― ¡YounMi! ―exclamó Dana cansada. ―Deja al pobre chico. Llevamos todo lo necesario, y si olvidamos algo lo compramos allí.
―Sí, vale―suspiró YounMi. Abrazó a Jungkook ―Cuídate, ¿Vale? No olvides ponerte la crema porque eres muy blanquito y luego te quemas.
―Y parecerá una gamba.
― ¡Aldana!
―Vale, vale...
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―Asientos A-28, B-28 Y C-28―leyó Dana.
―Tía Dana, yo quiero ventanilla―pidió Jungkook.
―De acuerdo, Taehyung en medio y yo en pasillo―decidió una alborotando el lacio cabello del menor, quien le regaló una radiante sonrisa.
Se acomodaron y disfrutaron del viaje. Tía Dana puso varias películas mientras miraba de reojo a la pareja, quienes no dejaban de mimarse y besarse.
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Llevaban 8 meses juntos y Taehyung tenía su mano con callos de tanto usarla. Él estaba esperando a que Jungkook estuviese listo, pero estaba desesperado.
¿Cómo resistirse a ese culo? ¿Esos labios? Era un pecado andante. Lo malo era que Jungkook no se atrevía a dar un paso.
Siempre obligaba a Taehyung a cambiarse en otro sitio, nunca había visto más allá de los pantalones de Jungkook o de su bañador y ya se le caía la baba.
"―Jungkook, tenemos o mismo. Prometo no tocarte, pero no me hagas salir de la habitación para cambiarte, que hace frío fuera.
Jungkook se había sonrojado, negado y lo había echado de su cuarto."
