Creo que no lo aclare antes, pero
Conversación: Hola
Pensamientos o hablar por teléfono: Hola
Susurros o Murmurar: Hola
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(POV Leysha)
Al despertar quede encantada porque sentía a Edward, ese pecho cubierto con ropa es sin duda de Edward y... ese aroma es de él.
Antes de abrir mis ojos, moví mi cabeza para que quedara entre el hombro y el cuello de él, y poder así inhalar un poco más de su aroma... por si se tratara de un mal sueño.
- Jeje ¿ya volviste en ti? – oigo su voz siseante cerca de mi oído.
- ¿Siempre tienes que...? Buahh – bostezo sentándome y estirándome todo lo larga que soy – ¿...ser un aguafiestas? – pregunto rascándome los ojos y vuelvo a es cuchar su risa.
- ¿Y tú cuando maduraras? – dejo de frotarme los ojos para verle.
- Muy chistosito ¬¬ – le medio gruño.
- Cualidad que pocos poseen – le miro mal.
- No uses mis palabras contra mi ¬3¬ – le hago puchero y el vuelve a reírse pero a carcajada.
- Eres imposible – me dice negando con la cabeza y aun riendo.
... Ahora que me doy cuenta... Edward es totalmente mío...
Me senté a horcajadas sobre su cadera mientras él me miraba con esos hermosos ojos verdes, dubitativo, y a la vez deseoso. Incline mi cuerpo para que nuestras caras estuviesen más cerca, pose mi frente sobre la suya y exhale por la nariz con mis ojos cerrados para volverlos abrir.
- Ya eres mío Edward Cullen – esa risa siseante suena nuevamente y frota su frente contra la mía.
- Y tú mía, Leysha Shuika de Cullen – me da un beso de pico y yo doy una risilla, no solo divertida sino que también satisfecha.
- Leysha Cullen... mmm, suena lindo – hora soy yo quien le da besos de pico, y digo besos porque le doy varios.
- Verdad que si – afirma él, al parecer encantado.
Dejamos de movernos al escuchar gritos, provenientes de arriba... Isabella y Charlie discutían con mucha fuerza. Ella se negaba a irse y trataba de convencer a Charlie, de que si se casaba con Cullen hubieran podido tener dinero que hasta le saldrían de las orejas. Eddy bufo.
- No sabe que pasaste la noche aquí – suspiro fastidiada.
- ¿Cómo sabias que ella fingía? – me mira curioso.
- Digamos que utilice tu don... pero fue para asegurarme de lo que pensaba – me miro desconcertado.
- ¿Puedes usar mi telepatía? – pregunta extrañado, aun los gritos se escuchan.
- Empecé a usarla cuando culminaste el enlace con el beso y mientras estuvieses cerca de... esa cosa con patas – su nombre no es digno de que lo pronuncie con mis lindos labios. Escuche a Eddy reírse pero luego intento mirarme seriamente, al final le gana la curiosidad.
- ¿Cómo? – no hay que ser un genio para no saber a qué se refiere.
- Al enlazarnos tu mente se abre a mí y la mía a ti, pero como ya lees la mente no te percataste de eso – el medito un momento.
- ¿Por eso puedes cerrar tu mente? – afirme con la cabeza – si yo no puedo leer su mente ¿Cómo lo conseguiste tú? – esto le va a encantar.
- Digamos que... los pensamientos dependiendo de la persona tienen varios tipos de frecuencia, tú, cariño mío, estas acostumbrado a cerrar tu mente para evitar escuchar tantos pensamientos que te llegan por si solos y cuando solo quieres concentrarte en una persona no haces demasiado esfuerzo, esas personas tiene frecuencias medias, los pensamientos de ella tienen una frecuencia baja, oyes tantos pensamientos en murmullos o altos que difícilmente puedes concentrarte y escuchar los pequeños pero audible susurros – deje de hablar para ver como sus ojos se movían de un lado a otro pensando – y como te habías resignado a no escucharlo, dejando de intentar no pudiste verlo... Hay tres tipos de frecuencia la alta, que es la que no soportas de los hombres lobos – ríe – la media, es la que normalmente escuchas en los humanos u otros vampiros; y las bajas que son poco comunes – Edward se me queda viendo - ¿qué? – pregunto al ver que no habla.
- ¿Cómo lo sabes? – me pregunta quitando sus manos de mi cintura y cruzando sus brazos viéndome aun con curiosidad.
- Cariño – le acaricio la mejilla con mis dedos – estoy completamente segura que yo eh viajado mucho más que tú – nos reímos, pero, repentinamente, los gritos se detienen.
Ambos agudizamos nuestros sentidos,... sangre...
Los dos nos levantamos rápido, subimos corriendo las escaleras para llegar, encontrar a la mocosa con un cuchillo en mano y a Charlie tirado en el suelo, casi vuelto un ovillo, agarrándose un costado donde sangraba. Lágrimas estaban a punto de salir, tape mi boca con mi mano, me arrodille al lado de Charlie para verle la herida; no es tan profunda, pero sí que está sangrando.
- ¿Qué hiciste Isabella? – Edward le quita el cuchillo y la agarra de ambos brazos.
- ¿Estabas aquí? – la muy sínica hablaba con la voz esperanzada.
- ¡Edward llama a Carlisle! – Edward me afirma con la cabeza y agarrando las dos manos de la estúpida, con una mano suya saca el teléfono y le da al marcado rápido.
- ¡¡No!! ¡se lo merece por preferirte a ti que a mí! ¡¡que si soy su hija!! - intenta zafarse del agarre de hierro de Edward.
- ¿Carlisle? – busco un paño y agua oxigenada; mojo el paño con el agua oxigenada, quito con cuidado las manos de Charlie de la herida, una vez lo hice coloque el paño del lado en el que esta mojado en la herida. Charlie gruño por el ardor – ya viene para acá – me informa Eddy.
- Okey... Charlie, aguanta un poco... ya viene Carlisle – Alice debió de verlo venir.
- ¡¡SUÉLTAME!! – grita la mimada.
- CIERRA LA MALDITA BOCA MOCOSA DEL DEMONIO, CUANDO PISES FLORIDA LO PRIMERO QUE HARÁN SERA LLEVARTE A LA CARCEL –
(POV Edward)
Leysha se está saliendo de control y, gracias a que bebí de su sangre antes, la sangre de Charlie no me atrae (gracias a Dios), pero eso no quita el hecho de que Leysha podría transformarse, a los ojos de Charlie y matar a Bella, en un abrir y cerrar de ojos.
Sus hermosos ojos verdes ya se tiñeron de dorado, aun tiene un fulgor de verde, no perderá la cabeza tan rápido.
- Leysha escúchame, cuenta hasta 10 nena, hazlo – sentí como Bella deja de moverse.
- ¡¿NENA?! – grita - ¡¿POR QUÉ LE DICES NENA A ESA DESGRACIADA?! – no pude evitar suspirar. Ahora yo me pregunto de la salud mental de Isabella.
Las mejillas de Leysha estaban desapareciendo y los dientes se volvían colmillos.
- Leysha, cariño – ella fija su vista en mí, calmando así su respiración acelerada y medianamente transformándose en su forma humana.
- ¡¡ELLA NO ES NADA TUYO!! – vuelve a gritar la muy condenada.
- ¡Cierra la maldita boca! – ella me mira extrañada, a punto de llorar y tratando de decirme algo.
- ¿Po... por qué me gritas? – solloza
- Sácala de aquí Edward – llego Carlisle al fin.
Hice lo que me dijo, cargue a Isabella sacándola de la casa, afuera también están mis hermanas y hermanos. Lance a Isabella a los brazos de Alice observándola furico.
- Llévatela de aquí, que se valla con su mamá – hable entre dientes mientras ella se retorcía entre los brazos de Alice - no te quiero volver a ver aquí Isabella – me miro con un rostro dolido, tan fingido.
¿Cómo demonios fui tan estúpido?... pasar tanto tiempo con Leysha me está pegando sus palabras y manías. Me di la vuelta sin prestarle atención a los gritos de Isabella que me llamaba; ella ya no es nada para mí, no después de lo de ayer y lo de hoy.
Entre a la casa rápidamente para buscar a Leysha, será mejor que la lleve con los chuchos para que se calme mientras Carlisle se ocupa de Charlie.
- Ve con Edward Leysha, yo llevare a Charlie al hospital – oigo a Carlisle, que ya tiene a Charlie levantado – él estará bien, no es grave – piensa Carlisle pasando al lado mío, afirmó con la cabeza mientras abrace a Leysha para susurrarle al oído.
- Vamos a La Push, Alice y Jasper sacaran a ella fuera del país, y Carlisle acaba de decirme que Charlie estará bien, pero que necesita que estés calmada para que puedas ir al hospital sin el riesgo de transformarte – le hablo rápido frotando mis manos en sus bazos tensos, aun sus ojos están dorados.
- Toma mi teléfono y llama a Jacob, podrás pasar sin ningún problema... te necesito a mí lado – su voz se escucho mucho más baja que la mía.
- ¿Dónde está? – le pregunto volviendo a mi tono normal.
- En mi bolsillo izquierdo – doy gracias a Dios por ser un vampiro y así poder escucharla.
- Vámonos – la agarro del brazo y prácticamente la estoy llevando yo.
Carlisle junto con mis hermanos ya no estaban y solo quedaba mi auto; debió de habérmelo traído alguno de mis hermanos; abrí la puerta de copiloto rápidamente, la monte y cerré su puerta, con mi velocidad vampírica fui al otro lado me monte, pero antes de arrancar saque el celular de Leysha de su bolsillo para llamar a Jacob, arranque de inmediato. El primer repique... el segundo... tercero... cuarto ¡¡con un demonio!! Responde pulgoso. Escuche una suave risa a mi lado. Por lo menos se está calmando.
- ¡¡Lely!! ¿terminaste de estar con él chupasangre? - ¿es enserio? Otra risa de Leysha.
- Jacob soy yo – un silencio se formo en la otra línea y luego escuche un: mierda, oculte mi risa en un bufido.
- ¡¿Por qué tienes el teléfono de Lely?! – me pregunta en un tono molesto.
- Jacob no tengo tiempo para discutir contigo, llevare a Leysha a La Push, necesito que me ayudes a calmarla – dije de corrido.
- ¿Qué sucedió? – su tono se volvió más serio.
- Isabella – escuche un gruñido de parte de Leysha, hasta pude sentir su tensión.
- ¿Y ahora que hizo esa? – pregunta exasperado.
- Apuñalo a Charlie con un cuchillo de cocina – otro gruñido.
- ¡¿Qué?! ¡¿Estas de joda?! –
- ¡¡SI BLACK ESTO ES UN A MALDITA JODA!! – digo con ironía y enojo.
- ¡¡Esta bien joder!! ¡¡Me dejaras sordo!! - ¡¡por fin!! – mueve tu vampírico culo aquí antes de que se transforme – habla con molestia.
- Gracias chucho apestoso – le respondo de igual forma.
Lo último que escuche fue un gruñido de su parte y que trancaba. Ahora si no reprime las ganas de reírme, Leysha me siguió negando con la cabeza.
- En lo que llevo conociéndote jamás te escuche decir o incluso pensar tantas groserías – habla suavemente, con la voz algo ronca. Me avergüenzo un poco.
- Lo siento me saca de quicio – suspiro algo aliviado, su cabello no se ha tornado blanco, sus mejillas volvieron a su sitio, pero aun siguen sus ojos dorados.
- No te disculpes, ¿la verdad? te queda lindo – a ella le encanta molestarme.
- Leysha – me quejo. Veo en el retro visor y mis mejillas están rojas.
- Aww qué lindo n///n – hug... por lo menos está volviendo a ser ella.
Nos quedamos en un silencio cómodo; acomoda el asiento para quedar acostada, inhala suavemente y exhala con fuerza. Se acurruca un poco y cierra los ojos más no duerme.
- ¿Entraras a pesar del tratado? – me pregunta aun con los ojos cerrados.
- Me quieres contigo ¿no? – la volteo a ver. Me veía desde su posición con un ojo abierto y sonriendo.
- Por su puesto, eres mi Mate y debes estar pendiente de mí – dice cerrando el ojo, y haciéndome reír a mí.
Mi vista volvió al camino, escuche a la manada. Sam está molesto porque yo haya entrado a sus límites; baje un poco el vidrio para poder hablar con él.
- ¡¿Qué crees que haces Cullen?! – escucho en la mente de Sam, pero el lobo gruñe al igual que los demás.
- Acompañar a mí pareja que quiere estar al lado mío –
- Sabes que no puedes entrar a nuestro territorio, está en el tratado – ahora gruñidos por parte de la manada.
- Con un demonio el maldito tratado ¡¡necesito estar cerca de ella para que no se transforme y mate alguien!! – escucho que Leysha gruñe levemente.
- ¡¡Nosotros podemos hacernos cargo de ella!! – vuelve a gruñir.
- ¡¡Es mi novia yo me encargo de ella!!... solo la traje aquí para que se calmara – me están exasperando.
- ¡¡Cullen...!! -
- ¡¡SAM, CIERRA EL MALDITO OSCICO EDWARD ESTA AQUÍ Y SE QUEDA AQUÍ!! – su cabello se torno blanco, los colmillos salieron, pero las mejillas seguían en su sitio. En verdad la saco de quicio.
Sam no volvió a hablar el resto de camino. Pase por todo el pueblo hasta adentrarnos al bosque por un carretera, detuve el volvo me baje y abrí su puerta, escuche un gruñido de parte de los lobos y no me esperaba lo que paso.
(POV Jacob)
Paul le gruño a Edward al acercarnos y para nuestra sorpresa Lely casi le ataca.
Edward la agarro a tiempo, ella empezó a moverse de forma frenética tratando de soltarse; clavaba sus uñas en el fierro brazo que la sostiene... espera ¿eso es...?
- ¡¿Sangre?! – exclama Seht.
- Imposible – digo incrédulo.
Edward logra agarrarla bien, la azota contra el volvo, queda entre sus piernas para evitar que le pate, apoya sus codos en los brazos de Lely para agarrarle la cara con ambas manos. Lely le clava las uñas en ambos brazos y más sangre salía.
- ¡Mírame! ¡Estoy aquí y estoy bien! – las veces que ella trataba de voltear el rostro eran las mimas veces que él se lo sostenía – ¡Leysha escúchame, mírame! – las patadas se calmaron, pero seguía sosteniéndose de los brazos de Edward con fuerza clavándole las uñas.
Yo me transforme y me puse al lado de Edward. Agarre a Lely por las muñecas tratando de hacer que sacara su uñas de la piel de Edward; logre hacerlo y pegue sus manos contra el capo del carro.
- Leysha, mira es Jacob, te acuerdas de Jacob ¿no?, tu cachorro – solo por esta vez dejare que me diga así – son tus amigos ¿los recuerdas? – su respiración aun acelerada, pero había dejado de luchar; pasaba su vista de mí a Edward y de él a mí – háblale Jacob – la respiración de él también es errática.
- Lely, cariño, que bien que viniste... llevabas tiempo sin venir, me abandonaste por el chorlito este – señale con el mentón al Cullen, él bufo y rodo los ojos.
- ¿Nada más se te ocurrió eso? que creativo – dijo con ironía.
- A diferencia tuya – le digo burlón; me mira con una ceja alzada.
No me contesto porque escuchamos a Lely reír... uff que alivio. La soltamos al mismo tiempo pero despacio, no vaya ser una farsa; ella se sentó lentamente, poco a poco el pelo volvía a su color, sus colmillos se volvían dientes sus uñas se reducían pero los ojos seguían dorados; se levanto con la ayuda de Edward y su vista se fijo atrás de nosotros. Los demás se habían transformado también.
Sam hizo ademan de acercarse y Lely le gruño.
- Leysha – le reclama Edward suavemente.
Sam se aproximo de forma lenta.
- Tranquila Leysha, discúlpame, no reaccione de la mejor forma pero es porque nos tenias preocupados, ya sabes cómo soy, tú misma has dicho que me parezco, de forma temperamental, a tú hermano – le habla y le sonríe tranquilamente.
- Ni que lo digas – bufa Leah y Sam le mira mal a modo de juego.
Volteo a ver a Lely, riéndome. Ella también sonríe pero su mirada se encuentra perdida en algún punto del suelo. Sus ojos se tornan nuevamente a su color original y se desmaya siendo atrapada por Edward quien suspira aliviado. La carga a modo princesa.
- ¿Los brazos? – pregunto viendo como las mangas de la camisa están llenas de sangre.
- Eh estado peor – dice restándole importancia, observando a Leysha con atención.
- Es... ¿es cierto lo de Isabella? – pregunto aun no pudiendo creerlo. Él suspira y afirma con la cabeza.
Jamás creí que Bella fuera capaz de hacer algo así.
- Yo tampoco – cierto que se mete en la cabeza de uno (¬.¬) – no me meto en tu cabeza porque quiera – resopla.
- Entonces no lo hagas – me mira con una ceja alzada y como si me hubiera salido otra cabeza.
- Necesitas esa otra cabeza para pensar mejor, aunque igualmente no serviría de mucho – me mira triunfa con una sonrisita burlona.
- ¡¡OYE!! – Sam se aclara la garganta.
- Mi casa queda cerca, Leysha podrá descansar y tú podrías cambiarte la ropa antes de que despierte, posiblemente no se dio cuenta que te hacía daño – no creo que haya que preguntar cómo consiguió sangrar y que su corazón latiera. Obviamente la sangre de Leysha.
- Me parece bien – acepta.
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Llegamos a la casa de Sam que comparte. Cullen, nos narro el camino lo sucedido en la casa de Charlie y que sus hermanos se encargaron de sacar a Isabella del pueblo, siendo llevada con su mamá, que Carlisle se encargo de llevar a Charlie al hospital y que él trajo a Lely a la reserva para que se calmara antes de ir al hospital. No es muy atrayente la idea de que se transforme en el hospital; todos estuvimos de acuerdo con él en esta parte.
- ¡¿Qué le sucedió a Leysha?! – escucho la voz de Emily, que salía de los pisos de arriba.
- Un inconveniente que te contaremos luego – recomienda Leah mientras Edward coloca el cuerpo de Leysha en el mueble de la sala.
- ¡Tus brazos! – exclama algo espantada al ver las mangas de su camisa, rotas y con sangre.
- Un pequeño rasguño sin importancia –se levanta un poco las mangas, ningún rasguño y menos que menos alguna cicatriz, solo un poco de sangre seca.
- ¿Pequeño?, si como no – rueda los ojos ante el mi tono sarcástico en.
- Deberías cambiarte la camisa, no me imagino cómo se pondría Lely si te ve lleno de sangre – recomienda Quil; eso,... es un muy buen punto.
Y antes de que pudiera decir algo su celular sonó y en menos de un repique contesto... ¡hice verso sin esfuerzo!
- Ahora vuelvo – da una suave caricia rápida en la cabeza de Leysha y desaparece en un estornudo.
- ¿A dónde fue? – muy buena pregunta Seht.
- No sé ¿no le preguntaste? – pregunta sarcástica Leah y Seht le saca la lengua.
- Fui a quitarme la ropa y el olor de sangre - ¡¡mierda!! ¡¿en qué momento apareció?!
- ¡Nos quieres matar de un susto o ¿qué?! – joder enserio cuando apareció.
- Jacob no es mi culpa tu falta de atención – me dice sentándose, en un espacio del mueble, al lado de Lely.
- No es falta de atención – bufo frunciendo el ceño.
- Entonces falta de concentración ¿te parece mejor? – habla suave, pero con un obvio sarcasmo.
Nos quedamos mirándonos de forma retadora hasta que Jared nos paro.
- Vale ya, párenle con el jueguito – los dos al mismo tiempo volteamos a verlo con una ceja alzada.
- Yo que tú me callo – le recomienda Embry susurrándole al oído. Rodé los ojos.
- ¿Sabes algo de Isabella? – le pregunto con curiosidad.
- Ya está montada en un avión – me responde.
- ¿Y Charlie? –
- Carlisle me llamo cuando fui a buscar una camisa; esta fuera de peligro, no fue nada profundo ni grave y unos 16 puntos, pudo ser peor – responde rápido antes de que se hiciera otra pregunta.
Nos quedamos en silencio al ver como Lely se removía. Abrió sus ojos que ya tienen su color normal, se ayuda con una mano a sentarse mientras que la otra va a su cabeza.
(POV Edward)
Pase una de mis manos atrás de su espalda ayudándola a sentar, gracias a Dios sus ojos volvieron a tener su hermoso verde esmeralda.
- ¿Cómo te sientes? – pregunto mientras se agarra la cabeza con ambas manos y se masajea.
- Como si un camión me hubiese atropellado ¿alguien anoto la matricula? – sentido del humor intacto eso es buena señal. Los chucho también rieron – ¿cómo esta Charlie? – escuche como aguantaban la respiración.
- Carlisle llamo y dijo que era un corte sin importancia, pero que había que ponerle puntos, cosa que ya está hecho –
- ¿Cuántos puntos? –
- 16 –
- Pudo ser peor –
- Lo mismo dije yo – ella rio ante mi comentario y me beso en la mejilla.
- ¡A no! ya tenemos suficiente con Sam y Emily – exclama uno de los muchachos, Jared por lo que veo en los pensamientos de los demás.
- Haaa ¿estaban aquí?, no los había visto ¿y tú amor? – siempre tan ella, no pude evitar reírme.
Después de decir eso rodeo mi cuello con sus brazos y volvió a besarme en la mejilla más no se soltó de mi cuello; los lobos empezaron a hacer sonidos de asco y arcadas, Sam rodo los ojos al igual que Jacob quien negaba con la cabeza; pero para desgracia de los demás Sam busco a Emily la beso en la boca por el simple hecho de molestar a los muchachos.
Esa tarde la pase con Leysha en el territorio de los lobos; después de eso la lleve a ver a Charlie quien se le daría de alta mañana a primera hora, así que ella pasaría la noche con nosotros. Pero la visión de Alice nos puso en alerta a todos difícilmente pudo descansar.
(POV Leysha)
- Tenían una prenda de Isabella – informa Alice. No pude evitar gruñir por la sola mención del nombre de esa... víbora no porque estaría insultando a los pobres animalitos, mmm... ¿alimaña?, si le queda mejor.
- Leysha – me advierte Edward, sé que no lo hace por ella sino para que no me descontrole pero es que ella es tan – Leysha – vuelve a llamar me la atención.
- ¡Ya!, ¿okey? Uff – hago mi típico puchero, el solo me abraza y me besa la coronilla.
- ¿Entonces vienen para acá? – pregunta Esme aterrada con la idea.
- ¿Cuántos son? – pregunta Jasper.
- 21 más o menos, pueden disminuir,... sin alguien que les enseñe a controlarse se mataran unos a otros – dice mi Eddy.
- Esperen ¿son neófitos? – pregunto yo.
- ¿Sabes qué son? – me pregunta Eddy.
- Cariño llevare poco tiempo viviendo pero me eh informado bastante del asunto, la pregunta que deberíamos hacernos sería ¿Por qué tienen una prenda de la alimaña mañosa y fastidiosa? – lo último lo dije enfurruñada causándole gracia a los demás y a Edward un posible dolor de cabeza.
- No lo sé, pero si vienen para acá tenemos que estar listos, son esto será un baño de sangre – suspira Carlisle analizando la situación.
- Son más que nosotros – piensa en voz alta Rosalie quien también analizaba.
- ¿No podemos pedirle ayuda a los quileutes? – sugiero-pregunto Carlisle me mira analítico.
- Tendríamos más ventaja verdaderamente – vuelve a suspirar pero de forma resignada, no quiere meter a más gente en este problemón.
- Entonces hay que prepararnos – finaliza mi Eddy mientras que los demás se dispersan después de hacer un mutuo acuerdo silencioso.
Y así es como empezamos a prepararnos para la inminente batalla que se presentaría en unos días.
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ESpero que les gusteeee
Si que me tarde ¿verdad?