—¿Estás de broma?

—Para nada, princeso.

—No es divertido, soy un macho pecho peludo, Marain.

—Si claro... ¿Porqué te impidieron salir?

—Mi hermano mayor me lo prohibió —se recostó en su cama—

—¿Es uno aparecido a tí solo que el color del pelo es diferente?

—Exacto... Espera, ¿cómo sabes quién es? —frunció las cejas—

—Él fué el que me dejó entrar cuando los guardias me lo negaron.

—Ya veo... Pero no te dejes engañar por su carita de ángel.

—Lo sé.

Hubo un silencio un poco incómodo, a los dos se les habían acabado las palabras, no sabían que decir u hacer.

—Creo que debería irme —habló ella después de minutos—

—¿Tan rápido? Quédate un ratito más, Mari.

—Para eso tienes a tus amigos, ¿no?

—Ellos se quieren aprovechar de mi, pero yo como tonto acepto.

—No me sorprende.

—Te lo pido, quédate un poco más, estoy aburrido de estar en esta habitación solo viendo televisión.

—¿Y el teléfono?

—Se llevó el cargador, sólo tengo cinco porciento.

—Con razón no me levanté con una avalancha de mensajes.

—¿Es decir que me estabas extrañando? —de sus labios se asomó una sonrisa—

—Para el carro, no te creas importante.

—Puf, contigo no se puede —Iker empezó a peinar su pelo, parecía un niño con caprichos—

—¿Esto es enserio, Iker? Tienes deciséis años pero pareces de nueve.

—Vamos, Mari...

—Esta bien —suspiró pesadamente mientras se acercaba un poco más a la cama—. ¿Qué hacemos?

—Quizas... ¿Rondar por toda la casa?

—¿Tienes permitido salir de la habitación?

—¡Claro! No puedo salir de la casa, contrario a eso, puedo salir de mi habitación y rondar por toda la mansión.

🏍️

Marain por poco se perdía si no fuese por Iker, ya que ella se separó un poco de Iker y fué a una dirección opuesta.

—Eres tan despistada... —rió—

—No es mi culpa de que esta mansión sea enorme, parece mas un laberinto que una mansión.

—Echale la culpa a mis padres.

Ambos jóvenes llegaron hacia un hermoso y florido patio, al lado de este, está una grande piscina de bordes claros y oscuros.

—Cierra la boca, Mari, te van a entrar moscas.

—Nunca pensé que fueras un millonario.

—Corrección, billonario —Iker se sentía orgulloso de haber nacido en una familia rica, con lo cual le contaba a todos que provenía de una familia muy adinerada; su error más grande—

—¡Aún peor!

Iker llevó a Marain hacia un sitio un poco apartado de la mansión pero aun seguian en el patio. El lugar apartado era aún mejor, un pequeño arco pasaba de extremo a extremo en un camino, dos fuentes a cada lado en donde las aves bebían, un caminito llano color crema, y flores por doquier.

—Mi lugar secreto. A nadie le gusta porque todo es muy colorido, no sé porqué.

—¿Porqué me trajiste aquí? ¿Acaso te me vas a declarar? —dijo en forma de broma—

—¿Declarar? ¡Cómo crees! Eso nunca.

—¿Entonces? —la chica se sentó en un banco para apreciar el lugar mejor—

—Simplemente quería venir aquí contigo. Es raro... —rascó su nuca—. Contigo me siento calmado y como si no tuviese problemas, en cambio cuando me alejo; siento que todo vuelve a caer en mí otra vez.

—¿Y si no estuviera para tí algún día?

—Podria sobrevivir. Con agonía y problemas, pero lo haría.

—Aún así no trates de apegarte mucho a mí, no soy una buena persona —este rió a carcajadas—

—¿Que no eres una buena persona? ¡Estás loca, al parecer no te conoces bien!

«¿Me conozco bien?» —pensó ella—

Marain creía saber muy bien quien era, de dónde provenía y el pasado de sus padres. Lo cierto, es que lo único que conoce, es su fecha de nacimiento y en donde vive —en un decir, claro está—

—¿Piensas que soy buena persona?

—¡Claro que sí! Me ayudaste cuando más lo necesitaba, no todas las personas me ayudarían en eso, y mucho menos si es para arriesgar su vida.

—Quizas sea porque mi padre me enseñó a ser bondadosa cuando realmente mi naturalidad es lo contrario.

—¿Tu padre? Creí que...

—¿No tenía? —asintió—. Mi padre es Tyler Bleach, el mejor motorista de la región.

—Creo haber escuchado ese nombre antes. ¿Tiene otra hija llamada Trizzy?

Aguantó las ganas de reírse en su cara, pero no pudo evitar sonreír.

—¿Qué? ¿No era Trizzy su nombre? Siempre he escuchado que a su hija la llaman así.

Y así fué como Marain comenzó a reír sin control.

—¡Contéstame, Marain!

—Trizzy soy yo —paró de reír, pero todavía seguía sonriendo—

—¿Es enserio? Pero si tu nombre es Marain...

—Exacto, pero en la carretera mayormente me llaman Trizzy, no me preguntes porqué, ya que yo tampoco sé.

—Rayos... Ese hombre no paraba de hablar sobre tí. Aunque solo hemos intercambiado palabras unas dos o tres veces. ¿No sabes cuándo vuelva?

—No lo sé, quizás dentro de unas semanas, ya está durando demasiado.

—Entonces cuando vuelva, dile que el Alpha de la esquina lo espera.

—¿El Alpha de la esquina? —volvió a reír ella—. Ni que fueras el matón del barrio. Apenas sabes decir que no cuando no quieres algo.

—Deja de molestarme, Marain —chasqueó la lengua—

—Esta bien, princeso.

—¡Marain!

Lovely Complex [PAUSADA] Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora