Ahí estaba ella también,sintiendo y no sabía que hacer.

”Soy la muerte. ¿Qué hago sintiendo cosas por una chiquilla?” Pensó.

Daniela no era tonta,ella sabía lo que era el amor,sabía que era un sentimiento fuerte que se enfrentaba ante ella por primera vez en su historia. Era un camino que no quería tomar,pero la llamaba a simplemente estallar sus sentidos y perder la cordura.

— Te quiero lejos de mi hija,estoy aquí para protegerlas y más sí se trata de ti.— Mencionó el mayor para salir de ahí dando un portazo.

(...)

Una ligera ventisca entraba por la ventana de la habitación de María José,la morena dormía plácidamente en su extensa cama. Aquélla presencia oculta entre las tinieblas se metía a los más dormidos sueños de María José con cautela.

Todo empezaba cómo un pequeño cuento...

María José caminaba en medio de un lindo camino naranja que adornaba las hojas secas del otoño.

En el fondo alguien la esperaba con una gigante sonrisa.

Ella sonreía también.

Sus pasos se hacían más cortos cada vez.

Su sonrisa se borraba al no ver aquélla cabellera castaña.

Entonces sentía una presencia detrás de ella susurrando en su oído.

”Soñé contigo y me gustó”

María José despertaba con su respiración algo irregular por el reciente sueño,pasó una mano por su frente cuándo vio a alguien en su habitación. Encendió la luz de la lámpara de su mesita de noche pero no había nadie,negó con su cabeza rápidamente y volvió a cerrar sus ojos para dormir.

Mañana siguiente.

María José se encontraba en el balcón del Penthouse viéndo al cielo,respiraba tranquilamente cerrando sus ojos para disfrutar aquél cálido momento con ella misma. Salió de su momento cuándo escucho esa voz.

— Buenos días.— Saludo Daniela con tono de voz tranquilo.

María José no respondió,en cambio se levantó de su asiento para marcharse de ahí lo más rápido posible,Daniela se levantó cómo resorte para detener todo pasó de la morena tomando su muñeca,María José sintió un pequeño escalofrío al sentir los dedos fríos de Daniela.

—¿Qué ocurre?— Preguntó Daniela con mirada confusa.

— Nada de tú incumbencia.— Respondió la morena tajantemente,Daniela fruncio el ceño.

—¿Dije algo qué te molestará?— Preguntó la castaña con mirada desesperada.

— No lo sé,descúbrelo tú misma.— Contestó la morena intentando zafarse del agarre de la castaña.

— Dime qué te ocurre.— Pidió insistente y con voz ahnelante,María José atoró toda palabra en su boca al ver la cercanía de Daniela.

— No me pasa nada.— Murmuró embriagándose con el aroma de Daniela,se soltó de su agarre para salir de ahí y perderse un buen rato.

(...)

La morena caminaba sin rumbo por el inmenso parque de la ciudad de Nueva York,era su día libre y no sabía que hacer para olvidar a su dolor de cabeza últimamente. Así era aquéllo,María José tenía días libres pero sin amigos con quién disfrutar,odiaba aceptar que su vida era solitaria y lo único que tenía era su padre y hermana.

Pero aquéllo era así,los amigos venían y se iban con el poco tiempo,la morena los aceptaba con los brazos abiertos para jamás saber de esos supuestos amigos. El único que tenía era Rafael y estaba en turno ese día.

Suspiro pesado y se sentó en una de las tantas bancas de aquél parque,miro a su alrededor y disfruto el silencio,las pequeñas sonrisas de los niños jugando,el sonido de las aves y el de los autos.

Aquéllas pequeñas cosas le hacían recordar porqué estaba en soledad y no ponía a cualquiera para llenarla.

Se quedó ahí no sabe cuánto tiempo hasta que llegó una pequeña niña con una sonrisa que no tenía un diente,María José sonrió con curiosidad al verla,la niña le pasó un papel doblado y se fue corriendo rápido.

La morena fruncio el ceño viendo el papel en su palma,lo desdoblo y vio la cursiva de alguien que era una letra envidiable de ver,daba placer ver los ganchos de aquéllas letras sacada de película.

”No es difícil encontrarte”

El corazón de la morena comenzó a palpitar con rapidez al terminar de leer esas cuatro palabras tan simples. Miro a su alrededor buscando hasta que se topó con una mirada avellana viéndola con suma atención.

”¿Era aquéllo posible?” Pensaba la morena.

María José había sido buscada sin siquiera pensarlo o pedirlo.

Había sido buscada por aquélla castaña que sólo hacía una explosión de mariposas en su estómago.

Había sido buscada por la muerte que simplemente empezaba sentir cosas por ella.

La cosa era que María José no sabía ese dato tan importante y simplemente estaba cayendo en aquélla castaña.



























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Inmarcesible || TerminadaKde žijí příběhy. Začni objevovat