"Te lo mereces".
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[...]
Cuando salimos de nuestra habitación para ir a la de los chicos de nuevo me sentí realmente decepcionada.
¿En verdad jamás me dejaría estar arriba? Que aburrido.
Cuando entramos al cuarto lo primero que vimos fue a todos echados en el piso mientras Fred seguía vendiendo su droga invisible, miré hacia el baño y pude apreciar a Draco tirado en la bañera dormido junto con la almohada cagada por el pájaro.
Toque el brazo de Tom y le señalé a Draco. —Deberías de ayudarlo
—¿Yo? No, dejalo allí tirado, que mañana tenga dolor de cuello
Lo miré mal y me dirigí a Draco. —Hey... Draco
Él ni se movió, lleve mis dedos a su cuello y toque su pulso. Al darme cuenta de que seguía vivo volvi a moverlo.
—Deja al oxigenado ahí tirado, que se chupe mil penes –dijo Chris chocando las palabras.
—Quiere chupar es el tuyo y es obvio –dijo ahora Tom lanzándose a una cama. Colocó sus dos brazos detrás de su cabeza y me sonrió burlón. —Venga, levanta a el muerto
—Yo levanto cosas sin siquiera tocarlas –Tom se ahogó con su saliva y sonreí al darme cuenta de que había captado mis palabras con doble sentido.
—Espera... ¿Estan coqueteando? –preguntó Theodore.
Yo rodé los ojos y volví a mover a Draco. —Arriba, rubio, ve a dormir a tu cama
—Cállate, vete a follar con Tom –dijo abrazando más fuerte la almohada.
—Me amenazó y como no le dije nada me quito el sexo por un tiempo –explico Tom y yo lo miré mal.
—No tenías que dar esa información, Thomas
—Nada más ando aclarando varios puntos –alzo sus manos inocente. —Ya me harté
Se levantó de la cama y caminó hacia mi, agarro a Draco por las piernas y yo rápidamente lo hice por los brazos. Lo tiramos en su cama y pusimos la almohada lejos del alcance de nuestro sentido olfativo.
Chris se lanzó a su cama y cayó dormido al instante roncando muy fuerte. Los demás salieron en silencio hacia sus habitaciones aunque estaban tan borrachos que de seguro ni sabían cómo se llamaban.
Puse mis manos en mis cinturas y vi a Tom sería. —No tengo sueño
—Son las 4:00 am, T/N
—¿Y? Quiero hacer algo
Tom alzó sus cejas y se acercó lentamente a mi. —Yo tengo algo en mente
Puse un dedo en su pecho y lo eché hacia atrás. —Pues quedese con sus ideas en su mente
Salimos del cuarto y caminamos por los pasillos del hotel. Tuve una idea muy loca pero divertida.
—Ven –tome su mano y caminamos hasta la piscina. —Dejame estar arriba o me lanzo a la piscina
Tom fruncio el ceño y se cruzó de brazos burlón. —No lo harás
—¿Me dejas montarte o no? –pregunté.
—Obvio no
Sin dudar corrí a la piscina y me lancé, el agua envolvió mi cuerpo y rápidamente el frío se coló por todo mi sistema nervioso, mis dedos se entumecieron y me sentí congelada prácticamente.
Cuando salí del agua estaba Tom viendo preocupado hacia donde estaba yo. —¿¡Estas loca!?
Me reí de su cara y alce mis hombros indiferente. —Te lo dije
—Salte o puedes agarrar un resfriado —dijo molesto, rodé los ojos y salí del agua siendo recibida por un gran viento que heló más mi cuerpo.
Caminamos hasta la habitación y al entrar Tom me tendió una camisa de él junto a una ropa interior mía.
—¿Por qué agarras mi ropa íntima? –pregunté entrecerrando los ojos y agarrando las cosas que me tendía.
—Ya cállate
Me reí y entré al baño para cambiarme.
Cuando salí me acosté junto a Tom y como casi todas las noches nos quedamos en silencio viendo el techo.
—Apuesto 5 galeones a que Draco mañana amanece con dolor de cuello –dijo Tom después de un largo rato de silencio total.
—No le va a doler –respondí.
—Si le duele me das 5 galeones y si no le duele te doy 5 galeones a ti ¿trato?
Lo miré y asentí. —Trato
[...]
—Me duele la cabeza, joder –dijo Cedric entre quejas bajas.
Estábamos en el restaurante desayunando, los chicos y las chicas estaban con una gran resaca mientras Tom y yo nos reíamos de ellos y sus quejas.
—Me duele el cuello –se quejó Draco. Inmediatamente vi a Tom y este ya me miraba con una sonrisa.
Rodé los ojos y le pasé los 5 galeones escondida de todos, él se rió de mi y guardó el dinero en su bolsillo.
Ginny tenía su cara pegada a la mesa y sólo negaba con su cabeza.
—Me duele la puta cabeza –dijo y vio a Harry.
—A mi también, cariño –dijo Harry.
—A todos nos duele –dijo Blaise.
Tom y yo lo miramos incrédulos. —A mi no me duele nada, que quede claro
—Necesito dormir –dijo Hermione apoyando su cabeza del hombro de Ron.
Negué divertida viéndolos a todos. —De verdad que se emborracharon feo
—Yo sólo sé que hubo un momento en donde ustedes dos se fueron a su habitación –dijo George. —Que habrán hecho
Aclare mi garganta nerviosa y Tom se rió.
Cuando terminamos de desayunar nos fuimos cada uno a nuestras habitaciones, todos estaban muy cansados como para hacer algo hoy por lo que sólo nos limitamos a despedirnos he irnos cada quien a dormir.
Cuando entramos en la habitación me crucé de brazos y vi mi globo en el techo de nuevo. —¿Que es eso?
Tom rodó los ojos y se acostó. —Que quede claro que yo no lo voy a agarrar
Lo miré incrédula. —¿Ah, no?
Tom me miró molesto y se levanto. —Eres insoportable
Agarro el globo y me lo pasó, le di las gracias y le agarre la mano para salir de la habitación.
—¿Ahora qué? —preguntó irritado.
—Vamos a comprar gomitas
—No quiero –me dijo molesto.
—Me importa muy poco
Caminamos por las calles mientras él se quejaba y yo solo lo ignoraba... Era divertido pasear con Tom la verdad.
Llegamos a una tienda de dulces muy conocida en la playa y compré gomitas, chupetas y caramelos. Tom sólo me miraba fastidiado mientras yo disfrutaba de mis dulces.
—¿Quieres? –le pregunté y él negó seco. —Anda, para ver si te pones dulce
—Pésimo chiste, T/N
Rode los ojos y me alce de hombros indiferente riendome, él me quedó mirando fijamente y sonrió pícaro. —Quisiera que chuparas otra cosa así
Lo observe confundida hasta que entendí. —Estoy comiendo una chupeta, Tom, no lo malpienses
Alzó sus manos y tomó un caramelo, se lo comió y me vio curioso. —¿Alguna vez te conté el porqué del apodo que te puse?
Negué. —Nunca
—Pues sabes que en tercer año estabas obsesionada con unos dulces que vendían en una tienda muggle y se te era difícil comprarla ya que estaba súper lejos la tienda ¿no?
—Si... La verdad extraño esos caramelos
—Pues aparte, eras súper dulce con las personas en ese año, no lo sé, creo que el caramelo tenía efecto en ti o eso era lo que decía yo –asentí para que continuara. —¿Recuerdas la vez que se te acabaron y pasaste casi que 3 días llorando y un día aparecieron dos cajas de los caramelos...? Fui yo
Dejé de comerme la chupeta y lo miré incrédula con mi ceño fruncido y la confusión emanando de mi cuerpo. —¿Tú qué?
—Si... Después de eso estabas tan feliz y dulce que dije "Es un puto caramelo, alguien callela"
—Y así nació el "candy"
—Obvio, porque para mí eres un caramelo
Sonreí y negué nerviosa. —Estas loco, de verdad
—Por supuesto, pero no más que tú
Los dos nos reímos y burlamos del otro mientras comiamos gomitas sentados en una mesa del local.
[...]
Me encontraba sentada en el balcón viendo las olas de la playa, habíamos almorzado y cuando llegamos a la habitación Tom salio y me dejó sola. Me había dado una ducha y estaba intentando dormir cuando un pájaro se estrelló contra la ventana y me despertó.
Raro.
El sol ya se estaba ocultando y me di cuenta de lo rápido que pasaban los días... Creo que despertarme a las 12:30 pm me quita varias horas importantes del día... Pero equis, son vacaciones y son las últimas de mi vida así que hay que aprovechar.
La puerta de la habitación se abrió y sentí unas manos jalando mi brazo hacia dentro del cuarto.
Sentí los labios de Tom besando mi cuello y solté un suspiro para luego intentar alejarlo. —Dije que sexo no
Me miró a los ojos burlón y sonrió de lado, sentí como sus dedos subieron mi vestido y tocó mi zona sobre las bragas haciéndome temblar. —Pero sabes bien que no te vas a resistir a esto
Mordí mis labios y le pegue un golpe en el pecho. —Eres un hijo de puta
Lo hale hacia mi y le di un beso en los labios desatando esas típicas guerras de nosotros entre los desesperados besos, pasé mis manos por sus hombros, pecho, rostro, cabello y cuello, sus dedos recorrieron mi cintura apretándola de vez en cuando.
Caí de espaldas a la cama y él se puso sobre mi aún sin despegarnos del beso. Quitó mi vestido y yo le quite su camisa.
Comencé a besar su cuello y a pasar mi lengua por el mismo, sus suspiros eran suaves y roncos, eran tan malditamente sensuales que con solo escucharlos ya te encontrabas excitada. Sentí como su ereccion iba creciendo entre sus piernas, bajé una mano y la pasé sobre el pantalón haciéndolo mirarme con una ceja alzada.
—¿Desesperada?
—Cállate y follame
Él se rió y sacó su varita, con un simple movimiento mis manos y pies quedaron amarrados y mi cuerpo quedó a su merced completamente. —Hoy jugaremos un poco antes de todo
Acerco una de sus corbatas a mis ojos y de inmediato supe que haría... Vendó mis ojos y quede a oscuras por completo. Los nervios empezaron a florecer cuando lo sentí caminar un poco en la habitación.
Desamarro las cuerdas dandome la vuelta y dejando mi culo a su disposición, volvió a hacer el hechizo y mis manos quedaron amarradas al igual que mis pies.
—Espero que entiendas que cuando yo diga no... Es no
Sentí el primer latigazo contra mis nalgas, de la impresión solté un grito ahogado por la almohada, luego el segundo que hizo que mi boca se abriera en placer, el tercero que me hizo gemir levemente.
Después siguieron cuatro, cinco, seis, siete y de allí perdí la cuenta.
Mis nalgas ardían pero deseaba más, necesitaba más.
—Más por favor –gemí y sentí su boca besar mi espalda.
—Ahora una niña masoquista, joder, cada día me vuelves más loco, Candy
Y sin avisar volvió a soltar un latigazo en mis nalgas, mis ojos se pusieron en blanco y solté un gemido fuerte, sentí sus manos en mi trasero y me dio unas leves nalgadas.
—¿A quien le pertecenes? –preguntó.
—A ti...
—Así me gusta, maldita puta
Jalo y cabello e hizo una coleta improvisada, tener los ojos vendados hacia todo más excitante al no saber que se aproximaba. Besó mi cuello y soltó las cuerdas para ponerme boca arriba de nuevo.
—Llevaba todo el día planeando esto... –susurró contra mi cuello. —Y mira, lo conseguí
Se separó de mi y luego sentí su lengua pasar lentamente sobre mi pezon izquierdo, su mano apretó mi seno derecho y empezó a jugar con el.
Quería tocarlo, quería poder jugar con su cabello pero obvio no me soltaría... Con esto me estaba prácticamente diciendo "mira quien tiene el puto control."
Sentí algo sobre mi cuerpo hasta que supe de que se trataba... Crema batida.
Puso sobre mis senos, mi clítoris, mis labios y mi estómago. Se acercó y me dio un beso quitando todo rastro de crema que hubiese en mis labios, gemí contra su boca y él antes de separarse me escupió haciendome tragar su saliva... Eran fetiches raros que a mi me fascinaban.
Sus labios bajaron por mi mandíbula, cuello, pecho hasta llegar a mis tetas y dejar un beso en cada una para luego meter una en la boca quitando la crema batida.
Gemí embelesada con el placer, besó, mordió y lamió como quiso mis senos sacandome gemidos incontrolable para mí.
Luego beso mi estómago quitando toda la crema... Hasta que llegó a mi hinchado clítoris, la besó y comenzó a pasar su lengua y a quitar la crema.
—Oh sí... –gemí al sentir dos de sus largos dedos entrar en mi zona.
Los curveo y comenzó a bombearlos lentamente torturandome. Cuando ya estaba comenzando a sentir la llegada del orgasmo sentí algo frío contra varias partes de mi piel.
Mi pecho tenía un hielo al igual que mi estómago, mis senos y mi clítoris. —¿Que es eso? –pregunté.
—Algo para aumentar tu placer
Y entonces empezaron a derretirse y sentí un fuerte ardor que me encendió más, arquee mi espalda y gemí sintiendo el dolor.
Tom me besó en los labios y continuó masturbandome. —¿Te quedó claro quién manda aquí?
Asentí sin pensarlo, todo para mí se concentraba en el delicioso placer que experimentaba en ese momento.
—Follame, por favor –pedí entre gemidos desesperados.
—Encantado de complacerte
Y entonces escuché como quitaba su pantalón para luego sentir su pene rozar mi muslo derecho.
La lengua de Tom recorrio todo mi cuerpo hasta que llegó a mi entrada y escupió en ella.
Sentí su pene sobre mi clítoris pero aún no se introducía. Colocó más hielos sobre mi piel y grite por el ardor. Se introdujo en mi y los dos soltamos suspiros de alivio.
Se movió lentamente esperando a que me adaptará y cuando asentí empezó a ir más rápido.
—¡Oh, mierda si! –gemí. —Más duro, daddy
Acato mi petición y me embistió más rápido y fuerte, jale las cuerdas que amarraban mis manos y me quejé desesperada ya que quería tocarlo. —Por favor
Me soltó y pude por fin tocarlo, aunque no lo podía ver gracias a la corbata sobre mis ojos sabía que su expresión destellaba sensualidad y placer.
Aruñé su espalda y apreté la misma sacándole unos suspiros suaves pero audibles. —Estas tan húmeda. Eres una puta de mierda, una maldita puta que merece ser tratada como tal
Agarro mi cuello y lo apretó, agarre su brazo con mis manos y lo apreté gimiendo con una sonrisa plantada en mi rostro. —Soy tu puta
Me dio una abofetada y besó mis labios mordiéndolos antes de separarse. —Eres tan... Hermosa
Y sin poder evitarlo tome su rostro y lo acerque de nuevo besándolo, esta vez el besó duro mucho más y sentimos mucho más.
Sentí el orgasmo aproximandose y mordí mis labios para intentar aguantarme, no quería que esto parara.
—Te vas a correr conmigo –susurro en mi oído y asentí.
Sus caderas y las mías iban en su vaivén perfecto, el sonido era algo digno de una película porno y nuestros gemidos combinados me excitaban más. Apreté su espalda y él me dio un beso para luego susurrarme al mismo tiempo que movía mi clítoris en círculos:
—Correte, zorra
Mis gemidos se hicieron más descontrolados, arquee mi espalda y aruñé su espalda, Tom soltó un pequeño gemido contra mis labios y sentí nuestros fluidos mezclándose.
Riddle me quito la venda y desamarro mis pies, cuando lo vi tenía una sonrisa en su rostro casi que como la del gato de Alicia en el país de las maravillas.
—Ven, vamos a lavarnos –me ayudó a sentarme y entramos al baño tomados de la mano.
[...]
Me puse la camisa de Tom junto a mis bragas y el solo se puso un pantalón gris para dormir, nos acostamos los dos en la cama en silencio.
Nerviosa y muy asustada me acerqué a Tom recostando mi cabeza de su pecho, se tensó pero luego de que comencé a trazar formas invisibles sin un patrón específico sobre su piel se relajó. Llevó su mano a mi espalda y la acarició despacio.
Cerré mis ojos y suspire. —¿Tom?
—¿Mmmh?
—¿Conoces a tu papá?
Escuché como su corazón latio velozmente y su respiración se cortó de golpe. —En persona no, sólo sé que es un muggle despreciable
—Hey... ¿Por qué no le envías una carta? –sonreí. —¿Te imaginas que lo conozcas?
—¿A qué viene todo esto?
—No lo sé... sólo creo que siento que te mereces ser feliz –susurré.
Él soltó una risita y me juntó un poco más a él, subí mi pierna derecha en su regazo y me abrace más a él.
—Descansa, Tom
—Tú igual, T/N
Y con eso me quedé dormida.
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Holaaa! Volví, volví😎🤙. Lamento haberlas abandonado pero por diversas situaciones dure algunos días sin entrar a Wattpad siquiera.
Actualización de medianoche, yesyesyesyesyesyes claro que yes👌💪.
Espero les haya gustado.
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