All Yuuji

بواسطة itadorilikesit

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One shots cortos de Yuuji siendo shippeado con todos los personajes varones de JJK. Los personajes no me pert... المزيد

¿Supresor? || GoYuu
Error afortunado || TojiIta
Spite || SukuIta
You're my religion || NanaIta
Hidden desire || SukuIta
El "gran" Ijichi || IjichiIta
¡No! || SukuIta
The damage is done || SukuIta
First time || TojiIta
best friend's dad || GoYuu
soft and pink || FushiIta
Una extraña maldición || SukuIta
strawberry milk || SukuIta & TojiIta
lights on || GoYuu
sick || SukuIta
put me in a movie || AllYuuji
monst3r fuck3r || SukuIta
how love starts || GoYuu
Tuyo || GeIta
come right back || GoYuu
Cry || GoYuu
Δlfa || GoYuu
𝘺𝘰𝘶 𝘦𝘢𝘳𝘯𝘦𝘥 𝘪𝘵 || SukuIta
i think i liked it || SukuIta
tragic teenage love || FushiIta
I'd fall for you || GoYuu
𝘚𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦 || SukuIta
Complacencia || FushiIta/SukuIta
No lo olvides || GoYuu/GeIta
high content || SukuIta
Nostalgia || GoYuu
pretty when I cry || AllYuuji
he hit me || GoYuu
hate you to the core || SukuIta
My uncle steals all my first loves, but he also wants to steal my first time

imPENEtrable || GoYuu

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بواسطة itadorilikesit


Gojo si es hechicero y trabaja en Jujutsu High, pero Yuuji nunca comió el dedo, sólo es un adolescente que trabaja en una cafetería para pagar las costosas medicinas de su abuelo enfermo.

Intento de comedia / Diferencia de edad / Yuuji siendo un sol


♡ ♡ ♡ ♡ ♡


"Sí, definitivamente es disfunción eréctil"

Los ojos de Gojo se expandieron mucho más al escuchar esas malditas palabras de los labios del doctor. Tenía veintiocho años, no cuarenta. ¿Cómo podría dejar de funcionar a su joven edad?

No había sido la primera vez que no había podido "satisfacer" a alguna de sus parejas, pero creyó que éstas no eran los suficientemente atractivas para hacer que se le parase, sin embargo, todo se derrumbó al darse cuenta que el problema era de él, y no de esas personas.


"Pero." Se mantenía estático, aún procesando lo dicho. "¿Ya no volveré a coger?"

El doctor contuvo su risa. "No, no realmente. Existen muchos tratamientos que puedes probar, además, eres joven, por lo que esto puede deberse a diversos problemas. Fumar, tomar, inclusive es bastante común que se dé debido al estrés, ansiedad, entre otras cosas. ¿Has estado bajo un ambiente de tensión?"

Satoru vivía tensión en su día a día. "Sí, supongo."

"Perfecto. Cuando tengamos los resultados sanguíneos le informaré acerca del tratamiento adecuado para usted. Por ahora, le recomendaría que evite por completo algo que pueda causarle estrés." El doctor sacó su libreta y empezó a escribir unas cuántas notas. "Le aconsejaría pedir unos días de descanso en su trabajo, pues el estrés puede ser perjudicial para otros aspectos de su salud también." Pasó la hoja al albino. "Una autorización para que solicite un descanso médico."

El albino lucía abatido.

Él.

El gran Gojo Satoru.

El hechicero más fuerte.

El hombre más guapo

No podía hacer que se le pare la ver-

"Apenas tengamos sus resultados, lo llamaremos. Que tenga un buen día." El doctor interrumpió sus pensamientos, regalándole una sonrisa.

Gojo gruñó. ¿Cómo podía sonreírle después de darle semejante noticia?


Tenía que desahogarse, necesitaba olvidar todo lo sucedido hace unas horas atrás, tenía que hacerlo, ya luego se encargaría de avisar a Yaga sobre su descanso médico.

Después de caminar por un largo rato sin un rumbo preciso, se encontró frente a una cafetería. Siendo él un gran fanático de los dulces, era extraño que no la reconociera.

Era un lugar un tanto pequeño, con las paredes de vidrio, mostrando el lugar desde afuera. Lucía impecable y el tono rosa pastel se asomaba por todas partes, combinando con el dorado de las decoraciones. A pesar, de ser de un espacio reducido, lucía muy cálido; además, se encontraba bastante cansado, y sin fuerzas para seguir caminando.

Lo peor que podría pasar era que los postres tuvieran un mal sabor, y ni eso se compararía ni un poco con el mal sabor que le dejó aquella noticia.

Nunca. Volvería. A. Funcionarle. La Verg-

"Buenas noches." La voz de un joven lo sacó de sus pensamientos.

Volteó ligeramente hasta encontrarse con el chico. Era pequeño, claro, a su lado, la gran mayoría de personas lo eran; además, tenía mechones rosados en el cabello, le extrañó mucho ese tono tan particular, pero después de todo, se veía bastante bien. Se centró por unos segundos en su rostro, el cual, por alguna razón, le llamó mucho la atención. Sus ojos dorados se encontraban ligeramente entrecerrados debido a que mantenía una sonrisa, una que jamás había visto, cargada de dulzura y amabilidad, como si no existiese maldad en él; su nariz pequeña y respingada daba un toque adorable y sus mejillas redondas, secundaban su apariencia juvenil. No parecía mayor de edad, pero supuso que para encontrarse trabajando, debía serlo.

El movimiento de manos que hizo el niño frente a su rostro para llamar su atención lo confundió. "¿Eh?"

"Le pregunté si deseaba pasar." Ladeó su cabeza. "¿Sabe? Ya es hora de cerrar, pero puedo hacer una excepción." Le regaló nuevamente una sonrisa.


De alguna extraña manera, el chico tenía una apariencia que podía lograr hipnotizarte si quisiera. Sacudió ligeramente su cabeza, reaccionando. "Eh, sí, claro."

Siguió al más joven hacia adentro del lugar. El aroma que se percibía lo reconfortó al instante; vainilla junto a un suave aroma a café.


El pelirrosa se apresuró a llegar al mostrador y le entregó una carta con la mayoría de postres y bebidas que se vendían en el lugar. "Mi nombre es Itadori Yuuji, por favor, tome asiento, y lo atenderé en un minuto."

El mayor se mantuvo sin decir alguna palabra. Él no era la persona más agradable del mundo, usualmente sus frases estaban cargadas de ironía, listas para incomodar al receptor de éstas. Pero al mirar a aquel niño, no sintió ganas de molestarlo, le gustaba la amabilidad que estaba recibiendo; además, después de tal noticia apenas y tenía ganas de hablar.

Aún seguía sin poder creerlo.

Siendo alguien super dotado, inteligente, fuerte, y lleno de virtudes y capacidades.

No volvería a hacer de uso de su gran, gran, GRAN VERG-

"Disculpe la demora, soy el único atendiendo aquí, mis compañeros ya cumplieron su turno, y este mes me toca a mí hacer el cierre de tienda." Gojo asintió. "¿Está listo para ordenar?"

El albino ni siquiera se había tomado la molestia de revisar el menú, por lo que se limitó a ordenar lo primero que vieron sus ojos. "Sip, quiero un milkshake de fresas y un pastel tres leches." El joven tomó notas en su libreta. "Y añade mucha crema chantilly extra, por favor."

El menor asintió, terminando de escribir lo solicitado. "En unos minutos, volveré con su pedido."


Satoru recorrió el lugar con su mirada, realmente no había mucho con lo cual distraerse. Había alguno que otro cuadro, además de las luces ámbar, proporcionando mayor calidez al lugar.

Posó su mirada sobre el chico que se había perdido por un pasillo, y regresaba ahora con unos cambios, ya portaba anteriormente su pantalón de tela marrón y su camisa blanca, impecable y pulcra, ahora, había añadido un delantal negro atado a su cintura y una bonita boina marrón sobre sus mechones, combinando a la perfección con su pantalón.

Le causó gracia el hecho que se haya cambiado sólo para atender a un cliente; además, se supone que el lugar ya debería estar cerrado, pero no le tomó gran importancia.

El vacío del lugar lo incomodó, por lo cual tomó su abrigo y fue hacia la barra. No era tan cómoda como los otros asientos, pero al menos no se sentiría solo en todo el establecimiento. Pudo observar cómo el chico preparaba con torpeza su pedido; por su mente pasó si habría sido buena idea entrar a esa hora al lugar, y si lo que estaba realizando tendría un buen sabor.

El sonido de la licuadora lo distrajo, se quedó mirando como las bolas de helado, las fresas, la leche y los cubos de hielos eran triturados. Su gusto por las cosas dulces era realmente fuerte.

El pelirrosa tomó un vaso alto y empezó a servir la mezcla, cortó un par de fresas y antes de servirlas, se dispuso a agitar el bote de crema chantilly para echarlo sobre el batido.

Uno.

Dos.

Tre-Maldición.

En cuestión de segundos, el rostro del chico se encontró cubierto por una espesa capa de crema blanca.

Satoru frunció el ceño, ante el extraño calor que empezó a apoderarse de su cuerpo al ver con sumo detalle tal escena.

El menor lo miró y alzó las cejas, sorprendido. "Lo lamento." Entrecerró uno de sus ojos, pues había un poco de crema sobre sus pestañas, la cual amenazaba con entrar en su ojo. "Soy nuevo aquí, y también, un poco torpe." Tomó una servilleta y limpió su rostro de manera un tanto brusca.

Gojo apartó la vista. "Sí, sí, descuida."

Yuuji se incorporó, volviendo a su tarea, terminó de decorar la bebida y se la entregó al mayor. Volvió hacia el mostrador para sacar el pastel de tres leches, el cual ya se encontraba por la mitad, cortó una porción y lo sirvió en un plato color crema decorado con filos dorados, colocó una larga cucharita al lado, y lo colocó encima de la barra. "Espero que lo disfrute." Sonrió, antes de perderse nuevamente por el pasadizo.

Satoru supuso que el chico había ido a limpiarse apropiadamente. Siendo sincero, si se hubiera tratado de cualquier otra persona, él habría reído, burlándose con malicia, para después lanzar algún insulto a la persona y retirarse del lugar, aún vacilando; pero por alguna razón no lo hizo, el chico había logrado que algo que creía muerto en él, volviera a la vida.

'Que extraño', pensó, mientras llevaba un pedazo de pastel a sus labios.


Para su mala o buena suerte, no lo sabía con exactitud, tanto el pastel como el batido estaban deliciosos, mucho más que en otras cafeterías a las que estaba acostumbrado a ir. El dulce de ambos era lo suficientemente bueno para saciarlo sin llegar a hostigarlo.

Mientras terminaba con su porción de pastel, su ceño se mantenía fruncido denotando cierta confusión en su mente. Por sus pensamientos aún estaba la imagen de aquel chico con ese crema espesa y blanca sobre la suave piel de su rostro. ¿Cómo alguien tan torpe podía lucir así?

Sus mejillas ardían, algo que no era usual en él. Notó los pasos del chico acercarse y regresó para estar de vuelta tras el mostrador. "Disculpa, ¿el baño?"

"Oh, está al fondo a la derecha."

Gojo dio un asentimiento, y luego caminó hacia dónde le había indicado. Entró en el baño y cerró la puerta de inmediato, eran un baño amplio en comparación con el tamaño de la cafetería, la pulcritud volvía a hacer presencia. Se recargó sobre la superficie del lavabo y se miró en el espejo, sus mejillas estaban teñidas con un tono rosa suave. Abrió el caño y mojó su piel, con el afán de alivianar la quemazón.

No tardó en hacer efecto, se sentía fresco y sin esa sensación de calentura por su cuerpo. Tal vez, había sido un rezago de los sentimientos que tuvo al enterarse de su problemita.

Dando un último respiro profundo, pasó una mano por sus blancos mechones, despeinándolos ligeramente y se dispuso a abrir la puerta.

Al hacerlo, todo su esfuerzo se vino abajo.

El chico estaba agachado de una manera particular, su espalda estaba ligeramente arqueada y exponía su trasero grande y esponjoso frente a él. Sus labios se entreabriendo ante tal imagen. El menor notó su presencia y giró su rostro, su mirada inocentona se encontró con la suya, la cual se encontraba aún perpleja. Se incorporó por completo. "Oh, disculpe. Encontré esta moneda, me preguntaba si era suya."

Satoru negó con la cabeza, y esquivó al menor, regresando con rapidez a su asiento. La incomodidad esta vez era aún peor, ahora no sólo sentía una fuerte quemazón recorrer su cuerpo, si no su entrepierna empezaba a crecer, podía sentir inclusive como su ropa interior se humedecía poco a poco.

Absorbió con rapidez lo que sobraba de su batido, intentando aliviarse, aunque sea un poco con el frío de la bebida. El chico regresó al mostrador, quedando frente a él y sonriendo de manera agradable, cómo si hace unos segundos no se hubiera puesto en cuatro frente a él.

Sin sacar el sorbete de sus labios, sacó su tarjeta del bolsillo de su camisa y se la pasó al menor, sin decir alguna palabra.

Afortunadamente, el pelirrosa entendió y empezó a imprimir la boleta de consumo para entregársela mientras prendía el aparato que servía para realizar los cobros con tarjetas de crédito.

Satoru dejó de absorber la bebida sólo cuando el sonido empezó a ser molesto, y movió ligeramente el vaso hacia un lado.

Yuuji se quedó mirándolo durante un par de segundos. "Disculpe, tiene algo..." Señaló la esquina de sus propios labios.

"¿Eh?"

El pelirrosa acercó su mano a su rostro, y usando su pulgar y su índice limpió el resto de crema batida que había quedado sobre la comisura de sus labios; miró sus propios dedos y los llevó a sus labios, lamiendo el resto, haciendo un leve sonido que sonó como lo más obsceno que había escuchado Satoru durante toda su vida.

"Olvídalo." Tomó la tarjeta de las manos del joven. "Toma y gracias."

El menor confundido, miró con sorpresa la extraña actitud del mayor. Recibió los billetes de las manos del albino, y estaba a punto de empezar a abrir el cajón de la caja para devolver el vuelto, pero el mayor ya se encontraba cerca a la salida. "¡Señor, me ha dado billetes de cien dólares!"

Satoru hizo un ademán con la mano. "El cambio es para ti, te lo has ganado." Y vaya que se lo había ganado. Salió del lugar con rapidez.

Yuuji ladeó la cabeza, aún bastante desconcertado. Había recibido propinas anteriormente, pero ninguna había sobrepasado los veinte dólares. Esta vez al contar el número de billetes su mano, eran cuatrocientos ochenta y tres dólares los que llevaría consigo. Sonrió feliz por haber tomado la decisión de atender a aquel tipo.

A decir verdad, Yuuji tuvo un poco de temor al principio. El rostro de aquel tipo lucía muy apagado y el quedarse mirando a determinados lugares -inclusive a él mismo- durante largos periodos de tiempo, lo hizo lucir más sospechoso. Pero todas esas dudas se disolvieron en ese momento.

No era un interesado o algo así, pero realmente necesitaba el dinero. Las medicinas y gastos médicos de su abuelo no se pagarían solos, es por eso que él había implorado al dueño de la cafetería que le permitiese trabajar ahí, aún siendo menor de edad.


-


Eso había sido una serie de eventos totalmente inesperados.

Satoru aún con sus manos cubriendo la parte baja de su vientre, dio una mirada alrededor.

¿Acaso se le había parado la verg-

El timbre de su celular lo hizo volver a la realidad. "Satoru ¿Dónde estás?" Yaga se escuchaba mucho más serio que de costumbre. "No te has reportado en todo el día."

Había olvidado enviar algún mensaje, pero vamos, su problema era de suma importancia. Además, algo extraño había pasado, algo había vuelto a despertar en él, y por nada del mundo se atrevería a perder esa oportunidad.

Sabía que debía hacer algo al respecto. 





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Holaaa.

Es mi primer intento de pseudo comedia ahre. Soy ENFP así que no se burlen de mi tipo de comedia.

Según yo, quería hacer esto NSFW pero no puedo hehe o tal vez sí, en la segunda parte, pero no sé si lo haga, o tal vez sí, o no ahre

Humillar a Gojo es mi pasión

Gracias por leer

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