Capítulo 8.

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Después de comer subí a mi cuarto y me acosté lentamente, me acomodé bien, y cerré los ojos, cada vez que moví la cabeza algo sonada bajo mi almohada, me senté en la cama y quité la almohada de su lugar, había un papel bien doblado ahí, lo tomé y lo observé detenidamente. Me decidí por abrirlo.

Después de tanto tiempo en silencio, quiero que te des cuenta ¿Crees que sólo es para molestarte? Pues no, y si no lo crees o sigues sin darte cuenta, haré que lo hagas, sin importar lo que tenga que hace, aunque me quede sin nada, deja de importar si te tengo a ti, para mi basta escuchar tu voz. Nunca supe cómo actuar cuando estabas conmigo, siempre me puse nervioso y hacía estupideces, yo con eso sólo conseguí que te alejaras, desde el principio supe que no sería lo mismo sin ti. Perdón por aparecer en tu vida, pues cambiaste la mía, si tú quieres que me valla, no me iré aunque me eches a patadas, porque aprendí a de verdad quererte, ahora una simple pregunta ¿Cuándo yo aprenda a olvidarte, tú aprenderás a quererme?

Alcé la mirada sorprendida, sabía perfectamente quien la había escrito, me sentía una idiota, una completa idiota al no darme cuenta, pero aún así quería que Andy me lo dejara muy claro, quería oírlo de él, debí haberlo escuchado, eso me diría – Idiota, idiota, idiota – No dejaba de repetírmelo ¡Era una idiota!

Salí de mi cuarto y busqué a Densel. No creía que Andy querría ir a la casa después de eso, y lo que le hizo a su auto. Lo encontré en el salón.

Tú: ¿Dónde vive Andy?

Densel: ¿Qué? ¿Para qué quieres saberlo?

Tú: ¿Tanto te importa?

Densel: Lo suficiente como para preguntar.

Tú: Pues, es por algo que no te importa.

Densel: Bien, bien… no creo que lo encuentres en su casa, si vas ahí de seguro te encontrarás con su madre o su padre, y supongo que te conocen, si te ven ahí pensarán que Andy te hizo algo y lo van a regañar.

Tú: Es cierto…

Densel: Puedes buscarlo en el parque, siempre está ahí con los chicos.

Tú: Gracias hermano – Subí a mi cuarto otra vez –.

Al día siguiente me levanté, me puse el uniforme, desayuné y me fui a la escuela, quería que el día pasara rápido y poder hablar con Andy. Una cosa… Sí me gustaba Andy ¡Me gustaba Andy! Cuando llegué a la escuela, Christa me esperaba en la entrada.

Tú: ¡Hey Christa!

Christa: ¡Hi hi!

Tú: Te voy a decir algo.

Christa: Dime.

Tú: En recreo.

Christa: No me hagas esto.

Tú: - Reí -.

Al fin en el recreo, lo que quería se cumplía, el día se estaba pasando bastante rápido.

Christa: Dime, dime, dime.

Tú: - suspiré – Estoy más que convencida.

Christa: ¿De qué?

Tú: Andy… me gusta.

Christa: ¡¿Enserio?! ¡Lo sabía!

Tú: Yo igual le gusto…

Christa: Eso era muy obvio.

Tú: Lo sé… fui una idiota al no darme cuenta.

Christa: Dile que también te gusta.

Tú: Quiero decirle hoy, quiero ir al parque y decirle.

Christa: ¿Te acompaño?

Tú: ¿Lo harías?

Christa: Claro que lo haría.

A la salida, Christa y yo salimos juntas para ir al parque, sentía mucha emoción, pero miedo a la vez  ¿Y si no resultaba como esperaba? ¿Y si todo era mentira? Tendría que probarlo yo misma. Aumenté el paso hasta que salimos a la calle, pero fue cuando Christa me agarró la mano, yo me di vuelta y le pregunté qué pasaba, ella sólo negó con la cabeza y miró hacia la calle, yo miré y ahí estaba estacionado el auto de Andy, y junto al auto, lo que vi me destrozó, Andy y Kathy, besándose, sí era mentira, todo era mentira. No me quejé, no lloré ni nada, sólo me di la vuelta hacia Christa.

Christa: ¿Estás bien?

Tú: Sí… ahora me voy a casa, adiós.

Christa: Adiós.

Comencé a caminar hacia mi casa, no tenía ninguna expresión en la cara, todo me daba igual, todo. Yo era un simple juego de Andy, nada más, eso me dejaba una lección, las ilusiones se convierten en decepciones. Al llegar a mi casa actué normal, y como esperaba Andy no se apareció por ahí, lo único que quería. No estaba dispuesta a recibir más mentiras de nadie, mucho menos de ese tipo, ya no sabía lo que sentía, solamente pena, pena causada que no quería mostrar por alguien que no la valía. Me encontraba en mi cuarto, tenía los audífonos puestos y la música todo volumen, escuchaba Toxicity de System Of A Down, no iba a estar escuchando música romántica o corta venas en un momento como ese, no. La canción cambió y comenzó la canción If I'm James Dean, You're Audrey Hepburn de Sleeping With Sirens, era una canción romántica, en ese momento lancé mi celular lejos, por suerte no se rompió. Me tiré para atrás en mi cama y puse mis manos en mi rostro.

Tú: No más Andy… nunca más. 

Insoportable (Andy Biersack y Tú)Kde žijí příběhy. Začni objevovat