Santiago: es verdad, puedo papá?

Alonso: claro, pero primero vamos, quiero que conozcas a Analia.

Iluminada: quieren una agüita fresca de limón?

Alonso: Si iluminada, muchas gracias.

Iluminada: entonces voy a prepararla y se las llevo.

Santiago: permiso.

Alonso y su hijo caminaron hacia las caballerizas, allí pudieron observar a Analia cepillando el cabello de uno de los caballos de los gemelos.

Alonso: es un gran ejemplar.

Analia: lo es, pero es muy joven.

Alonso: como estás?

Analia se acercó y abrazó fuertemente a Alonso.

Alonso: estoy feliz de verte.

Analia: yo también, cómo estás?

Alonso: muy bien, él es Santiago, mi hijo.

Tímidamente Santiago se acercó.

Santiago: Hola! Mi papá me ha hablado mucho de ti.

Analia: y a mí de ti, me alegro por fin conocerte, te puedo dar un beso?

Santiago asintió.

Alonso: que tonto, olvidé que me habías dicho que Valentina y su familia saldrían de viaje.

Analia: estoy feliz de tenerte aquí y conocer a tu hijo, pero sabes me alegra que la familia  no este.

Alonso: si! es un alivio.

Analia: Martina está descontrolada, y así es una amenaza.

Alonso: hijo, porque no vas y le echas la mano a Iluminada con el agua de limón.

Santiago: si papá.

Después de que Santiago se retiró del Lugar Analia y Alonso retomaron su conversación respecto a Martina.

Valentina se asoleaba con un enorme sombrero mientras observaba a su esposo y pequeños correr sobre la arena y el agua; al verlos divertirse tanto se unió a su juego y agarró a su hija y corriendo la llevó hacia las olas, José Miguel hizo lo mismo con el niño, jugaron entre las olas. por un buen rato.

Mientras de la hacienda Alonso y Analia salían con Santiago rumbo a San Pedro de las Peñas.

Al llegar la hora de la comida Valentina, José Miguel y los niños regresaron al pent-house con mucha hambre.

Valentina: después de la comida, se me van a tomar un baño porque vamos a dar un paseo.

Cecilia Benita: no vamos a la alberca?

Valentina:no mi vida, aguantaron mucho sol esta mañana, vamos a hacer un recorrido con Francisco por toda la ciudad, además podemos pasar por algunos mercados de artesanías.

José Federico: y nos compras dulces?

Valentina: claro que si mi vida.

José Miguel: me han dicho que las artesanías de los mercados son preciosas, igual y compramos algunas para adornar la hacienda y hasta su casita.

Valentina: eso estaría perfecto.

Cecilia Benita: que padre!!

Horacio y Gabi tomaban un helado junto a su hija, cerca a ellos había una pareja con dos hijos que corrian por todos lados.

Horacio: porque no vas a jugar con esos niños.?

Isabella: no quiero, extraño mucho a mis primos.

Gabriela: pero si apenas los viste hace dos días.

Isabella: si pero, con ellos podía jugar siempre.

Gabriela: a ver corazón, te gustaría tener a alguien con quien puedas jugar cuando quieras?

Isabella: si.

Horacio: algo así como un compañero de juegos.

Isabella: si.

Gabriela: creo que es el momento de decirle.

Horacio: tú crees?

Gabriela asintió.

Horacio: bien, hija, te gustaría tener con quien jugar todos los días, así como tus primos que se tienen entre ellos

Isabella: si papito.

Gabriela: pues eso que tanto deseas se va a volver realidad.

Horacio: ahí donde ves a tu mamita, dentro de ella, en su pancita hay una semillita.

Isabella: está enfermita?

Gabriela: jajaja no mi amor, lo que tu papá quiere decir es que lo que está creciendo en mi pancita es tu hermanito o hermanita.

Isabella: hermanito? Voy a tener un hermanito?

Gabriela con lágrimas en los ojos emocionada asintió.

Horacio: vas a tener con quien jugar cuando no estés con tus primos.

Isabella: un hermanito, y cuando va a salir de tu pancita mami?

Gabriela: en unos meses.

Isabella: entonces te vas a poner gordita?

Gabriela: así es.

Horacio: tu mami se pondrá gordita porque tu hermanito va a crecer poco a poco hasta que pueda salir.

Isabella: y no puede salir ya?

Gabriela: no corazón, es muy chiquito y debe crecer mucho para poder salir, pero puedes hablarle desde ya.

Horacio: toca la pancita de tu mami.

Isabella se acercó a su mamá y puso su cabecita en su vientre que aún no era evidente.

La familia Montesinos Villalba estaba lista para salir a dar un paseo, cuando llamaron a la puerta..

Maria Helena: señora Valentina.

Valentina: que pasa?

Maria Helena: la buscan.

Era el abogado.

Abogado: señora Villalba me alegra verlos ya en la ciudad, como le dije en San Pedro hace un par de días, según las indicaciones de mi cliente, hoy mismo día entregarle esto.

El abogado le entregó a Valentina un sobre, que ella no dudo en abrir de inmediato.

Su cara de sorpresa lo dijo todo.

José Miguel: pasa algo?

Valentina le observó a su esposo.

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