Oliver

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Es el tipo de...

Novio que podría parecer inocente pero es un pervertido de closet.

PEQUEÑOS ROCES, Y MIRADAS FUGACES ERA lo que nuestra querida Heaven recibía de su novio, y estaba bien, ella estaba feliz de poder compartir esos pequeños detalles con su novio,  el problema venía en la reacción que tenía el rubio después de esto

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PEQUEÑOS ROCES, Y MIRADAS FUGACES ERA lo que nuestra querida Heaven recibía de su novio, y estaba bien, ella estaba feliz de poder compartir esos pequeños detalles con su novio,  el problema venía en la reacción que tenía el rubio después de esto.

Él se apartaba de ella cuando sus cuerpos rozaban, desviaba su mirada de la de ella, la evitaba a toda costa con tal de no mostrar su verdadero pensar a su novia.

Y eso a Heaven la dejaba sumamente confundida.

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OLIVER MIRABA SIN DISIMULO ALGUNO LA dirección donde su novia se encontraba haciendo los estiramientos de la clase de educación física, al parecer sin darse cuenta de lo grave de la situación en la que estaba.

Hace tan solo unos minutos, Heaven portaba la sudadera especializada para deportes, pero ahora que se había deshecho de ella, solo tenía su camiseta blanca de tirantes.

Y estaba bien, pero aún así el no había podido apartar los ojos de su figura, un poco paranoico de que todos los demás chicos de su clase estuvieran viendo lo mismo que él.

—¡Yang, deja de fruncir el ceño y haz los ejercicios!—Quizá la idea estaba causando más molestia de la que debía, considerando que a este punto ya estaba frunciendo su ceño sin siquiera darse cuenta. Oliver terminó asintiendo de mala gana, dándose la vuelta para imitar a los demás alumnos de la clase de educación física.

—¿Todo bien, Ollie?—La voz de Heaven lo hizo perder el equilibrio, por suerte ella logró tomarlo de la mano para mantenerlo en pie. Sorprendida del susto que le había dado a su novio, pero un poco divertida también de esa reacción tan tierna de él.

—Woa, lo siento... ¿Si estás bien?-... —Pero su pregunta se vió interrumpida por el accionar del rubio, quién la tomó de la cintura y dió media vuelta, cubriéndola de los ojos ajenos con su cuerpo.

—¡O-oliver!—Heaven estaba, en pocas palabras, impactada con la actitud de su novio, sin embargo antes de poder decir algo sobre ello, la sombra grande y algo siniestra del profesor la hizo dirigir su atención a otra cosa. Aquel hombre les estaba dirigiendo una mirada severa, mientras negaba con la cabeza ante lo que veía. Una parejita enamorada que ignoraba todo a su alrededor, incluído sus indicaciones.

—¡Separense! A-H-O-R-A...—El de lentes no tuvo más remedio que hacer caso al mayor, soltando a Heaven y colocándose a un lado de ella. Y parecía que el hombre de bigote tenía algo más que objetar, pero el bullicio que se creo al otro lado del campo lo obligó a irse.

—¡Agh! ¡Nunca tengo un día pacífico!—Se quejaba en voz baja el pobre profesor.

Mientras que Oliver y Heaven se quedaron ahí, temiendo que si se movían un mili centímetro el hombre de mal carácter regresaría para regañarlos.

—¿Y bien...? ¿Vas a explicarme qué es lo qué tienes, Oliver?—cuestionó ella, cruzándose de brazos con cierto toque de seriedad en su voz. Entonces de pronto, el rostro del rubio tomó un color rojizo, sin querer bajando su vista a la parte superior del cuerpo de la muchacha.

—Oh... —Hizo aquel sonido, como sí por fin lo entendiera todo, y es que para Heaven no era tan difícil leer la cara del rubio que tenía de novio.—Entiendo, entiendo...

La respiración agitada del muchacho era lo único que se escuchaba en su silencio, lo siguiente que salió de la boca de la chica no lo hizo bajar el tono rojo que había adquirido su rostro, todo lo contrario, de hecho.

—... Eres un pervertido de closet.—Soltó una risita, algo escandalosa, por lo que Oliver selló los labios de ella contra la palma de su mano, amortiguando el sonido.

—¡S-shh...! No te rías de mí...—ordenó avergonzado, sus lentes se bajaron un poco más de lo normal debido a su brusco movimiento.

Heaven tuvo la amabilidad de volver a colocarlos en su lugar, claramente jugando con los sentimientos de su amado.

—No me burlo, solo que...—Pensó bien sus palabras, con las comisuras de sus labios elevándose muy apenas.—... Eres muy lindo así, Ollie.

Ella tomó las manos de su novio entre las suyas, sintiéndose bien con el calor que estás desprendían, a este punto le importaba muy poco si el profesor de la clase estaba mirándolos o incluso si ya se encontraba cerca de regañarlos.

Cuando Heaven estaba junto a Oliver Yang, todo, absolutamente todo se iba a un segundo plano.

—A-ah...—Su novio no podía siquiera formular una oración, su rostro completamente rojizo y con los nervios alterados debido a la inesperadas palabras de la chica.—... Eres mala, Hay-Hay.

Nuevamente una risa salió de los labios de Heaven, encantada de poder ser la única en dejar al rubio de aquella forma; Sin palabras. Al verlo así, no pudo evitar rodearlo en un abrazo, el era tan tierno que le resultaba inevitable no darle mimos.

—¡Yang! ¡Monette! ¡Dejen de coquetear!—gritó desde el otro lado de la cancha el profesor, apenas lo vieron comenzar a acercarse ambos jóvenes sintieron el pánico en sus sistemas.

—¡Okay, Ollie! Probablemente el profesor me hará dar veinte vueltas. ¡Lo acepto, pero no sin antes...!—Y con ello la muchacha acercó sus labios a la mejilla de su novio, aprovechando la oportunidad de que él estaba distraído para dejar un suave beso.

Oliver Yang se quedó en blanco, y cuando quiso decirle algo cariñoso a su novia ya no pudo, una gran mano lo había tomado del uniforme y ahora lo estaba arrastrando al resto del grupo, decía algunas cosas en una voz que ciertamente lo hubiera intimidado, pero no ahora que acababa de recibir un beso de ella.

De su novia, su Heaven.

Solo podía mirarla, totalmente embobado por la situación reciente, con su mano tocando la mejilla en dónde ella había posado sus labios.

Los días de Educación Física comenzarían a gustarle sí recibía un beso de su novia en cada clase...

Los días de Educación Física comenzarían a gustarle sí recibía un beso de su novia en cada clase

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Haneul-Mae

¡Editadooo!

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