East Of Heaven ~ Larry Stylin...

By MrsHorik

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Harry es un adolescente víctima de bullying, todos sus compañeros lo maltratan y lo insultan por ser homosexu... More

East Of Heaven ~ Larry Stylinson
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
AVISO
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
¡TRAILER DE LA NOVELA!
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Twitter, bitches.
Capítulo 26
Capítulo 27 - Maratón 1/2
Capítulo 28 - Maratón 2/2
Capítulo 29
AYUDA!
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Link 2ª Temporada
Capítulo 47
Capítulo 48
Aviso.
Capítulo 49 - FINAL
Epílogo ♥
Hola... Otra vez.

Capítulo 30

87.1K 4.4K 9.6K
By MrsHorik

¿30 capítulos ya? :O
Dios mío, ¿enserio? Estoy flipando.
Bueno, no quería haceros esperar mucho para el siguiente capítulo porque ya estaba comenzando a recibier amenazas de muerte si no acutalizaba pronto :')

COGER LA CAJA DE PAÑUELOS x

Tragué saliva nerviosamente mientras mis ojos se clavaban en los suyos, observándole detenidamente.

Necesitaba saber si mis teorías sobre Eleanor eran ciertas, pero al mismo tiempo no quería preguntárselo por miedo a que lo confirmara. ¿Qué se suponía que tendría que hacer si me decía que todo lo nuestro era fingido?

-¿Harry? –Preguntó impaciente- ¿Por qué me llamaste mentiroso?

-Yo… eh, esto… ¿Louis?

-¿Hm? –llevó una de sus manos a mi mejilla, yo por instinto dejé caer la cabeza un lado.

-Quiero preguntarte algo –hablé bajito.

-Pregúntame lo que quieras, amor.

-M-Me gustaría saber si… –no podía, no quería hacerlo, no quería que fuera él quien me lo confirmara- ¿Puedo abrazarte…?

Me sonrió levemente seguramente sin entender nada y seguidamente se acercó lo suficiente a mí para poder envolverme con sus brazos dulcemente. Alguien que tan sólo mentía no podía abrazarme de aquella manera, ¿verdad?

Deslicé mis brazos por toda su espalda hasta llegar a su trasero, mis manos cuidadosamente buscando el cierre del bolsillo de su pantalón en busca de un solo objetivo: su móvil.

-Te quiero –susurré al mismo tiempo que encontraba el aparato.

-Y yo a ti.

Guardé como pude el celular en mi bolsillo y entonces me separé de él para poder mirarle a los ojos.

-Voy al lavabo –musité.

Hice ademán de levantarme, pero él me agarró del antebrazo suavemente, deteniéndome.

-Hazz –tiró de mí hacia abajo hasta que logró rozar sus labios con los míos-. No tardes.

Suspiré sin decir nada y me fui de ahí lentamente, dejándolo confundido.

Caminé hacia el baño y una vez llegué a la puerta saqué el móvil con agilidad, mis manos temblorosas comenzaron a teclear en la pantalla en busca de el número de Eleanor al mismo tiempo que me encerraba para que no me escuchara nadie.

Me senté en el suelo en el momento que encontré su número en la pantalla.

Eleanor Calder – Llamar / Enviar mensaje.”

Cogí una bocanada de aire y reuní todo el valor que pude antes de comenzar la llamada. Me llevé la mano libre a los labios e inconscientemente comencé a morderme las uñas de puro nerviosismo.

A los pocos segundos la llamada fue atendida.

-¡Louis, amor mío! –chilló una voz de mujer por detrás- Te he echado mucho de menos, hace muchos días que no me llamas, me tenías preocupada. Oh, dios mío, pensaba que no llamarías nunca.

Tragué saliva y me mordí los labios, intentando así que no me temblaran.

-Eh… no soy Louis –musité con cierta timidez. ¿Por qué tanto miedo ahora, Harry? Lo hecho, hecho está.

-¿Perdón? –ahora su tono de voz cambió, pareciendo más serio-. ¿Quién eres y qué haces con el móvil de mi novio?

Su novio.

Sentí como si alguien me hubiera clavado un afilado cuchillo en el estómago en aquellos momentos. El corazón pareció encogerse dentro de mí y en su lugar dejó un enorme vacío.

-S-Soy Harry y estoy… saliendo… con él –murmuré trabándome con mis propias palabras.

-¿Harry? –Se escuchó una risita desde el otro lado de la línea- ¿El gay ese de Cheshire? ¡Ha! ¿Te has dado cuenta ya de que MI Louis te está utilizando?

En el momento que comenzó a hablar mis ojos empezaron a aguarse, por lo que me pasé la mano por ellos eliminando cualquier lágrima posible.

-¿Utilizando…? –pregunté con un intento de que no me temblara la voz.

-Sí, majo, sí. ¿No lo sabías? Pobre –rió-. Escucha, pequeño ¿de verdad pensabas que un chico tan guapo y perfecto como Louis, el centro de atención de todo el instituto, iba a liarse con un gay de un día para el otro? No, cielo, no. Louis no es así de idiota.

-Si es tan perfecto, ¿por qué le engañaste? –el nudo de mi garganta cada vez se hacía más grande, pero no lloré.

-¡Ha! ¿Engañarle, yo? Cariño, todo entraba dentro del plan. Te decía que habíamos cortado, tú te lo creías, comenzabais a salir juntos y yo ganaba la apuesta.

-¿A-Apuesta? –no llores, no llores, no llores.

-Nos apostamos algo que solo hacen los mayores de 18 años, ¿sabes lo que te quiero decir? Pues nos apostamos eso a que te enamorarías de él a los pocos días. Veo que lo has hecho, he ganado la apuesta.

Y entonces, sin ni siquiera darme cuenta, me eché a llorar.

-¿Por qué…? –Mascullé entre sollozos- ¿Por qué habéis hecho esto…? ¿Por qué a mí…?

-Porque no me gustan los gays –soltó-. Ni a mí, ni a Louis. Me dais asco. También me dais pena, mucha pena. Sois unos malditos degenerados, un desperdicio humano, un desastre para la sociedad. Sois tan estúpidos, tan inocentes… ¿Creéis que tenéis futuro? No sois nada, no puede salir nada bueno de vosotros. ¿Hijos? No podéis tenerlos. ¿Adoptar? ¿Para qué? ¿Queréis acaso que un pobre niño crezca creyendo que vive en una familia normal, con dos padres? Qué estupidez.

Mis llantos en aquellos momentos se podrían haber escuchado desde la otra punta de la ciudad. Me estaba matando, me estaba destrozando poco a poco con cada palabra que decía con aquella voz engreída.

-No, no, no –sollocé, sin saber qué hacer.

-Créeme, cielo, no vale la pena seguir así. Si piensas así sobre los hombres, no mereces seguir viviendo. Los hombres están hechos para amar a las mujeres, nada más. Tu vida no tiene futuro, eres una mierda y lo seguirás siendo hasta que te des cuenta de lo que te digo –siguió hablando-. Hazme caso, deja a mi novio tranquilo, dile que vuelva a casa, y busca a una chica decente.

-No, no… –ahora ya no servía de nada secarme las lágrimas con las manos, todo se había vuelto borroso, mis ojos me impedían ver con claridad- No quiero… yo le quiero…

-Pero él no te quiere a ti.

-¿Harry? –Escuché la voz de mi madre por detrás de la puerta-. Harry, cariño, ¿estás llorando?

-Dile a Louis que venga lo antes posible –murmuró Eleanor quien seguidamente, colgó.

-¿Qué ocurre? –Escuché a Louis desde el otro lado- ¿Harry? ¿Estás bien?

Me levanté del suelo sin dejar de llorar y me dirigí hacia la puerta, que abrí de par en par en cuestión de segundos.

-Hazza, cariño –trató de hablar mi madre.

-Eres un idiota –sollocé, encarándome a mi nov… a Louis-. ¡Eres imbécil! ¡Te odio!

Mi madre nos miró confundida desde detrás, sin saber qué decir.

-Harry, ¿qué…?

-¡Eres un maldito mentiroso, me das asco! –Le grité mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas- ¡Sal de esta casa! ¡Sal! ¡Sal ahora!

Le lancé el móvil mientras salía corriendo hacia las escaleras en busca de sus cosas. No quería que se fuera, no quería que me dejara solo de nuevo. Pero necesitaba que se fuera.

-¡Harry! –corrió detrás de mí en el momento que se dio cuenta de la llamada que había hecho con Eleanor, pero mi madre le detuvo.

-¡Muérete! –grité desde el piso de arriba.

Corrí entre sollozos hacia mi habitación, donde se encontraban todas las cosas de Louis. Al entrar lo metí todo dentro de su mochila y me la cargué a los hombros mientras los ojos de Dusty observaban cada uno de mis movimientos.

Salí con prisas de mi habitación y volví a bajar con la vista nublada por las lágrimas, rezando por que no me tropezara con mis propios pies y saliera rodando escaleras abajo.

Al llegar al salón me encontré con Louis dándole explicaciones a mi madre, quien de vez en cuando le acariciaba el hombro para consolarle. Estúpido mentiroso.

-¡Tú! –me acerqué a él y le lancé la mochila de tal manera que tuvo que retroceder un paso por la misma inercia- ¡Fuera!

-Harry, amor, Louis no… –trató de hablar mi madre.

La ignoré.

-Por esto –musité, llorando con rabia mientras andaba hacia la puerta y ambos me seguían-. Por esto te llamé mentiroso.

-Harry, Eleanor y yo…

-¡No me lo digas! –comencé a empujarle hacia fuera, sabiendo que esa sería la última vez que le tocaría-. No me lo digas… sal… sal de aquí, vete lejos. Por favor…

-Eleanor te ha mentido, yo te quiero… te amo Harry, juro que yo te amo –me abrazó a él comenzando a sollozar, pero lo aparté.

-Adiós.

-¡Harry, está lloviend…! –cerré la puerta.

Para entonces y sin saber cómo, yo ya me encontraba sentado en el suelo con la espalda apoyada en la puerta, tapándome la cara con las manos mientras las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas.

-Harry, amor, está lloviendo –mi madre se agachó para abrazarme-. Déjale entrar, lo está pasando mal ahí fuera.

-¿Y yo no, aquí dentro?

-Vamos, Hazza, todo el mundo comete errores y…

-Mamá, me ha estado mintiendo, ha fingido que me amaba mientras que todo se trataba de una estúpida apuesta, se ha atrevido a quitarme la virginidad –me aparté de ella y me levanté, mi madre me miró horrorizada-. ¡Sí mamá, me acosté con Louis esta noche! Todo por una estúpida apuesta de mierda.

Salí corriendo hacia las escaleras de nuevo.

-¡Harry!

-¡Si dejas entrar a ese estúpido, seré yo el que salga de esta puta casa!

Me estaba pasando, y mucho.

A la mierda todo.

Tu vida no tiene futuro, eres una mierda y lo seguirás siendo hasta que te des cuenta de lo que te digo

Las palabras de Eleanor retumbaron en mi cabeza mientras yo corría hacia mi habitación. Me encerré en ella y me eché a la cama, llorando a más no poder.

Si piensas así sobre los hombres, no mereces seguir viviendo

Me habían utilizado. Pensé que Louis era diferente, pero lo hizo todo para burlarse de alguien que ni siquiera conocía. Me dio esperanzas, me atrajo hacia él desde el principio para luego separarse de mí de la manera más dolorosa. Me dejó destrozado, me dejó sin ganas de vivir.

Levanté la vista hacia mi mochila, que reposaba en una esquina de la cama. Me arrastré por el colchón aguantando tragándome las lágrimas, secándome la nariz con la mano. Mis manos temblorosas abrieron la cremallera y se introdujeron en la bolsa, en busca del estuche.

Eleanor tenía razón, no merecía seguir viviendo, era un desperdicio, daba asco.

Saqué el lapicero y lo abrí, viendo ahí un sacapuntas de plástico. Lo agarré, temeroso de mis propios pensamientos, y lo dejé en el suelo para luego aplastarlo de una patada, destrozándolo. El plástico verde se esparció por todo el suelo en varios trozos, entre todos éstos divisé la cuchilla.

No lo hagas –pensé.

Hazlo –me contradije a los pocos segundos.

Me agaché para recoger el pequeño hierro afilado no sin antes secarme los ojos para poder verlo mejor. Mis manos temblorosas lo agarraron con cuidado y lo acercaron a mi muñeca izquierda.

Nunca pensé que llegaría a hacer eso. Nunca creí que sería capaz de auto-destruirme de la manera que estaba a punto de hacer.

Pero lo hice.

El delgado filo fue presionado sobre mi piel blanquecina, que de repente comenzó a tomar un color más rojizo hasta el punto en que una pequeña gota de sangre se dejó ver.

Reprimí una mueca de dolor al notar la cuchilla separar la carne de mi muñeca, la sangre comenzando a brotar por mi mano.

Era demasiado dolor acumulado durante cuatro años, demasiado sufrimiento, demasiadas lágrimas aguantadas y muchas palabras tragadas.

No era solo por Louis. Era por todo. Toda mi vida era una mierda, y no iba a cambiar nunca.

NARRA LOUIS

Corrí contra mi voluntad hacia el coche, tratando de no mojarme. Las gotas de lluvia cayeron en mis mejillas mezclándose con mis lágrimas. ¿Qué le habría dicho la estúpida de Eleanor? Cerré la puerta por detrás de mí y prendí el celular, buscando rápidamente el número de teléfono de la chica. Me lo llevé a la oreja instantáneamente, esperando una respuesta.

-¿Tú de nuevo, gay? –fueron las primeras palabras que escuché.

-¡Serás hija de puta! –Le solté de un grito- ¡¿Qué mierdas le has dicho a mi novio?! ¡¿Qué cojones le has dicho, puta?! ¡Eres una imbécil! ¡Estás obsesionada conmigo, déjame respirar, joder! ¡ERES UNA HIJA DE…!

-Oh, hola amor –me interrumpió- ¿Ya vuelves para casa? Te echo de menos.

-¡Y UNA MIERDA!

Me sequé las lágrimas que ahora caían por mis mejillas y le di un manotazo al interruptor del parabrisas, para que comenzara a funcionar y me dejara ver la puerta de la casa de Harry.

-Cielo, no me grites, por fin te he librado del gay ése.

-¡Yo le quiero, joder! ¡Acéptalo de una vez! ¡Lo nuestro terminó hace tiempo, Eleanor, hace mucho tiempo! –Sollocé- ¡Estoy enamorado de Harry!

-Claro que sí, amor. Claro. Pero a mí ese Harry no me gusta, ¿sabes? Si no eres mío, no eres de nadie. Te lo dejé claro el día que quisiste romper conmigo y te lo recordaré siempre. Eres mío.

-Me quieres para ganar popularidad –gruñí-. Siempre me has querido para eso. Me querías por la fama de ser la novia de uno de los populares, nunca me quisiste de verdad.

-Te ha costado enterarte, ¿eh?

-Eres una bruja.

-Pero me quisiste, y me sigues queriendo.

-No volveré contigo –golpeé el volante, harto de su obsesión con la fama-. Harry volverá a creerme.

-Lo tienes difícil –la escuché reír-. Piensa que todo esto ha sido una apuesta entre tú y yo. Ya sabes, piensa que le hemos engañado al igual que han hecho todos a lo largo de su vida. Recuerdo cuando me dijiste “oh Eleanor, conocí a un chico, él es homosexual y todo el mundo le hace bullying, no es capaz de confiar en nadie. Apenas consigo que confíe en mí.” –Imitó mi voz-. Ahora he comprobado que se lo cree todo y… no, no confía en ti.

Suspiré. Quise responderle, insultarle de todas las maneras posible y hasta incluso matarle. Le hubiera agarrado de los pelos y la hubiera colgado del Big Ben.

Pero en vez de eso, simplemente colgué. Me limité a finalizar la llamada y tiré el móvil al asiento del copiloto, maldiciéndola entre dientes.

La odiaba, la odiaba a muerte. Me había separado totalmente de la persona que más amaba en la faz de la tierra, haciéndole sentir como alguien miserable. Todo, por celos.

Los minutos pasaban y yo seguía ahí, esperando sentado en el asiento del coche, mirando por las ventanas cada dos por tres para ver si los Styles decidían dejarme entrar. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora, esperar? No me gustaba esperar.

Después de unos largos diez minutos de espera, decidí volver a coger el móvil y llamar a las únicas personas que podían ayudarme en aquellos momentos.

Después de varios pitidos - que por cierto, se me hicieron eternos - la voz ronca de mi primo me contestó.

-¿Qué cojones quieres? –respondió-. ¿Ya estás otra vez tocando los huevos?

Qué típico de mi primo.

-Cállate y escucha, imbécil –solté. Para mi sorpresa, suspiró y se calló sin rechistar-. Necesito dormir en tu casa hoy.

-¿El novio ya te ha dado calabazas? Pobre.

-Cállate si no quieres que te arree un guantazo –le amenacé, ahora poniendo en marcha el coche-. Eleanor ha hablado con Harry.

-¿La puta?

-Esa.

-Ahora ya me hago una idea del por qué hablas como si te hubieras tragado un pato de goma. ¿Has estado llorando, nenaza?

-No, Ed. Estoy dando saltos de alegría –bufé poniendo la primera marcha del coche, a punto de pisar el acelerador-. ¿A ti que mierdas te parece?

-Tienes el humor en el culo y el culo de vacaciones, colega –se quejó-. Relájate un poco.

-¡No puedo, joder! Necesito verte y hablar contigo urgentemente. Debes convencerle para que hable conmigo, porque no quiere verme ni en pintura.

-A ver, a ver, a ver, a ver. Para el carro, amigo. Recapitulemos. O sea que quieres que te deje dormir en mi casa así de repente y además pretendes que te haga de mensajero para decirle al niño que la puta… espera ¿qué ha hecho la puta?

Comencé a avanzar por las carreteras empapadas, rezando para que no me encontrara con ninguna cortada.

-Le ha mentido y él ahora piensa que yo no le quiero –suspiré.

-Esto es el típico drama de novelas de domingo por la tarde, ¿no crees? Vaya mierda. ¿Y no te puedes buscar a otra persona y olvidarte del niño?

-¡ED! –le grité, ahora perdiendo los nervios.

No estaba para bromas.

-Vale, vale. Pero, me gustaría saber algo –hice un silencio, dándole permiso para que preguntase-. ¿Y a mí qué coño me importa todo esto? Es tu problema.

Rodé los ojos mientras hacía girar el volante, cambiando de calle.

-Pues sencillamente porque el “niño” que tú dices, es el hermano de la que ahora mismo seguramente tienes en la cama.

Un silencio sepulcral me hizo entender que había acertado de lleno en la situación.

-¿Y tú como sabes eso?

-Años de experiencia, Eddie –sonreí por primera vez en un tiempo.

Le escuché gruñir por el otro lado de la línea.

-Llámame Eddie otra vez y esta noche dormirás bajo la lluvia.

-¿Eso significa que me puedo quedar a dormir?

-Sólo esta noche –dijo tajante-. Mi casa no es ningún hotel.

Suspiré aliviado. Bendito sea el gran corazón de diamante que mi primo poseía. Era duro, pero bonito y valioso.

-Gracias.

-No lo hago por ti, lo hago por la chica.

-Ya, claro –reí por lo bajo-. Hablamos luego.

Y, como de costumbre, antes de despedirse de mí terminó la llamada.

Ahora solo quedaba alguien más por llamar. Alguien con una mirada casi tan intimidante como la de mi primo, alguien que te podía hacer cambiar de opinión en menos de tres segundos.

Zayn Malik.

Marqué su número en menos que canta un gallo con una sola mano, mientras que con la otra hacía girar el volante repetidas veces. Si mi madre me viera, me pegaría tal colleja que terminaría por extinguir todas mis neuronas en cuestión de segundos.

Algo así como el meteorito que terminó con todos los dinosaurios pero en versión reducida y mil veces más dolorosa.

-Malik al habla, te recibo Tommo –habló divertido en el momento que respondió.

-Negra, ¿te gusta la venganza?

-Es mi segundo nombre –rió-. ¿Con quién me tengo que pelear ya?

-¿Recuerdas a Eleanor?

-Ay dios –exclamó.

Podía imaginarme su cara de horror a la perfección en aquellos momentos.

-Llama a los chicos, os tengo que explicar una cosa.

Este Zayn es capaz de apuntarse a un bombardeo :')
Espero que no hayáis llorado mucho, aunque me gusta que sufráis un poco. Mwahahahah ;D
He visto ciertos comentarios diciendo que la novela estaba mejor cuando Ziall no estaba... ¿qué opináis?

OS QUIERO MUSHO MUSHISISISIMO :p
-Aitana.

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