Diccionario de insultos

El arte de insultar

A lo largo de la historia, nuestros antepasados han descubierto varias formas para insultar a alguien con elegancia, sin tener la necesidad de llegar a ser groseros y sin producirnos remordimientos de  consciencia.

Por una parte insultar a alguién suele ser terapeutico pero también puede ser humillante sí no se hace de la manera correcta.

Aprender a insultar es todo un arte, ya lo decía el gran Schopenhauer, se trata del último recurso cuando todas
las demás artes de la argumentación han fracasado, también cuando no nos queda nada más que hacer o decirle a alguien, ya sea porque aceptamos tajantemente su conducta, porque nos hemos visto perjudicados por su estupidez o porque no entiende razones.

El fundador del pesimismo desaconsejó llegar a tal extremo y fue generoso a la hora de contradecirse en todas sus obras. Pero no fue el único en practicar y deleitarse con este arte, en su haber encontramos filósofos como Voltaire, Montaigne y el propio Diógenes, y escritores de todas las épocas, desde Cervantes, Shakespeare.

Siguiendo su ejemplo, creo fervientemente que no es necesario recurrir a las palabrotas, malsonantes y expresiones groseras como el famoso " hijo de puta" cada vez que queramos desquitarnos o vengarnos en alguna pelea.

Tambien se puede recurrir al sarcasmo, a la ironía para darle elegancia y calidad al insulto, si se domina cierta riqueza lingüística, un amplio léxico y un lenguaje culto y elaborado.

Por estas necesidades, varios escritores se centraron en recopilar durante varios años más de 2000 insultos, muchos de ellos extraidos de diccionarios antiguos, textos literarios y del uso coloquial del habla para formar un diccionario que le haga honor al Arte de Insultar y nos ayude a «hacerlo con propiedad».

A todos y cada uno de estos términos le hemos dado una definición clara, precisa y, además, hemos agregado ejemplos fieles de uso, tomados del habla cotidiana, que seguramente serán muy utiles para el hablante en su vida cotidiana.