los dibujos que había hecho y borrando esa sonrisa que le acompañó durante ese tiempo.

Sin embargo, cuando Kyoya regresó de ducharse, se dio cuenta de que el castaño había vuelto a irse a alguna parte. Había dejado sus cosas de dibujo en el cuarto, encima de su escritorio, y se había marchado.

Tocaron la puerta, y acudió a abrir pensando que era Tsuna. Sin embargo, se encontró con su profesor de matemáticas.

—Con que tú eres el compañero de habitación de Dame-Tsuna —dijo al verle, y el menor asintió arqueando una ceja—. ¿Dónde está?

—No lo sé, cuando regresé no estaba —respondió.

—Ese crío... ¿suele desaparecer? —Kyoya asintió—. No sé qué demonios le pasa, parece evitarme cada rato desde hace dos años. ¿Tú sabes algo?

—Creo que tiene miedo a alguien —declaró, cruzándose de brazos. Sabía que Reborn no tenía nada que ver, pues el castaño le quería.

—¿Miedo? ¿Le están amenazando alguno de esos renacuajos? —se encogió de hombros—. Dame-Tsuna no quiere hablar con nadie, ni siquiera cuando le amenacé, ¿te ha hablado a ti?

—No me ha dicho nada, solo sé lo que he podido averiguar —contestó con sinceridad—. Pero si me entero de que alguien le hace daño, seré el primero en morderlo hasta la muerte.

—Me caes bien, niño —sonrió el mayor ante sus palabras—. Aunque seré yo quien lo mate antes, creo que puedo dejar que cuides de Dame-Tsuna.

Le devolvió la sonrisa a modo desafiante, y sin añadir nada más, Reborn dio media vuelta y se marchó. Cerró la puerta y sintió el viento agitar su cabello con violencia, asi pues, se dirigió a cerrar la ventana.

Cuando volteó, se dio cuenta de que uno de los lápices de colores se había caído de la mesa del pequeño castaño, y se agachó para recogerlo.

Notó que un papel sobresalía del último cajón del escritorio, y lo sacó para volver a guardarlo, mirándolo por mera curiosidad.

Al ver lo que había en la hoja, su mirada se tornó fría y toda sonrisa se borró de su rostro.

Con fuerza, apretó el papel, arrugándolo en la furia de su mano mientras recordaba al castaño, pensando en cómo pudo ser tan tonto, cómo pudo llegar a empatizar con él, y un único pensamiento cruzó por su mente.

La confianza daba asco.

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Salut lectores~.

No nos leemos desde el año pasado, sin ir más lejos. Que mala persona soy.

¡Feliz año nuevo!

Respondo por primera vez en 2017~.

Mas-chan, jejeje, me alegra que te haya gustado n.n y bueno, no te preocupes por la tardanza XDDD. Mejor tarde que nunca XD.

Abla-chan, poz tienen 7 y 9. Y me alegro que te haya gustado n.n

Kar-chan, ojala te equivoques... Esperemos que la autora no sea muy cruel... Me alegro que te guste y gracias a ti por leerlo n.n

Ama-kun, es que nuestro odi... rivalidad te impide ver mis nuevas historias. Y supongo que lo tendré en cuenta ¿?

Ma-chan, jeje, me alegro que te haya gustado. Ten fe. Ten fe XD

FukoIbuki6, no, no lo he publicado en ff.net por un problema que me da para subir documentos. No me deja acceder. Y bueno, me alegro que te guste n.n ¿nos conocemos? Es que me suena tu user...

Snow-chan, jajjaja, es que es Tsu. Es adorable.

Kat-chan, jeje, espero tener el tiempo para poder hacerlo, pero al ser un mini-fic creo que si.

Bar-chan, si, si nos importa XD. Jajjaja, no me leas la mente jope, que sino no tiene gracia 7-7. Y... Bueno, ya que me lees la mente o adivinas el futuro respondeteee XDDD. Okno, no te lo diré que quito la gracia. Y io también te amo <3

Bieeen, ¿merezco comentario/voto? ¿Disparo? ¿Tartita?

¡Au revoir! Nos leeremos pronto~.

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la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...