El taxista nos abre la puerta cuando llegamos a la dirección que Liam le había dicho, cuando me bajo veo un precioso restaurante, parece un auténtico palacio, el edificio es de piedra y en lo alto de este un cartel enorme donde pone
"Le cinq".
Mi querido vaquero me abraza la cintura guiándome al interior del restaurante. Cuando entramos un señor nos coge las chaquetas y nos lleva a nuestra mesa, Liam me coloca la silla mientras yo me siento después se sienta el y me sonríe. Al poco tiempo nos traen una botella de champán y los primeros platos
—¿Te gusta?—Pregunta Liam
—Si, pero... ¿Me puedes decir de dónde has sacado el dinero? Este restaurante es carísimo
—Sash, ya está, no te preocupes por eso, está todo pagado y ya... Además, te mereces esto y mucho más con todo lo que te he hecho pasar
—Yo no te voy a querer más o menos por esto, sabes que las cosas de lujo no son lo mío, prefiero una tarde juntos en el lago, tampoco estoy diciendo que no me guste esto, es perfecto a lo que me refiero es que no quiero que te sientas obligado a regalarme cosas todos los días por lo que has hecho o has dejado de hacer—Me mira y me sonríe
—Está bien, pero deja que esta semana te trate como a una princesa—Le sonrío
Acabamos de cenar a las 11 y volvemos al hotel. Entramos en la habitación y me siento en el sofá, veo como Liam pone su chaqueta en un perchero al lado de la puerta y se acerca a mi, se sienta a mi lado en el sofá y me pasa la mano por encima de los hombros, me mira, me levanta la barbilla obligándome a mirarlo, me da un tierno beso y me sonríe
—¿Te ha gustado?
—¿El beso o la cena?—Digo sonriéndole como una tonta embobada con sus preciosos ojos azules
—La cena—Se ríe ligeramente
—Si, ha estado bien—Me levanto y voy arriba, cojo mi pijama corto, voy al baño y me lo pongo
Salgo del baño y veo cómo Liam ya está acostado, me ve, puedo notar como me mira de arriba a abajo mientras que me acerco a la cama y me acuesto. Me atrae hacia el, me sonríe a centímetros de mí y me da un pequeño beso en los labios
—Te quiero, vaquera—Dice cuando se separa de mi, está precioso con tan poco, observo su rostro con una sonrisa mientras él me mira a los ojos rodeándome la cintura con el brazo, me muerdo el labio inferior aún sonriendo y veo cómo me sonríe—¿Qué me miras?—Dice con tono dulce y me sonrojo
—Na... Nada... Yo...—Balbuceo y el me sigue mirando con la misma sonrisa y me acaricia
—Pues contéstame
—¿A qué?
—¿Me estabas escuchando? Te acabo de decir que te quiero—Lo había olvidado por completo, no quiero decirle que yo también, se que lo siento pero puedo evitar que lo sepa, de momento no quiero darle tanta confianza—¿Por qué te lo piensas tanto?Aun que no me lo digas sé que me quieres, y voy a conseguir que me lo digas—Dice y me apoyo en su pecho
—Has... Hasta mañana...—Digo nerviosa y se ríe
—Duerme bien princesa—Me da un beso en la frente y nos quedamos dormidos
Me despierto con una voz que me dice que me levante, abro los ojos y veo a Liam con una bandeja llena de comida, me incorporo y me la pone encima de las piernas
—¿Y esto?—Digo llevándome una tostada a la boca
—Te he dicho que te iba a tratar como a una princesa—Dice y muerde un cacho de la tostada que me estaba comiendo—Voy a ducharme—Asiento, con la boca llena y me da un beso en la frente
Cuando se mete en el baño escucho sonar mi móvil, cojo sin mirar como de costumbre y contesto
—¿Si?
—¿Has vuelto con el?—Suspiro al escuchar a Mark
—¿Perdona?
—Sash... Joder, no he dormido en toda la noche, necesito verte...—Escucho pequeños llantos
—Yo... Te llamo cuando llegue al pueblo...
—Llámame cuanto antes por favor... Te quiero
Suspiro y cuelgo, aparto la bandeja y me siento a un lado de la cama, dejo el móvil en la mesilla y me levanto, bajo las escaleras, y me planto en frente de la gran cristalera observando el hermoso paisaje, me quedo unos minutos así, simplemente mirando París hasta que noto que unos brazos rodean mi cintura desde atrás, Liam se pone a mi lado y hace que lo mire, me da un dulce beso en los labios, noto como sonríe cuando separa sus labios de los míos.
—Te quiero princesa, te he echado tanto de menos, he llorado tanto por ti... No me puedo creer esto aún, no me puedo creer que estés aquí conmigo—Sonrío y me pone la mano en su pecho, del lado del corazón—¿Lo notas?
—¿El... El que?—Digo nerviosa
—Por fin ha vuelto a latir—Me sonríe, me acaricia y me vuelve a besar
Me coge en brazos y me sube al piso de arriba
—Vístete, vamos a ir a ver París, tenemos que aprovechar—Asiento, cojo algo de ropa y me meto en el baño
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