Por mucho tiempo creyó eso, creyó la mentira que habían construido todos en aquella casa. Incluso soñaba con que el jefe de sus papás volviese. Le habían dicho que cuando tenía un año él había sido derrotado, pero que regresaría y todos ellos se pondrían a sus pies. Porque All For One era el mayor mago de la historia. Y Denki debía servirle también como todos allí habían hecho.

Los únicos hechizos que le enseñaron cuando dio su primera señal de magia involuntaria fueron las maldiciones imperdonables. Cuando preguntó por el nombre le dieron la excusa de que los magos que no podían realizarlas decían que estaban malditas. Se acordó que de pequeño siempre las utilizaba en pequeñas ranas que había en un lago cercano. Era divertido para él.

Le hubiera gustado enseñarle lo que podía hacer a Himiko, pero había dejado de visitarle cuando tenía cuatro años. Sus padres le dijeron que no podría ir por algún tiempo, y cuando se fueron a otra habitación escuchó la palabra Azkaban. La prisión para los magos peligrosos.

¿Era Himiko peligrosa? A él siempre le pareció muy linda y amable, siempre dispuesta a jugar con él. Poco a poco menos amigos de sus padres fueron a verle, incluido el hombre que daba miedo. Al parecer la mano derecha de All For One. Shigaraki Tomura.

El joven lo miraba con desprecio cada vez que se cruzaban, y les decía a sus padres que él no podría ser mortífago. Pero cuando consiguió hacer la maldición imperius a sus cortos nueve años, no volvió a decírselo.

Eijirou Kirishima y el Prisionero de AzkabanTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon