suba suba subsisassis

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Furgghdst suur sughttu ffghútu sóofoo sáfhgttú súffá súffá saa tra su va ra maar súuttrá su fa sutraaaaja!

En la basta noche, y en la basta oscuridad, se encontraban echados a la mar, dos criaturas marinas. Que pronto serían cazadas, o no, por sus depredadores, o sus depredadores, cazados por sus presas. Presa o depredador, estaban en barcos, con arcos y lanzas. Pero el mar estaba demasiado profundo, y no sabrían bien cómo cazarlos. Se lanzaron al mar, en busca de esas dos criaturas marinas, las vieron en el fondo, distraídas, y a su suerte, y pronto fueron penetradas salvajemente con las lanzas, y subidas a la superficie. En el proceso, honraron al pez buen sentimiento hacia él en la captura, y la caza, mientras morían. Duurin, el grande, se imaginó que, cómo sería posible que vieran todo aquello los artefactos de esos magos. Gran sabiduría han de tener... y este noble y real artefacto ¿de qué época es? -De las primeras edades, Y lo que vio, -¿de qué época es? -No lo sabemos con seguridad, respondió el mago. Probablemente de una muy antigua o futura. -¿Y es de este universo? No lo es. Fueron a comer a las salas principales, un gran banquete, en honor a los magos con sus extraños artefactos. Tiempo hacia que se había perdido la tecnología de la luz interna, cómo ellos decían. No venía nada mal poder imaginar de nuevo. Duurin no imaginó, cómo sería capaz tal tecnología. -¿Cómo os hacéis llamar? Somos los más hijos de puta de todo el reino de la barba más larga. Les contestaron los dos a la vez. Vestían túnicas azules y gorro picudu. Come, ya habría preguntas para después, le susurró su mujer enana, "Si los dioses así lo quieren", contestó el Rey. El banquete estaba iluminado por 24 artorchas, nueve a los lados, y 6 en lo alto. -¿Sabíais que aquí ya no quedan registros de magos mi señor? Le dijo un enano a Duurin. Duurin se puso a imaginar, edades, en las que con el mero pensamiento podías atraer o repeler cualquier cosa que imaginaras, hasta el punto de traerlo a la existencia. Los primeros días era así. Últimamente siendo ya la decimonovena generación se contentaban con pensar para sí y ya está. -Y ustedes, magos, ¿de dónde sacan sus poderes? Les preguntó Duurin. -Somos simplemente una pregunta más profunda de esa misma pregunta. A Duurin le pareció zafia la respuesta. -Nuestros antepasados eran artefactos de los mismísimos dioses dadores de vida. En un intento de impresionar a Duurin. Duurin se quedó muy poco impresionado con esa respuesta. -"Zorrines", contestó, en mis primeras edades podíamos atraer o repeler al invasor con solo imaginarlo. El mago se alegró de oír eso, y se fueron contando historias que sus ancestros sabían según los textos escritos por ellos y lo que les habían contado. Viejas glorias y de las mejores. Los peces estaban ya en el estómago de los cazadores, Me sentí observado por mirar al artefacto, dijo Duurin. -Quizá ellos también, dijo el mago. El otro siempre callaba. La realeza dio fin y llegó el principio de la cutreza, Los enanos, demasiado bebidos comenzaban a decir estupideces. Y Duurin y los dos magos se fueron a sus aposentos con el Palantir. Así lo llamaban ellos. Un gran peligro se cernía sobre esos dos magos. Por eso se lo vendían a tan buen precio. Decidieron, mientras los demás seguían de juerga, indagar un poco más en ellos. Esta vez por vicio de Duurin. Seguro que tenían alguna manera de llevar esto allí en el mundo que contactó este artefacto. -Sin duda... dijo el mago. -Ahora, ¿quieres mirar? -No, no. Me dió miedo lo de sentirme observado por ellos. Lo guardaré aquí como una reliquia cuanto pedíis. -Pedimos, lo que costaría una armadura de mythril. -Oh por supuesto, se lo dare. ¿Quiere la cota también? -Sí nos vendría bien. El efecto de la hidromiel sin duda le estaba haciendo efecto a Duurin. Le hacía demasiado bondadoso. Una vez que los magos obtuvieron el precio de su compra, la amistad de Duurin fue lo que más valoraron. El que siempre estaba callado quiso colaborar. -Duurín, le dijo, cómo quien va a contar un secreto. ¿Conoces el poder de los símbolos? No, mejor dicho, de su ausencia. De saber cuándo estás bajo uno o con una... de cuando estás bajo su encanto o maldición y cuando no.. para poder elegir, básicamente. -No la verdad es que no amigo... -La verdad es que no es el primer símbolo. Fué diciéndole el mago. Entonces, algo terrible sucedió. -¡SE FUNDEN LAS ALMENARAS! Duurin pensó que moría. Era lo peor que podía pasar. No se abrŕa roto el dique de el rio de magma, pensó para sí. -¡¡¡SE HA ROTO EL DIQUE!!! -!Corred mientras podáis! "Corred mientras podáis". Parecéis elfines. Hay que ir a verlo. Los daños fueron menores, simplemente atravesó la muralla y fue a caer a un pozo. La ciudad enana de Khazart, era una modesta ciudad enana con 3 niveles subterráneos. Había murallas protegiendo cada nivel pero precisamente hacían pozos para prevenir que se pudieran tanto trasgos como invasiones indeseadas cómo sorpresas como aquellas. El enano ese debía estar muy bebido. Un mago señaló a el otro, con la mirada, y se dio dos toques en la nariz. Duurin ni se percató pero entre ellos se entendían. Los enanos arreglaron con rapidez el dique que se había salido de su sitio y los magos pensaron que ya hora de irse. -No, No, No, No, les dijo Duurin. Estaré encantado de tenerles aquí unos días más, si hacen el favor. Tienen mucho de lo que contar. Estoy seguro de ello. El mago no pudo decirle que no, y reconoció que para lo poco que habría estado allí no había contado nada. Les contó las las leyendas más espléndidas de todo el lugar de dónde venían. Angmarivan, se llamaba; Duurin recordó para la posteridad la siguiente frase: -Recuerda, lo más elevado debe regir a lo menos elevado, si se da lo inverso, aunque sea de una forma democrática, lo elevado sufrirá por no poder elevar, y lo inferior, creyendo elevar no se elevará más creará problemas porque quedarán de idiotas ante lo nacido para elevar. Duurin lo entendió, y quiso saber más. -¿Qué haré? No, ¿Qué elevaciona y qué no ha nacido para ello? -Todo y nada, simplemente hay señalados y señalados. Ni siquiera nosotros podemos decir que estemos rigiendo, de echo, consideramos a todos como a un igual. -Lo mismo hago yo. -Lo mismo haces tu. Dijeron al unísono. -Sin embargo, hay veces... hay malos... no... hay maldad en este mundo. Obras no naturales... Duurin le dejó hablar. Que no se corresponden con la naturaleza y sus designios. El cazados miró a las estrellas. -¿Cómo el palantir que me regalasteis? Dijo el, con una cara totalmente desubicada. Los magos volvieron a hacer el gesto de la nariz. Ese palantir no es obra nuestra, dijeron algo desanimados, Duurin no quiso saber nada más. De todas maneras, no pensaba usarlo.

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⏰ Last updated: Mar 06, 2019 ⏰

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