La Sombra Del Holocausto.

Autorstwa LiliannaVillanueva

1.4M 53.2K 7K

Son bastantes las historias narradas dentro de un escenario catastrófico como fue la guerra liderada por el i... Więcej

Prólogo.
Parte 1: El Gueto de Varsovia.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 1O.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Parte 2: Tessia Poniatowski.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capitulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Parte 3: Un tren para los condenados.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Parte 4: Treblinka.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
#LaSombraDelHolocausto
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 4O.
Parte 5: Sobibor
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Parte 6: Resistencia.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Parte 7: Después de todo.
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Epílogo. Parte 1
Epilogo Parte 2.
AVISO.
BOOKTRAILER.
IMPORTANTE.

Capítulo 33.

18.2K 738 179
Autorstwa LiliannaVillanueva

Mis muslos estaban entumecidos en el preciso segundo en que seguía mirando las cenizas caer en las palmas abiertas de mis manos, olían mal pero eso no interesaba.

Se me formó un nudo en la garganta » ¿Qué es eso? « Me preguntaba constantemente en mi interior. Lo sabía muy en el fondo, claro que lo sabía.

Al dar una bocanada de aire, el ambiente comienzo Inundarse de ese raro olor.

— ¿Entonces qué es? — Pregunto Ruth

Moje mis labios con la poca saliva que aún podía producir, y sacudí mis palmas una con la otra, me encuclille y la jale de sus hombros escuálidos y débiles.
— ¿De veras quieres saber? — Pregunte cruda.
Ella al mirar la expresión de mi rostro negó con la cabeza lentamente.
— ¡Entonces, Deja de preguntarme cosas, niña!

La zarandee, ella comenzó a llorar mientras, sus lágrimas limpiaban mugre de su rostro.

— ¡Ahora estas llorando! ¿Ah? — Grite con ironías. — Ya cállate. Los niños no lloran. — Susurre.

— Soy una niña. — Exclamo.

— ¡Pues ellas tampoco lloran! Ya basta comienzas a desesperarme.

Me levante y la tome de la muñeca llevándola hasta la cocina, era hora de servir la sopa, y Fela no estaba, Ruth camino a sentarse a un rincón, mientras servía la sopa a los prisioneros.

— ¿Qué es esto? — Pregunto ofendido un hombre malhumorado mirando con desprecio la sopa.

— Su comida. — Conteste.
— Esto solo es agua — Reclamo.

Yo revolotee los ojos y tome mi frente.
— Si. Es la especialidad de hoy. — Conteste sin mucha paciencia

— No voy a comer esta porquería —Demandó

— Disculpe, ¿Ya se ha dado cuenta en donde está metido? ¡En un matadero! ¿Y aún se atreve a exigir algo mejor? No va a conseguir algo mejor que esto, así que le recomiendo que lo tome y se vaya, hay más personas hambrientas detrás de usted esperando su comida, ¡Está quitándonos tiempo! Solo tenemos quince miserables minutos para comer.

El hombre se quedó sin habla y salió de la fila.


Al terminar de servir a todos los prisioneros. Serví un plato hondo grande de sopa para Ruth, y uno para mí, me senté de lado de ella y comenzó a comer, ella tenía los ojos hinchados, hinchados de tanto llorar, no me dio remordimiento al saber que yo lo cause.

El sabor de la sopa era escaso, con unos cuantos fideos, esa porquería de sopa solo te llenaba el estómago de agua, pero sin sentirse satisfecha.

— Tengo más hambre. — dijo Ruth terminando su sopa.
— Pues ya no hay más. — Sentencie mientras comía la mía.
Ella me miro con ojos de cordero a medio morir y le obsequie mi sopa junto con un pedazo de pan.

La noche callo. Tenía esperanzas de que el volviera. No me cansaba de pregúntame donde estaba, y una preocupación nueva me ha invadía en el pecho, Fela tampoco había regresado, me mordía las uñas cuando tome a Ruth de la mano y la encamine hasta los cuartos.
— ¿Dónde está Fela? — Pregunto con la voz cortada.
— No sé — conteste golpeado en mi catre.
— Ella me contaba una historia.
— Que bueno.

— ¿Puedes contarme una? — Pregunto con temor.

—No ahora, por favor duérmete.

— Pero... — Chillo.
— ¡Ruth! — Grite con severidad y ella se quedó en silencio.
Comenzaba a sentir sueño cuando Fela apareció corriendo por el pasillo. Al mirarla baje de mi catre y la encare.

— ¿Dónde diablos estabas? — Pregunte sin ninguna expresión.

— Bueno... — Titubeo.

Me llego el aroma a lavanda golpeando mi nariz. Me acerque más a ella olfatee su cabello, le saque el gorro con belicosidad, y su pequeña melena limpia y brillosa callo en cascada, su rostro y sus ropas estaban impecables.
— Supongo que tienes hambre...
— No. Ya he comido. El oficial me ofreció de comer.

— ¿En dónde estuviste? Te busque por todos lados. ¿Saliste del campo? — Pregunte atónita.
— Si. — Dijo en voz baja.

La mire de arriba abajo con displicencia. Yo sonreí sin ganas. — ¿A cambio de qué? ¿De abril las piernas? — Exclame con arrogancia.

Lo próximo a esto, provoque que Fela se ofendieron y me soltó una bofetada, un revés que hizo que mi cabeza diera media vuelta, me dolió tanto que mi cuello trono. Yo tome mi mejilla caliente, gire a mirarla con resentimiento y ella estaba a punto de soltarse a condolerse en lágrimas.

— ¿Cómo puedes pensar eso de mí? — Bramó en lágrimas
Yo me quede sin habla, ni siquiera yo misma se porque me estaba comportando así.

— Nunca te he dado motivos para que pienses esas cosas. ¡Y después de lo que te conté! — Manifestó con disgustó. — ¡Jamás! — Me grito.

Mis ojos comenzaron a Inundarse.
— Norah, lo único que estas causando es que yo me aleje de ti.

— Perdóname... — Susurre casi sin habla y llena de vergüenza baje la cabeza.
Ella me dio un empujón, yo di unos pasos hacia atrás, dio un grito sordo y se abalanzó a abrazarme.

.

29, Agosto de 1942.

Llevaba bien la cuenta de los días que llevo aquí, aunque a decir verdad era bastante difícil.

La última discusión que tuve con Fela fue hace aproximadamente una semana. Ruth aún no sabía que su madre murió, y Kurt no aparecía, y en ese momento me estaba muriendo de sueño. Estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas mirando a ningún lugar, cuando una sombra estaba detrás de mí, la percaté y gire a mirarla.

— Hola. — dijo simplón aquel oficial.

— ¿Qué quieres? — Pregunte sin importancia.

— Platicar. — Manifestó quitándose su boina.

— No tenemos nada que platicar. — Conteste con altivez.

El, asombrado levanto una ceja y mofo. De pronto me ofreció su mano.

— Hola, soy Alaric Kirchner.

Mire su mano desconfiada. — Agh. ¿Esto es en serio? — Dije molesta.

— Vamos, tómala. No voy a hacerte daño. — Exclamo sonriente. La sacudí unos segundos pero no me solté.

— Soy alemán...

― Si, lo sé, eso explica tu acento tan atroz. — Interrumpí.

Él sonrió con sinceridad. — Tengo veintiún años y desgraciadamente sigo el régimen de Adolf Hitler. ¿Y tú? — Pregunto.

De pronto mi cabeza se quedó en blanco. Fruncí el ceño y mire hacia el frente. No entendía por que seguía en silencio. El sueño me estaba afectando.

— Norah... soy... Norah — Titubee no muy segura.

— Norah... ¿Solo Norah? — Pregunto.

— Von...Dra...

— Von Drachenberg. — Término mi frase — Norah Von Drachenberg. — Aseguró y mi ceño se frunció nuevamente. Solté su mano
— ¿Cómo sabes eso?

— Bueno, yo se muchas cosas de ti, más que nada tengo que saberlo.

— ¿Qué cosas más?

― Solo vengo a explicarte las cosas porque no quiero que pienses mal de mí.

— ¿Que más te da lo que piense yo de ti? — pregunte.
— Me importa y me importa mucho.

— ¿Porqué?
— Porque no quiero que tú y tu amiga se lleven mala impresión de mí. Soy una buena persona.

Sonreí sin ganas.

— No, no lo eres. — Manifesté mirándolo. — Por tu culpa estamos aquí. Tú nos encontraste.

— ¿Y que podía hacer en ese momento? ¿Dejarlas escapar?
— ¡Si! — grite.

— ¡No podía! Goldschmidt sabía que estaban ahí, y sospechaba que Kurt estaba ayudándolos, entonces planteó encontrarás y llamar a Kurt para descubridlo, pero no pudo pues por orden del él fueron enviadas aquí.

— ¿Goldschmidt? — Pregunte. Jamás había oído ese nombre.
— Si, Wilm Goldschmidt.

Puse una mueca de fastidio, torcí los ojos y gire al frente.

— Lo odio — Demande apretando mis palmas.

— Es uno de los que no tiene protegida.
— ¿De qué hablas?

El me miro se acercó a mí y comenzó a hablar bajo.

— Algunos de nosotros, muy pocos de la SS, tenemos una protegida... a la cual cuidamos, protegemos y estamos al tanto que ella se encuentre bien. Mientras menos lo sepan es mejor.
.

— ¿Tu eres protector de alguien?
— ¡Vaya!— dijo con asombro. — ¿En serio estas preguntándome esto? ¡Claro que sí! ¿Aún no lo sabes, Norah? — Pregunto.

— Fela — Salió de pronto.

El asintió con la cabeza.

— ¿Pero porque lo hacen?
— La mayoría lo hacen por lastima, o por culpa por matar a sus familias y quieren remendar, o porque les... gustan.

— ¿Y tú porque lo haces? — Pregunte curiosa.

El carraspeo su garganta y siguió.

— No voy a negarte que Fela me gusta, pero más que nada simplemente quise hacerlo.

El tomo mi mano llena de polvo, comparada con la suya, era impecable — No soy mala persona — repitió y yo me zafe de él. — Tu protector me mando a darte un mensaje.

Fruncí el ceño al igual que la boca. — ¿Que, quién es?

El soltó una burla y dijo; — ¿Realmente estas muy cansada verdad, Norah? Te dejaré unos segundos para que lo pienses.

Mi cabeza seguía en blanco, parpadeaba demasiado como si eso ayudara, pero nada pasaba.

— Bien. — Dijo mientras tomaba mi mano de nuevo, él se acercó más cerca de mi oído y dijo;

— Kurt Kretschmann.

Abrí bien los ojos cristalizados y lo mire. Esta vez deje que tomará mi mano, y con la otra la apreté más fuerte.

— Siempre te ha cuidado, desde la primera vez que te vio, me dijo que te cuidaría siempre.

— ¿Dónde está? — Pregunte con un hilo de voz.

— Fue enviado a Auschwitz*

Estaba confundida, ¿Que era ese lugar? ¿Era peligroso? ¿Estaba muy lejos de aquí?

— ¿Auschwitz?
— Es un campo igual a este.
— ¿Volverá? — pregunte con preocupación

— Si — sentencio sonriendome.

— ¿Cuando?

— Mañana

Arquee mi boca tratando de sonreír y solté su mano, y lo apreté en mis brazos.

Alaric no era un sujeto malo, simplemente lo aparentaba. Tenía que hacerlo.

____________________________________________

* Auschwitz; Fue un complejo formado por diversos campos de concentración y de exterminio construido por el régimen de la Alemania nazi tras la invasión de Polonia de 1939, al principio de la Segunda Guerra Mundial.

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

83.2K 8.7K 18
Jaemin era un becado a la fuerza gracias a qué su madre le había conseguido una beca para el instituto más prestigioso de la ciudad de Seúl. Es allí...
19K 1K 20
Aquí chicos y chicas les tengo relatos de terror para tus noches oscuras, si eres valiente y no te asustas fácilmente eres bienvenido. Pero si eres...
8.6K 454 54
Lizzie Deriman es la típica chica nueva recién llegada al Internado Roses,un Internado para jóvenes con problemas especiales,pero ella no sabe que se...
27.5K 2.2K 55
Ni los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....