Capítulo treinta y ocho.

483 48 9
                                    

-No hubieras aceptado el trato--me dice y levanto la cabeza viéndolo

-Te das cuenta que pudo violar a tu hija no?--me alejó de el

-Solo te utilizó para que te acostaras con el Altagracia, el sabía que ibas a aceptar

-Eso dices por que no viste su mirada--lo encaró-- El la iba a violar Saúl

-Esta bien--hace una pausa-- Y que vas a hacer si quedas embarazada, le darás el bebé? Digo como me dijiste que quiere el hijo que no se lo diste--soba mi espalda

-Tienes algún problema con que me quedé con el bebé acaso?

-Claro que no Altagracia, estas malentendiendo lo que digo, además tal vez y no quedaste nos estamos adelantando a los hechos--besa mi cabeza

-Si no quedé vendrá por mi de nuevo--me abrazo a mi misma-- Ya no vería a mis niños--bajo la cabeza volviendo a llorar, Saúl intenta jalarme a su pecho pero no me dejó no quería que nadie me tocará-- Podrías dejarme sola Saúl?

-Estas segura que quieres eso?--siento su mirada en mi

-Por favor vete--susurro y el se levanta saliendo del cuarto

Al estar sola me permito llorar como no lo había echó en mucho tiempo, pasó unos días más internada y luego me regresó a casa. Dani al verme viene lo más rápido que puede a mi, lo abrazo con fuerza, lo había extrañado demasiado un poquito después se nos une Lua

-Los extrañé demasiado--digo al borde de las lágrimas

--Mami ya no se vuelvan a ir--me dice Dani y vuelvo a abrazarlo a mi

-Estaremos juntos desde ahora se los prometo--acaricio sus cachetitos y los lleno de besos

Vamos a la sala y los mimo por un buen rato, ambos tenían su cabecita acostada en mi regazo, un rato después van a jugar.

-Altagracia--escucho la voz de Azucena y me giró-- Saúl me contó lo que pasó

-Podríamos no hablar del tema por favor--le digo cansada-- Ya no quiero tener que contarlo de nuevo

-Tranquila, sólo quería que sepas que si necesitas algo sólo avísame--me sonríe dejándome sola

Me levantó y subo las escaleras yendo a mi cuarto, me doy una ducha para sacarme el olor a hospital que tanto odio y busco la pijama que más me cubriera no quería estar viendo las marcas que Trigve dejó, tampoco quería que Saúl las viera. Me acuesto poniendo la mano sobre mi vientre

-Ya sé que estás aquí--lo acaricio-- Tenme paciencia si? Se que ahorita no podré darte todo el cariño que te mereces pero te prometo que haré todo lo posible para que tu estés sanito o sanita, verás que con el tiempo podré amarte tus hermanitos te querrán un montón, nunca vas a estar sólo.

Me pongo de lado cobijandome y abrazo mi almohada para quedarme profundamente dormida, antes de salir del hospital me habían puesto un tranquilizante, andaba muy nerviosa y paranoica me daba miedo que Trigve pudiera aparecerse

Aquí Vamos Otra Vez Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα