una tarde cualquiera de julio

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Tardes de julio

Tardes cualquiera de julio

En las que el sol quema, las miradas sinceras derriten y los labios indicados en las puestas de sol saben a gloria

La macedonia de frutas me endulzaba la garganta como si fuera miel

La cuchara de metal resplandecia con el rayo amarillento de sol bruñido

El perro negro descansaba debajo de la mesa,
refugiándose del calor abrasador y de los mosquitos

Tú caminabas por allí como si nada, como si el calor ardiente no te afectara
como si el sol no te quemara

Tú caminabas con tu gorra negra
A veces ibas descalzo
A veces en bicicleta
Pero siempre me sonreías

Y supongo que no nos volveremos a ver,
hasta que los girasoles no vuelvan a crecer

lágrimas ácidasKde žijí příběhy. Začni objevovat