Sistema de Redención del Vill...

KumikoKazami19 tarafından

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Shen Jiu sabe que la ha cagado desde el momento en que terminó en la prisión de agua, sometido a diversos cas... Daha Fazla

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KumikoKazami19 tarafından

Capítulo 13

El Festival de las Flores II

—Llévame ahí. Los demás se quedarán aquí esperando a los discípulos mayores en lo que regreso—dijo Shen dando un par de pasos para irse.

—No—Luo Binghe se aferró a su manga—, Ming shixiong, Yang shixiong y Lu shixiong están en peligro. Todos ayudaremos a rescatarlos.

Todos, sin excepción, estuvieron de acuerdo con Luo Binghe. Shen no sabía si reír o llorar. Era una situación grave, no podía llevar a sus más de veinte discípulos con él. Pero al final sabía que si no los llevaba, ellos lo seguirían y eso podía ser más peligroso.

—Bien, vendrán, pero si las cosas empeoran se irán y dejarán a este maestro lidiar solo con todo ¿entendido?

—¡Sí, shizun!—dijeron a coro y entonces comenzaron a seguir a Zhang Hua.

En el camino se encontraron con los dos discípulos mayores a cargo de buscar a los tres niños, pero ninguno de ellos tenía señales de dónde podrían estar. Shen los dejó a cargo del cuidado de los demás niños, así no tendría que dividir su atención entre buscar a los tres perdidos y cuidar de que no se llevaran a más discípulos.

Luo no se quería despegar de él así que Ning Yingying tuvo que intervenir con un buen golpe en la cabeza y un regaño severo que jamás había visto en ella. Debía estar más que preocupada si trataba así a quien en algún momento fue su primer amor y esposo.

La pequeña bestia pegajosa la escuchó y se quedó a su lado mientras Zhang Hua los guiaba hacia el último lugar donde Ming Fan había estado.

Era entre dos puestos cuyas chucherías a Shen le importaban poco. Ahí estaban las gotas de sangre que Zhang había visto. Sacó de su manga un talismán de rastreo y lo impregnó con un poco de la sangre de su discípulo antes de activarlo. El talismán se disolvió, pero formó una estela azul que mostraba el camino por donde había pasado Ming Fan.

Con más de veinte discípulos detrás, Shen corrió siguiendo la estela azul que no duraría más que unos pocos minutos. El camino no fue largo, para su fortuna, y aunque tuvo que empujar a varias personas en el camino, logró llegar al final de la estela azul antes de que esta se desvaneciera. La estela terminaba en la parte trasera de una casa en ruinas que quedaba a varios metros del festival. Estaba oscura y olía desde afuera ya a humedad y abandono.

—Se quedarán aquí afuera, yo me encargo de esto—sentenció Shen.

Luo quiso acercarse, pero Ning Yingying lo jaló de la oreja hacia donde ella estaba.

Shen agradeció que en esta vida, gracias a su asesoría, Ning Yingying resultó ser más firme sin perder su dulzura habitual. Era bueno para ella.

Shen entró a la casa en ruinas, sacando una esfera luminosa para alumbrar algo del lugar. No iluminaba demasiado, pero era suficiente para encontrar a sus discípulos.

Agudizó sus sentidos. No iba a perder el tiempo buscándolos con la esfera luminiscente, menos cuando sus vidas podían estar en peligro.

Se quedó quieto un momento, esperando escuchar algo más que el crujir de la madera vieja. Y lo halló. Un gemido lastimero, alguien amordazado que estaba llorando. Se guio de ese sonido, caminando con pasos ligeros para no alertar al enemigo. Madera vieja que crujía con el viento y ligeramente con sus pasos, entrenados con los años para volverse casi imperceptibles. Con su cultivo mejorado, sus pasos se habían vuelto mucho más ligeros, tanto que era como volar al ras del suelo.

—¡Ah! ¡Maldito niño desgraciado!—gritó en un susurro una criatura demoniaca.

Su voz sonaba como el chirrido incesante de una puerta vieja y desgastada. Tan insoportable a los oídos que Shen quiso arrancarle la lengua para que no volviera a hablar.

Un quejido de dolor siguió después, otro de miedo y el último parecía un gruñido furioso. Shen los detectó mejor. La habitación del fondo, la más alejada de las personas.

—Niño, quédate quieto o te dolerá más cuando te arranque la piel—dijo esa criatura—. Y si no tengo tu piel, entonces no podré salir cuando sea de día. ¿En serio serás así de malo con gege?

—Deja a mis discípulos en paz—dijo Shen abriendo la puerta de repente.

Con la esfera luminiscente pudo ver una silueta cubierta con un manto mohoso y sucio que llenaba la habitación de un olor rancio, insoportable. Era tan malo que lastimaba la nariz e incluso los pulmones.

Detrás vio tres pequeñas siluetas amarradas y amordazadas para que no pudieran gritar. Con la poca luz incluso pudo reconocer a sus discípulos.

—Espada XiuYa, qué sorpresa verlo.

—¿Sorpresa? ¿Eres estúpido? Secuestraste a mis discípulos ¿y te sorprende verme?—Shen resopló sacando su espada— En verdad eres una bestia ignorante.

No se movió precipitadamente hacia la bestia. Shen había visto una de sus manos demasiado cerca de Ming Fan y sabía que si se movía imprudentemente, la criatura usaría a su discípulo principal como rehén. Y eso solo empeoraría la situación. Tampoco podía pedir ayuda porque eso solo podría hacer que la criatura escapara. Eso no terminaría con el problema, solo lo llevaría a otro lado.

La esfera no iluminaba nada que fuera útil en la habitación. Además de ellos no parecía haber nada más. Bueno, no podía usar sus trucos. O...tal vez sí.

La esfera luminiscente voló repentinamente, tan rápido que la criatura no tuvo tiempo de esquivarla cuando se le metió en el ojo. Lo que sí pudo hacer fue gritar chirriantemente, como una puerta que pide a gritos ser arreglada.

Shen aprovechó ese momento para enviar su espada hacia ella y matarla. Pero la criatura, ahora tuerta, dio un salto para esquivarlo y se alejó de sus discípulos. Lo malo de eso fue que, al terminar de meterse la esfera luminiscente en su ojo, la luz desapareció por completo en la habitación y quedó todo en penumbra total.

XiuYa regresó a su mano y Shen tuvo que agudizar el oído para escuchar a la criatura. Podía sentir su respiración pesada y sus pasos toscos por la madera. El olor rancio de su ropa inundaba el cuarto y comenzaba a marearlo. Era insoportable, sentía que le comenzarían a sangrar los pulmones si no se iba de ahí.

Una risa como un chirrido agudo en la oscuridad. Shen sabía que estaba frente a él pero no podía todavía saber qué planeaba. Debía concentrarse, podía hacerlo.

—Espada XiuYa, ¿en serio crees poder ganarme en mi terreno? Las personas que conocen la luz no saben lo que es vivir en la oscuridad—susurró la criatura.

Shen no dijo nada, cerró los ojos para concentrarse mejor en lo que oía, en lo que olía, en lo que sentía. El olor estaba impregnado en todo el lugar pero cuando la criatura se alejaba, el olor pesado que lastimaba la nariz se alejaba también. Aunque toda la habitación oliera mal, solamente se volvía insoportable cuando la criatura estaba cerca.

Dos pasos, el olor más penetrante que antes, de frente. Shen se movió a un costado, las uñas afiladas de la criatura pasaron cerca de su manga, sintió el roce en la tela. El olor seguía siendo insoportable por lo que no estaba lejos de él. Otro movimiento, la madera crujiendo por un paso brusco, la criatura se lanzó a él. Shen se movió hacia adelante y se agachó en el último segundo, sus rodillas doblándose hasta tocar el suelo y lanzándose hacia atrás hasta que su espalda tocó la madera vieja. Se levantó casi de inmediato cuando escuchó a la criatura aterrizar y girarse, el olor rancio menos insoportable que antes. No estaba cerca. Un gruñido y otro paso brusco, esta vez desenvainó a XiuYa y ondeó el aire lejos de los tres niños. Se lanzó hacia adelante también, la espada antes que su cuerpo. Escuchó un grito de la criatura, al mismo tiempo que sentía el ardor en su vientre al ser cortado por las garras filosas. El olor no estaba lejos así que Shen se giró y guiándose por el sonido de las quejas de la criatura, usó su espada para cortarla.

Hubo un sonido estrepitoso y acuoso, como tripas cayendo al suelo. La criatura chilló, pero los chillidos bajaron de volumen poco a poco. Estaba muriendo, lo sabía. Así que usando a XiuYa otra vez, se encargó de exterminarla por completo para que no volviera a ser una molestia.

El olor, milagrosamente, comenzó a desaparecer lentamente. Entonces todo el olor impregnado en la habitación había sido causado solo por la criatura.

Se acercó lentamente a los niños y llegó con quien creía que era Ming Fan. El chico se estremeció e intentó alejarse.

—Tranquilo, soy yo—dijo suavemente antes de comenzar a quitarle la mordaza y el amarre—. Si tienes una esfera luminiscente sería bueno que la saques.

—Sí, shizun—dijo Ming Fan.

Y poco después, una esfera luminiscente estaba en su mano iluminando los rostros de los tres niños. Ahí Shen los vio con claridad.

Yang Chen tenía un raspón en la frente, siendo el menos lastimado de los tres. Lu Song parecía haber sido arrastrado por todo el festival, sus ropas hechas un desastre, su cabello despeinado y sucio y su rostro raspado. Ming Fan, por otra parte, tenía un corte en la frente que sangraba hasta la barbilla, unos rasguños en los brazos que habían cortado su túnica y una mejilla amoratada.

—¿Cómo terminaste así?—preguntó mientras ambos desataban a Lu Song y Yang Chen.

—Shixiong solo me protegió—dijo Yang Chen profundamente agraviado—. Este shidi tonto no pudo hacer nada para ayudarlo.

—Ya te dije que no eres tonto. En todo caso, también lo soy por no poder hacer nada para liberarnos—dijo Ming Fan picándole la frente al niño.

—Pero te golpearon por mi culpa—insistió Yang Chen.

—¿De qué hablas?—preguntó lo más amable que Shen pudo.

—El demonio quiso arrancarme la piel primero, pero shixiong intervino y le dio un cabezazo—contó Yang Chen bajando la mirada avergonzado e impotente por no poder hacer nada para ayudar a su hermano marcial—. Por eso lo golpearon y lo lastimaron.

—¿Y tú, Lu Song?—preguntó Shen viendo la apariencia del chico que era un desastre.

—¡Esa cosa me arrastró por todo el puto festival! ¡Me arruinó mi túnica nueva! ¡Si hubiera podido le hubiera metido la espada entera por el culo!—dijo el chico indignado viendo descontento su ropa.

Shen iba a considerar terminar por comprarle una túnica. Al final la salida que había planeado para sus pobres discípulos fue completamente arruinada por un demonio sin nombre que parecía solo querer molestar. ¿Esa era su suerte?

—Vamos afuera, sus hermanos marciales están esperando.

Tomando la esfera de la mano de Ming Fan, se dirigió hacia la salida. Los tres lo siguieron, Yang Chen aferrándose a su túnica con fuerza, todavía asustado por la experiencia.

La madera crujió con mayor fuerza por los pasos de los niños, quienes todavía no estaban lo suficientemente entrenados como para que su caminar fuera ligero. Imaginaba que los demás ya esperaban verlos al salir, o quizás auguraban peligro. No podía decirlo a ciencia cierta.

Bueno, sí pudo decirlo al salir. Al abrir la puerta los discípulos mayores a cargo apuntaron con sus espadas, preparados para pelear. Al menos tenían instinto de supervivencia.

Bajaron las espadas al reconocerlos. Shen hizo que los tres niños pasaran de una vez y salieran de ese sitio horrible.

—¡Shixiong!—gritaron Ning Yingying y Luo Binghe yendo hacia Ming Fan.

—¡Yang shidi!—dijo Mu Sheng acercándose.

—¿Nadie dirá Lu shixiong?—dijo indignado Lu Song cruzándose de brazos— ¿Nadie me extrañó?

—¿En serio quieres la respuesta?—respondió Ling Yi divertido.

Lu Song resopló indignado, ignorando a Ling Yi quien se le había acercado para ver su estado.

Shen iba a decirles que mejor se apresuraban a regresar a QingJing para revisar las heridas de sus tres discípulos cuando Luo se le acercó, su rostro sombrío.

—Shizun, está herido—dijo llamando la atención de todos.

Shen hasta había olvidado la herida en su vientre. El dolor había sido una constante durante los años que Luo lo torturó, había estado adolorido durante tantos días, tantos meses, que con el tiempo terminó por acostumbrarse. No importaba cuál fuera la herida, tarde o temprano se acostumbraba a tal punto que se transformaba en un dolor sordo fácil de ignorar. Un rasguño de un demonio de bajo nivel no significaba nada para él ya.

Le habían arrancado las extremidades con las manos, después de todo. Eso no era nada si se comparaba.

—Estoy bien, no es nada grave. Cuando lleguemos a QingJing me encargaré de curarla, por ahora hay que regresar.

Todos los discípulos asintieron. Uno de los discípulos cargó a Ming Fan para llegar antes al pico QingJing. Mu Sheng hizo lo mismo con Yang Chen aunque no era necesario ya que el niño no estaba tan herido, pero nadie dijo nada. Lu Song se sintió excluido así que se colgó de Ling Yi y Zhang Hua para que lo llevaran, alegando que el estrés del secuestro lo había dejado agotado.

Shen lideró el camino, con Luo Binghe a su lado, aferrado a la manga derecha de su túnica. Ning Yingying había tenido la misma idea, solo que ella iba aferrada a su manga izquierda. Como sea, no importaba mucho si tenía a diez discípulos aferrados a él, lo importante era llegar al pico QingJing para llamar a QianCao.

Tardaron menos en llegar y tan pronto lo hicieron, llamó con un talismán especial al pico QianCao. No tardó en ver a Mu Qingfan llegar a su pico, volando sobre su espada y seguido de un par de sus discípulos. La nula tardanza no le sorprendió, que él pidiera ayuda del pico solía ser casi inaudito, más si no venía acompañado de un talismán de BaiZhan también.

—¿Shen shixiong?—Mu Qingfan se acercó a él al ver su túnica manchada de sangre, pero Shen lo detuvo.

—No te preocupes por mí, esto no es nada. Ve cómo están ellos. Ning Yingying, llévalos a otro lugar para que puedan revisarlos.

Su discípula asintió y guio el camino. Luo lo vio, parecía que quería ir con él, pero entonces cambió de opinión y se fue caminando cerca de Ming Fan.

Mu Qingfan no se marchó, dejando que sus discípulos fueran con los de Shen para curarlos.

—Shixiong, por favor, deja que este shidi cure tus heridas.

Hubo algo extraño en el pedido que Shen no supo identificar hasta que guio a Mu Qingfan dentro de su casita de bambú: Mu shidi había insistido en quedarse para curarlo.

En el pasado, a pesar de que nunca tuvo problemas con Mu Qingfan, jamás dejó que lo curara. Generalmente eso lo hacía él mismo porque sus heridas no eran algo grave y podía él mismo hacerlo. Con el tiempo el maestro del pico QianCao se había acostumbrado y ya no insistía, dejando que hiciera lo que quisiera. Y Shen se había acostumbrado a ese trato distante del maestro del pico de los sanadores.

—No es nada grave, solo un rasguño—dijo sacándose la túnica exterior y desabrochando la interior para bajarla y que Mu Qingfan pudiera revisarlo.

[¡Querido usuario! o(>///< )o]

"¿Ahora qué te pasa?"

[Es que...se quitó la ropa tan de repente que este sistema no estaba preparado para tal cosa (ノ///< ) Qué vergüenza, vi las cerecitas del usuario *explota de vergüenza*]

Shen Jiu: ...

Hablaba de sus pezones ¿verdad?

¿Es que acaso no lo había visto antes así cuando se bañaba?

[No (U//-//U) Para esos momentos este sistema se tapa los ojos hasta que el usuario termina.]

Oh, interesante.

Reprimió una suave queja cuando Mu Qingfan comenzó a limpiar la herida. Shen no dijo nada, simplemente mirando hacia un costado mientras su hermano marcial hacía su trabajo. De todas maneras, no tenía mucho más para hacer. Solo podía pensar en cómo una simple salida que había planeado para sus discípulos se había arruinado de esa manera. ¿No podía hacer algo bien por una vez? ¿El destino tan poco lo quería?

—Shixiong, ¿qué pasó?—preguntó Mu Qingfan y Shen Jiu pensó que se estaba tardando en cuestionarlo.

—Salimos al Festival de las Flores en Mingyue pero mis discípulos se toparon con un demonio y tuve que ir por ellos—explicó resumidamente.

No había mucho más que decir de todas formas.

—¿Por qué fueron al Festival de las Flores?—preguntó Mu Qingfan sacando un tónico de su bolsita qiankun para comenzar a pasarlo por las heridas.

—Mis discípulos merecían divertirse un poco. Se esfuerzan tanto, ¿acaso estaba mal que quisiera que despejaran su mente por una noche?—lo último fue más una pregunta al aire, Shen lo había dicho solo porque sí, no había esperado una respuesta.

No la recibió porque seguramente Mu shidi se dio cuenta de que la pregunta no iba dirigida a él. Pero sí recibió algo más.

[+50 puntos de afecto de Mu Qingfan]  


Pobre Lu Song, nadie se preocupaba por él jajaja mentira, Ling Yi sí se preocupó por él

Los demonios de aqui tienen algun fetiche con la piel, no tengo pruebas pero tampoco dudas XD 

Mañana capítulo 14: Un maestro completo

Espero que les esté gustando el ff uwu a mi me divierte mucho escribirlo :D

Nos vemos! besos!!! 

Okumaya devam et

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