menciones nsfw y palabras fuertes !
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si yoriichi quería estar con sumiyoshi, el omega no pensaba diferente.
quizás con diferentes intenciones, pero igual quería estar con el alfa.
ahora mismo sumiyoshi estaba en su habitación, un poco más acalorado de lo que le gustaría reconocer, en el piso y con las piernas más débiles de lo que esperaba.
no era su celo, claro que no.
tal vez podría ser, sumiyoshi no estaba en sus cinco sentidos. pero por lo que sentía actualmente, no lo era.
sin embargo, eso no quitaba el ferviente calor que crecía en su pecho y viajaba hasta sus partes nobles, específicamente su miembro que comenzaba a reaccionar ante la situación, junto a su entrada trasera que había comenzado a palpitar en busca de algo que le brindara satisfacción.
—yoriichi-san... —agregándole a ello, tampoco podía dejar de pensar en el alfa.
retomando un poco el tiempo, sumiyoshi no pensaba que las feromonas del alfa después de aquellos besos inocentes se esparcieran por toda la cocina, y partes de la sala. sí, le abrumaron un poco y lo dejaron algo anonado, pero no esperaba terminar en su habitación, quitándose sus pantalones y tocando el glande de su pene, soltando jadeos que intentaba cubrir con su mano libre.
—¡yoriichi-san...! —sus jadeos comenzaban a ser más fuertes, los pensamientos eróticos salían a flote y no podía parar su mano cuando recordaba los sueños tan íntimos que había tenido noches anteriores.
su entrada se sentía cada vez más húmeda, movía sus caderas y buscaba algo que lo pudiera llenar, intentaba llamar al alfa para que lo fuera a cuidar.
el movimiento de su mano sobre su miembro es cada vez más tembloroso, no puede mantener el tacto sin sentir cómo su cuerpo reacciona con un toque tan simple. su cuerpo completo no deja de moverse como gelatina, está justo en medio de la habitación, sintiendo a su lobo acomodarse para su alfa.
porque su lobo así lo ve, como su alfa.
—¡yori... oh! —exclama exaltado cuando inserta su dedo corazón en su entrada, asombrado al sentir la humedad.
ésto no es como un sueño. el hecho de sentir todo con más claridad, las emociones no le llega ni a las suelas de los sueños que ha tenido.
dentro de su mente, muy dentro, sabe que aún no es momento de tener un momento íntimo con yoriichi.
y lo sabe bien, porque con yoriichi todo sería mil veces mejor.
con él no tendría que estar como lo estaba ahora, solo y sufriendo por no tener algo dentro mas que sus delgados dedos.
maldita sea, si tan solo yoriichi no hubiera ido a trabajar...
habilidosamente (y con más de un dedo en su interior), sumiyoshi llega a tocar su próstata, haciendo su mayor esfuerzo para masajearla lo mejor posible. si estuviera en todos sus sentidos, ahora mismo estaría riendo, porque con su estúpido ex marido jamás se llegó a sentir de esta manera, menos cuando intentaba reparar sus errores con una noche de “reconciliación”, las cuales solo se trataban de el alfa preocupándose por sus propias necesidades.
pero ahora no tenía porqué recordar al inepto, ese momento ya había sucedido y aprendió a lidiar con ello él solo... y un juguete sexual, pero eso dejémoslo para otro momento.
los jadeos se hicieron gemidos, más al elevar su parte trasera y dejarse llevar por los movimientos irregulares que su mano llevaba a cabo. estaba tan cerca de terminar, a solo un toque más. necesitaba algo, le hacía falta, solo ocupaba algo que...
«omega...»
¡oh, perfección! qué inmaculado, qué maravilloso, ¡el alfa llamándolo «omega»!
—¡alfa! —gimió, corriéndose finalmente ante el recuerdo de yoriichi.
es impresionante cómo algo tan simple para algunos deja una marca en otros, ¿cierto?
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por otra parte, yoriichi sentía su nariz picar. no sabía la razón, pero desde que había salido de casa su nariz llevaba un cosquilleo que con nada se le quitaba.
podría ser un resfriado, o una alergia incluso, pero no recordaba tener contacto con ningún emparedado de maní ni algún rastro del mismo ingrediente en el delicioso almuerzo que sumiyoshi le había preparado. tal vez sí era el comienzo de un resfriado.
—¿ya los revisaste? —escuchó al lado del teléfono—. parecen ser de una nueva empresa, quieren hacer negocios.
—apenas están comenzando —señaló yoriichi, viendo los papeles que su padre le había enviado—, negociar con una empresa así no es buen plan...
su padre rió, asintiendo desde su oficina en casa.
—me alegra que pienses así, porque es verdad. una empresa con poca experiencia e historial no nos beneficiará, solo querrán apoyo y se irán con deudas.
el alfa soltó un suspiro, asintiendo con cada palabra de su padre.
—entonces no contestaré su carta.
—sobre eso... —oh, no—. el... líder de la empresa agendó una cita con nosotros.
—¿perdón? —pregunta, un poco molesto.
—de hecho, es hoy.
—¿eh?
—creo que es una hora, media hora...
—¡¿media...?! papá —niega molesto, llevando su mano hacia el puente de su nariz.
—oye, no te quejes conmigo, fue él de insistente —explica igual de molesto—. día y noche, día y noche, ¡una semana entera! parecía una grabadora en automático, siempre presentándose apenas tomaba la llamada.
no es que a yoriichi le disgustara hablar con la gente; el problema es que ahora tenía que romperle la esperanza al pobre hombre que solo quería hacer crecer su empresa.
—pobre hombre —susurró más para sí que para su padre. dio un suspiro, retomando la postura—. bien, lidiaré con la situación.
después de unas palabras más y opiniones, padre e hijo colgaron la llamada con una respectiva despedida.
yoriichi revisa los últimos papeles, encontrando la hoja donde su secretario registraba cada llamada hecha por el hombre. vaya, parecía que en verdad era un insistente. soltó una risa incrédula con la pequeña nota de su secretario.
«a la octava llamada lo dejé de escuchar y dejé que hablara, ¡lo lamento mucho!»
en total fueron 28 llamadas en una sola semana.
soltó otro suspiro, tomando un pañuelo y sonando su nariz por sexta vez en la hora.
toc, toc.
—¿sí?
la puerta se abrió, dejando ver al joven secretario con un rostro nervioso.
—tsugikuni-saaan... je, je...
yoriichi asintió, ya sabiendo a lo que se refería.
—dile que pase.
el joven se retiró rápidamente, yoriichi escuchó cómo le daba el pase al pobre hombre que estaba a punto de salir deshonrado, triste e incluso molesto.
en su pecho, el alfa sentía pena por la pobre alma que iba a pasar. no quería romper sus ilusiones.
—buenos días.
volteó hacia la puerta lentamente, intentando tener el rostro más neutral.
—usted debe ser el ceo, mi nombre es kibutsuji muzan, un gusto cono...
silencio.
¿ese no era el ex marido de sumiyoshi?
su pena, la decepción y la compasión que sentía hacia el... pobre hombre se convirtió en un abrir y cerrar en furia y desprecio.
—ah, qué... sorpresa, señor ceo —dice el alfa, cerrando la puerta detrás de él y caminando lentamente al escritorio, donde yoriichi estaba de pie—. me parece muy curioso que un bastardo como tú sea el ceo.
qué crudeza.
qué horror.
—señor kibutsuji —comienza, apretando su puño—. le pediré de la manera más amable que se retire. no pienso hacer ningún negocio con usted.
la risa asquerosa del contrario llena la habitación, llenando de furia a yoriichi.
—retírate.
—¿cómo se encuentra sumiyoshi?
oh, no. nada de esa mierda.
—suficiente —dice, tocando un botón del teléfono—. murata, llama a seguridad.
—oh, vamos —muzan se burla—. ¿en serio estás con ese...? oh, carajo —suspira, soltando una risa—. vamos, cuéntame. ¿no le tienes lástima?
—murata, seguridad. rápido.
la irritante voz de kibutsuji no parecía tener un alto. menos su estúpida forma de expresarse.
todo en él era repulsivo.
—¿ya te abrió las piernas...?
yoriichi había tenido suficiente.
tomó del cuello al contrario, totalmente enojado. habría sentido la satisfacción de causarle temor a muzan, pero solo sintió que su interior hervía de ira cuando éste sonrió.
—oh, parece que ya lo usaste.
—¡tsugikuni-san! —interrumpió murata entrando con dos guardias junto a él.
la tensión en el aire podía cortarse fácilmente. nadie se movía, parecían estatuas y no parecía que yoriichi quisiese soltar al idiota que tenía frente a él.
—joven tsugikuni, por favor —susurró, sin una pizca de preocupación—. dejemos esto aquí, ¿te parece? vuelve a casa con el pobre y estúpido sumiyoshi.
—ya deja de escupir mierda.
oh, mierda.
yoriichi estaba demasiado enojado.
—no pienses en volver a pisar este maldito edificio ni vuelvas a contactarnos. juro por mi puta vida que te destrozaré esa estúpida boca para que dejes de hablar.
murata nunca había visto a su jefe de esa manera, menos los guardias que seguían en la puerta, sin saber qué hacer.
claramente debían interrumpir, la forma en que yoriichi emitía una aura aterradora, demasiado tenebrosa. ¡incluso sus colmillos se asomaban!
—y no te atrevas a volver a hablar así de sumiyoshi, ¿entendiste, maldita escoria?
no esperaba una respuesta por parte de kibutsuji, por lo que antes de que le contestara lo sacó él mismo de su oficina, dejando un claro ambiente de enojo y disgusto.
sin cerrar la puerta, volteó a los guardias y les hizo una seña.
—por favor, encárguense de él.
los guardias atendieron indicaciones rápidamente y sin chistar. no querían lidiar con el alfa tan enojado, temían por sus vidas solo al ver su semblante tan serio.
una vez todos se retiraron de su oficina, yoriichi se sentó en su escritorio, sosteniendo su cabeza y aguantando el dolor de cabeza que se asomaba.
vaya manera de regresar al trabajo.
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amanecimos bravos akdbaldns
omg no planeaba agregar a muzan en esta parte, pero me fascinó la idea y dije achingarasumadre, que haya drama akdjskfns y al final me gustó !! tenía unos cabos sueltos, y con este cambio creo que la historia se complementará mucho mejor !!
muchas gracias por leer ! me pongo muy feliz al ver que les guste el fic, por ustedes sigo actualizando !!
espero tengan un buen resto de semana, cuídense mucho y que les vaya muy bien !! 🥰🥰💕
bye bye ! ☺️💞