La otra Luthor

Capítulo 17

Pov Elizabeth:

—Odio estas fechas, la gente compra mucho. ¿Por qué no podemos comprar por línea?, es más fácil —empujé el carrito por los pasillos del supermercado—Ni siquiera tendríamos con convivir con tanta gente —dije mientras cuidaba mi espacio personal de una señora y sus cuatro hijos.

—Y apenas son las diez de la mañana, no puedo ni imaginar lo lleno que estará en la tarde —mencionó Lena.

—Porque se perdería el espíritu navideño Elizabeth —habló Sam mientras alcanzaba un frasco en el estante.

—Que espíritu navideño tan de-

—¡Elizabeth! —las dos mujeres me reprendieron.

—Iba a decir flojera, ¿Por qué piensan que mi vocabulario es tan vulgar? —pregunté.

—Porque lo es —respondió Lena y Ruby soltó una risa.

—De acuerdo si, pero no lo usaría con niños presentes —dije ofendida.

—¿Qué más dijo Alex que necesitábamos? —cuestionó Sam.

—Salmón —habló Ruby revisando la lista en sus manos.

Nos dirigimos hacia el área de congelados y el olor de los productos crudos llegó a mí nariz.

—¿Podemos irnos ya? —cuestioné con fastidio.

—No creí que odiaras tanto la navidad —habló Sam.

—No lo hago pero si odio pasarla en un supermercado escogiendo peces que pasaron a una mejor vida —dije con desagrado y las tres rieron.

—¿Cómo pasarías tu navidad? —cuestionó Ruby mientras Lena pedía el salmón.

—Bueno ahora mismo estaría en un vuelo hacia Milán o New York para ver el desfile de modas navideño —dije y Lena rodó los ojos.

—Esto es más divertido, tendremos una navidad nueva —dijo la pelinegra con entusiasmo.

—¿Has ido a Milán? —preguntó Ruby y sonreí.

—Cuando tengas tu cumpleaños número dieciocho te regalaré un viaje —dije sonriendo y la niña hizo una cara de sorpresa.

—No harás eso —interrumpió Sam.

—¿Qué?, ¿Por qué no?, son dieciocho, un gran número —reproché.

—Mamá son dieciocho —reprochó Ruby.

—¿Lo vez?, ni siquiera un año y ya la malcriaste Elizabeth —dijo y esbocé una sonrisa.

—Fue sin querer y es que no tengo amigos.

—Yo soy tu amiga Elizabeth —habló Ruby con una sonrisa.

—¿Lo ves?, es muy linda, ¿Cómo decirle que no a algo? —dije y Sam negó con la cabeza mientras reía.

—¿Ya tenemos todo? —cuestionó Lena colocando el salmón en el carrito lleno de cosas.

—Olvidamos el vino —habló Sam revisando la lista que le había retirado a Ruby.

—Puedo ir por el —dijo Lena con simpleza.

—Voy contigo —habló Ruby tomando la mano de Lena y ella sonrió.

—Las veremos en el área-

—¡De juguetes! —me interrumpió Ruby y reí.

—Las esperaremos en el área de juguetes.

Lena y Ruby desaparecieron entre la multitud mientras Sam y yo dirigíamos el carrito hacia el otro extremo del supermercado.

—Lena está muy feliz —habló Sam mientras veía los juguetes en los estantes.

—Lo está —respondí.

—¿Le gusta la navidad?.

—No mucho pero esta le emociona —dije y Sam sonrió.

—¿Aún te visita Papá Noel? —cuestionó con burla señalando una muñeca.

—Por supuesto que si, ¿Envidia? —dije con diversión y ella rió.

—¿Puedo pedirte un favor? —dijo de repente y fruncí el ceño.

—Si —respondí con simpleza.

—¿Podrías llevar a Ruby contigo hoy?, tengo algo que hacer pero no quiero que venga conmigo... —mencionó mientras bajaba la mirada.

—¿Mamá Sam verá a un noviesito? —la miré mientras subía y bajaba las cejas con burla.

—No —ella soltó una risita—Veré a alguien pero no quiero que Ruby me acompañe. Si no puedes puedo decirle a Alex o-

—Sam tranquila, sabes que me gusta pasar tiempo con ella. Tú ve a ver a tu novio misterioso y yo cuido de Ruby.

—¿Estas segura?.

—Lo estoy, no tengo mucho para hacer hoy, hasta en la tarde que vamos a casa de Kara —dije con simpleza.

—Dios, un día voy a besarte —dijo abrazándome y reí.

—Que rara forma de pedirme ser la otra madre, pero acepto —ella soltó una risa mientras se separaba de mi.

—De verdad te lo agradezco Elizabeth, te lo compensaré, lo prometo.

—Esta bien, me agrada estar con Ruby.

—Lo conseguimos —habló Lena entrando al pasillo con la caja en una mano y Ruby en la otra.

—Listo, vámonos por fin —dije colocando mi agarre en el carrito.

—Ruby cielo, irás con Elizabeth hoy, ¿Si? —habló Sam mirándo a la niña.

—¿Todo el día?.

—Solo algunas horas, nos veremos en casa de Kara, ¿Está bien? —cuestionó para la castaña más baja y la niña asintió.

—No será aburrido, lo prometo —le dije y ella sonrió.

—¿Irás con Lena a Catco? —cuestionó Sam mientras nos dirigíamos al área de pago.

—No, Elizabeth tiene otra cosa que hacer, solo tengo que hacer papeleo y las veré en casa de Kara —respondió Lena y asentí.

—De acuerdo, Ruby portate bien.

—Siempre me portó bien mamá —dijo y sonreí.

Después de pagar los víveres, Sam se ofreció a ser ella la que pasara a dejar las cosas a casa de Kara. Lena llevó el auto a Catco y Ruby y yo tomamos un taxi hacia el centro de la ciudad.

—¿Qué hacemos aquí? —cuestionó la pequeña mientras bajabamos el auto.

—Tengo una tarea que hacer —dije con una sonrisa y ella tomó mi mano.

La guié por la acera y nos introduje en el gran edificio, todo adentro era sumamente cálido, habían personas por todas partes yendo y viniendo.

—¡Elizabeth! —la mujer de cabello teñido se acercaba a mi con una sonrisa—Me alegra tanto que vinieras.

—Jade, me alegra venir también —respondí con una sonrisa.

—Tu donativo llegó esta mañana, muchas gracias por contribuir.

—No es nada, me alegra ayudar.

—Ahora necesitamos manos —sonreí.

—Tengo un par que vinieron a ayudar.

—¿Quién es tu acompañante? —cuestionó mirando a Ruby.

—Ella es Ruby. Ruby, ella es Jade, una vieja amiga de la escuela —las presente.

—Es un gusto —respondió Ruby de forma educada.

—El gusto es mío corazón —respondió la alegre peliazul—No sabía que habías adoptado —mencionó mirándome y Ruby soltó una risita.

—No, ella es... es hija de una amiga —dije con simpleza.

—Uy, lo lamento —respondió avergonzada y reí.

—No te preocupes, últimamente me lo dicen mucho —dije con diversión.

—Siganme, las voy a guiar —habló la mujer mientras comenzaba a caminar con nosotras detrás.

—¿Qué hacemos aquí Elizabeth? —preguntó Ruby.

—Venimos a ayudar.

—¿En qué vamos a ayudar? —su rostro era de confusión.

—¿Sabes envolver regalos? —mencioné con una sonrisa y ella arrugó el ceño.

—¿Vamos a envolver regalos?.

—Efectivamente, vamos a envolver algunos regalos.

—¿Como ayudantes de Santa? —cuestionó y sonreí.

—Podríamos decirlo, si. Pero no son regalos que Santa repartirá, son regalos que las personas donaron para las personas de bajos recursos.

—¿Ayudaremos a las personas?.

—Trataremos, si.

—No sabía que hacías estas cosas —dijo con una sonrisa.

—A veces las hago —respondí con simpleza.

—Mi mamá dijo que Lena y tú hacían donativos muy seguido.

—Si tienes la oportunidad de ayudar, ¿Por qué no hacerlo?.

—Creo que es genial —sonreí.

—Es una gran pila de regalos señoritas, es bueno para la recaudación y malo para ustedes —habló la peliazul deteniendo el paso y señalando la gran pila de juguetes.

—Esos son... muchos juguetes.

—Creo que tenemos que empezar —le respondí a la niña y me dio una sonrisa.

—Los papeles están en la mesa de trabajo, no es muy difícil pero necesita paciencia —habló la mujer y sonreí.

—Daremos lo mejor de nosotras, ¿Verdad? —cuestioné y Ruby asintió con una sonrisa.

—Genial, espero que se diviertan y si necesitan algo pueden buscarme, en el centro de la biblioteca hay un bar por si quieres tomar chocolate caliente.

—Gracias —respondí.

Después de un par de indicaciones específicas sobre como envolver un regalo correctamente, la mujer nos dejó solas.

—¿Aún recibes regalos? —cuestioné mirando a la niña que ponía suma atención al pegado de la cinta adhesiva.

—No, Santa no me trae regalos pero mi mamá me los da —respondió sin apartar su atención.

—Oh... entiendo.

—Ella dice que no se le puede repartir regalos a todos los niños, así que ella ayuda dandomelos a mi —me miró con una sonrisa.

—Tu mamá es muy servicial —sonreí.

—¿Tú recibías regalos?.

—No.

—¿No?, ¿Por qué?.

—Mis padres no eran amantes de la navidad y a Lena y a mi no nos gustan mucho los obsequios —dije sellando el papel con cinta.

—¿Por qué no?, a todos les gustan los obsequios, son algo... raras —reí.

—Si, probablemente lo seamos.

—A mi me gustan los obsequios, adoro la navidad por los obsequios.

—Me imagino que si.

—Todos los regalos siempre son para mi, esa es mi parte favorita —solté una carcajada.

—Niña inteligente, me agrada.

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—Ya llegué —mencioné abriéndo la puerta del apartamento dejando pasar a Ruby.

—Ya te vimos —respondió Alex.

—Te ayudo —dije tomando el abrigo de la niña y colocándolo en el perchero.

—Volviste más tarde de lo que pensé —Lena me miró interrogante.

—Si, nos demoramos un poco más —coloqué mi abrigo en el perchero y me acerqué a las mujeres en la mesa de madera.

—Lo importante es que estas aquí —respondió Kara con una sonrisa.

—¿Ruby por qué no vas a ver la televisión en lo que tu madre llega? —inquirió Alex y la niña asintió alejándose a la sala de estar.

—Lava tus manos —ordenó Lena y fruncí el ceño.

—¿Por qué nosotras cocinamos y los hombres solo llegarán a cenar?, no es justo —dije acercándome al fregadero en la cocina.

—Estoy totalmente de acuerdo —habló Alex.

—Es machista —tomé la toalla y seque mis manos.

—¡Es navidad! —reprochó Kara.

Solté una risita.

—Es la única ocasión en la que voy a cocinar para un hombre —dije con desagrado—¿Qué me toca?.

—Cortar la fruta —habló Lena.

—¿Qué?, mis manos no están hechas para cortar fruta —miré mis manos notando las uñas con esmalte rojo.

—¿Crees que las mías si? —rodé los ojos.

—¿Prefieres cocinar? —mencionó Alex.

—¿Quieres que la casa se queme? —cuestionó Lena con burla y la miré ofendida.

—Si... mejor corto fruta —asentí de acuerdo y Alex rió.

—Asegúrate de que sean trozos pequeños —ordenó Kara.

—Si jefa, ¿Desde cuándo acato órdenes?.

Todas soltaron una carcajada.

—¿Qué se supone que preparamos?.

—La fruta es para un postre —respondió Alex.

—¿Qué clase de postre?.

—El mejor de tu vida —Kara formó una sonrisa en su rostro y colocó una canasta llena de manzanas en la mesa frente a nosotras.

—Rao, ¿Vas a alimentar a un equipo de fútbol?.

—Kara, creo que es demasiado —Lena la miró.

—Creanme, desearán que sea más.

Lena y yo nos miramos, juro que sentí mis manos doler de solo imaginar a Lena picando todas esas manzanas.

—Mi más sentido pésame —tomé su hombro con burla.

—Eres la súper, vas a cortar la mayoría, no voy a lastimar mis manos —solté una carcajada.

—Empiecen —Kara nos miró seria.

Lena y yo tomamos con velocidad un cuchillo y una tabla de cortar para cada una.

—Pero no le tienen miedo —Alex se burló.

—Alex apresurate con las verduras, tenías que terminar hace media hora —reprendió la rubia.

Alex tomó su cuchillo y comenzó a cortar el montón de verduras.

—Pero no le tienes miedo —repretí conteniendo la risa.

—Que graciosa —me miró molesta y Lena soltó una risita.

—Es una lástima que Eliza no pudiera venir —habló Lena.

—Rao si, ella es tan linda, solo accedí a esto porque pensé que estaría aquí.

—La última vez casi te adopta —mencionó Kara con gracia.

—Hubiese sido el mejor día de mi vida —Lena apuntó su cuchillo hacia mi—El segundo mejor, el primero fue cuando conocí a Lena —ella esbozó una sonrisa.

—Ahora no la apuntes con un cuchillo y deja que responda —se burló Alex.

Lena apuntó el cuchillo ahora hacia Alex y la pelirroja alzó las manos.

—No dije nada, entiendo.

Kara y yo soltamos una risita.

—Cuanta violencia hay en esta casa —mencioné divertida.

Un par de golpes en la puerta se escucharon.

—Si eres conocido pasa —gritó Kara y reí por la sutileza.

La puerta se abrió y dejó ver a Sam que tenía una sonrisa en su rostro.

—Mamá —Ruby se acercó a abrazar a su madre.

—Por fin su alteza.

—Lo siento, se me hizo tarde —mencionó con una sonrisa avergonzada mientras correspondía el afecto de la niña.

—No la escuches, llegas a tiempo —habló Lena.

—Genial, ¿Qué me toca? —cuestionó.

—Harás el pan —respondió Kara y fruncí el ceño.

—¿No es más fácil comprarlo como la gente normal?.

—No, es navidad y la cena de navidad se hace desde cero —mencionó la rubia como si no fuese obvio.

—Ruby ve a ver la tele, ayudaré a las chicas —mencionó la castaña y la pequeña hizo caso.

Sam lavó sus manos y se dispuso a preparar la masa para el pan casero que Kara quería.
El resto de la tarde, Lena y yo cortamos al menos tres kilos de manzanas, más algunas nueces y duraznos.
Alex realmente no hacía mucho, solo tomaba cerveza y fingía cortar vegetales.

Kara solo daba órdenes, ni siquiera podía cuidar que las cosas no se quemaran y ahí era donde Sam y Lena intervenían, ellas cuidaban los tiempos de cocción y las temperaturas.

Al final Kara terminó haciendo el trabajo de Alex mientras yo deseaba ser ella. Por desgracia y más que nada por compasión, corté más de tres cuartos del total de manzanas. Ese era mi acto de caridad navideña para Lena.

—¿Cómo es navidad para ti Sam? —preguntó Kara mordiendo una manzana.

—En realidad no es nada fuera de lo común, a veces Ruby y yo salimos de la cuidad pero usualmente somos nosotras, obsequios y cena en casa —respondió con naturalidad.

—Ustedes tres son muy parecidas —Alex nos señaló.

—Solo le falta el apellido y es parte de los Luthor.

—De la parte bonita —habló Lena.

—La parte bonita soy yo —respondí con una sonrisa y las chicas rieron.

—Quisiera tener la confianza que tú tienes. Es decir, eres linda pero la forma en la que lo tienes claro... —habló Sam.

—Todas quisiéramos —le siguió Alex y rodé los ojos.

—Las entiendo totalmente, si yo fuera ustedes también querría ser yo —rodaron los ojos y reí.

—Hablando en serio, no lo necesitan, ninguna lo necesita, son muy lindas —les dijo Lena y asentí totalmente de acuerdo.

—Lena Luthor con L de Lesbiana —me burlé y recibí un golpe en mi hombro.

Todas soltaron una carcajada.

—Es fácil decirlo cuando parece que hicieron un pacto con Lucifer —habló Sam.

—Lucifer no me ayudaría con eso —respondí confundida y todas rieron.

—El punto es que ambas son muy bonitas, ¿Por qué son tan bonitas?.

—Operacione-

—Así nací.

Lena me interrumpió y la miré.

—Muy humilde —me burlé y ella rodó los ojos.

—¿Te operaste? —cuestionó Sam.

—Por supuesto, un poco por aquí —señalé mi pecho—Un poco por ahí —señalé mi trasero.

—Ni siquiera se nota...

Las risas de Alex, Kara y Lena se dejaron venir, las tres sabiendo que una aguja jamás podría perfonarme y mucho menos un bisturí.

—Que buen cirujano entonces... reclamale a Lena, ella si es bonita por obra del creador —dije y Lena rodó los ojos.

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—Si quieres podrías solo... mover a Kara hasta el muérdago y besarla... —la voz de Sam llamó mi atención.

La cena había pasado de lo más normal, al parecer la tradición Danvers incluía cenar relativamente temprano, no tiene sentido pero no dije nada al respecto.

—¿A Kara?... eso es ridículo —respondió la pelinegra y oculté una risita.

—Y parece que le gustas también...

—Soy su jefa y su mejor amiga —respondió Lena mirando a la rubia.

—Mhmm y como eso nunca ha pasado...

Kara y yo habíamos acordado no usar el súper oído para escuchar conversaciones de las personas en nuestro círculo de amistad, por lo tanto estaba completamente tranquila.

—Cariño, hola, sé que no soy muy interesante pero creí que con este vestido ganaría al menos un poco de tu atención —la castaña reprochó y la miré.

—Rao, lo siento... —sonreí avergonzada.

—Está bien, parece que tú hermana necesita más atención que yo, si sigue mirando a Kara así no tardará mucho en notarlo —la mujer me miró divertida y reí.

—Imra... definitivamente eres el sol.

—Anda con ella y por favor has que se dé cuenta de que yo soy el amor de su vida —reí.

—Este juego tuyo de las Luthor... es... retorcido.

—¿Por qué intentarlo con una si puedo hacerlo con ambas? —fruncí el ceño y esbocé una sonrisa.

—Eres inteligente.

—Lo soy, si no es contigo, es con tu hermana pero me quedaré en tu familia —solté una carcajada.

—Realmente te sienta bien la soltería...

—Esa es la cosa que tenemos en común, somos personas libres.

—Definitivamente lo somos.

Imra se alejó hacia los chicos que conversaban animadamente. Ella y Mon-El habían terminado su relación hace un par de semanas, las cosas terminaron bien en lo que cabe, simplemente no funcionó y ambos lo aceptaron.

Me acerqué a las dos mujeres que conversaban.

—Amén. Opino exactamente lo mismo —hablé mirando a la pelinegra.

—¿Lo ves?, hasta Elizabeth lo sabe.

—Es de muy mala educación escuchar conversaciones ajenas Elizabeth —reprendió Lena.

—Estaba a tres metro de aquí y solo digo que no estaría mal...

—Lena, literalmente la miras como si fuese lo más lindo del mundo —reprochó Sam.

—Ella es linda, eso no prueba nada.

—Por favor, ni siquiera tú te lo crees —dije tomándo uno de los bocadillos en la mesa.

—Es Kara, es mi empleada y también mi mejor amiga no voy a tirar eso por la borda...

—Lena ella te mira de la misma forma, ¿Acaso estás ciega? —cuestionó Sam y reí.

—Gracias al cielo que llegaste a nuestra vida, ahora por favor dale terapia —Sam soltó una carcajada.

—Ahora quisiera matarlas a ambas... Pero no tendría una hermana y una mejor amiga que no me guste y eso no funcionaría... Así que seguiré bebiendo —habló empinando la el vaso de Whisky.

Apresuré mi mano al vaso y con gentileza lo retiré de su boca.

—Tal vez deberías pensarlo... nunca sabes cuándo comienzan las historias de amor —sonreí.

—O cuando terminan las amistades —respondió con amargura.

—Lena, no creo que alguien te rechazaría. O sea en general, no es por ser tu amiga pero si tú gustases de mí, definitivamente te diría que si a todo —admitió la castaña y la pelinegra se sonrojo ligeramente.

—No creo ser su tipo pero gracias...

—Pero eres como la encarnación de todo lo que cualquier persona querría. Eres linda, tienes lindos ojos, esas clases de aeróbicos si que ayudan, además tienes ese aire de señora oscura e incluso eres una CEO millonaria. Todo el mundo se fija en ti... —mencioné con reproche.

—Yo no creo que sea así Lizzie...

—Elizabeth dale un golpe, lo haría yo misma pero tengo miedo de que me despida —habló Sam y reí—Lena literalmente eres lo que el mundo entero querría, por dios, no sé si te tengo envidia o quiero salir contigo.

—Totalmente de acuerdo. Hasta yo tengo envidia y eres mi hermana. Literalmente no hay un amigo mío, independientemente del género que no me haya dicho lo linda que es mi hermana, y créeme, no me hace feliz ser la segunda en la lista de la Luthor más linda —me quejé y Lena soltó una carcajada.

—Ambas son realmente increíbles pero Kara no es todo el mundo... es...

—Kara —respondimos Sam y yo al unísono.

—Exacto...

—Podríamos secuestrarla y hacerle creer que la única forma de que salga viva es que le pida a su mejor amiga que sea su novia —hablé.

—Yo digo que con tres cajas de donas cada mes ella aceptaría —siguió Sam.

—¿Saben qué?, ya no necesito amigas ni tampoco una hermana, definitivamente quiero matarlas —Lena nos miró con reproche y reímos.

—Si necesitas ayuda para decirle... puedes contar conmigo y si ella no te corresponde bueno... a Ruby le encantaría una nueva mamá —Sam sonrió y tanto Lena como yo soltamos una carcajada.

—Hey... —la voz de Kara acercándose nos interrumpió—Si se están divirtiendo, me alegra mucho en verdad.

—Lo hacemos —respondió Sam con una sonrisa traviesa y noté como Lena ponía los ojos en blanco.

Solté una carcajada al ver el rostro confundido de la rubia.

—Era realmente importante para nosotros que se divirtieran —Alex se apresuró a nosotras junto con los demás en el departamento.

—Es muy divertido estar con todos ustedes –respondió Lena con una sonrisa y asentí.

—Es la primera vez que pasan una navidad con nosotros —habló Imra.

—Y... durante estos últimos años ustedes nos han ayudado demasiado —Winn mencionó con una sonrisa y fruncí el ceño.

—A todos nosotros —la voz de Sam sonó.

—Como saben, nos tomamos muy en serio esto de los amigos... —Mon-El esbozó una sonrisa.

—Y ustedes son más que amigas... son parte de la familia —miré con confusión a J'onn.

—¿Quieren hacerme llorar?, porque no sé llorar —respondí y todos rieron.

—Chicos, gracias por todo, de verdad, ustedes son-

—¡No!, espera, aún no terminamos —Kara interrumpió a Lena y ambas la miramos confundidas—Les tenemos un regalo.

Kara salió caminando hacia su habitación con Brainy detrás.

—¿Un qué? —cuestionó la pelinegra confundida.

—Un regalo —respondió Alex.

—¿Había que traer regalos? —cuestioné preocupada y todos rieron—No se rían, es en serio, ¿Había que traer regalos?.

—No tranquila, creímos que ustedes merecían algo —respondió Sam.

—¿Nosotras? —cuestionó Lena igual de extrañada que yo.

—Si, al principio fue difícil elegir pero Sam y Ruby tenían una tradición que decidimos adoptar —respondió M'gann.

—Lamentablemente se perdieron la parte más divertida porque es parte de la sorpresa pero yo ayudé y espero que les guste —mencionó la castaña más  pequeña con una sonrisa.

—¡Ya voy! —gritó Kara.

—Los ojos —mencionó Sam con una sonrisa.

—¿Los qué? —cuestionó Lena.

—Los ojos, cierren los ojos —respondió Ruby.

Miré a Lena que sonrió y cerró los ojos, instintivamente hice caso y también cerré los ojos.

—¡Elizabeth si haces trampa voy a matarte! —escuché el grito de Lara y solté una carcajada.

—No lo haré.

Logré sentir como retiraban la charola con bocadillos de la mesa y ponían algo sobre esta.

—Abran los ojos —ordenó Kara.

Mis ojos se abrieron y miré confundida el par de suéters doblados sobre la mesa. Alcé la vista y Lena se miraba igual de confundida que yo.

—¿Son para nosotras? —cuestioné.

—Si, tienen que desdoblarlos —pude notar el tono emocionado en la voz de la niña.

—Chicos no tenía que-

—Abrelo primero —la voz de Kara interrumpió a Lena y la pelinegra asintió.

Solté una risita.

Tomé el suéter color negro de la mesa, la alzarlo se desdobló automáticamente. Le di la vuelta para ver la parte delantera y pude notar los bordados multicolor en el, fruncí el ceño y miré a Lena. El suyo era color verde y tenía bordados en blanco y detalles en colores delicadamente definidos.

—¿Son nuestros? —cuestioné con una sonrisa.

—¡Si!, ¿Les gustan? —preguntó Kara emocionada.

—Si, gracias —la voz de Lena y la mía salieron al unísono.

—¿En serio? —cuestionó Alex.

—Por supuesto, muchas gracias —respondió Lena—Pero... ¿Ustedes lo hicieron?

—En realidad, algunos de nosotros —respondió Winn.

—Los demás estábamos tratando de hacer los nuestros —respondió Mon-El colocando un suéter con lentejuelas pegadas de forma descuidada—Como ven... no a todos se nos hizo fácil.

Todos reímos.

—En realidad no sé hacer esto, Alex y M'gann tuvieron que ayudarme —respondió J'onn mostrando el suéter color rojo con bordados en blanco y negro.

—Yo pude hacer el mío sola —respondió Alex colocándose un suéter morado con pompones.

—Aprendí rápido el arte del bordado —Brainy mostró con orgullo su suéter delicadamente definido en cada figura bordada.

—Mi mamá, Alex y Kara hicieron el tuyo —Ruby señaló el suéter en las manos de Lena—Y Winn, Imra y yo hicimos el tuyo.

Una sonrisa de formó en mi rostro.

—¿Ustedes hicieron esto para nosotras? —cuestioné.

—Si, en realidad fue idea de Sam.

—Se la robamos —Alex interrumpió a Kara.

—Ruby y yo tenemos la tradición de empezar a decorar un suéter para usarlo en navidad, y queríamos darles uno —la mujer explicó con una sonrisa.

—Nos dijeron su idea y pensamos que era una idea genial, sumamos una tradición más —habló Imra con una sonrisa.

—¿Esto es cosa tuya verdad? —señalé el escudo de Ravenclaw bordado en la parte superior derecha.

—Por supuesto —respondió con una sonrisa y reí.

—Yo hice el arcoíris, ¿Te gusta? —la niña me miró con una sonrisa.

—Es mi parte favorita niña —respondí con una sonrisa.

—Yo hice ese dinosaurio, pero parece un perro —respondió Winn y solté una risita.

—Gracias en verdad, me encanta.

—El tuyo tiene cosas que creo que te hacen ser Lena —habló Kara mirando a ojiverde.

—Yo hice los matraces —respondió Alex con orgullo—Traté de ayudar en el tuyo pero no me dejaron.

—Hicimos un gran trabajo solos —respondió Winn y reímos.

—Yo hice el microscopio, lo admito, fue difícil pero seis años de experiencia me respaldaron —mencionó orgullosa la morena.

—Y yo hice la plumeria, creí que era algo que te definía y traté de hacerla lo mejor que pude —finalizó Kara con una sonrisa mientras miraba a Lena.

—Me encanta, todos son increíbles y... oigan voy a llorar —respondió Lena pasando sus dedos por sus ojos.

—Ella va a llorar —concordé y todos rieron.

—¿Les gustaron? —preguntó M'gann con una sonrisa cálida en su rostro.

—Por supuesto que si, gracias —respondió Lena con una sonrisa.

—¿Seguras? —presionó Alex divertida.

—Pueden decirnos si es el peor regalo de navidad de sus vidas —siguió Mon-El.

—En realidad es el mejor que nos han dado —respondió la ojiverde y la rubia se acercó a ella para dejar pequeñas caricias en la espalda de la pelinegra.

—Tiene razón, lo que nuestra familia nos da en navidad son traumas así que muchas gracias —mencioné divertida y todos rieron.

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—Déjenme ver si entendí... —mencioné reflexionando.

—Dejanos ver si lo hiciste —respondió Alex.

—Mamá voy a lavar mis dientes —Ruby se alejó hacia el baño.

—¿Ustedes dicen que es una tradición de las Danvers dormir con todos sus amigos en la noche de navidad para... despertar todos juntos con el ánimo navideño, cantar villancicos y esas cosas que hace la gente en navidad?.

—Así es —respondió Kara.

—¿Y ustedes accedieron? —pregunté mirando a Lena y Sam.

—Ruby quería... —respondió Sam.

Lena alzó los hombros y entendí perfectamente.

Luthor traidora.

—Yo realmente agradezco que quieran hacernos sentir en familia y mostrarnos sus tradiciones, que por cierto no son malas. De verdad no lo son pero... dormir con tanta gente es... es raro.

—La verdad no tengo nada más que hacer —respondió Imra.

—Mientras me den de comer estaré aquí —Mon-El alzó los hombros indiferente.

—Kara me promete cada año un regalo para mi computadora —siguió Winn.

—Elizabeth será divertido —habló Kara.

—¿Tenemos quince años?, porque me parece que la mayoría va para los treinta —respondí y una almohada llegó a mi cara por parte de Alex.

—Creo que es divertido —respondió Lena.

—Vieja traidora... —murmuré para mí misma—¿Y por qué J'onn y M'gann se fueron?.

—Porque son una pareja Elizabeth —respondió Brainy—Las parejas necesitan privacidad para pod-

—¡Entiendo! —interrumpí al joven—¿Si fuera novia de alguien de aquí podría irme?.

—En reali-

—¿Quién quiere salir conmigo? —pregunté mirando a todos en la habitación e interrumpiendo a Kara—Oferta única por navidad.

—Elizabeth también es porque ellos no van a dormir en el piso —respondió Sam.

—¿Entonces J'onn y M'gann no pueden dormir en el piso y yo si? —los miré ofendida.

—Por favor, prometo hacer un buen desayuno —inquirió Kara.

—Haré panqueques de arándanos —Alex mencionó con una sonrisa.

—Bien, pero no quiero dormir en el piso.

—Puedes dormir en la cama con Lena —habló Kara.

—¿Yo dormir con Lena?, primero muerta.

—¿Por qué no?.

—Si, ¿Por qué no? —preguntó Lena ofendida.

—Porque apenas me mueva un centímetro te vas a enojar y vas a querer perfonarme con algo puntiagudo, no gracias. Tomaré el sofá —hablé señalando el sofá grande frente a mi.

Todos soltaron una risita. Miré unos segundos a las tres mujeres frente a mi y fruncí el ceño mientras me quejaba internamente.

—Imra puedes tomar el sofá —dije haciendo referencia a uno de los tres sofás en el departamento.

—No, está bien, puedo dormir en el piso.

—No, tómalo, en realidad no sé porqué me quejo, he dormido en peores lugares —respondí y todos rieron.

—Gracias Elizabeth.

—¿En qué peor lugar has dormido? —cuestionó Alex confundida.

—Una vez amanecí en una avenida de Los Angeles... —respondí recordando y esbocé una sonrisa.

—¿Cómo mierda terminaste en una avenida en Los Angeles? —cuestionó Mon-El confundido.

—Si, ¿Cómo y cuándo amaneciste en Los Angeles? —preguntó Lena en tono serio.

—Tranquila, fue la Elizabeth en descontrol. Año de diversión, visita a un viejo amigo... y lo demás es historia —respondí con simpleza.

—¿Soy la única que siente curiosidad por saber quién era Elizabeth antes de su reformación? —cuestionó Sam.

—También me causa intriga —siguió Alex.

—No puedo imaginar a Elizabeth haciendo otras cosas más que tomar té de limón antes de dormir —miré ofendida a Imra.

—Salir de fiesta con ella debió ser genial —respondió Mon-El aguantando la risa.

—No querrían, esa Elizabeth era... extraña —respondió Lena.

—¿Por qué? —cuestionó Kara.

—Todos tenemos un mal pasado, es todo.

—¿Qué tan malo? —preguntó Winn con una sonrisa divertida.

—Hay una niña que puede venir en cualquier momento así que solo diré que era una niña tonta e irresponsable... sigo siendo tonta e irresponsable pero al menos ya no tengo dieciocho —dije alzando los pulgares y todos soltaron una risita.

—Admito que he tenido curiosidad pero no he leído ninguna revista o articulo —habló Alex.

—No te pierdes de mucho, solo eran tonterías que hacen los mocosos ricos con el dinero de sus padres —respondió Lena.

—Exactamente, solo traté de encajar de una muy mala forma, la verdad me gusta más esta versión de mi. Tomo té de limón antes de dormir, leo un libro y mi mayor salida es a una cena en la que el alcohol está medido porque hay una nena presente —respondí y soltaron una risita.

—También me agrada esta nueva Elizabeth —respondió Lena.

—Espera, si Elizabeth era un descontrol, ¿Dónde estabas tú? Y más importante aún, ¿Cómo es que ahora se dicen hasta cuando van al baño? —preguntó Sam.

—Bueno, jamás me gustó prohibirle cosas, si quería experimentar el como eran las fiestas adolecentes y esas cosas no se lo iba a negar, si lo hacía lo haría a escondidas —respondió Lena con simpleza.

—Dios, hubiese querido que mi madre fueras tú —habló Imra y reí.

—¿O sea que iba con tu permiso? —cuestionó Kara.

—No mi permiso, jamás pide permisos, era más el tema de que me avisara en donde estaría y con quién.

—Si, además Lena empezaba con Luthor Corp, lo último que necesitaba era estar detrás de una adolescente rebelde —respondí.

—Recuerdo la universidad... años oscuros —admitió Alex.

—También recuerdo la universidad... desconozco a ese Winn —el castaño mencionó y reí.

—Ni siquiera podría mencionar mi adolescencia —siguió Mon-El.

—Lo que se determinaría como mi adolescencia no es contable —respondió Brainy.

—En realidad lo más malo que hice fue escaparme de mi casa para ver a un chico —mencionó Imra y todos soltamos una carcajada.

—Ruby nació así que... —la morena alzó los hombros soltando una risita.

—¿Acaso soy la única que no tuvo una adolescencia rebelde? —preguntó Kara y todos soltamos una risa.

—Tampoco tuve una adolescencia ajetreada —respondió Lena con una sonrisa.

—Abrurridas —Alex y yo hablamos al unísono.

Reí.

—Es ser responsable —Lena nos miró ofendida.

—Si, alguien tenía que ser un buen ejemplo —siguió Kara.

—Buen ejemplo claro.

—Bla, bla, bla —Alex y yo nos burlarnos.

Escuché la cadena del baño y supe que la niña venía.

—En fin... espero que el piso no lastime mi espalda de millones de dólares porque los demandaré a todos —dije divertida y todos rieron.

—¿Segura que no quieres dormir en la cama? —cuestionó Kara.

—O en el sofá —siguió Imra.

—No, era broma lo de la demanda, una vez me dormí mientras esperaba en la fila del banco.

—¿Parada? —cuestionó Sam.

—Efectivamente, apenas mi cara toque la almohada... por cierto si necesito que me den una almohada —dije y Kara rió—Apenas me acomode y no sabrán de mi hasta dentro de ocho horas.

—Genial, cerraras la boca por ocho horas —mencionó Alex con una sonrisa y la miré ofendida.

—Gracias al cielo —le siguió Sam.

—¿Y yo soy hija de Satán?.

Todos soltaron una carcajada.

Después de que Kara fuera tan amable como para darnos ropa de dormir y de responder unas treinta preguntas de Ruby hacerca de cosas sin sentido mientras Alex se reía de mi desgracia en el suelo, por fin pude cerrar los ojos y descansar.

O al menos tratar.

Un pequeño suspiro pesado en mi oído izquierdo me despertó, abrí un solo ojo y visualice a la niña que dormía plácidamente junto a mi. Abrí el otro ojo tratando de adecuarme a la claridad fria que entraba por los ventanales del apartamento.

Miré a mi alrededor, Sam estaba en el sofá a mi izquierda, Imra en el sofá frente a mi y Alex estaba en el sofá a mi espalda. Mon-El estaba dormido junto al televisor, reprimí una risa al notar su expresión de disgusto. Winn estaba sobre el pequeño sofá puff y Brainy apenas se alcanzaba a ver detrás de Ruby.

Estiré mi cuerpo silenciosamente y con cuidado de no despertar a Ruby me levanté, cuando estuve de pie dí un pequeño salto al notar a Lena sobre la cama de Kara mientras tecleaba su teléfono.

—Se supone que no se trabaja en navidad —susurré bajito mientras caminaba hacia ella.

—Buenos días para ti también —susurró de la misma forma con una sonrisa.

Tome mi cuello y con un movimiento logre hacer que mis huesos tronaran acomodándose de forma correcta.

—¿Dormiste bien?.

—Tu estupido horario de explotación laboral no me deja dormir más porque le hace cree a mi cuerpo que tengo que trabajar. Me rompiste, gracias —mencioné tratando de tronar los huesos de mi espalda y Lena reprimió una risita.

—Yo dormí bien.

—¿En serio?, no me imagino como es posible —respondí con sarcasmo haciendo énfasis a la rubia que aún dormía plácidamente en el otro extremo de la cama.

Lena me miró mal, se levantó y empujó mi cuerpo al baño.

—Tenia que lavar mis dientes gracias.

Tomé el cepillo que Kara me había dado la noche anterior.

—Está todo listo —mencionó con una sonrisa.

—¿En serio crees que es buena idea?, ¿Dónde quedó la Lena que trabajaba hasta en navidad? —mencioné con burla mientras colocaba la pasta dental.

—Falleció, le hice un funeral.

—Wow... es increíble niña —respondí comenzando a lavar mis dientes y un golpecito llegó a mi hombro.

—Tú eres la niña —mencionó y reí.

—Tú tenconportas como una niña ahora.

—Ellos nos dieron un regalo lindo Elizabeth, quiero darles uno también —dijo y sonreí.

—De acuerdo, hablé con Jess ayer y dijo que consiguió sustitutos para ti y para Sam, todo está bien.

—Jess merece más que un bono navideño —mencionó y reí.

—Definitivamente, deberías dárselo.

—¿Crees que quieran hacerlo? —cuestionó con duda.

—Nos hicieron hacer una pillamada, tienen quince años, por supuesto que van a querer —dije sacando los residuos de la pasta de dientes de mi boca.

—¿Y si es una mala idea?.

—¿Tienes dos opciones no? —ella asintió—Diles ambas y que tomen la que más les guste.

—De acuerdo...

—Diles el plan y si no les gustan puedes decir que fue mi idea, si les gusta di que es tuya —dije con simpleza y ella sonrió.

—Ven aquí, tú mocosa —se acercó a mi y me envolvió entre sus brazos—Feliz navidad.

—Feliz navidad Lee.

Salí del baño segundos después y al llegar a la estancia principal Kara ya estaba despierta tecleando en su teléfono, al verme esbozó una sonrisa.

—Buenos días, ¿Dormiste bien? —preguntó en tono bajo.

—Si, gracias —respondí y tomé asiento en la cama.

—Puedes ser honesta —se burló.

—Me tronaron algunos huesos pero fue reconfortante —admití con una sonrisa.

—¿Y Lena? —cuestionó.

—Te estuve observando rubia, con cuidado —fingí una amenaza y ella rió bajito.

—Me mantuve a una distancia prudente, lo juro —alzó las manos en señal de paz y sonreí.

—Ella está en el baño.

—¿Crees que se divirtió ayer?.

—Definitivamente creo que lo hizo, gracias...

—No agradezcas, ambas son parte de esta familia y queríamos que tuvieran una navidad linda —sonreí.

—Bien, puedes casarte con ella —admití.

—¿En serio?.

—Si... ya qué, pero dame una vaca a cambio —dije y ella soltó una risita.

—La conseguiré para ti.

—¿Qué conseguirás? —preguntó Lena confundida mientras se acercaba a nosotras.

—Una cama como la suya, es realmente cómoda —mencioné recostándome—Rao... si es realmente cómoda, ¿Qué mierda?.

Escuché la risita de Kara.

—Deberías decirnos dónde la compraste a mi también me gustó —mencionó de acuerdo la pelinegra mientras se sentaba en una orilla de la cama.

—Si encuentro el recibo se los diré —habló la rubia y sonreí—Todos son muy flojos, se están perdiendo de la mañana de navidad.

Miré a las personas en la sala de estar y reí.

—Bueno, supongo que es muy temprano.

—Son las seis quince —respondió Lena.

—Santo Rao... desearía dormir al menos hasta las ocho.

—¿Por qué no lo haces? —cuestionó Kara.

—Ya no puedo pararme más tarde porque Lena rompió mi cuerpo con tanto trabajo —acusé y una almohada golpeó mi cara.

La risa de Kara se dejó escuchar y rápidamente la reprimió para no despertar a los demás.

—¿Deberíamos comenzar a preparar el desayuno?, ¿Podemos pedir domicilio? —cuestionó.

—Si, sobre eso...

—Bien.

Me levanté de la cama y caminé hacia la sala de estar

—Todo el mundo arriba, la hora del descanso terminó —miré como algunos se removían y Sam despertaba—Todo el mundo despierte, el que no despierte va a limpiar mi casa por una semana —grité y todos abrieron los ojos.

A excepción de Alex quién seguía plácidamente dormida.

—¿Qué sucede? —preguntó Sam confundida mientras Ruby frotaba sus ojos.

—Feliz navidad y todas esas cosas. Lena quiere decirles algo así que todos escuchen —hablé y Lena soltó una risita.

—Al parecer ya nadie es flojo —habló Kara.

—¡Todavía está oscuro! —reprochó Imra.

—Ese es el punto linda, lo que tiene que decir influye en el tiempo así que todo el mundo despeje sus ideas y tome una decisión.

Me acerqué a Alex y la moví con mi mano.

—No me voy a levantar —respondió.

—¿Por qué no?, usualmente te levantas como tres horas antes —mencioné confundida.

—Es navidad.

—Alex por favor, probablemente te guste —respondí.

—No hay poder que me levante de este sofá.

Sonreí y con cuidado me senté sobre su espalda, las risas en la habitación llegaron.

—¿Tienes en cuenta que no pesas ni la mitad de lo que pesan las cosas que utilizo para entrenar? —murmuró y fruncí el ceño.

—Al menos estás despierta —hablé—Lena empieza.

—Espero que sea bueno porque dormir me gusta mucho —reprochó Imra y reí.

—Bueno, ayer ustedes nos dieron un obsequió muy lindo así que... a Elizabeth y a mi se nos ocurrió darles un obsequió también.

—Lena, no tenían q-

—Espera a que termine —Lena interrumpió a Kara y reí por la coincidencia.

—Si déjala que termine para que pueda dormirme de nuevo —habló Imra y reí.

—Bueno, en realidad son dos opciones, la primera es que tengan el mejor desayuno navideño de su vida.

—¿Nos invitarán a desayunar? —cuestionó Winn.

—¿Saben cuanto les costará eso? —siguió Mon-El y reí.

—O la segunda opción es algo... distinta, verán un amigo de Elizabeth le dio un regalo navideño...

—Gracias Aidan —mencioné y escuché risitas.

—Hay dos partes, una buena y una mala, la buena es que prácticamente podemos tomar un vuelo de una hora hacia un parque de Esquí o podemos ir a desayunar a un restaurante aquí en Ciudad Nacional.

—¿Nuestro regalo es un viaje? —cuestionó Alex alzando la vista por primera vez.

—Si pero hay un inconveniente —habló Lena—Elizabeth.

—Bueno... Aidan solo pudo apartar una cabaña para ocho personas, originalmente el regalo era para tres personas pero hice algunos arreglos con él y ya que estamos en navidad y es lo más que pudo darme.

—No lo veo viable porque solo podrían ir algunos de ustedes pero aún así queríamos decírselos, la otra opción es que tengo un buen amigo y puede conseguir entradas para el juego de Hockey de esta noche.

—¡¿El de los Pittsburgh Penguins?! —Winn y Mon-El saltaron al mismo tiempo.

—Si soy sincera no conozco nada sobre Hockey —respondió Lena.

—¡La segunda opción! —los chicos hablaron al unísono.

—¿Qué?, no —reprochó Imra.

—Chicas, creo que ambos regalos son demasiado —habló Kara.

—En realidad la invitación de Aidan llega cada año y cada año se desperdicia, es la primera vez que se usaría si aceptan —respondí mirando a la rubia.

—El desayuno es por nuestra cuenta y los boletos, bueno... me debe un favor —siguió Lena—Lo que sea que acepten es suyo.

—Pero si se elige la segunda opción, ¿Qué pasará con el trabajo? —cuestionó Sam.

—Arreglé todo en LCorp para que puedas ausentarte tres días y Kara no tienes que ir a Catco, J'onn dijo que Alex tiene vacaciones acumuladas en la DEO y los demás que vayan pueden arreglárselas —respondí.

—Chicas es muy lindo su gesto pero les dimos un suéter —habló Alex.

—Y nos gustó mucho, gracias —respondió Lena.

—No entiendo la dinámica de la gente rica pero lo agradezco si me dan días libres —admitió Sam y reí.

—Todos han tenido un año difícil y creemos que merecen esto, ocho de ustedes hoy mismo podrán tomar un vuelo de una hora en un jet proporcionado por LCorp e ir a esquiar y el resto podrá ir a desayunar en un buen restaurante y reclamar un boleto o ir a un palco privado para ver el juego —mencionó Lena.

—¿Nosotros elegimos? —cuestionó Kara.

—En efecto. Fácilmente podrían ir todos ustedes al viaje, hablamos ayer con J'onn y M'gann y ellos dijeron que preferían quedarse a ver el juego porque luego irían a cenar —mencioné.

—¿Y ustedes? —preguntó Alex confundida.

—Lamentablemente no venimos incluidas en el regalo amor —respondí con burla.

—Pero si no van ustedes, ¿Cómo iremos nosotros? —preguntó Kara.

—Oh... tenemos arreglado todo, les estarán esperando, tienen clases asignadas, hospedaje y alimentos, todo está listo —respondió Lena.

—No, me refería a que no iré sin ustedes, si quieren que elija una opción me quedo con ustedes —mencionó Kara.

—No, está bien, pueden elegir esa opción —habló Lena.

—Ni siquiera sé esquiar, me quedo —habló Alex.

—Ruby y yo también —siguió Sam.

—No quiero ir si no va Elizabeth, nadie se reirá conmigo y no de mi —respondió Imra.

—Haber mujeres, acordé una futura cita por esa cabaña, más vale que una de ustedes vaya porque no voy a salir con Aidan de a gratis —mencioné ofendida.

—¿Lena dijo que podíamos elegir cierto? —Brainy habló.

—Claro, pueden elegir —respondió Lena.

—¿Por qué no, ustedes van a esquiar y los chicos nos quedamos al juego de esta noche? —cuestionó Winn y fruncí el ceño.

—¿No quieren ir?.

—Suena realmente increíble pero un palco para ver a uno de los mejores equipos en la historia... suena aún más increíble —respondió Mon-El.

—Podrían ir todas juntas y Brainy si quiere —siguió Winn mirando al pelinegro.

—Me quedaré con ellos gracias —respondió.

—¿Cómo un viaje de chicas? —cuestionó Ruby.

—Si podría decirse que si, solo irían ustedes.

—Muy lindo y todo, pero no puedo irme, yo-

—Te cubriremos en lo que tengas que hacer —la voz de Winn interrumpió la de Kara y sonreí.

—Si, con J'onn y M'gann, te cubriremos en lo que tengas que hacer... a todas, las podremos cubrir —habló Mon-El.

—Chicos, lo aprecio per-

—Mis cálculos muestran que es noventa y nueve por ciento factible —mencionó Brainy.

—Kara, puedes ausentarte de Catco, lo tengo arreglado —mencionó Lena y sonreí—Será divertido lo prometo.

Kara miró unos segundos a la pelinegra y soltó un suspiro pesado.

—Supongo que no pasará nada si me ausentó de Catco unos días —aceptó mientras miraba a Mon-El, Winn y Brainy.

—Nada va a pasar, lo juramos —habló Winn y reí.

—De acuerdo, yo voy —respondió la rubia y Lena sonrío.

—¿Sam? —cuestionó Lena.

—Mamá por favor... —la niña suplicó y reí.

—Eres mi jefa y lo que digas se hace así que... De acuerdo —la pequeña festejó la decisión de su madre.

—Ni siquiera me pregunten, suena divertido —mencionó Imra.

—¿Alexei? —cuestioné mirando a la mujer que aún estaba debajo de mi.

—Alguien tiene que cuidar de ustedes... tendré que ir —respondió alzándo el pulgar.

—Que sacrificio tan gran de el tuyo —me burlé y todos rieron.

—Bien, entonces todas tienen que ir a casa a traer lo que necesiten y nos veremos en la dirección que les mandaré en una hora —habló Lena—Los demás, pueden ir a desayunar, comer o cenar al restaurante que les indicaré, hay una reservación libre a nombre de Lena Luthor, pueden ir en cualquier momento del día y me encargaré de que alguien deje las entradas en el bar en donde trabajas y tú se las darás a los demás —señaló a Mon-El.

—Si señora —respondió el castaño con una sonrisa.

—Lena, gracias por llegar a mi vida, no te vayas nunca y si te vas, adoptame por favor —Winn se acercó a la pelinegra y la envolvió en un abrazo.

—Cuanto cariño —respondió divertida.

—Todos ya a sus casas, traigan lo necesario para dos días y medio —ordene.

—¿Ahora? —cuestionó Alex.

—No, mañana. Obviamente ahora genio.

—Pues si te levantas y me dejas de usar de silla podría —mencionó y reí.

Me levanté de su espalda y ella se levantó del sofá.

—Aún creo que es una locura —mencionó Kara.

—Será divertido —respondió Lena.

—De acuerdo...