Buscando a mi esposa

De EasyCuteWat

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Las borracheras, que gran dilema, una persona puede cometer demasiadas estupideces estando ebrio, sin embargo... Mais

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Epílogo

Capítulo 10

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De EasyCuteWat

—Camila...—Su voz de advertencia únicamente hizo a la ojiverde

—Lauren, deja de contenerte—Rozó sus labios con la nuca de la ojiverde—Yo se que tú quieres mi cuerpo—Susurró con voz ronquecina y escalofriantemente alucinante con su mano recorriendo el hombro de la ojiverde—Y quieres controlar mi mente—Sonrió al sentir el cuerpo de la ojiverde tensarse—¿Sabes... que todo el mundo quiere ser dueño de ella?... pero nadie puede—Dejo salir un suspiro cálido en el oído de la mayor, quien respiraba fuertemente elevando levemente a la castaña.

Camila había descubierto que Lauren amaba el control, amaba tener el control de absolutamente todo, amaba y ansiaba tener bajo control todo, y a todos, pero lo que la morena no sabía era que la ojiverde ansiaba desde lo más profundo de su deber tener a la morena bajo control, y que está se estuviera entregando a ella era una perversa fantasía.

—¿Nadie?—Dejo su pregunta escapar de sus labios casi con un tono desafiante.

—Nadie—Afirmó la castaña rozando con sus dientes el costado de su cuello.

—¿Cómo estás segura de eso?—El filo desafiante de la espada controladora relució ante la interrogación de la ojiverde.

—Muchos han querido, pero nadie puede...—Respondió tranquila y susurrante.

—¿Y por qué haces esto?, ¿por qué estás... Sobre mi pidiéndome?...

—Solo quiero que tú lo hagas—Interrumpió dejando un húmedo beso en el costado de la ojiverde, quien había parecido dejar de respirar, sin embargo, volteó rostro levemente mostrando esa mirada depredadora que tanto la caracterizaba—Dejame ser tuya, solamente tuya—Susurró con la voz ronquecina exhalando aire cerca del oído de Lauren, quien se estremeció exhalando un suspiro volviendo a enterrar el rostro en la almohada y morderla para tratar de contenerse—Dejame ser tu mujer, tu esposa...—Mordió con sensualidad el lóbulo de su oreja mientras una de sus manos recorría su costado con lentitud.

—Vas a arrepentirte...—Advirtió la ojiverde tensa completamente.

—No veo donde está el arrepentimiento es ser tuya—Juguetonamente paso la punta de su lengua por una zona de su nuca, casi sin tocarla totalmente.

—Yo te advertí—Gruñó sintiendo a la castaña dejar suaves besos por la parte de atrás de su oreja hasta la lateral de su cuello.

La morena no sabía que estaba jugando con fuego, pero estaba empezando a descubrirlo cuando en un movimiento que me ella pudo ver se encontró bajo el cuerpo de la ojiverde, una de las manos de la mujer se sujetaba del colchón para no aplastarla con su cuerpo, mientras su otra mano la sujetaba del rostro, una de las rodillas de la pelinegra se encontraban entre sus piernas, casi rozando su intimidad, sin embargo, la mitad inferior de su cuerpo de la mayor lo presionaba contra el de la morena para inmovilizarla, mientras que el agarre que tenía en su rostro la hacía para que Camila no dejará de verla.

Su corazón latía fuertemente contra su pecho cuando los dedos de la mayor presionaban su rostro con fuerza, pero delicadeza, una mezcla de poder y adoración extraña, juntada al brillo depredador de la mirada verdosa de Lauren, quien la veía fijamente a los ojos, sus pupilas dilatadas, su rostro ardiendo sorprendentemente que ella misma podía sentir el intenso calor que irradiaba la mujer.

—¿Así me quieres tener?—Elevó su mano al rostro de la mayor, posando su palma en la mejilla de Lauren—¿Bajo de ti... Bajo tú control?—Decidíó jugar con el fuego inminente de la ojiverde, quien había elevado una comisuras de su labio en una sonrisa maliciosa qué hizo estremecer aún más a la castaña.

Lauren descendió levemente, mientras la mano que sujetaba el rostro de la recorría la suave extensión de las mejillas, mandíbula hasta el cuello de la morena, el cálido aliento de la mayor acarició su piel, sus rostros aún más cerca era una imagen impresionante.

Sonrió, sus labios se dirigieron al oído de la morena y exhaló aliento para después sonreír al sentirla temblar bajo ella.

—No te imaginas... Cuán caliente es tenerte así, pero esto... No es nada, Camila—Mordió con fuerza delicada parte de la oreja de la menor escuchándola jadear.

Sus dedos habían presionado levemente su cuello, su palma jamás tocó su cuello, únicamente sus dedos presionaba con el único fin de someterla al placer. Lauren empezó a descender lentamente dejando un rastro húmedo de sus besos hasta que llegó a su mejilla, donde mordió con suavidad sintiendo una de las manos de la castaña rasgar, sin fuerza, su cuello de una manera tan erótica que su entrepierna endureció aún más.

—¿Eso es lo que harás, Lauren?—Su voz salió como un suspiro que calentó su mejilla al estar demasiado cerca—¿Marcar mi cuerpo con tus labios?

Sonrió raspando sus labios con la mejilla de la morena, una sonrisa malévola, por maldad, la rodilla que rozaba la intimidad de Camila, la hizo hacia adelante para que pudiera acariciar su intimidad para lograr que perdiera más fuerza.

—Oh... ¿Eso es lo que crees que hago?—Preguntó con la voz ronca soltando el cuello de la castaña para empezar a bajarla hacia su hombro y presionar.

—Es lo que haces—Afirmó la menor sintiendo sus palpitaciones aumentar al sentir la rodilla de Lauren moverse contra su intimidad.

—Mis marcas no las hago con mis labios—Su boca descendió al cuello de la castaña, quien enterró su mano entre las hebras del cabello negro.

—¿Ah, no?, ¿Con qué entonces?—Se mordió fuertemente los labios al sentir la calida y húmeda lengua de la mayor recorrer su cuello.

Sintió los labios de Lauren extenderse en una sonrisa, debido a que estos casi estaban pegados a su cuello, para después sentir los dientes de la ojiverde encajarse en su piel, no atravesó nada de piel, una herida superficial, fue una mordida con dobles intenciones que provocaron el gruñido bajo y suave de la castaña, quien había ejercido aún más fuerza en su agarre de cabello a la mayor.

—Dientes—Susurró momentos después separando su rostro levemente del cuello, y sonrió al ver la marca levemente roja de sus dientes ahí—Lengua—Al instante pasó con presión su lengua por donde había mordido sintiendo una de las piernas de Camila elevarse rodeando su cadera.

—Lauren...—Su nombre fue exhalado como suspiro sintiendo sus caderas elevarse sin siquiera ella pensarlo.

—Rasguños—Sus uñas cortas de su mano se colaron por la playera de la menor para rasguñar suavemente su hombro y parte de su espalda—Chupetones—Su boca subió a su mandíbula marcada de la castaña y succionó haciendo a la castaña jadear y que su pierna apretara la cadera de la ojiverde, la mano que estaba enterrado en su cabello, fue cambiada de posición sin ella darse cuenta, está ahora estaba presionando con fuerza la playera holgada de la mayor—Con mi cuerpo.

—Suena... Salvaje—Su comentario únicamente pareció ser pólvora tirada a una llama, el cuerpo de la ojiverde se separó del de ella, alejando su boca y manos de ella.

Camila únicamente aprecio como la ojiverde se sentó en su piernas mientras se quitaba la playera holgada de su cuerpo, y perdió el aire totalmente cuando vio los senos de Lauren, parecían tan perfectos, su boca había empezado a salivear pero no pudo ni cubrirse la boca cuando se vio atacada por la mayor, quien sin importarle si su playera era extremadamente cara, la tomo de los costados y la destrozó dejándola en puros trapos, aunque le facilito el hecho que era delgada.

—¡Dios, Lauren!—Exclamó la castaña sentándose mientras sus manos inútilmente trataban de esconder sus senos de la vista lujuriosa de la ojiverde, quien seguía sentada en sus piernas.

—No tienes idea de lo salvaje que puedo ser.

Sin dejarle discutir, atacó sus labios de forma salvaje haciéndola perder el sentido a su alrededor y de lo que sucedía, se había envuelto en una burbuja de salvajidad lujuriosa mientras su caía nuevamente en la cama sintiendo los pezones de la mayor rozar los suyos de una forma tan excitante que únicamente las motivo a acercarse más.

Lauren habían enterrado una de sus manos en el pelo castaño de la menor mientras una se apoyaba a un lado de la castaña para no aplastarla totalmente, y sus rodillas también ayudaban a no dejarla caer totalmente. Camila tenía un poder extraño sobre la ojiverde, la hacía perder lo que las ansiaba tener, el control, estaba perdiendo totalmente el control de su cordura y aún más cuando sentía los dientes de la menor morder sus labios para nuevamente atacarla en un pasional beso, sus lenguas tenían una pelea de control y dominación, parecían casi desesperadas en dominar a la otra que el dolor de sus agarres estaba descartado, las uñas de la castaña casi rasgando la piel de la mandíbula de la ojiverde y la piel de su espalda.

Lauren se separó levemente succionando la lengua de la castaña psrs volver a atacar sus labios, parecían inseparables, el delicioso sabor de la otra no podía ser suficiente para ninguna, no podían parar, no podían dejar de saborearse, sin embargo, también otras partes de su cuerpo gritaban y reclamaban atención.

—La-Lauren—Sujetó su rostro con sus dos manos separadolas de aquel beso, la mencionada gruño al ser separada pero se quedó quieta mirando el rostro rojo y ardiente de la castaña, quien la veía con las pupilas delatadas y ojos brillosos mientras sus labios hincados y lastimados pedían más atención—Joder, lo demás de mi cuerpo grita por tu atención—Su voz frustrada hizo sonreír orgullosa a la ojiverde.

—¿Sí?, ¿están celosos que únicamente bese a esa preciosa boquita?—Murmuró lentamente y bajo sintiendo el agarre de su rostro debilitarse.

—Mu-muy celosos, ellos también quieren de esos ardientes labios y lengua—Admitió soltando el rostro de la ojiverde dejando caer sus brazos a los lados de la cama dejándose al merced de Lauren.

Lauren sonrió y fue descendiendo haciendo que sus cuerpos rozaran nuevamente, sus labios empezaron a besar la extensión de su cuello sintiendo a la castaña estremecerse.

—Hay que ser justos con todos ellos.

—Debes serlo—Añadió Camila mirando fijamente a los ojos brillosos de la mayor, quien sacó la lengua para recorrerla de su pecho hasta el valle de sus senos haciéndola cerrar fuertemente los ojos y apretar entre sus manos las sábanas.

—¿Quieres que bese estos lindos senos?—La castaña asintió perdida en la calida sensación de la piel desnuda de la ojiverde, perdida en el cálido aliento y ardientes besos de la mayor—Pidemelo, Camila, pídeme que lo haga—Ordenó en voz baja rozando sus labios con el pezón derecho de la menor, quien tembló.

—Besa mis senos—Su voz salió susurrante y ronquecina por la lujuria—Por favor—Añadió al solo sentir el soplido burlón de la mayor.

Lauren mordió el pezón marrón de la castaña entre sus labios estirandolo levemente para después meterse lo que podía ser seno de Camila en la boca, la castaña gimió inevitablemente al sentir la húmeda y ardiente boca de la ojiverde en su pecho mientras una mano amasaba su otro pecho y su rodilla nuevamente rozaba su intimidad cubierta por una inútil tela.

La cambio de pecho haciendo lo mismo que el otro, el cual estaba húmedo y levemente rojo, su mano fue hacia el pecho que dejó solo y empezó a estimularlo nuevamente haciendo temblar y jadear bajo a la castaña, mientras una de sus manos

—¿Quieres que baje más, Camila?—Con esfuerzo pido separarse se aquellos suaves y erectos senos para ver a la castaña abrir los ojos y mirarla con pasión.

—Mhjum—No tenía la capacidad de formular una pregunta, sentía su cuerpo arder y su mente crear fantasías perversas que únicamente le hacían perder más la cabeza.

—¿Sí?, ¿eso fue un si?—A Lauren le encantaba jugar y provocar mientras una de sus manos bajaba jugueteando con su pantalón, sin bajarlo pero tampoco subiéndolo—Tal vez debería bajarlo...—Murmuró la ojiverde manteniendo su vista fija en la castaña, quien pasó su lengua lentamente por sus labios tratando de humectarlos.

—De-Deberias—Concordó la castaña con la garganta seca.

—¿Sí?—Volvió a preguntar tratando de impacientar a la castaña.

—Sí, y si no lo haces, lo pasarás mal—Amenazó la castaña apoyándose sobre sus codos elevando una ceja.

—¿Lo pasaré mal?, oh, no quiero eso, creo que debería bajarlos—Los pantalones de Camila poco a poco fueron bajándose con el único propósito de cansar a la castaña.

Y bien que Lauren lo estaba logrando.

—¡Joder, Lauren!—Gruñó la castaña dejándose caer nuevamente llevándose las manos al rostro en frustración.

—Levanta las caderas—Ordenó áspera sintiendo su cuerpo temblar por tener el cuerpo de Camila bajo su poder.

Camila acató inmediatamente levantando las caderas para que su pantalón pudiera desaparecer, la ojiverde no tardó demasiado en lanzarlo a una parte de su habitación mirando fijamente la intimidad cubierta por una absurda tela que no dejaba nada a la imaginación. Con maldad acercó su rostro a la intimidad de Camila, sin despegar su mirada de la castaña, quien había bajado sus manos del rostro mirándola con deseo y lujuria sujetando entre sus dientes su labio inferior.

—Pideme, exigeme, di lo que quieres—Su voz ronca salió susurrante inhalando el dulce y almizcle olor natural de la intimidad de la morena—¿Qué quieres que haga?—Soltó un suave suspiro qué hizo humedecer aún más a la castaña, quien tenía una respiración intranquila.

—Quiero que lo disfrutes, quiero que me poseas completamente—Susurrante casi sin aliento llevo una de sus manos a su entrepierna para hacer a un lado la ropa interior para mostrarse a la ojiverde.

Perdió el aire, aquella imagen era tan sensual y explícita que se sentía cada vez más cerca de un orgasmo como nunca, el olor únicamente aumentó más y su boca empezó a salivear.

Necesitaba probarla, no podía poseerla son probarla antes.

Ayudando a Camila, empujó las bragas a un lado, y deslizó su meñique por toda la caliente extensión de su vagina, estaba empapada. Con delicadeza empezó a hacer circulos alrededor del clítoris de la morena, haciéndola estremecer y jadear, con una sonrisa mientras volvía a inhalar aquel adictivo olor, se adentró en ella sintiéndola apretar alrededor de su meñique, era estrecha pero completamente acogedora y cómoda, se sentía resbaladiza por la necesidad.

—Más... Lauren—Jadeó sintiendo un temblor en su abdomen bajo haciendo que una de sus manos apretaran la sábana u sus caderas sacudiera.

Usando su dedo índice, acotó el pedido de la castaña sintiendo su estrechez otra vez, y tomando un momento para que se Camila se relaje y la dejara entrar entrar. Los marrones y brillosos ojos lujuriosos de Camila la miraban entrecerrados deseo, la morena extendió sus piernas mientras pedía en silencioso pedido que quitara sus bragas, eso llevándose la mano a los extremos de la braga y tratando de bajarla por ella misma.

—Lo haré yo—Intervinó la ojiverde con su mano libre haciendo la acción que quería la castaña.

Saco sus dedos por unos momentos del interior de la castaña, ganándose un quejido frustrado causándole una sonrisa maliciosa mientras con rapidez se deshacía de la estorbosa tela. Volvió a descender casi con la misma velocidad con la que se alejó, sin embargo, la morena la morena tenía dos dedos entre sus plieges mostrándole cuan mojados estaban, la ojiverde jadeo en bajo por dolor y placer que sintió, su entrepierna dolía y palpitaba dolorosamente placentero, odiaba y amaba esa sensación, con deseo se lamió los labios inhalando el olor de ella.

—Lauren—Gimió mientras ella misma llevaba sus dedos a su clítoris masturbandose bajo la mirada hambrienta de la ojiverde.

Con un gruñido lleno deseo, la boca ardiente de la ojiverde se cerró sobre su vagina, cerrando los ojos gimió de deseo ante el asombroso sabor, era incluso mejor de lo que ella imagino en sus perversas fantasías, era más delicioso de lo que podría haber imaginado. Lauren no era experta en aquel tema, sin embargo, se dejo llevar por los diferentes sonidos y temblores de la castaña mientras lamía su clítoris y trababa un dentro de ella.

Estoba tan perdida en su adictivo u delicioso olor que le tomó darse cuenta de que el frente de sus pantalones de pijama estaba húmedo, y únicamente lo noto cuando su entrepierna rozó el colchón, debía haberse corrido cuando la probó por primera vez, no estaba totalmente segura pero no le sorprendia, lo que le sorprendia era que había durado demasiado en no correrse.

Con un refunfuño se alejó levemente al sentir varios de sus mechones de pelo estorbarle, movió con molestia su larga melena a un lado con su mano desocupada mientras deslizaba un segundo dedo dentro de ella, trataba con todas sus fuerzas ser amable para no perder el control, preparándola para mi polla. Con la mano que uso para moverse la melena, empezó a casi tirones bajarse el pijama para poder dejar su pene libre de cualquier obstáculos, el pegajoso semen sobre su miembro, aún furiosamente erecto, era una indicación que se había corrido pero no había un alivio total.

—¡Dios, Lauren!—Gimió la castaña cuando la ojiverde movió los dedos dentro de ella se arriba a abajo con rapidez.

Lauren no tocó su miembro en lo absoluto, solo lo dejo completamente duro y apuntado a la castaña, quien no podía verla a su totalidad por estar perdida en el placer. Momentos después, la ojiverde se acercó, y subió por el cuerpo de la castaña mientras ahuecaba su pecho, moviéndose levemente hacia delante y hacia atrás entre ellos, pellizcando cada pezón. Se retuerció en la cama mientras Lauren hacía todo lo posible para aumentar su excitación y darle el mejor orgasmo de su vida, si es que había tenido uno, por lo que ella creía que si.

Bajo su boca chupando y amasando los senos de la castaña, quien la rasguñaba su espalda con sus uñas cortas, la ojiverde sintió el cuerpo de Camila temblar, y con dolor se separó de los efectos senos de la castaña, viendo como la misma la miraba con la miraba perdida en deseo, sintió una pulsación ante esa mirada.

—Camila...

Sentía esa imagen guardarse en su cabeza junto a varias imágenes y vídeos cortos de ella que su mente almacenaba, ella estaba perdida por Camila, y nada jamás volvería a ser como antes, si es que una vez lo fue.

Con hambre de su orgasmo, descendió hasta intimidad inhalando nuenamente aquel adictivo olor que la hacía salivear, chupó su clítoris sintiendo las piernas de la menor apretarse alrededor de su cara mientras su espalda se arqueaba, elevandose de la cama, Lauren manteniendo sus dedos dentro de su estrecha apertura, follo dentro y fuera de ella mientras su boca cubría su clítoris, haciendo un movimiento especial, curveó sus dedos hasta su punto dulce sintienola explotar y gritar.

—¡Ah, Lauren!—Sus piernas apretaron aún más el rostro de la ojiverde sintiendo una intensa explosión dentro de ella.

Camila no se retuvo en su orgasmo, dejando el el control de su cuerpo y convirtiéndose en una esclava del toque de la mayor, la mayor no cambió la presión y velocidad mientras trabajaba dentro de ella cada vez más alto hasta que la morena no pudo más y se desplomó sobre la cama con su cuerpo temblando y su respiración casi jadeante.

Lentamente, y con una sonrisa, dio pequeños besos y toques mientras sacaba sus dedos moviendo su lengua a su entrada para poder probar su venida y lamer hasta limpiarla para limpiarla, ignorando lo sensible que estaba en ese momento. Gimió ante la dulzura del orgasmo de la menor frotando su nariz y barbilla contra ella queriendo cubrir cada parte de su cara en su miel, jamás había hecho eso pero si cuerpo le había reclamado por hacerlo.

—Lauren—Respiró la castaña llamándola, estirando una de sus manos para que fue con ella.

A regañadientes, se apartó de su vagina subiendo por su cuerpo, aprovechando para disfrutar y besar las curvas del camino hasta su rostro, para no perderse absolutamente ni un centímetro.

—Camila—Susurró su nombre una vez estuvieron de frente, la mirada lujuriosa de la morena aún no disminuía ni un poco.

—Te quiero dentro de mi—Suspiró llevando su mano a la mejilla de la mayor en una caricia.

—Todo será diferente si entro en ti—Advirtió descendiendo levemente para empezar a dejar suaves besos por su mejilla y mandíbula.

—Que todo sea diferente, pero te quiero en mi—Llevó su boca cerca del oído de la ojiverde para hablar en voz baja—Dentro de mi.

Sus dedos bajaton para abrir sus plieges en invitación haciendo gemir en bajo a la ojiverde al no ser tan fuerte para soportar demasiado.

—Mierda —Gimió en bajo llenado su mano para tomar su miembro, y casi temblando colocó la punta de su pene entre sus pliegues.

Camila usó sus dedos para empujar alrededor de la punta de modo que la ojiverde estuviera contra su clítoris, para la mayor fue inevitable que el semen se le escapara de ella, bajando la mirada pudo comprobar al ver gotas blancas y resbalandose por toda si extensión.

Sin embargo, su pene latió al no haberse corrido por completo.

—Dentro de mi—Camila jadeó, rodando sus caderas provocando que su miembro se deslizara hacia abajo rozando su sexo.

Lauren se separó bruscamente de ella al darse cuenta que perdió el control sobre ella, casi gruñendo de frustración Camila la volteó a ver desafiante mientras se reincorporaba slsteniendose en sus codos.

—Ponte de rodillas—Ordenó ronquecina viendo a la morena abrir y cerrar la boca tratando de decir algo pero Lauren fue más rápido, la agarró por la cintura con ambas manos y le dio la vuelta boca abajo sorprendiendo a la morena por su fuerza y velocidad—Dije que de rodillas, ahora, Camila.

No sabía que rayos había sucedido con Lauren, pero lo dejó pasar al sentir descansar contra su trasero los muslos dedos y el miembro erecro de la Lauren, sintió un estremecimiento en ella cuando la mayor separó sus rodillas y agarró su cabello con una de sus manos. Los labios de la ojiverde presionaron a un lado de su cara cuando estuvo completamente inmovilizada con tu cuerpo, por alguna extraña razón sintió el placer aumentar más al verse sometida de esa manera.

—Jodeme, Lauren—Gimió tratando de mover sus caderas para atraer aún más a la mayor, pero se le fue imposible debido a que estaba inmovilizada.

—No digas eso—Dijo con los dientes apretados para tratar de volverse a controlar.

—¿Acaso te hago perder el control?—Bromeó con el único objetivo de irritar a la ojiverde y que la follara de una vez.

Negó con la cabeza incrédula ante lo dicho por Camila, pero sonrió contra su cuello mientras arrastraba su grueso miembro por su trasero hacia su vagina.

—Manipuladora—Susurró mientras presionaba la cabeza de su longitud hacia la abertura de la castaña, quien tembló en placer, pero algo hizo clic en ella.

—¡Lauren, el condón!—Gritó abriendo los ojos totalmente.

Lauren nuevamente se rió de ella mientras la vergüenza de la morena se arrastraba por su piel, causando su cuerpo temblar.

—Muy tarde, esposa—Murmuró para momentos después empujar fuertemente dentro de ella.

No había un ajuste suave, solo sus instintos básicos la gobernaban nuevamente, la estaba montando duro y rápido mientras sus gruñidos llenan la habitación, Lauren parecía un animal sobre ella, entrando y saliendo de ella como una bestia, Camila sentía el calor líquido de su propio deseo cubrir el miembro de la mayor, aunque también se encontraba mortificada al escuchar lo mojada que estaba, su cuerpo parecían darle una entrada de bienvenida, sentía cada vez sus trabajosas respiraciones continuar, si boca se abría mientras Lauren seguía poseída como una bestia llena de necesidad.

Los sonidos de su placer de la pelinegra le sonaban en sus oídos justo antes de que las palabras sucias de Lauren empezaran a decirle lo apretada y acogedora que estaba, eso era sucio, brutal, ardiente y placentero.

—Realmente querías esto, Camila—Gruñó.

Su cuerpo le dio aún más lubricante a la ojiverde para abrirse camino dentro de ella, las sucias palabras parecían llamas en su abdomen bajo, Lauren era la que tenía el control, ella es la que tenía el poder, y el simple hecho de que a ella no le importara si la lastimaba en este momento solo hacia que si orgasmo inevitable sea mucho más fuerte y penoso.

—Dios mío, Lauren, mhn—Mordió sus labios sujetándose de la slmohabads mientras la pelinegra golpeaba dentro de ella brutalmente.

—Nunca antes había estado tan excitada en mi vida—Amortiguó un grito de deseo mientras su miembro se follaba cada centímetro de su vagina.

Nunca en su corta vida la habían tomado así antes. Jusgo cuando Camila sentía su orgasmo reventar sobres, sintió los dientes de la ojiverde morder fuertemente su hombro, marcandola como una bruta.

—¡La-Lauren!—Exclamó su nombre entre jadeos perdida entre el dolor y el placer.

Su corazón martilleaba fuertemente al sentir la lengua calida de la ojiverde suavidad la mordida sin parar de llenarla de estocadas, abrió la boca para gritar al sentir el pene de la ojiverde golpese exactamente su punto pero nada de hacerlo, la mano pálida de Lauren la silencia.

—Ni siquiera lo pienses—Advirtió mientras la follaba aún más duro—Podrás lasfiamd más tu garganta, y no queremos eso, ¿Verdad?—La morena negó apretando los ojos fuertemente—Eres cantante, debes cuidar esa garganta, cariño—Susurró burlonamente al oído.

El cuerpo de la morena se tensa sintiendo a la mujer caer levemente encima de ella, ejerciendo aún más fuerza, la vagina de la morena goteó con la anticipación de lo que iba suceder y no lo negaría por nada del mundo, chilló contra la palma de su mano cuando el orgasmo la recorrió más fuerte que el anterior, o cualquiera que haya sentido antes. Se puso muy tensa sintiendo cada músculo prenderse en llamas mientras explotaba alrededor del gran miembro de la mayor.

—Carajo—Jadeó la ojicecer mientras su cálido semen se extendía dentro de la menor, y al ser tanto, como consecuencia escurriendo se por los muslos de Camila—Mierda, mierda, mierda.

Lauren maldecia a través de sus embestidas, y aunque la morena lo negara, había sido ella quien la había obligado a correrse antes, la dura longitud de Lauren prácticamente la arranca, y parece que dura para siempre porque pareciera como si se hiciera más grande dentro de ella. La ojiverde soltó su cabello finalmente mientras se salía de ella y se sentaba en la cama respirando profundamente tratando de llenar de aire sus pulmones.

Con cansancio, Camila se dejo caer en la cama temblorosa, su rostro se hundió en la almohada dejando libre su boca para poder respirar con ella.

Eso había sido intenso y meramente brutal.

Estaba tan concentrada en tranquilizarse, que cuando recobro conciencia, la longitud de Lauren volvía a empujar dentro de ella.

—Aceleraste mi orgasmo—Gruñó acusatoriamente mientras comenzaba a empujar—No te dejare descansar tan fácil.

—¿Aún quieres más de mi?—Chilló la castaña tratando de reincorporarse pero no la ojiverde no la dejo.

Lauren agarro sus muñecas con facilidad para inmovilizarlas a un lado de su cabeza, dejándola boca abajo e inmovilizada, sabiendo perfectamente que podía respirar.

—¿Acaso no recuerdas, cariño?— Se inclinó acercando  sus labios a su oído.
—Juegas este juego hasta el último nivel.

Su cuerpo se quedó completamente paralizado ante las palabras de la ojiverde, Lauren sintió que la vagina de la morena apretó su aún duro miembro, pero eso solo fue una estimulación, no pensaba salir tan pronto de ahí. Con burla mordió su cuello levemente, necesitando más de su sabor en su boca.

—Creí que bromeabas—Logró decir varios momentos después, su voz baja salió como si no estuviera segura de su respuesta.

—Jamas bromeó con el control—Respondió con tensión por el placer, volviendo a morder su cuello para dejar otra marca en ella, al no ser suficiente sabor de ella, movió su mano su intimidad y la arrastro hasta que siento su humedad para después llevarselo a la boca y gemir.

—Mierda—Masculló la castaña al escuchar aquella acción.

—Exactamente, cariño, mierda.—Se lamió los labios ante el sabor—Tu gusto es jodidamente adictivo, ya quiero mi boca en tu vagina  otra vez, pero necesito más de mi semen dentro de ti, esposa.

—Puedo quedar embarazada—Habló entre dientes sintiendo su cuerpo tensarse ante la posibilidad, pero esta vez con un poco menos de fuerza.

Soltó sus muñecas y garró sus caderas y la levantó levemente sobre su miembro, haciendo que la castaña pudiera levantarse levemente, Lauren la arrastró hacia arriba y hacia abajo,  mostrándole nuevamente que ella estaba a cargo de todo, y que ella conseguiría cualquier cosa que ella quisiera.

—¿Crees que no lo sé, esposa?—Interrogó sonriendo con maldad mientras empezó a follarla aúnmás fuerte—Eso sucede cuando juegas conmigo—Camila abrió los ojos pero no podía negar la excitación que si cuerpo empezaba a sentir ante aquello—Debes empezar a tomarme enserio— Bajándose sobre ella, para poder tenerla nuevamente perfectamente bajo si cuerpo, se aseguro de que cada empuje que hacía, golpeara directamente contra su clítoris.

—¿Cómo tomarte enserio, cariño?, eres una bebé—Decidió jugar las mismas cartas sintiendo a la mujer golpear más duro dentro de ella.

—Hay veces en las que creo que no le temes a la muerte—Dejó de mover sus caderas, manteniéndola apretada.

—Si la muerte eres tú, ¿cómo podría temerte?—Había movido ligeramente el restro para poder contemplarla.

Lauren le tomo la boca en un beso de castigo y brutalidad, la idea de que no le tomara enserio hacía que su piel ardiera únicamente pensando en someterla ella, mordió y chupó los labios de Camila mientras enterraba una mano en su cabello, Lauren quería estar conectadas en todas partes, su parte oscura queda que fuera solamente de su propiedad, haría lo que quisiera con su cuerpo y Camila le dejaría, tendría que ser así.

Retrocedió con refunfuños pero ambas tenían que respirar, sus sonidos pesados llevaban el espacio de la habitación como eco, con cansancio la ojiverde descanso su frente contra el hombro de la morena, quien bajo la cabeza para reposarla suavemente contra el colchón.

—Eres mi esposa—Chasqueo la última palabra, sin importale que se contradecía a ella misma—¿Tú sigues queriendo serlo?—A pesar de mostrarse dominante, sintió su cuerpo temblar en temor a ser rechazada en ese momento.

—Jamás he dejado de quererlo—Admitió la castaña sintiendo su cuerpo vibrar de alegría.

Después de un momento, el miembro nuevamente erecto de Lauren pedía atención como un tonto caprichoso, su miembro quería que la vagina envuelto alrededor de él se moviera, aunque no quería aceptar quien quería eso era también ella, después de ser aceptada por la castaña.

—Me vas a tener que mostrar cuánto es que lo quieres, que aceptes ser mi... Esposa real—Se bajo de ella saliendo de la morena para sentarse sobre el colchón viendo con pasión el cuerpo de la castaña resbalar hasta caer en el colchón caí con gracias, lo cual no pudo evitar sonreír ante la dramatización de la menor—Llevame, montame.

Con una sonrisa casi imperceptible, Camila se movió lentamente al principio, sus caderas casi serpeteando haciendo gruñir a la ojiverde de aceptación y placer ante la pornográfica vista, Lauren no podía dejar de mirarla mientras se reincorporaba y se volteaba a verla, con sensualidad mordió su labio, e inmediatamente la ojiverde supo que fue para contener su propio gemido al sentir la sensibilidad de su intimidad.

Camila gateo hacia ella haciéndola estremecer, sus senos pequeños  colgaban y se sacudía levemente hatda que se posó frente a ella, con lentitud sus manos se recargaron en sus hombros acariciando con suavidad la suave piel de la mujer de piel pálida, apoyada en sus rodillas avanzó hasta ponerse sobre la erección de la mayor, soltando un hombro, y sin dejar de verla con sensualidad, agarró su miembro para empezar a descender sobre el.

La mayor podía sentir los jugos de la morena haciendo que su miembros se humedezca y agitara cada momento, en ese instante no le importaba la velocidad, si Camila quería ir lento, ella le dejaría, la increíble vista la amaba.

—Eres sexy—Suspiró la castaña llevando una de sus manos al valle entre los pechos medianos de la mayor, haciéndola estremecer.

—Y tú eres tan jodidamente ardiente que mi cuerpo se quema por ti, cada jodida célula quiere tenerte, apuesto que tú cuerpo y cada célula también quiere lo mismo que mis caprichosas necesidades—Su voz susurrante fue el estímulo ardiente de la morena.

La vagina de la morena se apretó a su alrededor, Lauren cerró los ojos necesitando todo en mí para no golpear fuertemente dentro de ella, o nuevamente darle la vuelta y follarla de rodillas.

—Oh, ¿te gusta que te hablé sucio, cariño?, ¿te gusta como mi pene tiembla ybxrece dentro tuyo para tener más de tu salida vagina?—Se inclinó para susurrándole aquello en el oido, causando que los senos de ambas se rozaran.

—Me encanta—Admitió en bajo avergonzada ante su repuesta.

La vagina de la morena sería apretando una y otra vez ante sus sucias palabras, las caderas de la menor se movían más rápido de arriba hacia abajo, haciendo que sus cuerpos se frotatan haciéndolas calentarse sin más, también provocaba que el semen ardiente de Lauren se escapara sobre su estrecha entrada.

Camila gemía pero no lograba vocalizar ninguna palabra congruente, la ojiverde levantó su mano y palmeó con fuerza el costado de su trasero y muslo.

—Te daré azotes hasta que llegues al orgasmo—Gruñó la mayor golpeandola exactamente con la misma fuerza y la misma posición.

—¡Oh Lauren!—Grita, echando la cabeza hacia atrás—¡Mhm!—Musitó elevando la voz, olvidándose en no gritar para no dañar la garganta de la castaña.

Las caderas de la cantante se estaban moviendo más rápido ahora, sus senos rozaban el pecho y los mismos senos de la ojiverde, haciendola morderse los labios y jadear.

—Mierda, ¿quién diría que golpear tu trasero te daría placer?

—Oh Dios—Camila gimió enterrando el rostro en el hombro de la mayor siguiendo galopando con fuerza y velocidad.—¡Oh Dios mío!

—No soy Dios, cariño, pero podría empezar a ser tu diosa—Ofreció sabiendo que la castaña no respondiría congruentemente.

—Por favor tócame—La escuchó murmurar, tan baja que casi no la pudo escuchar.

Al parecer la castaña no quería decir aquellas palabras en voz alta, pero su cuerpo se había hecho cargo, sabiendo perfectamente lo que quiere, y Lauren se lo daría.

—¿Tam caliente estás, mi cielo?, ¿quieres más fuerza?, ¿quieres que coma esos bonitos senos?, ¿quieres que marque más tu cuerpo, cariño?—Ante cada proposición, la estrecha apertura de la morena la apretaba más duro.

Su cuerpo se tensó y su caso gritó inundó las cuatro paredes, Lauren agarró sus caderas con dos intenciones, sujetarla contra ella para que no cayera, y para seguir penetrándola mientras su orgasmo la consumía. Su ardiente vagina succionaba y pedía cada vez más el semen de la ojiverde, quien gruñía acercándola más a ella, la cabeza se la menor seguía descansando en su nombró mientras se contenía para no gritar y lastimar el tímpano de la mayor. 

Lo que la mayor no vio venir fue sentir los dientes de la menor encajarse con fuerza contra su piel cuando su orgasmo haciéndola únicamente venir más duro dentro de la menor. A medida que el placer de ambas disminuía, sus músculos se relajaban, Camila se movía cada vez menos, mientras que el miembro de la mayor crispó una última bombeada de semen dentro de los tal como si jamás hubiera tenido sexo en su vida.

El cansancio pronto llegó a ambas, el olor a sexo llenaba toda la habitación mientras ambas se dejaban caer en el colchón golpeando las almohadas con cansancio, Lauren había salido de ella para únicamente abrazarla y dejar suaves besos de disculpa, Camila solo se acurrucó contra ella adorando con toda su alma ese momento.

***

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