—Anda, sube. Vivo cerca de ahí.

—Gracias.

A simple vista el chico parecía el típico mujeriego del lugar, sí que era elegante por sus facciones finas, pero eso no le importaba a Marain.

—Si sales volando no me haré responsable.

—Pero si crees voy a tocarte, estás muy equivocada.

—Problema tuyo es si te caes.

Arrancó a máxima velocidad entre la curvas oscuras y peligrosas. Al parecer por la acción prudente de Marain, el chico se aferró s su cintura. Qué terco es...

Minutos más tarde ya habían llegado a San Diego, una pequeña urbanización cerca de San Griego, lugar en donde Marain vive.

—Ya llegamos, puedes respirar tranquilo.

—Eso fué impresionante... ¿Enserio eres una chica? —pregunto el mientras se bajaba de la motora—

—Lo soy...

—Mi nombre es Iker, Iker Fredeck.

_Marain Bleach.

—Un gusto, y perdon por ser arrogante al principio —asintió ante su disculpa—

—Esta bien. Adiós.

🏍️

Cansada de tanto trabajo, Marain se tiró en su cama para descansar un poco. ¿Marain estudiaba? Claro, apenas tenía diez y siete años, pero ya a esa edad se dedicaba a competir en motora -solo arreglaba motoras, no estaba preparada para competir con otros todavía-, pero por lo menos tenía algo de qué subsistir.

—¡Marain Bleach Anthony! ¿Estabas con Freddy otra vez? —la madre de Marain entró a su habitación sin ni siquiera tocar, claramente estaba enojada—

—No te alarmes, sólo arreglé su motora, más nada.

—Me arrepiento de haberte comprado esa motora.

—Ya no te sigas quejando, igual fué papá quién me la compró.

—No puedes negar que eres hija de Thyler.

Thyler, su padre, es el mejor motorista de la región, pero aún así; decidió darse un respiro yendose de la ciudad por un tiempo.

—Gracias por el halago, mamá.

—Ya, duérmete. No te quejes mañana que vayas a la escuela... Hablando de escuela, ¿cómo te fue hoy en la ceremonia de bienvenida?

—Ni me lo recuerdes —pase mis manos por mi cara—. Podría jurar que era la peor ceremonia de bienvenida de toda la existencia. No sé el porqué estaban tan locos hoy. ¡Casi me robaban la motora!

—Eso te pasa por pintarla exótica.

—Igual sólo tiene colores típicos, nada lo normal. Buenas noches mamá.

—Buenas noches, Trizzy.

🏍️

Otro día más en la escuela Sindra Hight School, donde lo inteligentes estudian.

—Patrañas, será en donde los vagos estudian.

Parqueó su motora en un estacionamiento, justamente al lado de Marain había llegado un Cadillac negro.

—Quita tu sucia moto, niño —espetó el dueño—

—Primero que nada —Marain quitó su casco para poder ver mejor al que ofendió su linda motora—. No es una sucia moto, ya que en este parqueo, también de puede estacionar motoras. Y segundo, no soy niño, soy una chica.

—Peor aún si eres chica —rió, sus demás acompañantes rieron igual—

Marain no siguió protestando, a fin de cuentas, no le importaba mucho si le decían marimacho o entre muchas cosas más. Pero el mundo está equivocado, usando motora o no, no significa que seas más hombre que mujer. La sociedad lo sabe, pero no quieren aceptar la realidad, de que las mujeres también pueden hacer cosas de hombres, que no pueden valer menos que los hombres, ya que hombre y mujer, valen lo mismo y hacen lo mismo.

La chica se adentro a la escuela y fué hacia su casillero para dejar su casco con varios diseños echos por ella misma. Cerró su casillero y se dirigió hacia su salón.

—Otro año en esta espantosa escuela—. Llena de discriminación y machismo —rechistó—

Entró al salón y por primera vez en la historia de Sindra Hight School, el aula A10 estaba tranquilo, tanta serenidad que daba miedo. Una risa bulliciosa puso los cinco sentidos de Marain en tierra.

—No me jod...

Marain no recordaba el nombre del chico quien rescató ayer, pero recordaba perfectamente su rostro y su voz. Maldijo en sus adentros al tener que encontrarselo otra vez.

—Sí, ayer me rescató una chica, llevaba una moto super exótica —dijo—. Era raro ver a una chica con una moto que manejaba super bien.

—Las motos son de hombres, esa chica es un marimacho.

—No lo creo así...

—¡Admítelo, Iker! No te dejes engañar del porqué es hermosa.

El chico rió mientras negaba. Ella estaba apunto de decir unas tres cosas a esos chicos, pero se reuse al ver que él no la había reconocido.

Lovely Complex [PAUSADA] Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora