Hurs lo abrió mirando un reloj bastante juvenil como a él le gustaban.

   Maddox siguió el ejemplo de Melina otorgando una camisa.

   Max se excusó diciendo que no le había comprado nada porque su regalo estaba por llegar y Hurs supuso que era una mujer.

   Cuando Parker se puso de pie y entregó una caja dorada entrecerró los ojos imaginando que algo tramaba.

—Lo compré especialmente para ti —dijo con seriedad—. Es especial y único.

   Hurs agradeció y comenzó a romper la envoltura para ver lo que había dentro por lo que apenas lo hizo vio la caja negra sin nada rotulado.

   Rompió los sellos de seguridad y una vez abrió la caja no supo si reír o echarse a llorar de rabia.

   Sus amigos esperaban atentos a que sacara el regalo, así que una vez lo hizo Maddox se atragantó, Melina soltó a reír y Max comenzó a burlarse.

  Hurs miró a Parker que observaba la escena estoico.

—¿Un pene de hule? —dijo sosteniendo el artefacto en la mano.

—Es personalizado. —Se justificó el aludido—. Dice Bestia, si te fijas ahí en letras doradas está y vibra, dentro de la caja puse un paquete de baterías, de las rendidoras.

   Hurs apretó los labios para no reírse mientras observaba a Parker hablar con seguridad.

—¿Por qué habría de querer tener sexo con un pene de hule que tiene mi mismo apodo? —Volvió a preguntar.

—Tienes razón —dijo Parker—. Es enfermo pretender que quieres tener sexo contigo mismo. Debí ponerle el nombre de Bella o el de Max. El que mejor te acomode.

—¿Por qué debería llevar el mío? —dijo este último.

—Te toca el trasero constantemente —dijo Maddox—. Creo que es por eso.

   Parker se lo quitó de las manos y buscó las baterías para ponérselo.

—Tiene varias velocidades —dijo encendiéndolo mientras los cinco veían el artefacto sonar y vibrar—. Ya tú decides si quieres sexo suave y romántico o sexo rudo.

   Aceleró la velocidad e hizo un gesto de sorprendido al ver cómo se movía.

—En unos años los hombres vamos a ser reemplazables supongo —dijo sosteniéndolo con fuerza—. Bueno a Maddox no va a dolerle tanto.  

   El aludido apretó los labios y después miró a Hurs que seguía sin comprender qué iba a hacer con eso.

—Agradezco que sean tan… lindos —dijo con sarcasmo—. Pero ese artefacto no es necesario.

—¡Tonterías! —dijo Parker—. No seas modesto. Déjate arrastrar por la pasión.

   Melina aún no dejaba de reírse hasta que el timbre sonó y se puso de pie para ir abrir.

   Dos hombres entraron y miraron a los cuatro que habían dentro.

  De inmediato Hurs supo lo que harían.

—Bromeas tanto sobre tu homosexualidad que tuve dudas y decidí traer a dos caballeros para que te animen —dijo Max.

—Son unos hijos de perra —masculló mirando a sus amigos—. ¿Maddox, tú lo sabías?

—¡Por supuesto que sí! —dijo ofendido de que lo excluyera—. Todos lo sabíamos, solo que acordamos que Melina y yo seríamos decentes dándote algo útil.

DOMAR A LA BESTIA (EL CLUB DE LOS DESTERRADOS 2)Kde žijí příběhy. Začni objevovat