personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos a sus respectivos creadores.
-¿qué clase de horror es este?.- en el lugar que habitaba, la pregunta le agobiaba, pues sin alguna clase de respuesta no podía comprender cuán grave podía ser la situación, pero a pesar de ello parecía no necesitarlo, porque su presentimiento se lo anunciaba con creces, a cada segundo sin darle tregua alguna de respirar con calma.
"puedo verte..." esa frase, esa misteriosa frase había resonado claramente en su mente dejando en claro que desde algún punto del extenso universo un lucero le señalaba y aunque no podía explicarlo de algún modo, la presión que sobre ella se posó también lo confirmaba, no sabía qué o quién era, pero si algo era seguro, aquello es que se habría enojado por como manejaba las cosas a su antojo.
"el poder más hermoso es la creación, imparable e interminable, con él nace el brillo y calidez de las estrellas, el azul brillante y la transparencia del agua".- recitó esas palabras que parecían ser sacadas de un bello poema, pero su rasgada voz tembló al pronunciar las siguientes. "pero el vacío es la peor de las calamidades, en él la oscuridad persiste, el silencio es constante y el frío es permanente, porque el vacío es lo que existe antes de la creación y es lo que aguarda pacientemente al final. Él es el destino absoluto, él es el principio y el final, él es... Destrucción".- en algún punto en el pasado alguien recitó con temor esa frase, y ahora su mandíbula apenas si podía hacerlo, una blasfemia considerada contra lo que se había descubierto, con lo que incluso ella misma había visto con el pasar del tiempo, sin embargo sus actos habrían condenado no solo a lo que más quería, si no a todo lo que consideraba existente, para ser más exactos... a toda creación.
el temor se hace presente en cualquiera, de diferentes métodos pero siempre llega y ese, ese es el primer paso para adentrarse en la misma calamidad que esperan detener, se ha visto incontables veces en el transcurso de la existencia y la mayoría de las veces no se detiene aquello que quieren evitar, deberían verlo en el concilio de odín por ejemplo, dónde el tiempo transcurría sin atreverse a hablar del asunto, pues la vergüenza de sus reinos venía con ello, era casi un tabú entre esas personas, por eso se ha escondido tan bien a través de los años.
-bu-bueno, el primer punto a tratar...- la voz se tornó nerviosa y en el intento de hacerla un poco más grave un chillido incómodo se escapó, ya el ambiente era bastante tenso como para permitirse hacer esa clase de tonterías, pero era mejor llevar todo en orden y no causar conflictos innecesarios. -el primer punto a tratar es el estado del problema actual, para encontrar coincidencias que permitan dialogar de forma prudente y encontrar una solución beneficiosa.- terminó de decir antes de que las cuencas del dios olímpico le señalasen. -puede sentarse señorita.- habló y todos pusieron atención, señalando al viejo odín que se burlaba de la actitud de su asistente.
nuevamente los momentos de tensión se dieron, el silencio incómodo que no permitía llegar a nada, por eso mismo debían esforzarse en superar aquellos viejos traumas.
-el demonio de fuego anuncia su pronto despertar, las ofrendas y cantos parecen no satisfacer sus ansias.- Apolo fue el primero en decir parte del problema que persiste en el palacio olímpico.
-la encargada e la criatura asegura escucharle y sentir sus anhelos, desea salir, él desea ver a su amo.- el dueño del rayo tomó el asunto principal y no titubeó en ningún punto. -el temor de nuestros territorios amenaza con salir, no hay oportunidad contra el ser de sombra y fuego, al menos no con mi rayo no otro poder que aún tengamos.- en tanto seguía hablando, la chica escuchaba atenta, ¿demonios?, ¿fuego?.
-además se escuchan rumores de que las profecías se tornan ciertas, el aire de este lugar ha dejado de soplar, los días se tornan oscuros y las aves se han escondido, será acaso que solo son rumores o en verdad todo se dirige a un punto...- el dios de la muerte sacó las cuestiones al asunto, solo dejando las incógnitas a la dama de cabellera plata que parecía no tener idea alguna de lo que hablaban, muy diferente a su líder que interrumpió las palabras de los visitantes.
-el vendrá...- fue su seca respuesta y el silencio se extendió un poco más antes de que otro sonido se diese. -y lo que su llegada provoque, es desconocido para mí.- terminó de decir, se pudo sentir la tensión aumentar mucho más.
-se dice que su llegada representa el final de los tiempos, por qué ser los únicos que hayan temido su ira?.- la voz del amo de las oscuridades subterráneas emergió de forma tentadora, era algo que incluso sus similares no habrían escuchado, por eso mismo se sintieron intrigados, aunque por su manera de pensar no parecía sería algo bueno del todo. -no es justo que el olimpo sintiese el calor abrumador de las espada y el golpear estremecedor de ese látigo.- levantó sus manos como si ofreciese una solución fácil ante los problemas recientes.
-deberíamos dejar a los cuervos y a los murciélagos sentir el martirio por el que nuestros reinos pasaron.- terminó de decir, hubo por un momento algo de tensión por aquella opción dada. -dices que deberíamos llevar al Demonio al inframundo?.- fue zeus el que cuestionó esa manera de pensar y los fríos ojos de su hermano le confrontaron.
-¿no es lo justo?.- preguntó levantando sus hombros. -no soy quien para hablar sobre el temor que en tu palacio se encuentra, día tras día, tratando sus palabras como cantos y dando ofrendas para evitar algo que no se puede detener, ¿y eso mientras que?.- la silla de zeus terminó por caerse, y sus puños se tensaron. -los cuervos, los murciélagos y el resto de ángeles vagan por el mundo humano, entrometiéndose y ganando poder, mientras que nosotros estamos atados a sufrir consecuencias que el resto no tiene.- esta vez giró a ver al dios nórdico que parecía ajeno a todo, rascando su barba y sirviendo rojo vino en una de sus copas.
-tenemos poder para hacerlo, El demonio que vino de la oscuridad les enseñará lo que nosotros ya sabemos, ¡¿por qué limitarse a sentir el dolor de un reino caído y de un hijo perdido mientras otros se regocijan en la ignorancia?!, es casi como si se burlasen de nosotros.- la inconformidad pareció ser presente en su declaración, pero a pesar de eso no llamó la total atención del dios nórdico, quien solo se limitaba a tomar su vino en pequeños bocados, incluso parecía ser que estaba ebrio desde mucho antes.
-vaya forma de pensar hijo de cronos...- murmuró y extendió su copa para que su asistente abasteciese de alcohol el recipiente. -su llegada puede significar eso, pero de por sí todo de esto está destinado a perecer.- comenzó a explicar, solo aún dejando más incógnitas a la valquiria que no tenía idea de qué hablaban, pero por lo poco que escuchó parecía tener relación con la extraña caída del reino de rey eitri, un suceso del que pocos hablan y del que obviamente desconoce en su totalidad, además de la desaparición del hijo de odín parecía haber algo más grande y presentía que muy pronto lo sabría.
-el ha despertado y vendrá, pero por qué temer cuando sus palabras fueron seguidas al pie de la letra?, las oraciones ya no alimentan nuestro poder, no hay canción alguna que cuente nuestras hazañas y nuestros monumentos han caído, la tierra ha dejado de ser nuestro campo de gozo, no debe haber preocupación en aquellos que han sentido el peso de su poder, ese es mi razonar y se supone debería ser suficiente.- contestó el cíclope de la guerra y bebió una vez más del licor.
aún en situaciones así no se sabía si se tomaba con burla el asunto, por algo se le conoció en algún punto como el mejor mentiroso y sabio, esa era la representación del dios nórdico.
-nosotros no podemos darnos ese lujo.- fue el dueño de los mares quien tomó la palabra, el tridente que hace temblar océanos y tierra se estrelló inconforme sobre el suelo. -las llamas vendrán y quien sabe hasta dónde se esparcirán, vuestros mundos arderán al igual que el fin de tiempos antaños.- la voz de poseidón anunciaba que poco o nada concordaba con el padre de los nueve mundos.
-de ser así puede que no haya mayor destino favorable para nadie.- pensó con su mirada perdida en el oscuro vino que consolaba sus penas. -lo único que puedo ofrecer es compartir el final menos doloroso con ustedes, la inexistencia y el cero sufrimiento que podrían padecer el resto de seres que están conscientes, esa sería mi solución.- explicó antes de solicitar más bebida.
el final?.- la cuestión solo le sumergía en un mar extenso de incógnitas de un asunto que, aunque desconocido en su mayoría daba aires de preocupación, tanto así para que hablase sobre el resto de las facciones, ¿Qué era el supuesto final y quién es aquel al que se teme?.
-a qué se refiere con ofrecernos el final indoloro?.- la intriga de apolo no era la única, el resto de los llamados Dioses olímpicos estaba evidente pero supieron que no era algo bueno al percibir el silencio extenso de los labios del anciano odín que se sumergía en sus memorias, antes de que se repudiase el color violeta y los desfiles melancólicos se diesen en asgard, la era que el alcohol no borra.
-si su majestad es un dios, ¿cómo puede hacer esto?.- freya lanzó a esa pregunta, el brillo violeta del firmamento se colaba por cualquier cristal, pero no tuvo el valor suficiente para levantar su cabeza para verlo por sí misma. al formular sus palabras tenía miedo al igual que el resto.
ellos se hacían llamar dioses, pero aunque gozaran de todo ese poder no se verían a ellos mismos cometiendo tal genocidio, estaba tan claro como que eitri no se quedaría quieto, sus pasos le acercaron a uno de los balcones en donde todo era visible y allá, donde se suponía se encontraban su reino y su gente ya no había nada, nada más que estela de un poder que consume todo poco a poco hasta desaparecer todo rastro de materia. No lo asimiló en ese instante, pensó por un momento que todo era solo un mal sueño que cualquiera pudiese tener, pero lo interesante era que no dormía, todo era tan real como cualquier cosa de los alrededores.
-¿cómo puedo hacer esto?.- repitió esas palabras en voz baja , descendiendo su extremidad que apuntaba a un reino inexistente cuyos últimos fragmentos descendían de los cielos por la energía que se liberó, cualquiera pensaría que era un evento mágico, pero no era de esa forma, no se trataba de algo para admirar con magnificencia porque tan solo era una fachada temporal que revelaría su verdadero significado, el vacío total que dejó la destrucción era prueba de ello.
-hago esto para equilibrar la balanza...- siguió diciendo y se volvió para encarar a los presentes, podía verse inexpresión total en esa retina única, porque al fin el momento de verle de frente había llegado. -hago esto para dejar en claro a personas como ustedes cual es su posición, lo hago para anunciar cuál será su destino bajo mi juicio y las consecuencias que puede traer mi inconformidad.- concluyó a toda duda que la líder valkiria pudiese tener.
-o bueno, así ha tenido que ser esta vez, ya que de haber sido mi decisión todo ya habría desaparecido absolutamente todo, agradezcan a la dama presente por salvar sus vidas, aunque veremos cuánto dura este espectáculo.- sus pasos tomaron rumbo a la salida, de dónde los llantos y gritos de las tropas nórdicas apenas se hacían presentes después de que todos asimilasen la casi extinción del reino de los enanos, el par de damas le siguieron de la misma forma tranquila.
-si es de esa manera...- inconformidad pudo escucharse con una voz rasgada, sentimiento que hizo detener los pasos del Destructor. -si es de esa manera... ¿por qué no termina con todo de una vez?!.- profirió el que se proclamó alguna vez como padre de todo, con un fuerte grito que resonó en todo lugar, en los salones más recónditos y oscuros, en oídos que alejados se estremecieron sintiendo la impotencia de un rey caído en vida.
todo movimiento se fue, pero eso sumado a los lamentos que venían del exterior solo dejaban ver el escenario más deplorable y pobre que esas tierras pudieron tener.
claro que parecía ser una respuesta que nunca llegaba a oídos mortales, pero si era así era porque ninguna boca tenía la fuerza de voluntad suficiente para formularla, de ahí que ese Ser reconociese a Odín.
-porque la verdad es que gozo cuando alguien me tiene miedo.- confesó y con el rabillo del ojo le observó dibujando una sonrisa que se notaba a medias. -me gusta apagar el brillo de cada mirada, busco desaparecer sonrisas que no merecen nacer, quiero devolver el dolor que han traído al resto.- en ese momento una leve luz resplandeció en medio de la sala e instantes después un objeto se estrelló en el fino piso del palacio. -sea por mis propias manos o algo más, el final tiene que llegar.- rodando por el lugar fue a parar a los pies de odín, un botón, un pequeño botón adornado con joyas traídas desde otro lugar. -cuando te des cuenta, eres libre de llamarme, yo me apiadare de tí y de tu gente, entonces apagaré la luz de este lugar con mi propia mano y podrán olvidarse de todo sufrimiento y dolor.- sin decir más reanudó su caminar, los presentes le observaron alejarse hasta que en un destello desaparecieron, dejando atrás un lugar miserable repleto tristezas que no podrían olvidarse nunca, penas que como el martillo sin dueño o las sombras sobre el blanco yeso no podrían borrarse.
y como en aquel entonces, aquellas manos temblaban cuando lo tomaron y frente a los dioses olímpicos enseño el objeto que dentro de un cofre reposaba.
ella siempre se había preguntado por el contenido misterioso de la cofre, olvidada en uno de los tantos salones que bajo el palacio le escondía, bello como para decir que no debería estar ahí y sus ojos brillaron cuando la roja joya del centro reflejó la luz del firmamento y los bordes eran dorados y plateados con los cuales se podía intuir fácilmente de qué estaban forjados.
-esto lo llamará, pero su llegada solo significa que será el verdugo del portador y todo lo que le rodea, no habrá dolor.- sobre la mesa lo dejó después de esa explicación, los ojos de hades parecieron resplandecer mucho más por el significado de tan bello objeto que ni la mente más retorcida podría creer que trajese semejante calamidad con él.
-es lindo...- en un susurro salió de la dama de cabellera plata, parecía condenar a cualquiera a apreciarlo y admirarlo.
-puedo compartir su compasión antes de que vuestro verdugo trague toda tierra y reino con sus llamas.- al final esa era la conclusión, ni la profecía del ragnarok abría echo ceder el espíritu de Odín, porque con esto parecía que ni la sabiduría adquirida podría ayudarle.
sin preocuparse por las diferencias se mostró a espaldas de aquella bruja, quien no tardó en sentir su presencia. Una lástima, pues la mesita de té y todo lo que le rodeaba terminó cayendo al suelo.
-tú...- masculló con enojo al ver aquella aura negra ocultar su rostro, solo podría decirse que era una sombra viviente, le fastidiaba ver a la mujer que una vez causó tantos estragos y seguía jugando con todo, no obstante antes de permitirse mostrar su desprecio, ella le interrumpió.
-las tinieblas ya vienen...- pudo sentir aquella seca voz quebrarse al decir eso, esforzándose en hablar a la chica que era semejante a ella en el fondo.
no comprendió a qué se refería y le miró de pies a cabeza notando cómo unas pequeñas lágrimas se escurrían de ese oculto rostro, ¿y como?, pues no era difícil ver el líquido estrellarse en el verde pasto de los alrededores. -lo he escuchado, aquel que arrastra el vacío viene, se ha enojado, se ha disgustado y se acerca, puedo sentirle.- con sus manos temblorosas extendió algo, un papel cuyas inscripciones parecían estar casi borradas.
-el vacío?.- ante esa frase algo de intriga nació y con rabia arrebató el objeto que ella ofrecía, ahí comprendió a lo que se refería.
lo leyó con detenimiento y al final sus ojos se alarmaron por el lenguaje Élfico antiguo, no es que desconociese del tema, es solo que incluso a estas alturas de la vida todo lo que se menciona parece un mito. Le habría detestado por todo lo que hace y segué haciendo, sin embargo, supo que algo no andaba bien, pues aquella bruja cayó de rodillas sosteniendo su cabeza. -me está viendo... ¡me sigue viendo!. su desgarrada voz apenas si nacía y con una mirada suplicante buscó ayuda en esa mujer.
-¡qué es lo que planeas con esto!, ¿cuál es tu objetivo?.- interrogó bastante molesta y sí que obtuvo su respuesta, aunque la dama cubierta por sombras no fue la que contestó.
-no planea nada...- una dulce voz recitó a sus espaldas, le heló la sangre de inmediato cuando se giró y le vió, cosa rara pues no le conocía y aún con ello generaba tal presión. -se han metido con algo que no debieron hacer, ya debió llegar a sus oídos y no tardará en llegar.- terminó de explicar. la dama albina le miró de pies a cabeza, pues era una extraña mujer que nunca antes había visto.
-tú-tú quién eres, ¡¿cómo llegaste aquí?!.- exaltada hizo esa cuestión, una dulce sonrisa fue lo que recibió.
-me llaman de muchas maneras.- rascó su barbilla como si se esforzase e recordar algo. -reina de reinas, madre de la luz o la señora de la creación, son muchos títulos que se me han dado, y si estoy aquí es porque me han llamado.- con un chasquido compuso la posición de la mesita de té que se había caído y todo lo que en su superficie se encontraba.
-creación... entonces tú eres!.- la albina habló sorprendida mientras le observó sentarse en su silla. -no deberías intrigarse señorita echidna, no es momento para eso.- le interrumpió mientras sirvió una taza de té, revelando lo que en lo más profundo de su corazón se encontraba. -no hay nada que descubrir en estos instantes, la otra cara de la moneda se acerca y esta vez posiblemente será el fin de los tiempos, porque han despertado su ira.- y con toda tranquilidad llevó la bebida a sus rojos labios, mientras la bruja retrocedió.
-así que todo es real...- murmuró y observó a la dama que tras ella sostenía su cabeza. -El Juicio del destructor se aproxima...-
fin del capítulo 4
Bien, pues aquí el maldito capítulo que ni sabía que aún no lo había publicado xd.
quiero agradecer al Destroit10K que me colabora y al Sebastian587 que también me está ayudando.
gracias por leer.