Uno

75 4 2
                                    

A medida que el estrafalario vehículo de Axel se adentraba a la urbanización en donde Thomas Sabath organizaba su dichosa fiesta llena de estudiantes universitarios, Blake pudo observar como las calles se encontraban casi desiertas, las viviendas parecían aún las de un barrio en construcción y los faroles en cada esquina alumbraban las calles con su luz amarillenta y tétrica. A lo lejos, pudieron divisar una gran cantidad de autos estacionados frente a la fachada de una casa de dos plantas, y a una gran cantidad de personas frente a ella. Axel decidió estacionar la furgoneta en la calle frente a esta y entonces los cuatro chicos se dispusieron a bajar del vehículo.

La temperatura parecía haber descendido considerablemente, y mientras se acercaban a la casa Blake no pudo distinguir ni un rostro conocido. Junto a la puerta de madera, un chico rubio y de rizos extravagantes se acercó al grupo de amigos con una gran sonrisa.

-Axel, amigo, pasó tanto tiempo. ¿Cómo has estado? -dijo Thomas, estrechando la mano de su amigo y dándole un corto abrazo.

-Thom, no te veía desde hace meses.

-Sí, ya sabes, salí de la cuidad y luego volví para comenzar la universidad. Y veo que viniste con tus amigos -comentó prestando atención.

-Así es. Thom, ellos son Blake, Fredd y creo que ya conoces a mi novia Vanny -habló pegándose a la chica de cabello rosa que abrazaba la botella de vodka bajo el brazo.

Blake quiso rodar los ojos. La falsa modestia de Thomas lo irritaba fácilmente y el fingir que no los conocía era totalmente patético. De todos modos, evitó estrecharle la mano y lo saludó con un corto asentimiento de cabeza sin decirle ni una palabra.

-Bueno, pueden pasar y siéntase como en su casa. Me alegra que hayan traído sus propias bebidas, si me necesitan estaré tratando de ver que nadie haya llamado a la policía.

Axel le agradeció a su amigo y entonces el grupo de chicos procedió a adentrarse en la casa. Dentro de esta, la potente música hacía vibrar los ventanales y pudo divisar a un gran grupo de personas al rededor de toda la sala principal. Blake examinó con detenimiento el lugar. Era una casa considerablemente grande en comparación con las demás que había visto, el color claro de las paredes contrastaba con las luces de neón azules y rojas que ambientaban el lugar, unos cuantos sillones oscuros de madera, dos inmensas columnas que sostenían la casa y una escalera de lujo que conducía a la segunda planta y hasta, quizás, una tercera. Blake (y toda la escuela en sí), sabía que Thomas provenía de una familia bastante adinerada, pero suponía que su casa se encontraba, tal vez, sitiada en algunos de los barrios privados de la cuidad y no en uno totalmente nuevo y de mala muerte.

Caminaron entre las personas hasta ubicarse en uno de los extremos de la sala. Todos los rostros eran desconocidos pero no le importó mucho para decir verdad. Colocaron sus bebidas en una pequeña mesita junto a ellos y comenzaron a beber y hablar sobre el sonido de la música, viendo como cada vez ingresaban más y más personas a la casa.

Les esperaba una noche demasiado larga.

***


La visión de Blake comenzaba a tornarse borrosa con el pasar de las horas. Fijó los ojos en su reloj de muñeca y enfocó varias veces los ojos en el pequeño accesorio sin poder descifrar la hora exacta. Soltó un bufido, considerablemente molesto, y luego su vista dio con el gigantesco reloj que decoraba una de las paredes.

Pfff, qué estúpido.

Las 3:15 o quizás las 3:30. No pudo ver bien de todos modos.

El grupo se había movido de su anterior lugar y ahora se encontraban en otro extremo de la sala con un grupo de los amigos de Axel. La botella de vodka se había vaciado hace una hora y Blake miraba hacía todas direcciones tratando de evitar las conversaciones banales que mantenían las demás personas en su círculo. Fredd estaba junto al DJ, mientras que Vanny y Axel compartían un cigarrillo junto a él. Quiso rodar los ojos y comenzó a sentirse más frustrado con el pasar de los minutos. La gente a su alrededor reía y bailaba sin parar totalmente sumergidos en su mundo, mientras que él daba largos tragos a la lata de cerveza en sus manos tratando de obviar la existencia de todos los presentes.

-¡Jugemos a algo! -oyó hablar a uno de los desconocidos. Le dirigió una mirada aburrida por unos segundos y luego volvió a fijarse en los demás.

-¡Sí! Creo que deberíamos jugar a verdad o reto -dijo una de las chicas junto a él.

-Jugamos a verdad o reto siempre, Abby.

-¡Es verdad, pero ahora hay más personas y será más divertido!

La voz chillona de la chica comenzaba a ponerlo de mal humor otra vez, había algo en su tono que la hacía una persona totalmente insoportable. Pensó por un segundo en alejarse e irse a otro sector donde nadie lo molestara, estaba cansado de todos a su alrededor y eso sin mencionar que estarían jugando al mismo y aburrido juego de siempre. Al final se dió por vencido y decidió quedarse en el mismo lugar un tiempo más, quizás con un poco de suerte podría ser interesante.

Uno de los chicos hizo girar la botella sobre el suelo y está apuntó hacia Blake. El desconocido rió.

-Tu intenta ligar con algunas de esas chicas de allí-le dijo divertidamente, señalando con su barbilla a un pequeño grupo de chicas que se encontraban bebiendo y bailando cerca de una pared.

Pudo reconocer al instante a las chicas que había visto antes en la tienda a un costado de la carretera. Ada Rowan y otras de sus tres amigas bailaban y reían al son de la música, salvo que la primera se veía realmente incómoda, era obvio que aquel no era su ambiente.

-Ni loco -fue la respuesta inmediata de Blake.

-Vamos, no me dirás que le tienes miedo a esas niñas.

-Tu lo dijiste, son niñas.

-Hazlo -insistió-, se ven muy ebrias no te recordarán nunca más después de esta noche. O tal vez... quieres que algo malo les pase -comentó riéndose.

-Quédate en tu estúpido juego -sentenció Blake, tratando de pasar por su lado y alejarse del grupo.

-¿A dónde crees que vas? -el desconocido se interpuso en su camino y golpeó bruscamente su hombro contra el suyo. Levantó su rostro con superioridad y Blake apretó los puños en sus costados para evitar hacer algo de lo que pudiera arrepentirse luego.

-Roman -habló fuertemente Axel -, déjalo en paz.

Ambos chicos se dirigieron una mirada cargada de desprecio. Blake vio como Axel fulminaba con la vista al tal Roman, mientras Vanny a su lado lucía evidentemente preocupada. Decidió continuar su camino, chocando su cuerpo con el de otras cuantas personas que estaban en la casa.

Definitivamente, haber ido a esa fiesta era una mala idea.

Shameless - Blake RichardsonNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ