Capítulo 28

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-¿Por qué lo entiendes? -Dije sorprendido y esperando una respuesta rápida por su parte.

-Porque Jack está metido hasta el cuello en Magcon.

-¿Me estás diciendo que el novio de Demi es uno de ellos?

-Como lo oyes.

-No sabía nada..

-Creo que ni Demi lo sabe.

-Voy a llamarla y se lo cuento, por mucho que quieran sus padres que esté con él, al menos que sepa con quién está -Hice un gesto para coger el móvil pero Cher no me dejó.

-Ni se te ocurra -Si las miradas matasen creo que yo ya estaría a unos metros bajo tierra.

-¿Por qué? Tiene derecho a saberlo. O si lo sabe pues que me diga porqué no me dijo nada.

-Te digo yo que no lo sabe, estoy segura.

-¿Y por qué no puedo contárselo? Es mi -Hice un pausa que se me hizo eterna-. Amiga -Dije con la voz entrecortada.

-Porque saldríais perjudicados los dos. Y créeme, en Magcon Jack no es de los que aprieta el gatillo, ese trabajo lo lleva más Cameron, pero no sé cuál de los dos puede llegar a ser más peligroso. Lo raro es que supiera lo vuestro y no se pusiera como un celoso compulsivo, porque lo es..

Me quedé pensativo un momento, creo que sabía el motivo:

-Creo que sé porqué -Me hizo un gesto para que siguiera-. Porque tenía que acercarse a nosotros de alguna forma para vigilarnos todos los movimientos y si yo estaba con Demi para él eso era pan comido.

Cher estaba pensando sobre lo que había dicho, era una opción y todo tendría sentido:

-Aún así.. Tengo visto a Jack perder los nervios por celos en alguna que otra misión.

-A lo mejor está aprendiendo a controlarse.

-No lo sé -Miró su reloj inconscientemente y sus ojos parecía que se iban a salir de las órbitas-. Mierda, la comida con Demi, tengo que ir a arreglarme, ya te contaré por WhatsApp o cuando nos veamos -Apenas se despidió cuando la puerta dio un fuerte golpe-.

No tenía otra cosa que hacer, así que prepararé las cosas y me iré a soltar un poco de adrenalina, no es que lo necesitara, pero nunca viene mal. Una vez que las tuve preparadas fui a mi coche, puse la radio y me dirigí a aquel local cuya dirección me sabía de memoria. Aparqué en un lado y entré. Hoy no había tanta gente como de costumbre, sólo estaban Michael y Justin:

-¿Cómo es que estáis vosotros solos?

-Ni idea -Añadió Michael un poco cabizbajo.

-Seguro que vas a entrenar a Justin y quieres hacerlo en solitario, así que si molesto me voy -Hice un gesto para volver a irme por la puerta que había entrado, pero la voz de Justin me paró.

-Primero, no salgas por esa puerta porque hay alguien que te está persiguiendo, y eso no tiene buena pinta, y segundo, simplemente estamos solos porque unos chavales han montado otro local ilegal parece ser que con mejores instalaciones.

-¿Unos chavales? ¿Dónde está ese local?

-¿Tú también nos vas a cambiar por ellos? No me esperaba estoy de ti bro -Dijo con el rostro algo decepcionado, gesto que en pocos segundos imitó Michael.

-Claro que no chicos -Esbocé una sonrisa para ver si la expresión de preocupación salía de sus rostros-. Simplemente es que he tenido una idea.

-Pues tú dirás -Los dos esperaban a que soltara mi idea.

-Creo que a esos chavales los conozco, creo que son los que dices tú Justin, los que me persiguen, pero ese no es el caso -Hice un breve pausa porque ya me estaba yendo por las ramas-. El caso es que puedo ir y destrozarles el local, y bueno, creo que Justin podría ayudarme, dos mejor que uno -Miré a Michael-. No es porque tú no vengas, que tú lo destrozarías con solo mirarlo, estoy seguro, pero comprenderás que si te ven a ti pueden sospechar algo, nosotros podemos ser unos cambiachaqueta cualquiera, como ellos.

Michael y Justin asintieron:

-Bueno bro, espera un momento, que voy a cambiarme y ahora vamos -Dicho esto puso la toalla que llevaba en la mano en su frente y se fue mientras secaba las gotas de sudor que caían por su rostro.

Michael y yo estuvimos esperando a Justin en un silencio que no era cómodo, pero tampoco incómodo por la rapidez de Justin, que me sorprendió, sin duda, al salir le hicimos un gesto a Michael en señal de despedida y salimos de aquel local.

No hacía falta el coche, según me dijo Justin estaba a una manzana de allí. Estando tan cerca es normal que le hicieran la competencia. Lo que no entendía es que vinieran ahora, justo todo ahora, ¿Dónde habían estado metidos esos chicos todo ese tiempo y ahora me los encontraba hasta en la sopa? Hay algo que no cuadraba, pero de momento no lograba saber lo que era.

Entre estos pensamientos logramos llegar hasta el local, una puerta blindada con un candado se encontraba allí, Justin dio unos toques y a los pocos segundos, un chaval de más o menos nuestra edad, alto, moreno y con unos músculos en los que se notaba el gimnasio, nos abrió la puerta y nos dejó a la vista aquel local que se había montado.

Tengo que decir que la competencia era digna, sin duda. Estaba todo nuevo, incluído los sacos de boxeo y algunos otros objetos para descargar adrenalina. Todo estaba colocado de tal forma que podías hacer el ejercicio en grupos o simplemente estar apartado y que nadie te molestara. La luminosidad de aquel lugar era como si te incitara a pelear, y aquel ambiente, lleno de gente, te transmitía un sentimiento extraño. Justin lo observaba todo como yo, pero me lanzó una mirada que indicaba que era nuestro momento.

Empezamos por aquellos sacos que se encontraban vacíos, que no eran muchos. Les hicimos cortes con nuestras respectivas navajas que los convertían en inservibles. Algunos al darse cuenta de esto intentaron medirse con nosotros, y algunos golpes nos llevamos, pero aquellos rebeldes acabaron el suelo, así que al final optaron por irse casi todos, y algunos estaban en el suelo retorciéndose de dolor. Hicimos lo mismo con el resto de material y con las paredes, digamos que, las tuneamos a nuestra forma, eran muy sosas sin dibujos. Cuando acabamos con todo eso fuimos a por el ring, lo primero era cortar las cuerdas, por supuesto. Puse mi navaja encima de una de las cuerdas mientras que Justin lo hice en otra, pero una voz hizo que paráramos:

-Qué agradable sorpresa Mahone.. -Su tono irónico indicaba que le hacía la misma gracia verme allí que a mí escuchar su asquerosa voz.

Mi mundo es así {Austin Mahone}Kde žijí příběhy. Začni objevovat