13 de Agosto del 2023.
Los Angeles, California.
7:30 a.m
Habían pasado ya 5 días de que Sabrina y Andrew formalizaron su relación se encontraban en su último día en Los Angeles, habían disfrutado de aquella ciudad, saliendo a pasear durante esos días, teniendo un monton de citas inolvidables disfrutando su tiempo juntos de una manera libre, porque era la ciudad donde nadie les iba a prohibir tomarse de la mano, la rubia no le temía
a nada pero esta es la paz que quería todo el tiempo, tomaron un uber para ir al aeropuerto finalmente, el castaño no quería irse tampoco, era la primera vez en mucho tiempo que se le veía feliz, tranquilo lleno de vida, con esa sonrisa tan linda, pero eso no incomodó que algunos minutos después tomarán el avión.
— Yo quiero otra semana de vacaciones a tu lado, mi cielo. — Le tomó la mano para que guardará un poco la calma por el vuelo.
— Yo quisiera estar en un lugar así contigo para siempre, bonita.
Algunas horas después
Ambos se dirigieron a la casa del castaño a dejar las maletas, su madre y sus hermanos no se encontraban en casa, él se dirigió a revisar la nevera, para ver que ingredientes tenía para poder hacerles una pequeña cena.
— ¿Puedes llevarme a Cornelia St, mi amor?
— Claro, debo ir a comprar cosas para la cena de hoy, ¿quieres quedarte a cenar?
— Me parece una buena idea.
Ambos se dirigieron a Cornelia St, ambos bajaron para entrar al restaurante, para su sorpresa se topo con Danielle sentada en el lugar de Leo.
— Sabrina, Darcy ¿Que paso? Parecen asustados.
— No estoy asustada, solo quisiera saber ¿por qué estás aquí?
— Tu padre me lo pidió, ¿como se te ocurre dejar a Leo?
— No veo porque no podría hacerlo, Danielle.
— Tu padre me pidió que ya me haga cargo.
— No tienes que hacerlo, puedes retirarte yo me haré cargo.
— Estás fuera del juego Sabrina.
— No, claro que no logré subir los ingresos de este lugar.
— Con tu estúpida idea de Taylor Swift y Asia, es algo que no había pensado, pero mira lo hiciste muy bien.
— No te voy a permitir que le hables así a Sabrina.
— Aléjate Darcy, créeme que tengo el poder de hacer que te despidan.
— Hazlo, pero tú a Sabrina no le vuelves a hablar así.
— Se que mi padre no tardará en venir o hablaré con él para que te vayas.
La rubia tenía la razón, en cuánto dijo que su padre vendría, inmediatamente se le plantó enfrente.
— Sabrina, volviste. — dijo sorprendido.
— Papá, ¿por qué Danielle esta aquí? la persona a cargo es Leo y nadie más. Bueno ¿Puedo quedarme al mando? Volví porque solo era una semana de vacaciones solo una, y mira es un caos y ni quiero preguntar que les falta porque de seguro les faltan cosa.
— No confío en Leo, por eso le pedí que viniera, bien se irá a Leroy, ya vuelvo hija.
Sabrina y Andrew notaron que empezó a llegar mucha gente de golpe, Gwen empezó a recibirlos, pero la rubia se acercó también a recibirlos.
— ¿Sabrina Carpenter?— cuestionó una de las chicas que estaban ahí
— Sí, soy yo.
— Este es el lugar donde Taylor dijo que vino a comer y a tomar, todos vimos la transmisión del concierto o algunos venimos de Los Angeles, queríamos saber si sería posible una mesa para 30 personas, decidimos unirnos para convivir.
Sabrina y Gwen se miraron un momento sorprendidas, el restaurante estaba algo lleno, debían juntar mesas para eso.
— Claro, solo ¿podrían esperar? tenemos algo lleno todo el lugar, pronto dejará de estarlo para que ustedes puedan disfrutar su estadía.
Los jóvenes fueron muy amables y entendieron, esperaron un momento, hasta que llegó Danielle.
— ¿Y toda esta gente?
— Esta esperando una mesa para 30 personas vienen gracias a Taylor.
— Puedo hacerme cargo Sabrina.
— Entiende Danielle, ya regrese ya por favor ve a Leroy, yo me hago cargo.
El padre de la rubia bajo las escaleras y vio que había mucha gente esperando, a veces solía confiar en su hija muchas veces no lo hacía.
— Danielle, vamos a Leroy, necesito que me ayudes con algunas cosas y también necesito preguntarte sobre unos gastos extraños en Leroy.
Ambos se retiraron del restaurante, Sabrina logró calmarse.
— Gwen, ¿Están bien?
— Danielle se estaba poniendo loca la verdad, y eso recién llego antier.
— ¿Y Leo?
— Esta preparando bebidas, esta bien, solo que tienes que hablar con Selena, hubo una limitante de ingredientes para los platillos asiáticos. También para las bebidas, ella sólo vino a bajar el nivel de gente.
— ¿Que necesitan? Iré por ellos, se que tenemos ahora un lío por esa mesa de 30 más las personas que van llegando, Darcy y yo iremos por eso.
— Bien, Sabrina es muy bueno tenerte de vuelta la verdad. — la chica de cabello negro abrazo muy fuerte a Sabrina.
Sabrina decidió llamar a Joey, para pedirle de su ayuda, nunca se negó, al contrario acepto ir ayudarle a conseguir las cosas para las bebidas, en cambió el castaño y la rubia tomaron un uber para conseguir ingredientes para la comida.
— Pareces molesta, bonita. — dijo colocando cajas de ingredientes sobre el carrito.
— Es que se me hace totalmente estúpido que no tomara en cuenta el stock que se está usando a diario con tanta gente, ahora hay más gracias a Taylor, pero me molesta que por 《ahorrar dinero》 no podamos hacer las cosas bien.
— Lo sé, amor, pero ya estamos aquí, lamento que nuestras vacaciones arruinaron todo.
Sabrina se acercó a abrazar a Andrew.
— No vuelvas a decir eso, jamás, yo quisiera haberme quedado allá, Danielle me va a joder la existencia hasta que ella esté a cargo de Cornelia, no quiero que termine con el, ve a que punto llego.
— Se que lo hace para hacerte quedar mal con tus padres pero él vió a todos esos Swifties esperando por entrar, nada saldrá mal ahora que estas de vuelta yo confío en ti, siempre lo hice.
— Gracias por tanto, cielo, yo de verdad lo agradezco.
Ambos salieron de la tienda y ahí estaba Barry con su camioneta siempre ayudando a su amada sobrina, subieron las cajas, no lograron entrar todas.
— Ve Sabrina, yo pediré un uber para llevarme esto.
— Gracias, amor — Le dio un pequeño beso en sus labios.
Sabrina subió a la camioneta de su tío Barry, él parecía tener muchas dudas.
— ¿Estás saliendo con Darcy?
— Sí.
— Es un buen chico, muy trabajador, muy listo, es apuesto, musculoso, eso dicen mucho sobre él en Cornelia St, ¿tus padres lo saben?
— Llevamos 5 días de novios, no se si debería decirles, sabes como son se alteraron cuando Shawn y yo terminamos.
— Tu madre cambió mucho últimamente era la persona más noble que conocía, ahora eres tú, nunca cambies y no dejes que el dinero lo haga.
— Odio decir que ahora que tienen a Leroy no les importa nada más, se que tengo 24 años pero sabes que en cuánto mi padre cometió ese acto de estupidez mi vida cambió y cambió mucho, se que ya no soy una niña pero me dejaron de dar afecto.
— Mi pequeña Sabrina, para mí seguirás siendo mi niña, se que no es el cariño de la persona que quieres, pero siempre te voy a querer mucho.
— Eres el mejor, te agradezco que apoyes mi relación, que vinieras a ayudarme, la verdad me sentí en aprietos porque llegaron 30 personas y quieren comer, beber, convivir, gracias a Taylor, se que Danielle quería sabotear el plan y hacerles creer que ya no estaba funcionando pero el stock en estos días se fue, yo le pedí a Leo que pidieran todo lo que necesitaban porque todo iba a volver de alguna manera.
— Danielle, esa mujer parece que te odia totalmente, no suele hacernos saber muchas cosas para ser sincero, a mi no me cae del todo bien.
— Casi perdemos a Leo y a Selena, sabes que debes preocuparte por la salud tanto física como emocional de las personas que te ayudan a hacer que el lugar funcione, si voy a luchar por el derecho de todas esas personas, ¿en que momento ustedes se volvieron tan inhumanos? Se que a veces sueles estar ahí en cocina, pero tío yo me entero de todo.
Barry no dijo nada durante el camino, al restaurante finalmente bajaron las cajas, bolsas con los ingredientes, Joey igual y Andrew, las 30 personas que estaban esperando aún no estaban en alguna mesa.
— ¿No te han dicho nada Gwen?
— Llevan aproximadamente 35 minutos esperando ellos de verdad quieren entrar al restaurante, bien aún no se ha terminado nada, pero están apunto es un milagro que llegarán la verdad.
— Es un milagro que estés aquí Gwen.
Sabrina se acerco a la caja para ver a Leo, mientras que Andrew se colocó la filipina e inmediatamente comenzó a hacer toda la producción para poder atender las mesas, todo se volvió tan caótico de repente porque había más gente esperando, hasta que finalmente pudieron pasarlos a todos y recién eran las 11:00 de la mañana.
— Lamento que Danielle se comportará de esta manera contigo Leo.
— No, no es tu culpa, la verdad estuve a nada de irme pero me detuve a pensar en ti, con Selena fue peor y la verdad traté de que se quedará.
La rubia se pasó las manos por la cabeza, molesta, y respiro profundo.
— ¿Que fue lo que dijo o hizo?
— Supongo que sabes que nos prohibió pedir cosas para el menú nuevo, dijo que todas esas cosas se iban a retirar pronto.
— No, no será así, yo lo decidiré por ahora todo se mantendrá igual, fui por todo lo que necesitaban.
— Gracias por ser una gran jefa Carpenter, yo me encargo, aquí no se que ibas a hacer.
— Iré a recibir y a ser mesera hasta que se calme un poco esto.
La rubia, junto a las demás meseras estaban atendiendo a todas las personas, se convirtió en un día un tanto agitado, Sabrina decidió subir por platillos y ahí estaba el castaño preparando junto a sus compañeros.
— Sabrina, ¿Puedes llevarte esto a la mesa número 13? Por favor —cuestionó el castaño con cierta vergüenza.
— Claro.
Sabrina había aprendido mucho sobre los trucos de meseros gracias a Gwen y a Leo, siempre trataba de ser empatica con cada área, tenía todas las ganas de aprender, ayudar.
— Nunca vi que la dueña del lugar se pusiera a hacer de todo. — comentó alguna de las mesas mientras la rubia dejaba los platillos.
— Lo hago con mucho gusto, al final de todo, esto es posible gracias a las personas que trabajan aquí, no gracias a mí a ellos.
Algunas horas después, la rubia decidió tomar asiento un momento, tomar un vaso con agua y respirar un momento, hace mucho no trabajaba tanto, menos sin comer en tanto rato, el castaño bajo y la vio sentada.
— ¿Estás bien? —comentó totalmente preocupado.
— Debo continuar.
Intentó levantarse pero se fue de un lado a otro hasta que su propio peso la llevaría al suelo, pero el castaño la sostuvo sobre sus brazos.
— Leo, necesito alcohol, y que me abras el cuarto de allá arriba. — Llevando entre sus brazos a la rubia.
La recostó sobre una mesa y le sujeto la cabeza con mucho cuidado, le dio a oler el alcohol, la ojiazul abrió los ojos lentamente.
— No te levantes, respira un poco, bonita, debe ser tanta presión.
— La verdad me siento mal.
— Lo sé el cambio en estos días y el viaje supongo que es eso, tranquila bonita, ya se ha calmado un poco la gente.
— Gracias Andrew la verdad.
La ojiazul siguió acostada, mientras que el castaño fue a prepararle algo de comer, mientras la rubia miraba hacía el techo, pero un momento decidió voltear a su derecha y en el suelo había un montón de fotografías y papeles tirados, tomó todas sus fuerzas para levantarse y ver porqué estaba todo tan desordenado, cuando comenzó a tomarlos su padre y Danielle entraron por la puerta.
— Sabrina, ¿que haces aquí? — dijo Danielle arrebatandole las fotos y papeles del suelo.
— ¿No deberías estar abajo, hija?
La rubia rodó los ojos y tomó camino pero hacía la cocina para avisarle a Andrew que debía ir abajo.
— Bonita, ¿estas bien?
— Mi padre y Danielle me corrieron de allá, voy a bajar a sentarme en alguna mesa, cariño.
La rubia bajo por las escaleras, aún se sentía un poco débil, Leo se acercó a encaminarla hacía una mesa totalmente preocupado.
— ¿Estás bien?
— Creo que estoy muy cansada, me desmaye, es tal vez porque no he estado durmiendo del todo bien, Danielle y mi padre volvieron muy sospechosos, encontré muchos papeles y fotos tiradas arriba justo cuando iba a verlas Danielle me las arrebato.
— Muy curioso, la verdad yo no subí hasta hace rato con Darcy, pero no vi nada.
Sabrina vio llegar a Andrew con una charola con muchos platillos, los fue dejando en la mesa para subir por más, Leo y la rubia se miraron con confusión e inmediatamente el castaño volvió con otra charola llena para llenar la mesa de comida y aparte traer una pequeña parrilla para comenzar a azar carne.
— Ustedes comiencen a comer, se que es mucho pero es para más personas.
Finalmente el primer turno había terminado, la rubia fue a buscar a su castaño favorito, y ahí estaba cocinando, sus pensamientos fueron interrumpidos por Selena.
— ¿Cuánto tiempo más seguirán así?
— ¿A que te refieres? — la miró confundida.
— ¿Sí quiera ya formalizaron algo?
— Sí, se que piensas que soy igual a mis padres, no soy igual a ellos, ni a John y Barry, aprecio tu trabajo Selena, aprecio a Carl, se que no te agrado y se que te importa Andrew, pero si no lo quisiera, no te diría en este momento que a mi me gusta ver a mi chico cocinar se ve muy apuesto, me encanta y yo no cambiarían cada una de las sensaciones que me ha hecho sentir, por fin siento que puedo amarme a mi misma y amar a alguien.
— Te creo porque has demostrado que te importa el personal y el lugar, Andrew se ve muy enamorado de ti, hace mucho no veía tan entusiasmado.
El castaño se despidió de todos y tomó de la mano a la rubia y entrelazando sus mano con la de ella, ambos se dirigieron a la salida.
— ¿Quieres que te lleve a casa para que descanses, bonita?
— No, ¿Puedo ir contigo?
Él solo asintió y tomaron camino hacia Blooklyn a la casa de Andrew, llegaron y la rubia se recostó en el sofá, el castaño comenzó a preparar rápidamente la cena, se llevó al menos unos 40 minutos, cuando terminó fue a ver a la rubia y ya estaba totalmente dormida, la tomó entre sus brazos para llevarla a su cama y recostarla lentamente, la cubrió con sus cobijas, el día era demasiado helado, la miraba mientras dormía, pensó en que era la imagen más hermosa que sus ojos habían visto, se acercó a besarle la frente y su cabellera rubia, pasar tiempo junto a ella era la sensación más hermosa que sentía en ese momento, se sentía tan feliz tan en paz, la paz que hace mucho no tenía y solo Sabrina se la daba con tan solo existir, su simple existencia lo era todo para mantenerlo tranquilo, feliz.