—Hola —digo algo dudosa, pues no la conocía.
«—Hola. Debes ser Miley ¿no?
—Si. Perdón pero ¿quién eres?
La joven me extiende la mano y me sonríe.
«—Me llamo Amber. Nick me había hablado mucho de ti.
—¿Conocías a Nick?
—Si.
Ella se acaricia el vientre, forzando una sonrisa, mientras que lágrimas rodaban por su mejilla. Y ahí es cuando lo pillo, la miro y abro los ojos asombrada.
—¿Estás esperando un hijo de él? —ella asiente con la cabeza— ¡No lo puedo creer! —me acerco y la abrazo— Pero él nunca me había contado nada sobre ti.
—Era unas de las cosas que venia a decirte. Supongo que este hombrecito es tu hijo ¿verdad? —dice mirando a Drew.
—Si.
—¡Está precioso! Me alegro que estéis juntos de nuevo.
La miro algo extrañada.
—Tu sabes...
—Si. Sé lo que pasó con tu niño Nick llamo el día que...
—No es necesario que me lo recuerdes —la interrumpo— Por favor, pasa —entramos y me encuentro con un Justin con cara de preocupación.
—¿Por qué tardabas tanto?
Le ignoro.
—Justin, ella es Amber.
—Hola —dice extendiéndole la mano.
—Mucho gusto —dice Amber sonriente.
—Igual —le regala la sonrisa y me mira con cara de "quién es esta"
—Era novia de Nick.
Justin voltea la mirada hacia Amber de nuevo, enfocando sus ojos sobre su vientre.
— Si te estas preguntando... si, estoy esperando un bebé de Nick.
Justin le sonríe.
—¡Que bien! —se acerca a ella y le toma la mano— Lo siento mucho. Nick fue un gran hombre. Yo no me llevaba muy bien con él, pero comprendí que estaba equivocado —lágrimas empezaban a rodar por el rostro de Amber— Debes estar muy orgullosa de él. Si no fuera por Nick... —se acerca a mi y me abraza desde atrás— Si no fuera por él, no sé que hubiera pasado. El le salvo la vida a Miley. Gracias a él recuperamos a nuestro hijo.
Mis ojos se cristalizan. Justin toma a Drew de mis brazos temblorosos, luego me abraza.
—Perdón no quise venir aquí a hacerte llorar. Yo sé que lo querías mucho.
Me acerco a ella y nos abrazamos.
—Al contrario, gracias por venir eres bienvenida.
—Gracias.
Sonrío, limpiándome las lágrimas, luego acaricio el vientre de Amber.
—¿Ya sabes si es niño o niña?
—Es un niño. Le pondré Nick, igual que su padre.
Sonrío.
—Me muero por conocer a mi sobrino —Amber me devuelve la sonrisa.
Había acostado a mi niña, luego me dirigí hacia el cuarto de mi hijo, quien se había dormido primero. Me acerco a su pequeña cama y me arrodillo frente a él, acariciando su rostro cuidadosamente para no despertarlo.
—Mi amor, ya es muy tarde ¿qué haces? —pregunta Justin desde la entrada. Sonrío, sin desviar la mirada de mi pequeño.
—Te juro que no puedo dejar de mirarlo....mi hijo es precioso.
—Si pero tendrás toda una vida para contemplarlo.
—Lo sé Justin, pero siento que no quiero perderme nada. Puedo quedarme aquí, tan solo viendo a mi bebé respirar. Me he perdido de tantas cosas: sus primeros pasos, su primera palabra.
Justin sonríe, luego se acerca a mi y me extiende la mano.
—Ven mi amor.
Me despido de mi niño con un tierno beso en la frente, luego tomo la mano de Justin. Me abraza por la cintura y ambos nos dirigimos hacia nuestra habitación. Estábamos llegando a nuestra habitación cuando Justin se detuvo.
—¿Qué sucede?
—No sé, creo que tengo un poco de hambre.
—¿Hambre? —sonrío y le pongo la mano en su estomago— No te me vayas a poner gordito ¡eh!
Justin atrae mi cuerpo hacia él y me abraza por la cintura con fuerzas.
—¿Qué, ya no me quisieras si aumentara unos cuantos kilos?
Río y beso sus labios tiernamente.
—Claro que si bebé. Me soportaste 9 meses en mi tiempo de ballena.
Justin se ríe y me devuelve el beso.
—Te veías hermosa.
—Si como no —se queda mirándome por unos segundos, luego me besa despacio, rozando su lengua con movimientos suaves— ¿Soy yo o estas tratando de seducirme Biebs?
—¿No está funcionando?
Río.
—Mmm tal vez.
—Ven, sígueme —dice tomándome de la mano.
Nos dirigimos hacia la cocina.
—Porqué, mejor no te espero en la recamara —estaba a punto de alejarme pero Justin me detiene.
—Quiero revivir viejos tiempos.
—Que....
—Tu solo confía en mi preciosa —dice tapándome la boca con su dedo, mientras se acercaba para besar mis labios.
—Porque no me aclaras la memoria Biebs —susurro contra sus labios.
—Con gusto —me abraza fuertemente, nuestros labios se unen en un beso apasionado. Desliza sus manos por toda mi espalda y me pega aun mas a él. La sangre me hervía y el corazón me latía rápidamente, corriendo como lava hirviente por mis venas, encendiendo el deseo y la pasión de mi alma— Te amo —murmura entre besos. Me toma por el trasero y con un movimiento brusco, levanta mi cuerpo. Rodeo las piernas por su cintura y me aferro a él con mas fuerzas, mientras rozaba mi lengua con la suya. El beso se intensificaba con cada rozo. Nuestros rostros viajaban por todos los ángulos posibles, devorándonos los labios mutuamente— ¿Te acuerdas? —susurra, despegando sus labios solo unos milímetros de los míos. Intento responder, pero mi respiración estaba bastante agitada y no deseaba dejar de besarlo, no podía hacerlo— Espera...—asienta mi cuerpo sobre la encimera y me toma por el rostro, mientras mantenía la unión de nuestros labios. Acaricio su pecho, buscando desesperada los botones de su camisa— Espera preciosa —se despega de mi y camina hacia el refrigerador. Solo lo sigo con la mirada hambrienta y llena de lujuria. Justin saca un frasco de mermelada, sonrío y me humedezco los labios— ¿Ahora si te acuerdas?
—¿Como olvidar? —se acerca nuevamente hacia mi y me besa. Luego abre el frasco y se untó el dedo de mermelada. Tomo su mano y lamo sus dedo, con la mirada fija sobre la de Justin.
—¿Más? —pregunta. Asiento con la cabeza y lo atraigo hacia mi, besando sus labios y profundizando la lengua entre su boca— Ahora me toca a mi.
Esparce sobre mi pecho, luego siento su lengua por el valle de mis senos, saboreando cada rastro de mi piel, provocando fuerte jadeos por parte mía.
—¿Sabes? —pregunto con la respiración agitada— Esta vez si que te toca a ti.
Me bajo de la meseta y giro el cuerpo de Justin, quedando él ahora con la espalda hacia la encimera. Lo beso apasionadamente, mientras bajaba la cremallera de sus pantalones. Pero de repente se escucha el sonido estruendoso de vidrio estallándose en mil pedazos y antes de que pudiéramos reaccionar, Justin es impactado en la cabeza con un ladrillo automáticamente cae inconsciente sobre el piso.
Quedo pasmada, mientras Justin se deslizaba inconsciente hacia el piso. El suelo alrededor de su cabeza rápidamente se cubría de sangre.
—¡Justin! —me dejo caer a su lado, llorando histéricamente y sosteniendo su cabeza—¡Justin....Justin por favor no me hagas esto —Intento desesperadamente hacerlo reaccionar— Justin, mi amor, despierta....Justin —miro mis manos horrorizada, estaban cubiertas de sangre. Corro hacia el telefoneo y marco frenéticamente por ayuda— No me hagas esto Justin por favor. ¡No me dejes! —mis dedos ensangrentados, junto a mis nervios me impedían marcar los números correctos. Intenté una y otra vez con desesperación— ¡Maldita sea!
«—Suelta el teléfono —me paralizo al escuchar esa voz. Volteo lentamente, Caitlin se encontraba con una pistola en manos mirándome con odio y a la vez penetrante— ¡Te dije que sueltes el maldito teléfono!
—¿Por qué haces esto? ¡Estás enferma!
—Tal vez si esté loca ¿sabes?
—¡Maldita! Si algo le pasa a Justin te juro que....
—¿Tu que estúpida?
—Caitlin, por favor.
—¡Callate! No quiero escucharte —niego con la cabeza, derramando lágrimas aterrada por lo que Caitlin fuera capaz de hacer y mas pensando en mis dos pequeños hijos quienes estaban dormidos en la segundo piso— Miírame....Mira lo que has hecho de mi.
—¡Estas mal!
—Y todo por tu culpa ¿Me oyes? por tu culpa
Rápidamente me dirijo hacia Justin, quien empezaba moverse despacio y a quejarse, pero aun mantenía los ojos cerrados.
—¡Justin! ¡Maldita! Mira lo que hiciste —sostengo su cabeza nuevamente.
—Me alegro, aunque mi intención fue otra. Ojalá se muera —giro hacia Caitlin y le doy una mirada penetrante— No sabes el gusto que me hubiera dado verte la cara de estúpida el día que creíste haber perdido a tu hijo.
Sentí como la sangre me empezaba a hervir de la rabia que iba creciendo en mi interior, recordando todas las lágrimas que había derramado por mi niño, de haberme perdido los dos primeros años de su vida y ahora tener que ganarme su cariño. Rápidamente ubiqué el frasco de mermelada y me hice con el.
—¿Sabes algo? —digo secándome las lágrimas con coraje y poniéndome de pie, con una mano detrás de mi espalda.
—¿Que estúpida, que me vas a decir?
Sonrío cínicamente.
—Que tu y yo maldita....tenemos un asunto pendiente.
Antes de que Caitlin pudiera reaccionar, le tiré con todas mis fuerzas el frasco de mermelada, impactando a Caitlin en la cabeza y haciendo que caiga al piso.
Corrí hacia el cuerpo de Caitlin y empiezo a golpearla, dejándome llevar por toda esa rabia y todo ese dolor y sufrimiento que por 2 años tuve que soportar, desatando mi furia, por mis hijos, por Justin, por Nick. La golpeé una y otra vez sin cesar, mientras lágrimas caían de mis ojos como cascadas.
Siento a Justin tomar mis manos.
—Justin, ¿estas bien?
—Si —me miró detenidamente, luego sus ojos se abrieron con sorpresa y comenzó a revisarme por todas partes— Mi amor, estas sangrando ¿qué te hizo?
—No....yo estoy bien —rozo mis manos por detrás de su cabeza. La sangre aun corría de su herida— ¡Justin estas mal! Tenemos que buscar ayuda.
—No....yo....estoy bien.
Al terminar su frase, cierra los ojos y se desliza nuevamente hacia el piso, perdiendo nuevamente el conocimiento.