Capítulo 25.

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Calle no lo podía creer, Poché estaba realmente feliz y era la primera vez que la veía de esa forma, no le molestaría acostumbrarse a verla así por siempre. 

—¡Calle!—la sorprendió tomando suavemente sus hombros. La chica se sobresaltó, su novia la había sacado de sus pensamientos.—¿Estás lista?

—¿Para qué?—preguntó en una pequeña risa. 

—Quizá ya no tenga departamentos lujosos o una firma de abogados como herencia—dijo sarcásticamente, haciendo reír a su novia.—, sin embargo, yo tengo auto—dijo tomándola de la mano, provocando que le levantara y caminara con ella.—, y licencia de conducir—Calle se dejaba llevar aunque no entendiera nada.— y hoy, es nuestro primer día como novias, voy a enseñarte a conducir.—dijo mientras abría la puerta. Calle se detuvo negando efusivamente con su cabeza. 

—No, no, no.—repitió.—Poché, yo no sé conducir.—Poché la miró como si hubiera dicho algo bastante obvio. 

—Lo sé—rió.—, por eso hoy voy a enseñarte a conducir.—repitió.—Vamos, mi amor, será divertido.—dijo comenzando a caminar de nuevo. Calle se dejó llevar aunque sabía que los autos no eran un buen referente en la vida de Poché.—Sube.—pidió entrando al asiento del copiloto. Calle tomó aire, mientras rodeaba el auto para entrar al asiento del piloto.—¿Estás lista?—preguntó emocionada una vez Calle entró. 

—No.—respondió sinceramente. Poché no pudo evitar reír. 

—Es muy temprano aún, lo que significa que las calles están vacías—comenzó Poché.—, por lo tanto no tienes de que preocuparte, sin embargo nunca quites tu mirada del frente; siempre debemos estar atentas al camino.—Calle asintió. 

—¿Estás segura de esto?—preguntó un poco nerviosa, no tenía idea ni siquiera de cómo encender el auto. 

—No creo que seas tan mala.—respondió confiando en ella y sus capacidades.—¿Sabes qué hacer primero?—Calle asintió, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. 

—Te toca.—le dijo refiriéndose al cinturón. Poché la miró directamente. 

—Primero se enciende el auto.—dijo encajando la llave, rápidamente escucharon cómo el auto se encendía.—¿Ahora qué?—preguntó tratando de ignorar el hecho del cinturón de seguridad. 

—Ahora supongo...—decía agarrando fuertemente el volante.—, avanzo—dijo pisando el acelerador, sin embargo solo provocó un pequeño avance antes de que el auto se detuviera bruscamente.—, o no.—dijo acomodando su cabello. Poché no supo cómo reprimir su risa. 

—Los cambios, Calle.—dijo simplemente aún sonriendo. Calle la miró antes de sin saber por qué tomar la palanca de cambios y jalarla.—¡No!—dijo Poché de inmediato al verla equivocarse de esa forma. 

—¡¿No qué?!—preguntó angustiada, mientras sentía el auto moverse. 

—¡Calle, detén el auto!—dijo Poché. Calle miraba el volante y miraba lo que había alrededor y simplemente no sabía qué hacer.—¡Calle!—repitió al notar que estaban apunto de entrar en la carretera. 

—¡¿Cómo detengo el auto, Poché?!—preguntó sin tener idea. Poché miró por debajo del volante y suspiró. 

—Puedes comenzar por levantar tu pie del acelerador y colocarlo en el freno—respondió calmadamente.—, antes de que choquemos, quizá.—dijo sarcástica. Calle levantó su pie derecho del acelerador para colocarlo donde ella creía era el freno, afortunadamente acertó.—Bien hecho.—asintió Poché mientras reía. 

—Creo que conducir no es lo mío.—dijo en un suspiro, aún apretando fuertemente el volante. Poché negó con su cabeza.—Podemos hacer otra cosa.—sonrió. 

—Casi destruyes mi auto.—le dijo preocupada por su querido y bonito auto. Calle la miró con ternura, su novia amaba su auto. 

—Fuiste tú la que quería enseñarme a conducir, Poché.—respondió en una risa. Poché asintió. 

—Declino mis decisiones.—dijo abriendo la puerta del auto.—Ahora yo voy a conducir.—dijo saliendo para rodearlo y abrirle la puerta a Calle.—¿Podrías...?—Calle la miró sin comprender. 

—Oh.—dijo saliendo del auto.—¿A dónde vamos?—preguntó antes de hacer pico su boca, con la esperanza de que su novia entendiera y la besara, sin embargo...

—¿A dónde quieres ir?—preguntó entrando al asiento del piloto para poder abrazar el volante de su amado auto. Calle frunció el ceño antes de rodear el auto y subir al asiento del copiloto. 

—¿De casualidad tu auto tiene nombre?—bromeó Calle mientras cerraba la puerta. Poché alzó su mirada para verla y sonreír. 

—Avión.—respondió en una risa. Calle ladeó su cabeza.—Ya sabes que...mi niño era controversial, le gustaba la polémica casi tanto como a mí—volvió a reír.—, se rehusaba a llamar a las cosas por su nombre, tanto que a veces a mí me decía "papá" y a Mario le decía "mamá".—dijo recordando.—Era una locura.—Calle se sintió ligeramente fuera de lugar. 

—¿Lo extrañas?—preguntó Calle con cuidado. La risa de Poché se apagó. 

—Claro que lo extraño, era mi ni-...—comenzó antes de ser interrumpida. 

—A Mario.—interrumpió de inmediato. Poché ladeó su cabeza sin entender.—Los momentos que pasaste con él y la vida que tenías con él, es el padre de tu hijo. ¿No extrañas nada de eso?—Poché sonrió.—Si Noah siguiera con vida, tú jamás te habrías divorciado de Mario, ¿no es así?

—Si Noah siguiera con vida, tú probablemente no...—suspiró recostando su cabeza en el asiento.—Es difícil tratar de asimilar todo, Calle.—dijo simplemente.—Noah murió y por eso pude conocerte, es muy complicado para mí. Al Noah morir detuvo una serie de sucesos desastrosos y permitió dar con el asesino de varias chicas y un hombre.—la miró.—Mi hijo murió para detener a un asesino—Calle escuchaba atenta.—, sin embargo sigue libre y es mi deber atrapa-...—

—Yo no te pregunté por eso, Poché.—volvió a interrumpir.—Te pregunté si extrañas a tu ex esposo. 

—Yo amaba a Mario—respondió sinceramente.—, lo amaba muchísimo, pero ahora, ahora te amo a ti.—volvió a ser sincero.—No te negaré que fui con él, lo fui. Él era un hombre maravilloso que supo como vivir por mi hijo y por mí. Sin embargo, Calle, no tengo tiempo para pensar en lo que pudo haber sido, solo queda concentrarme en lo que es y lo que será.—dijo directamente.—Él es mi pasado, mi ahora eres tú y espero que también seas mi futuro.—sonrió sinceramente, provocándole una sonrisa y mejillas ruborizadas a su novia.—Así que, respondiendo a tu pregunta, no, no lo extraño.—rió antes de sentir las manos de Calle sobre sus mejillas y sus labios sobre los suyos. Y en ese momento lo comprobó, definitivamente no extrañaba a su ex esposo, pero quizá si extrañaba al padre de su hijo. 



paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang